Funcionario E.U. examina estrategias de socorro a Cuba
21 de enero del 2004
(Muchos factores conformarán respuesta humanitaria)
Washington -- Debido a que el dictador cubano Fidel Castro ha
reprimido a su pueblo durante más de cuatro décadas, "debemos
prepararnos con gran cuidado para la transición (final) de Cuba a la
democracia", dice Andrew Natsios, administrador de la Agencia de
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Advirtió Natsios en la Conferencia sobre la Transición en Cuba, que
tuvo lugar en Washington el 16 de enero, que la experiencia ha
demostrado a menudo que "las expectativas y frustraciones reprimidas
de un pueblo durante mucho tiempo oprimido, pueden en ocasiones hacer
erupción" de maneras peligrosas. "Nadie está más conciente de esto que
el presidente Bush", agregó.
El presidente reconoce que "la transición a la libertad les planteará
muchos retos al pueblo cubano y a Norteamérica", pero está decidido a
que "estemos preparados" para esos retos, dijo Natsios. Por esta
razón, explicó, Estados Unidos debe tener en cuenta tres cosas: los
factores que conformarán el socorro estadounidense humanitario al
principio de una transición en Cuba, las estrategias que deben guiar
los esfuerzos estadounidenses y la importancia de basar los esfuerzos
de socorro estadounidenses en una evaluación precisa de las
condiciones locales.
"El modo en que avance la transición en Cuba afectará profundamente la
naturaleza de nuestra respuesta humanitaria", destaco Natsios. Si se
descarta el surgimiento de un líder posterior a Castro que no tenga
interés en la democracia, dijo, en Cuba son posibles tres escenarios.
El primero -- y el más deseable -- sería la aparición de un gobierno
de transición estable y democrático "con amplio apoyo popular, sin
oposición perturbadora de parte del viejo orden de cosas y sin
violencia o desasosiego", observó. Una segunda alternativa sería el
surgimiento de un gobierno inestable de transición democrática que,
empero, "capee la tormenta mientras mantiene la capacidad de programar
elecciones y transferir el poder a un gobierno elegido
democráticamente". Y la tercera posibilidad es la aparición de un
gobierno democrático inestable "que se disuelva en un estado fallido,
debido a la violencia general de unas fuerzas armadas divididas en
facciones que apoyan a varios elementos del antiguo régimen", explicó
Natsios. "Según este escenario, anticiparíamos que ocurrirían
numerosas violaciones de los derechos humanos y que el sistema
político y la economía se derrumbarían".
El tercer escenario "es lo que llamamos una compleja situación de
emergencia humanitaria", dijo. "Si la transición de Cuba se convierte
en una compleja situación de emergencia humanitaria, pocas
organizaciones humanitarias estarían dispuestas a trabajar allí"
debido a que las condiciones serían consideradas demasiado peligrosas.
"Sin embargo", si un gobierno de transición democrático relativamente
exitoso "hubiera celebrado ya elecciones libres e imparciales,
entonces los esfuerzos de socorro deberían planear apoyar los nuevos
ministerios del gabinete de modo visible, tal como lo hicimos en
Panamá a principios de los años 90", argumentó Natsios.
Citó "dos imperativos esenciales" que son "esenciales en las
estrategias de socorro humanitario": salvar vidas y reducir el
sufrimiento humano. Natsios recomendó "el fortalecimiento de los
mecanismos de acción tradicionales dentro de la población"" más bien
que depender excesivamente de los productos básicos de socorro
importados, tales como alimentos y medicinas. "Si bien los productos
básicos donados pueden complementar este esfuerzo, son los programas
de rehabilitación inmediata los que rinden los resultados más
positivos y estimulan la autosuficiencia", declaró. "Los planes
diseñados deficientemente pueden, en ocasiones, exacerbar los
problemas".
Aunque "no podemos asegurar, mientras no se complete una evaluación
humanitaria total, qué necesitará Cuba", añadió, "una buena evaluación
calculará los abastos alimentarios de Cuba, la condición nutricional
de los niños, el alojamiento, la producción agrícola, el agua, los
servicios sanitarios", el equipo y los suministros médicos "y la
situación macroeconómica. De eso saldría una serie de programas y
recomendaciones específicos".
Natsios cerró sus comentarios ofreciendo al gobierno de Estados Unidos
y a la comunidad internacional varias sugerencias a considerar durante
una transición a la democracia en Cuba, y aplaudió a los "muchos y
excelentes oradores" en la conferencia del 16 de enero, que
contribuyen con sus propias ideas. Hizo notar que "muchas de estas
ideas se publicarán" y ayudarán a conformar las recomendaciones que el
secretario de Estado Colin Powell le presentará al presidente el 1 de
mayo de 2004 "en nombre de la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre".
Recalcó que la USAID "comparte por entero" el compromiso de la
administración Bush de facilitar una transición rápida y pacífica a la
democracia en Cuba. "No sabemos cuándo le llegará finalmente al pueblo
cubano la libertad", reflexionó Natsios. "Pero sí sabemos que ese día
llegará. Y, cuando llegue, `estaremos preparados', tal como lo ha
dicho el presidente Bush".
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