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Office of the Press Secretary
16 de junio de 2005

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE EN EL NATIONAL HISPANIC PRAYER BREAKFAST
Andrew W. Mellon Auditorium
Washington, D.C.

8:28 A.M. EDT

EL PRESIDENTE: Gracias, y siéntese. (Risas.) Gracias por la cálida bienvenida. Es un honor estar aquí en el Desayuno Nacional Hispano de Oración (National Hispanic Prayer Breakfast). Gracias por volver a invitarme. Estoy consciente de esto, como también ustedes: Estados Unidos se basa en los valores de fe y familia. (Aplausos.) Estos son los valores centrales en la comunidad hispana en los Estados Unidos. Estos son los valores que enriquecen nuestra nación. Y estoy agradecido.

President George W. Bush is thanked by Reverend Danny Cortes after speaking at the National Hispanic Prayer Breakfast at the Andrew Mellon Auditorium in Washington, D.C., Thursday, June 16, 2005.  White House photo by Eric DraperSus buenas obras y reverencia aportan compasión a nuestro país, y lo que es más importante aun, honran al Todopoderoso. Esta mañana nos congregamos para rezar, rezar por la ayuda de Dios mientras estamos al servicio de nuestros conciudadanos. Danny, muchísimas gracias por la invitación y la presentación. Me enorgullece estar con muchos de los líderes religiosos de todo el país. Vi a mi amigo Luis Cortés. Es un gusto volverlo a ver, Luis. Quiero darle las gracias a John von Seggern, director del desayuno de oración.

Quiero darles las gracias a los miembros del Congreso que están aquí: Nancy Pelosi, Chris Cannon, Hilda Solís, Rahm Emanuel, Luis Fortuño. Deseo agradecerles a todos por su servicio a nuestro país, y gracias por poner la política de lado para venir a honrar al Todopoderoso por medio de la oración.

Es un gusto ver a mi viejo amigo, el antiguo miembro de mi gabinete, Ridge. Tom Ridge está con nosotros. Es un gusto ver a Héctor Barreto. Dirige la SBA. Siga adelante y rece, y luego regrese a trabajar. (Aplausos.) Es un gusto ver a Don Powell, Gaddi. que dirige la FDIC, por cierto. Gaddi Vásquez es el director del Peace Corps.

Y finalmente deseo rendir homenaje a la Primera Dama de Panamá. Deseo darle la bienvenida, señora. Gracias por asistir. (Aplausos.) Realmente nos alegra que esté aquí. Su esposo es como yo, de cierta manera; ambos nos casamos bien. (Risas.)

Provenimos de muchas religiones. En Estados Unidos, todas las religiones son bienvenidas. Eso es lo bueno de nuestro país: todas las religiones son importantes. En Estados Unidos, las personas de fe no tienen el monopolio de la compasión, pero las personas de fe necesitan compasión para cumplir con el llamado de "Ame al prójimo como a sí mismo". Ese es un llamado universal.

Para los estadounidenses hispanos, el amor por el prójimo es más que un mandato del Evangelio: es un estilo de vida. Vemos el amor por el prójimo en la gran dedicación de los hispano-americanos a la familia y la cultura de vida. Para los hispano-americanos, las familias son una fuente de alegría y la base de una sociedad llena de esperanza. Nos dedicamos a respaldar y defender la santidad del matrimonio y garantizar que los estadounidenses más vulnerables sean bienvenidos en la vida y protegidos con amor. (Aplausos.)

Vemos el amor por el prójimo en los esfuerzos incesantes de las organizaciones religiosas y comunitarias de los hispano-americanos que se dedican a llevar esperanza a los lugares más duros. En Boston, la Congregación de León de Judá asesora a adolescentes de los barrios pobres para que tengan la oportunidad de hacer realidad los grandes sueños de los Estados Unidos. En St. Louis, Acción Social Comunitaria ayuda a los inmigrantes y a sus hijos a adaptarse a la vida estadounidense. En la arquidiócesis de Miami, Catholic Charities se ocupa de atender las necesidades de las personas con VIH/SIDA; en los barrios centrales de Filadelfia, Cortés dirige un programa fabuloso para ayudar a elevar el espíritu de cada uno de los niños. (Aplausos.)

President George W. Bush delivers remarks at the National Hispanic Prayer Breakfast at the Andrew Mellon Auditorium in Washington, D.C., Thursday, June 16, 2005. "In America, people of faith have no corner on compassion, but people of faith need compassion to be true to the call to "Ame al projimo como a sí mismo," love your neighbor like you'd like to be loved yourself. That's a universal call," said the President.  White House photo by Eric Draper Muchos en la comunidad hispana comprenden que al estar al servicio de los. de nuestros hermanos y hermanas. nos ponemos al servicio de una causa superior a nosotros. Y al hacerlo, ayudamos a todos los ciudadanos a tener una oportunidad de hacer sus sueños realidad en los Estados Unidos.

Finalmente, vemos el amor al prójimo en decenas de miles de hispanos que están al servicio de los Estados Unidos y la causa de la libertad. Uno de ellos era un inmigrante de México llamado Rafael Peralta. Un día después de recibir su tarjeta de residencia, Rafael se alistó en la Infantería de Marina. Pónganse a pensar. Mientras desempeñaba sus deberes en Iraq, este buen sargento escribió una carta a su hermano menor. Dijo, "Enorgullécete de ser estadounidense. Nuestro padre vino a este país, se hizo ciudadano, porque era el lugar correcto para nuestra familia". Poco después de escribir esa carta, el Sargento Peralta usó su propio cuerpo para cubrir una granada que un soldado del enemigo había metido rodando a una habitación llena de infantes de Marina.

En este desayuno de oración recordamos los sacrificios de personas honorables y buenas como el Sargento Peralta, que han mostrado su amor por el prójimo al dar la vida por la libertad.

Los hispano-americanos responden al llamado al servicio gustosamente, porque comprenden que la libertad es un obsequio divino que conlleva serias responsabilidades. Y al realizar su labor de reparar vidas arruinadas y llevar amor a los sectores de desesperanza y desesperación, sean fuertes, porque los sustenta la oración. Por medio de la oración. (Aplausos.)

Uno de los aspectos más poderosos de ser Presidente es saber que millones de personas rezan por mí y por Laura; personas que nunca tendré una oportunidad. (aplausos.) Piensen sobre un país donde millones de personas de todos los credos, personas que nunca tendré una oportunidad de mirar a los ojos y de agradecerles, se dan el tiempo de orar. Realmente es la fuerza de los Estados Unidos, ¿verdad? En nuestras plegarias pedimos que nuestros corazones se adhieran a Dios. En nuestras plegarias pedimos que se nos dé la fuerza para hacer lo correcto y ayudar a los necesitados.

Deseo agradecerles por la excelente tradición que continúan hoy. Es importante continuar esta tradición aquí mismo en plena capital de la nación. Deseo darles las gracias por lo que hacen por nuestra nación. Que Dios los bendiga, y que Dios continúe bendiciendo a nuestro país. Muchísimas gracias. (Aplausos.)

 END 8:36 A.M. EDT