Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados para discurso del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Michael B. Mukasey en la ceremonia por el Día Nacional de Niños Desaparecidos


Miércoles, 21 de mayo de 2008

Gracias, Bob. Y gracias a todos los trabajadores de la Oficina de Justicia Juvenil y Prevención de la Delincuencia que ayudaron a organizar el evento ’de hoy.

Esta semana se cumplieron veinticinco años del día en que el Presidente Ronald Reagan conmemorara el primer Día Nacional de Niños Desaparecidos. La proclama del Presidente decía, y cito: “Los niños son el activo más valioso y vulnerable de nuestro país. Son nuestro enlace al futuro, nuestra esperanza de una vida mejor. Su protección y seguridad debe ser una de nuestras mayores prioridades.”

Hoy nos reunimos, como lo han hecho los estadounidenses todos los años desde que el Presidente Reagan escribió esas palabras hace 25 años, para reafirmar ese compromiso – para celebrar el trabajo que hemos realizado para fomentar la protección y la seguridad de nuestros niños, y para garantizar que no se haga caso omiso al llamado de –acciones firmes’ del Presidente Reagan.

Cuando tomé el puesto de Secretario de Justicia de los Estados Unidos, una de las primeras cosas que hice fue visitar nuestra Sección de Explotación y Obscenidad Infantiles y reunirme con personas muy dedicadas que investigan y enjuician delitos contra niños.

Como juez, he presidido algunos de esos casos, por lo que sabía perfectamente que hay personas que buscan atraer a niños para tener contacto sexual con ellos. De todos modos, esta visita me abrió los ojos.

En esa reunión, el equipo me dio una insignia de batalla—la insignia que le dan a los fiscales de la oficina después de que enjuician uno de estos casos. Me enorgulleció aceptar esa insignia, como un símbolo de confianza en vez de como un trofeo. Estos son casos difíciles, el tipo de caso que se queda con uno mucho después de dictado el veredicto. Los hombres y mujeres que trabajan en esa oficina se ganan sus insignias de batalla todos los días.

Unos días después de esa visita, visité el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados en Alexandria. Me reuní con Ernie Allen y parte de su personal, y vi el gran trabajo que realizan allí. Vi la unidad de progresión de edad, donde usan tecnología para crear una imagen de la apariencia posible de un niño desaparecido años después de su desaparición. Y pude ver su Pared de recuperaciones recientes, donde celebran historias exitosas de niños encontrados y casos resueltos. De todos los monumentos y tributos que he visto en Washington, y he visto muchos... esa pared quizás sea uno de los monumentos más positivos y esperanzadores que he visto.

Visité a estos dos grupos en mi primer mes en el cargo porque quería asegurarme de que quedara claro el lugar que este tema tenía en mi mente y en mi corazón. Sé que los delitos contra niños han sido una prioridad del Departamento de Justicia, y quería que todos supieran que iban a seguir siendo una prioridad.

El secuestro de un niño es un delito particularmente perverso. Lo que comienza como un momento de incertidumbre para los seres queridos de una víctima se transforma en un horror que resulta inexplicable a cualquiera que no lo haya compartido, y nunca puede ser reparado. Existen pocos desafíos en las fuerzas del orden público en que se pueda decir tan claramente que luchamos del lado de los ángeles. Y pocos desafíos que nos puedan hacer sentir tan impotentes. Pero el trabajo del Departamento en esta área, y el trabajo de nuestros socios a nivel estatal y local y en las organizaciones sin fines de lucro – el trabajo de las personas premiadas hoy y todos ustedes – es un argumento convincente de que podemos marcar una diferencia. Estamos en la lucha y estamos avanzando.

Hace unos días, el Departamento conmemoró el segundo aniversario del Proyecto Niñez Segura. Esa iniciativa comenzó porque el Departamento se dio cuenta de que tecnología como Internet se había convertido en el medio perfecto para los predadores; e iba a hacer falta una labor unificada -- edificada en asociaciones entre autoridades federales, locales y estatales -- para vencer a esos predadores.

La misión del Proyecto Niñez Segura es, llanamente: proteger a los niños contra la explotación y el abuso en Internet.

En el pasado, cuando los padres pensaban en amenazas a la seguridad de sus hijos, temían lo que podía ocurrir cuando volvían caminando de la escuela o en el patio de juegos. Pero la realidad ha cambiado; el hogar ya no es el santuario que era. Solo conectándose a Internet, los niños se exponen a amenazas nuevas y escondidas. La sala de juegos o chat en línea que los padres ven como un entretenimiento para sus hijos después de hacer la tarea, en realidad puede ser un escondite de pedófilos adultos. El correo electrónico se puede convertir en una herramienta de engaño y secuestro.

