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Vieques, “Isla Nena”

Thursday, August 28th, 2008

About the author: Brenda Reyes Tomassini joined EPA in 2002. She is a public affairs specialist in the San Juan, Puerto Rico office and also handles community relations for the Caribbean Environmental Protection Division.

Lea la versión en español a continuación de esta entrada en inglés.
Some links exit EPA or have Spanish content. Exit EPA Disclaimer

Ariel photo of Vieques, Puerto RicoUp in the sky I feel a little relieved. My flight to Vieques just took off on time, which means I will arrive on time to the Second Children’s Health Fair. In less than 12 minutes, and after crossing a stretch of seven miles off the southeastern coast of Puerto Rico I will arrive at my destination. The Caribbean sea underneath me divides this municipality, which is home to around 10,000 residents, from the rest of the big island. Though I am not a native of Vieques, it has become my favorite place in the world ever since I began working as community involvement coordinator in 2002 on the investigation of hazardous waste contamination on areas of the island.

photo of starfish in clear water Beginning in the 1940s, Vieques became home to the Atlantic Weapons Training Facility Area, when 25,000 acres in the western and eastern parts of the island were used as naval support and training facilities. After the U.S. Navy left in 2003, portions of the island were included in EPA’s National Priorities List for cleanup under the Superfund program. The eastern part of the island is now the Vieques Fish and Wildlife Refuge and has some of the most beautiful beaches and views in the Caribbean. Two of them opened in 2004: Blue Beach and Red Beach, or as locals call them, “Playa La Chiva” and “Playa Caracas.” Shades of blue, turquoise and light green make up most of the beaches in the site. I have also seen green turtles, stingrays and starfish swimming peacefully and monarch butterflies dancing in the hot dry air.

Due to the nature of the site, EPA established a field office in Vieques, where our Remedial Project Manager is stationed. As part of our outreach efforts I have participated in many activities over the course of the last six years. However it is the first time we participate in the Children’s Health Fair. More than 700 children, residents of Vieques, along with Puerto Rico’s First Lady and the Secretary of Health attended the activity. In our booth coloring books on asthma were given away along with environmental health materials. At the end of the day I am exhausted beyond words. The children seem to be as exhausted as I am but are quickly delighted to see the big spray of the fire truck. They run towards the water and I would love to do the same, but a 12 minute plane ride and 1.5 hour drive await me in order to get home

What is not to love about Vieques?

Vieques, Isla Nena

Sobre la autor: Brenda Reyes Tomassini se unió a la EPA en el 2002. Labora como especialista de relaciones públicas en la oficina de EPA en San Juan, Puerto Rico donde también maneja asuntos comunitarios para la División de Protección Ambiental del Caribe.

Ariel photo of Vieques, Puerto RicoArriba en el aire me siento un poco más relajada. Mi vuelo hacia Vieques partió a la hora esperada, lo que significa que llegaré justo a tiempo a la Segunda Feria de Salud del Niño en Vieques. En menos de 12 minutos y luego de cruzar siete millas de la costa sureste de Puerto Rico llegaré a mi destino. Debajo de mi el mar Caribe, azul y tranquilo, divide este municipio del resto de la “Isla Grande”. Aunque no nací ni crecí en esta isla en la que habitan cerca de 10,000 personas, es mi lugar preferido en el mundo desde que comencé a laborar con la EPA como coordinadora de relaciones con la comunidad en el 2002 como parte de la investigación de lugares contaminados en esta isla-municipio.

photo of starfish in clear water Desde los 1940’s Vieques albergó las instalaciones de la Flota de Entrenamiento de Armas del Atlántico de la Marina de los Estados Unidos en unos 25,000 acres que eran utilizados como facilidades de apoyo y entrenamiento. Luego que la Marina partió en el 2003, porciones de la isla fueron incluidas en la Lista Nacional de Prioridades de la EPA. La parte este de la isla es hoy día un Refugio de Vida Silvestre manejado por la Agencia Federal de Pesca y Vida Silvestre. Allí dos de las playas más hermosas del Caribe fueron abiertas al público general en el 2004: Playa La Chiva y Playa Caracas también conocidas como Red Beach y Blue Beach. En estas playas azul turquesa y de arena blanca como el azúcar he podido ver mantarayas, estrellas de mar y tortugas. También he visto mariposas monarcas danzar en el aire caliente y seco de los terrenos del refugio.

