Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Michael B. Mukasey en la conferencia de prensa sobre la situación de la frontera

WASHINGTON, D.C.
22 de febrero de 2008

Buenas tardes. Gracias, Secretario Chertoff.

De la seguridad de nuestras fronteras surgen temas básicos para nosotros como nación. La capacidad de controlar quién y qué entra y sale de un país es uno de los atributos más importantes de un gobierno soberano, y el poder hacerlo es vital para la seguridad de nuestra nación.

A pesar de que el Congreso no aprobó la reforma integral de inmigración, es mucho lo que hemos hecho para ayudar a proteger nuestras fronteras a lo largo de los últimos años; pero aún queda mucho por hacer. Esto es especialmente verdad en conexión con nuestra Frontera Sudoeste.

La solución de los numerosos problemas asociados a la frontera se encuentra entre mis prioridades más altas. Debido a ello, uno de los primeros viajes que realicé como Secretario de Justicia de los Estados Unidos fue a la Frontera Sudoeste y a México, un asociado indispensable en nuestra labor de coacción en la frontera.

En dicho viaje, hace apenas un mes, visité el puerto de entrada en Nogales, Arizona, e hice un viaje en helicóptero a lo largo de la frontera. Me reuní con fiscales federales y agentes de las fuerzas del orden público que sirven en las líneas de frente para la protección de nuestras fronteras. Me reuní con un grupo de jueces que presiden sobre muchos de los casos iniciados por el Departamento. También me reuní con los cinco Fiscales Federales cuyos distritos comprenden la Frontera Sudoeste.

Volví de ese viaje con una idea cabal de los desafíos y complejidades que enfrentamos a lo largo de la frontera, y los recursos necesarios para tratar de los mismos. Mi trabajo posterior con respecto a estos problemas aumentó mi comprensión de los desafíos que aún enfrentamos.

Una de las principales lecciones que aprendí es que una misma solución no sirve para todos. . . que flexibilidad es la clave. Esto se debe a dos motivos. En primer lugar, cada sector de la frontera, y cada distrito de la frontera, tiene sus propios desafíos, sus propios problemas y sus propias oportunidades con base en el terreno, el flujo de tráfico, patrones de delitos, y recursos. Lo que puede funcionar en un sector o distrito no necesariamente funciona en otro.

En segundo lugar, la situación en la frontera es dinámica. O sea, los delincuentes con los que estamos lidiando - contrabandistas de extranjeros, contrabandistas de drogas, contrabandistas de armas, y similares - vigilan atentamente dónde estamos y qué hacemos. En mi viaje en helicóptero a lo largo de la frontera, por ejemplo, me mostraron cómo contrabandistas han distribuido equipos de vigilancia que funcionan con baterías de automóviles, para rastrear el movimiento de nuestros agentes de las fuerzas del orden público. Cuando ajustamos nuestras prácticas y políticas, los contrabandistas ajustan las de ellos. Es crucial, por lo tanto, que cambiemos nuestra táctica periódicamente, así como nuestra posición, y nos mantengamos un paso adelante de quienes intentamos detener.

Si bien no sirve una misma solución para todos, como ocurre en otros casos, es absolutamente imprescindible que trabajemos unidos, que la mano izquierda sepa qué hace la derecha. No hace que nuestro país como un todo esté más seguro que un distrito resuelva un problema trasladándole dicho problema a otro distrito.

Con estos desafíos en mente, el Departamento de Justicia está desarrollando una estrategia de coacción en la Frontera Sudoeste que no solo es exhaustiva, sino que también es flexible en lo que se refiere a responder a las necesidades y desafíos específicos de cada sector y cada distrito.

