Impacción
Etiología de la impacción
Signos y síntomas de impacción
Evaluación de la impacción
Tratamiento de la impacción
Etiología de la impacción
Cinco factores principales precipitan la impacción:
Signos y síntomas de impacción
El paciente puede presentar síntomas similares al estreñimiento o síntomas que no están relacionados con el sistema gastrointestinal. Si la impacción
ejerce presión sobre los nervios sacros, el paciente podría experimenta dolor de espalda. Cuando
la impacción ejerce presión sobre los uréteres, la vejiga o la uretra, se pueden desarrollar
síntomas urinarios. Estos síntomas incluyen el aumento o la disminución de la
frecuencia o urgencia de orinar, o la retención de orina.
Cuando hay distensión abdominal, se afecta el movimiento del diafragma, lo que
lleva a una aeración insuficiente con hipoxia y disfunción del
ventricular izquierdo subsiguiente. La hipoxia puede, a su vez, precipitar angina o
taquicardia. Si la presión de la
impacción estimula la respuesta vasovagal, el paciente puede padecer mareos e hipotensión.
El movimiento de las heces alrededor de la impacción puede ocasionar diarrea,
a veces explosiva. La tos o las actividades que aumentan la presión
intraabdominal pueden causar fuga de heces. Esta fuga fecal puede ir acompañada de
náusea, vómitos, dolor abdominal y deshidratación y prácticamente diagnostica esta
condición. De esta manera, el paciente con una impacción puede presentar un
estado agudo de confusión y desorientación, con signos de taquicardia,
diaforesis, fiebre, presión sanguínea elevada o baja y llenura o rigidez
abdominal.
Evaluación de la impacción
La evaluación incluye los cuestionamientos que se trataron previamente para el
paciente con estreñimiento (ver la sección sobre Evaluación del estreñimiento para obtener un listado de estas preguntas). También se auscultan
los ruidos intestinales para
determinar si están presentes, ausentes, si son hiperactivos o hipoactivos. Se
debe inspeccionar el abdomen para determinar la presencia de distensión y
palparse suavemente para buscar masas, rigidez o sensibilidad. El examen rectal
determinará la presencia de heces en el recto o en el colon sigmoideo. La radiografía
abdominal (en decúbito y de pie) mostrará la pérdida de marcas haustrales, características gaseosas que reflejan la cantidad total de heces y dilatación proximal a la
impacción.[2]
Si el diagnóstico de impacción fecal es dudoso, una serie de análisis de
laboratorio puede descartar otros problemas. Se puede efectuar un recuento
celular sanguíneo completo, análisis químicos sanguíneos apropiados, radiografías del tórax y un
electrocardiograma. Si el paciente está deshidratado, el nitrógeno ureico de
la sangre, la creatinina y la osmolalidad sérica serán elevados. Puede
presentarse elevación de la hemoglobina y los hematocritos lo cual indica
hemoconcentración. Ante la existencia de fiebre, el recuento de leucocitos puede
estar ligeramente elevado. Si el número de leucocitos es extremadamente alto
y el paciente presenta fiebre alta y dolor abdominal, se debe descartar la
obstrucción, la perforación, la infección o el proceso inflamatorio. Cuando hay distensión
marcada del ciego (diámetro ≥12 cm), existe riesgo de perforación
intestinal.
Tratamiento de la impacción
El tratamiento principal para la impacción es hidratar y ablandar las heces
de manera que puedan eliminarse o evacuarse. Los enemas (la retención de
aceite, el agua de la llave o el fosfato hipertónico) lubrican el intestino y
ablandan las heces. Se debe tener precaución; la impacción fecal puede
irritar la pared intestinal y los enemas utilizados de manera excesiva pueden
perforar el intestino. Podría ser necesario realizar una desimpacción digital si
las heces están al alcance. La mejor forma de realizarlo es al cabo de la administración de un enema para lubricar el intestino.
Los ablandadores intestinales no estimulantes, como el docusato, pueden
emplearse para ayudar a ablandar las heces en la parte superior del colon. Se puede
administrar aceite de oliva o mineral para aflojar las heces. Hay que tener cuidado
sí se administra docusato sódico con aceite mineral porque se puede intensificar la absorción sistémica del aceite mineral y producir granulomas lípidos
sistémicos.[3] También se pueden utilizar supositorios de glicerina. Se
debe evitar cualquier laxante que pueda estimular el intestino o causar
cólicos a fin de no producir mayor daño al intestino.
Bibliografía
-
Cefalu CA, McKnight GT, Pike JI: Treating impaction: a practical approach to an unpleasant problem. Geriatrics 36 (5): 143-6, 1981.
[PUBMED Abstract]
-
Bruera E, Suarez-Almazor M, Velasco A, et al.: The assessment of constipation in terminal cancer patients admitted to a palliative care unit: a retrospective review. J Pain Symptom Manage 9 (8): 515-9, 1994.
[PUBMED Abstract]
-
Brandt LJ: Gastrointestinal Disorders of the Elderly. New York, NY: Raven Press, 1984.
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