Dada la magnitud y naturaleza del caso, la EPA estableció una oficina en Vieques en donde nuestro gerente de proyecto supervisa las labores de investigación y es el enlace inmediato con la comunidad. Como parte de nuestros esfuerzos comunitarios hemos participado en decenas de actividades en los últimos 6 años. Sin embargo, ésta es la primera vez que participamos de esta Feria. Cerca de 700 niños residentes de Vieques junto con la Primera Dama de Puerto Rico y la Secretaria de Salud participaron de la actividad. En nuestro exhibidor repartimos libros de colorear sobre asma y materiales educativos para los padres. Al final del día los niños han terminado tan exhaustos y acalorados como yo, sin embargo ellos emocionados corren al camión de bomberos donde un gran chorro de agua los refresca. Me gustaría poder hacer lo mismo que ellos y empapar mi ropa de agua fría. Pero me espera un vuelo de 12 minutos y manejar una hora y media para poder llegar a casa.

¿Por qué no me ha de encantar de Vieques?

Enjoying the Scenery

Tuesday, July 22nd, 2008

About the author: Brenda Reyes Tomassini joined EPA in 2002. She is a public affairs specialist in the San Juan, Puerto Rico office and also handles community relations for the Caribbean Environmental Protection Division.

Lea la versión en español a continuación de esta entrada en inglés.
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Photo of a cloudy day at the beachAs I drive down the road following the vehicle in front of me, I can’t stop wondering about the beautiful surroundings. With every glimpse, as I try to slow down and drive through this narrow rural coastal road, Isabela’s sand dunes reveal before my eyes like a never ending spectacle. This is the part of my job I enjoy the most! It is a beautiful hot Monday with no clouds in sight and with every mile I feel the urge to dip into the clear blue water. Héctor Varela, my companion, a surfer and member of NUPA an NGO from the town of Isabela, stops at the end of the road and urges me to step outside of the comfortable 69F inside my car. I am taken aback by the foul smell coming from an area known to surfers as Guayabo. This is what I came here for: the smell. What began as a preoccupation some surfers had, has turned into a brand new assignment: coordinating a meeting between CEPD and the community to hear their concerns and find a solution to the problem.

This part of Isabela, known as Barrio Jobos is a paradise for tourists and local beach lovers. The panoramic views, submarine caves and great surfing provide the recreation and beauty that attracts thousands of people every year. A few years ago the problem was the trash on the highly dense areas of Jobos. Another NGO, Rescate Playas Isabela, adopted the beaches and began a massive restoration and cleanup project that has garnered them an EPA’s EQA in 2008. The ongoing work of these two NGO’s is an example of how environmental vigilance has come a long way from protesting as NGO’s have transformed into allies of the economic and tourism sector to showcase not only our natural resources but to be vigilant whenever they are being endangered and seek the advice from regulatory agencies.