Trabajando en relación estrecha con nuestros asociados en el Departamento de Seguridad Nacional, uno de nuestros principales objetivos es reducir los incentivos para que personas entren ilegalmente a este país. Dicho de otra manera, estamos buscando elevar los costos de venir ilegalmente, especialmente para quienes vienen ilegalmente y cometen delitos adicionales, como el narcotráfico y tráfico de armas de fuego. Por ejemplo:

-Como anunció el Secretario Chertoff hace unos minutos, la semana que viene aumentaremos las multas civiles impuestas a patrones que, a sabiendas, contraten a inmigrantes ilegales, en un 25 por ciento, el máximo permitido por la ley y el primer aumento del tipo desde 1999; también estamos trabajando con el Departamento de Seguridad Nacional [Department of Homeland Security (DHS)] en aumentar los enjuiciamientos penales contra los principales transgresores de leyes de empleo.

-Estamos aumentando los enjuiciamientos por entrada sin inspección a través de programas como la Operación "Streamline". Todo indica que dichos programas tuvieron un efecto importante de disuasión sobre la inmigración ilegal como lugares como Del Río, Texas, y Yuma, Arizona, reduciendo el número de personas que regresan ilegalmente a los Estados Unidos y desincentivando a otros de venir aquí ilegalmente en primer lugar. Hemos iniciado un programa piloto de enjuiciamiento por delitos menores en Tucson, Arizona, y examinaremos los resultados para una posible implementación en otros lugares.

-En asociación con el DHS, estamos trabajando para mejorar los índices de enjuiciamiento y deportación de extranjeros delincuentes, especialmente miembros de pandillas, que están detenidos en cárceles y prisiones de los Estados Unidos. El Distrito Central de California, por ejemplo, lanzó un programa piloto en 2006, y el año siguiente hubo un aumento del 116% en enjuiciamientos de extranjeros delincuentes por volver a entrar ilegalmente. Estamos analizando dicho programa, con vistas a ampliarlo a los distritos de la Frontera Sudoeste y otros distritos.

-Y estamos cerrando la brecha legal denominada partida voluntaria, la cual permite a extranjeros ilegales permanecer en el país al seguir litigando sus casos, aunque hayan aceptado partir voluntariamente y recibido ciertos beneficios por hacerlo. Publicamos una norma propuesta en noviembre y, a la espera de una decisión de la Corte Suprema con relación a un tema relacionado, esperamos emitir una norma final más adelante este año.

Además de estos cambios, el Departamento de Justicia está haciendo lo posible para ser más receptivo a quienes tienen derecho a estar en este país. Una de las maneras en que lo estamos haciendo es a través de una labor conjunta del Buró Federal de Investigaciones [Federal Bureau of Investigation (FBI)] con el DHS para mejorar el proceso de realización de verificaciones de nombres de inmigrantes que buscan cambiar su situación. Es importante verificar los archivos de las fuerzas del orden público y de inteligencia asociados a estos extranjeros; sin embargo, la cantidad enorme de verificaciones ha provocado un atraso enorme. La cantidad de verificaciones acumuladas está cayendo, y el FBI sigue tratando del problema - por ejemplo, a través de la contratación de un número significativo de empleados y contratistas nuevos este año y la realización de otras mejoras tecnológicas y en procesos.

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Nuestra estrategia debe producir resultados mensurables, y lo hará, y estamos trabajando arduamente para obtener los recursos necesarios. También estamos trabajando arduamente para optimizar nuestros casos y operaciones, no solo para minimizar nuestros propios costos, sino para reducir, también, la carga impuesta por nuestra creciente labor de coacción en el sistema judicial.

Nuestras necesidades son masivas. En el año fiscal 2007, por ejemplo, las cinco Fiscalías Federales de la Frontera Sudoeste enjuiciaron casi 12,000 casos de inmigración delictiva - casi dos tercios del total nacional. Cuando se suma el gran número creciente de enjuiciamientos por delitos menores al total, con programas como la Operación Streamline, la carga de trabajo de estas oficinas resulta abrumadora. Asimismo, estos programas imponen otros costos al Departamento, desde la necesidad de más espacio de detención, a costos de seguridad y transporte de prisioneros. Nuestros fiscales y agentes de las fuerzas del orden público en las líneas de frente están realizando esfuerzos heroicos con los recursos que tienen; sin embargo, necesitan más.

