Presentación
La Fundación W.K. Kellogg fue creada en 1930 por el pionero de los cereales para el desayuno, W.K. Kellogg quien, en el transcurso de su vida, donó $66 millones en acciones de la Compañía Kellogg y otras inversiones para “ayudar a la gente a ayudarse a sí misma”.
La Fundación recauda sus ingresos principalmente del Fideicomiso de la Fundación W.K. Kellogg establecido por el Sr. Kellogg. Además de su diversificada cartera de inversiones, el Fideicomiso mantiene en su poder una parte substancial del patrimonio de la Compañía Kellogg. Aunque la Compañía Kellogg y la Fundación Kellogg han disfrutado de una prolongada relación, la Fundación es controlada por su propia Junta de Fiduciarios independiente. La Fundación recibe sus ingresos principalmente de las inversiones del Fideicomiso.
En el transcurso de los años, la programación de la Fundación Kellogg ha evolucionado, esforzándose por seguir siendo innovadora y atenta a las necesidades siempre cambiantes de la sociedad. Hoy en día, la organización se ubica entre las fundaciones privadas más grandes del mundo. Otorga donaciones en los Estados Unidos, Latinoamérica y El Caribe, y siete países del sur de África – Bostwana, Lesotho, Malawi, Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia y Zimbabwe.