Disfrutando del Paisaje

Mientras sigo al vehículo que va frente a mi no puedo dejar de admirar el bello paisaje a mi alrededor. Con cada vistazo y mientras trato de reducir la velocidad en esta carretera rural, las dunas de arena de la costa Isabelina
se revelan ante mis ojos como un espectáculo que no quiere terminar . Esta es la parte de mi trabajo que más disfruto! Es un lunes hermoso, el cielo está perfecto sin nubes y con cada milla que recorro siento la urgente necesidad de lanzarme al agua que luce de un hermoso tono azul turquesa claro. Héctor Varela, mi acompañante, conduce el auto que va al frente. El es un “surfer” y miembro del grupo ambiental comunitario Nación Unida Pro Ambiente (NUPA)
quienes están ubicados en la ciudad norteña de Isabela, famosa por las dunas que acabo de describir. Al llegar al final de nuestra travesía Héctor me pide que me baje del auto y abandone los cómodos 65F del acondicionador de aire. Lo hago con gusto ya que el paisaje es hermoso. Afuera el viento sopla hacia el norte y el calor, la humedad y el olor son insoportables. Hay algo huele mal y para eso he venido aquí a este sector conocido como Guayabo. Lo que comenzó como una preocupación de un grupo de “surfers” se ha convertido ahora para mí en una nueva asignación. Tengo que coordinar una reunión entre los residentes de esta comunidad y el personal de nuestra División de Protección Ambiental del Caribe (CEPD), a la que pertenezco, para hablar de este problema y encontrarle una solución.

Esta parte de Isabela, el Barrio Jobos, es un paraíso para turistas y amantes de la playa. Las vistas panorámicas, las cuevas submarinas y las olas perfectas para el “surfing” proveen el tipo de recreación y belleza que atrae a miles de personas cada año a estas costas. Hace pocos años el problema de la basura en las áreas más pobladas y visitadas de Jobos era un problema. Ya no lo es gracias al esfuerzo de otro grupo comunitario Rescate Playas Isabela, quienes no solo limpiaron y adoptaron las playas como lo anuncian los rótulos, si no que llevan a cabo esfuerzos masivos por mantenerlas limpias y concienzar a los visitantes y residentes. Todo este esfuerzo les ha valido un Envirormental Quality Award este año, este es el reconocimiento más alto que otorga la Región 2 a aquellos grupos, instituciones o personas que protegen el medioambiente. El trabajo de estos dos grupos NUPA y Rescate Playas Isabela es un claro ejemplo de cómo el rol vigilante de los grupos ambientales de base comunitaria se ha transformado de la protesta a la colaboración. Ellos son aliados vitales para que la economía y el turismo puedan progresar al mantener limpios nuestros más preciados recursos naturales no solo para el disfrute de los residentes pero también de aquellos que los visitan.

Keep the coquí alive!

Thursday, May 15th, 2008

About the author: Lina Younes has been working for EPA since 2002 and chairs EPA’s Multilingual Communications Task Force. Prior to joining EPA, she was the Washington bureau chief for two Puerto Rican newspapers and she has worked for several government agencies.

Lea la versión en español a continuación de esta entrada en inglés.

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When my friend Jeff M. came back from Hawaii, he mentioned the Hawaiian-Puerto Rican controversy over the tiny Puerto Rican frog, the coquí-the Eleutherodactylus coquí.

The controversy or “national conflict” depending if you ask a Puerto Rican, made front page headlines several years ago when Puerto Rico got wind of Hawaii’s efforts to eradicate these innocent Puerto Rican frogs. How did they travel thousands of miles across the oceans? Apparently some innocent coquís got on a plant shipment from the tropical paradise in the Caribbean to a similar paradise thousands of miles away in the Pacific. Needless to say, in that tropical setting without any indigenous predators, these Puerto Rican coquis have multiplied abundantly!

photo of a coqui frogThese small frogs are known for their melodious nocturnal sounds in Puerto Rico. They have been the inspiration for numerous songs, stories, and poetry. These small amphibians have become an unofficial symbol of Puerto Rico. In fact, I just read a newspaper article in Puerto Rico, that the Sierra Club-PR and the University of Puerto Rico hosted an Earth Day event to promote the defense of the coquí.

Yet, the coquís-named after their musical chirping-cokée, cokée–have not received a warm aloha from our fellow U.S. citizens in Hawaii.