Eso es lo que le ocurrió a una niña de 13 años de Michigan, quien buscó amigos en el ciberespacio para escapar de una vida familiar difícil. Allí conoció a alguien que ella pensaba que era un adolescente de Texas, que era exactamente la persona que ella buscaba: alguien que la trataría bien, le diría lo que quería escuchar y la amaría.

Después de manipular a la niña por meses, el hombre que se hacía pasar por un amigo adolescente viajó a Michigan y empezó a entrar a escondidas a su habitación en el sótano a altas horas de la noche. En el transcurso de una semana, tuvo sexo con ella en diversas ocasiones y la convenció de huir con él y casarse. Ella dejó una nota y desapareció.

Afortunadamente, cuando se emitió la alerta AMBER a la mañana siguiente, un ayudante de alguacil muy despierto recordó al hombre de haberlo detenido en su automóvil dos días antes, y la policía rastreó a la niña y a su secuestrador hasta un motel local. El culpable resultó ser un hombre de 27 años con una esposa, dos hijos y un historial de violencia doméstica. Además, el hombre portaba un arma. Mediante un allanamiento en el cuarto y su auto se hallaron balanzas y celulares con rastros de cocaína, y computadoras que contenían miles de imágenes y videos de abuso sexual de menores.

Inicialmente fue acusado por autoridades estatales, pero sus opciones de sentencia eran débiles en comparación con lo que se podía lograr bajo directrices federales, por lo que nuestra Fiscalía Federal tomó el caso. El demandado se declaró culpable, la víctima no tuvo que testificar, y el demandado ahora enfrenta una sentencia de entre 17 y 25 años de prisión.

Ese es precisamente el objetivo del Proyecto Niñez Segura: hacer que las autoridades federales trabajen en cooperación con nuestros colegas estatales y federales para lograr la investigación y el enjuiciamiento más sólido posible. No se trata de quien recibe el reconocimiento: hay cosas en la vida que son más importantes que eso. Y la protección de nuestros niños claramente es una de esas cosas.

Los resultados de nuestra colaboración hablan por sí mismos. Nuestras oficinas presentaron más de 2,100 acusaciones formales por el Proyecto Niñez Segura en el año fiscal 2007, lo que representa un aumento del 28 por ciento respecto del año anterior. Nuestras Fuerzas de Tarea de Delitos en Internet contra los Niños realizaron 2,354 arrestos por delitos de explotación infantil en línea, un aumento del 15 por ciento respecto de 2006. Y el sistema de Alerta AMBER, que ahora abarca los 50 estados y más, ha generado el rescate y el regreso seguro de casi 400 niños secuestrados.

Sin embargo, no nos detenemos a descansar porque con que haya solo un niño desaparecido o explotado, ya es demasiado. Recientemente anunciamos 43 nuevos puestos de Fiscales Federales Auxiliares en todo el país, para presentar más de estos casos y para alejar a más de estos delincuentes de nuestros hijos.

También hemos estado activos en el área de prevención porque es mucho mejor evitar que los niños se conviertan en víctimas en primer lugar que intentar encontrarlos después de que son secuestrados. El Departamento patrocina diversos programas para ayudar a educar a los padres sobre cómo mantener a sus hijos a salvo en Internet. Uno de ellos, llamado "Pensar antes de publicar", ha recibido decenas de millones de dólares en donaciones de tiempo de aire desde que fue lanzado el año pasado.

El Proyecto Niñez Segura se ocupa de una causa cautivante y justa. Lo creamos en respuesta a una verdadera amenaza a la seguridad pública. La amenaza se mantiene, por lo que nuestro trabajo continua.

El tipo de éxito que hemos tenido no es accidental. Se logra gracias a que miembros de las fuerzas del orden público y otras personas, en todos los niveles, están comunicándose y trabajando en cooperación. Esta es una coalición sólida a nivel nacional de personas comprometidas—con gran cantidad de asociados dedicados a apoyarse los unos a los otros y haciendo fuerza para lograr nuestro simple objetivo de hacer que la niñez sea la época segura y optimista que debería ser.

Debemos tener siempre presente la necesidad de proteger a los niños, ese “activo tan valioso y vulnerable” del que el Presidente Reagan habló hace 25 años. Y también tenemos que recordar a esos niños desaparecidos que todavía no han regresado a su casa: después de terminar con nuestros compromisos aquí esta tarde; después de que se apilen las sillas; después de que termine este Día Nacional de Niños Desaparecidos. Esto no puede ser solamente un evento que realizamos cada mes de mayo: tiene que ser una prioridad urgente todo el año.

Sé que todos ustedes comparten ese compromiso. Y les agradezco su ardua labor, y sé que su país también les agradece.

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