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The Uninvited Guest

Thursday, September 4th, 2008

About the author: Brenda Reyes Tomassini joined EPA in 2002. She is a public affairs specialist in the San Juan, Puerto Rico office and also handles community relations for the Caribbean Environmental Protection Division.

Last Saturday, as I was watching the 11:00 p.m. news, the weather anchor gave an advisory of Sahara dust in the area. Too late I thought, since I have an asthmatic three year old. Most of us who suffer with asthma can feel the effects before satellites detect this Saharan cloud. Following the weather advisory, I had him stay inside the house all Sunday as a preventive measure. As feared, Monday morning came and he was wheezing with a full blown asthma attack.

Satellite view of dust cloud over Atlantic OceanEvery summer, particles of dust from the Sahara Desert travel halfway around the globe and settle in the Caribbean area around Puerto Rico. This dust impacts not only our air quality, but the climate. This cloud, full of minerals and fungi, alters the quality of air and impacts not only respiratory health, but ecosystems as well. Some studies trace the loss of coral reefs in the Caribbean to this phenomenon. It’s incredible that these small particles from the Sahara Desert in Africa can cause so many adverse impacts to the environment and health an ocean away.

According to the National Aeronautics and Space Administration (NASA), in July 2000 alone, nearly eight million tons of dust from Africa reached Puerto Rico. That’s the equivalent of eight million pickup trucks (each pickup truck weighs one ton. Satellite imagery tracks this gigantic cloud that arrives from Africa every year, peaking between May and August in our area. Most of the population relies on the Puerto Rico Environmental Quality Board air quality information. Also the National Weather Service, issues warnings whenever the uninvited guest drops by our beautiful Caribbean island.

I was counting my blessings all summer long since it had been five months since my son’s last attack. A combination of factors had been successful in helping us manage his asthma over the past months. First the medications, second, I had been very vigilant about indoor asthma triggers and third, during the summer, since he was at home, I made him stay indoors every time the air quality index rose to alert levels. Nevertheless, here I was back to square one with our yearly uninvited visitor: Sahara dust.

El Visitante No Invitado

Thursday, September 4th, 2008

Sobre la autor: Brenda Reyes Tomassini se unió a la EPA en el 2002. Labora como especialista de relaciones públicas en la oficina de EPA en San Juan, Puerto Rico donde también maneja asuntos comunitarios para la División de Protección Ambiental del Caribe.

El sábado pasado, mientras veía el noticiario de las 11:00 p.m. el reportero ancla del tiempo anunció un alerta de polvo del Desierto del Sahara en el área. Muy tarde, pensé, ya que mi hijo de tres años es asmático y al igual que otras personas asmáticas y alérgicas puede sentir los efectos antes que los satélites puedan detectar esta nube de polvo. Ese día nos había acompañado a realizar encargos e inclusive había jugado afuera. Al día siguiente del aviso, hice que mi hijo se mantuviera dentro de la casa como medida preventiva. Sin embargo y tal como temiera, el lunes ya tenía un ataque de asma.

Satellite view of dust cloud over Atlantic OceanTodos los veranos las partículas de polvo del Desierto del Sahara viajan alrededor del mundo y se asientan en el área del Caribe, especialmente en Puerto Rico. Este polvo no solo afecta nuestra calidad de aire, pero también el clima. La nube, lleva de minerales y hongos, altera la calidad del aire e impacta severamente a aquellos con condiciones respiratorias, pero también afecta los ecosistemas. Inclusive algunos estudios asocian la pérdida de corales en el Caribe a este fenómeno. Es increíble que partículas tan pequeñas sean responsables de tanto impactos adversos al medioambiente, las personas y a los ecosistemas que se encuentran a un océano de por medio.

De acuerdo a la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial (NASA, por sus siglas en inglés), en el mes de julio del año 2000 llegaron a Puerto Rico 8 millones de toneladas de polvo del Desierto del Sahara. Eso es el equivalente a 8 millones de camionetas! ( cada camioneta pesa una tonelada). Aunque las imágenes de satélite vigilan esta nube gigante que llega a nuestro vecindario caribeño entre los meses de mayo y agosto, la gran mayoría de la ciudadanía depende del informe de caldidad de aire de la Junta de Calidad Ambiental de Puerto Rico. Este a su vez es el que utilizan los noticiarios junto a los avisos que emite el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) para alertar a la población.

Ante este panorama, siempre tomo mis precauciones especiales durante el verano con mis niños para que no se vean afectados con alergias o asma. Hacía cinco meses que a mi hijo menor no le daba un ataque de asma. Una combinación de factores que incluyen medicamentos, controlar los detonantes y el mantenerlo dentro de la casa cuando los informes de calidad de aire indicaban un nivel insalubre, habían resultado exitosos para manejar su condición. Pero cierto visitante no invitado, el polvo del Desierto del Sahara, se encargó que todos mis esfuerzos se hicieran sal y agua en menos de 48 horas.