In fact, what is music to the ears of many Puerto Ricans became more than a amphibian cacophony over in the Pacific. In Hawaii, the coquí chants have been compared to the noise pollution caused by lawn mowers! That’s hard for me to conceptualize, given the fond memories of listening to the coquís at nighttime. I remember many a rainy night falling asleep to the symphony of these harmless creatures. They are so small and defenseless! But for the residents of the state of Hawaii, the Puerto Rican coquís are doomed for complete eradication and some of the methods are not benign at all

It’s true that the Puerto Rican coquí has become an invasive species in Hawaii, yet I still don’t see how coquís challenge Hawaiian wildlife. I still cannot understand why their chants are not music to the ears of the inhabitants of this Island State. Sad to say, it all boils down to one man’s friend is another man’s foe.

Nonetheless-please save the Puerto Rican coquí.

(UPDATE 7/15/2008 - see also Post-Hawaii Musings)

¡Qué viva el coquí!

Sobre la autor: Lina M. F. Younes ha trabajado en la EPA desde el 2002 y está a cargo del Grupo de Trabajo sobre Comunicaciones Multilingües. Como periodista, dirigió la oficina en Washington de dos periódicos puertorriqueños y ha laborado en varias agencias gubernamentales.

Cuando mi amigo Jeff M. regresó de Hawaí, mencionó la controversia entre Hawaí-Puerto Rico sobre la pequeña ranita puertorriqueña, el coquí-Eleutherodactylus coquí.

Esta controversia o “conflicto nacional” si le pregunta a un puertorriqueño, fue motivo de titulares de primera plana hace varios años atrás cuando Puerto Rico se enteró de los esfuerzos hawaianos por erradicar estos pequeños anfibios. ¿Cómo viajaron miles de millas por los océanos? Aparentemente unos inocentes coquíes estaban en un cargamento de plantas que viajaron del paraíso tropical en el Caribe a otro paraíso semejante miles de millas de distancia en el Pacífico. ¡Demás está decir que en ese entorno tropical sin enemigo autóctono en Hawaí, estos coquíes se multiplicaron abundantemente!

photo of a coqui frogEstos pequeños anfibios se caracterizan por los sonidos nocturnos en Puerto Rico. Han servido de inspiración a numerosas canciones, cuentos, y poesías . Estos pequeños anfibios se han convertido en un símbolo extraoficial de Puerto Rico. De hecho, acabo de leer un artículo de periódico anunciando que el Sierra Club-PR y la Universidad de Puerto Rico auspiciaron un evento del Día del Planeta Tierra para promover la defensa del coquí.

Sin embargo, los coquíes-conocidos por su melodioso cantar-coquí, coquí-no han recibido un caluroso aloha de sus conciudadanos estadounidenses en Hawaí.

De hecho, lo que es música para los oídos de muchos puertorriqueños se convirtió en una cacofonía anfibia allá en el Pacífico. ¡En Hawaí, el cantar del coquí ha sido comparado a la contaminación de ruido ocasionado por las cortadoras de césped! Me es difícil conceptualizarlo dado los gratos recuerdos de escuchar a los coquíes al anochecer. Recuerdo muchas noches lluviosas quedarme dormida con la sinfonía de estas criaturas inofensivas. ¡Son pequeñas e indefensas! Pero para los residentes del estado de Hawaí, los coquíes puertorriqueños están condenados a erradicación completa y algunos de los métodos no son nada de benignos.

Es cierto que el coquí puertorriqueño se ha convertido en una especie invasora en Hawaí, pero todavía no veo cómo los coquíes amenazan la vida silvestre hawaiana. Tampoco entiendo el por qué su cantar no es música para los oídos de los habitantes de este estado isleño. Lamento decir, que la controversia se limita al hecho de que la criatura que es amiga para unos resulta enemiga de otros.

Independientemente de la clasificación-ayuden a salvar al coquí puertorriqueño.