Hace solo dos meses, el Congreso asignó un total de 22 millones de dólares para apoyo a nuestros fiscales y Alguaciles Federales en la Frontera Sudoeste. Estamos utilizando dicho dinero para contratar fiscales adicionales, personal de apoyo y Alguaciles Federales Adjuntos. Para diciembre de 2008, esperamos agregar hasta 50 abogados y 100 Alguaciles Federales Adjuntos más dedicados a la coacción en la frontera. Es un buen comienzo, pero necesitamos mantener nuestro impulso.

Por lo tanto, este año, el Gobierno está solicitando 100 millones de dólares adicionales en fondos para la Iniciativa de Coacción en la Frontera Sudoeste del Departamento. Con dichos fondos, esperamos contratar más de 265 empleados, incluidos más de 50 abogados para los enjuiciamientos crecientes de delitos de inmigración, narcotráfico y armas de fuego; más de 50 Alguaciles Federales Adjuntos para mejorar la seguridad y transporte de prisioneros, y más de 25 agentes de la Administración de Control de Drogas para reducir el flujo de drogas a nuestro país, proveniente del sur.

Estos recursos son absolutamente necesarios para tratar de los problemas en la frontera, incluido el problema creciente de violencia y amenazas de pandillas. También son necesarios para seguir el ritmo del aumento en agentes de la Patrulla Fronteriza mencionado por el Secretario Chertoff, ya que más agentes de la Patrulla Fronteriza significa más casos para el Departamento de Justicia. Evidentemente, el Congreso pretenderá resultados a cambio de los fondos, por lo que estamos buscando las mejores maneras de alcanzar nuestros objetivos y medir los resultados.

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Como mencioné hace unos minutos, desde mi visita a la Frontera Sudoeste, viajé a México, mi primer destino extranjero como Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Allí, me reuní con el Presidente Calderón y mi homólogo, el Secretario de Justicia Eduardo Medina Mora. Conversamos sobre diversos asuntos asociados a la frontera, incluida la colaboración para acabar con el flujo de inmigrantes ilegales y drogas de México a los Estados Unidos. También conversamos sobre nuestra labor para reducir el flujo de armas de fuego de los Estados Unidos a México y reducir la violencia en la frontera o cerca de la misma.

Me complace informarles que el nivel de colaboración que he visto y experimentado con el gobierno y las fuerzas del orden público mexicanos no tiene precedentes. Esta semana, una delegación del Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional, incluidos los Fiscales Federales fronterizos y agentes de alto nivel de la Administración de Control de Drogas [Drug Enforcement Administration (DEA)], el Buró de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco y Armas de Fuego [Bureau of Alcohol, Tobacco and Firearms (ATF)], el FBI, la Patrulla Fronteriza y de Aduanas, y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas [Drug Enforcement Administration (DEA)], se reunió con sus contrapartes en México para mejorar la colaboración y la coordinación en la frontera. Esperamos que este tipo de intercambio en ambos lados de la frontera continúe, ya que la información compartida y la creación de relaciones productivas son cruciales para el éxito de nuestra labor.

Toda esta colaboración creciente con México ha logrado verdaderos dividendos. Ha habido cantidades récord de extradiciones de México. Hemos visto un gobierno, en el gobierno de Calderón, que está dispuesto a combatir los carteles. Hemos visto un aumento en la cantidad de agentes de las fuerzas del orden público y unidades de investigación con los que podemos asociarnos. Y hemos visto allanamientos y arrestos no solo aquí, sino también en México, incluida la confiscación, el mes pasado, de un campo de tiro clandestino en Tijuana que era, en realidad, un terreno de entrenamiento para asesinos miembros de carteles de narcotráfico. Es una instalación que todos podemos estar contentos de haber eliminado.

Nuestra labor de coacción en la Frontera Sudoeste está logrando un cambio positivo, pero la seguridad de nuestra nación requiere más. Se necesitará un plan de coacción amplio pero flexible, y recursos considerables para tratar de los problemas asociados a la frontera. El Departamento de Justicia, en colaboración con el Departamento de Seguridad Nacional, está desarrollando dicho plan y estamos buscando activamente obtener los recursos necesarios.

Muchísimas gracias.

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