Sello del Departamento de Justicia
COMENTARIOS PREPARADOS DEL
SECRETARIO DE JUSTICIA DE LOS ESTADOS UNIDOS ALBERTO R. GONZALES
EN EL
CLUB NACIONAL DE PRENSA

VIERNES, 20 DE MAYO DE 2005
WASHINGTON , D.C.

Buenas tardes, damas y caballeros.

Como es habitual, me agrada comenzar mis discursos con un chiste rápido.

Sin embargo, ayer me encontré con un problema. Hablé en la ceremonia de entrega de premios antimonopolios en el Departamento de Justicia…y, a pesar de haberle dedicado mucho tiempo y esfuerzo, tuve que dar la mala noticia de que no hay nada gracioso que se pueda decir sobre las leyes antimonopolios. Literalmente, nada.

Hace unos días, hablé con la oficina del inspector general del Departamento de Justicia… nada gracioso ahí tampoco.

Por supuesto, con el público de hoy tuvo el problema contrario… era demasiado el material del que podía elegir.

Me recuerda un momento hace algunos años cuando participé en una cena con una de mis ex colegas de la Corte Suprema de Texas, la Jueza Priscilla Owen. Es posible que hayan oído hablar sobre ella. Últimamente, ha sido noticia.

La Jueza Owen se levantó para hacer algunos comentarios, y contó algunos chistes a costa mía. Por supuesto, hice de cuenta que me causó tanta gracia como a los demás. Sin embargo, más tarde le dije que era un "acto desmesurado de activismo judicial".

* * *

Hace poco más de cien días que soy Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Al asumir el cargo, le dije al pueblo de los Estados Unidos que trabajaría para alcanzar objetivos específicos. A las pocas semanas, detallé un conjunto de prioridades a las que juré concentrar toda mi energía.

He tenido la oportunidad de analizar el tiempo que ha pasado y evaluar algunas de las cosas que he aprendido, parte del progreso que he realizado y parte del trabajo que aún queda por hacer para el pueblo de los Estados Unidos.

En primer lugar, permítanme decir algunas palabras sobre la filosofía que traigo a la función de Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Espero tener un diálogo abierto - no solo sobre nuestros éxitos, sino también sobre nuestros retos. En esta función - y el trabajo de servicio público en general - la comunicación es clave.

Creo que, cuando no es compatible con los intereses de seguridad nacional o del orden público, el gobierno debe siempre intentar instruir al pueblo estadounidense sobre lo que estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo y, si existe alguna duda, por qué lo que estamos haciendo es lícito.

Este tipo de diálogo es importante en una democracia y, desde mi perspectiva, parece muy útil porque puede ayudar a aclarar el debate y eliminar cualquier potencial de mal entendido. Por lo tanto, recibo con los brazos abiertos esta oportunidad de conversar con ustedes y responder a sus preguntas. Sin embargo, antes de hacerlo, me gustaría dedicar un momento a informarles lo que he aprendido durante mis primeros meses, y qué pienso de la actuación del Departamento de Justicia.

Acepté el cargo bajo juramento con el compromiso de hacerme cargo de las amplias y críticas responsabilidades que le corresponden al Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Desde entonces, cada día ha sido una oportunidad de trabajar para esta gran Nación, y una oportunidad de ganar la confianza del pueblo de los Estados Unidos.

He tenido la oportunidad de escuchar a innumerables personas - líderes, promotores y ciudadanos - todas partes interesadas en el más fantástico sistema de justicia que el mundo ha conocido. Valorizo sus opiniones, y he aprendido de ellos y de otras personas que la comunicación equivale a la creación de políticas eficaces.

El Departamento de Justicia cuenta con empleados de carrera sobresalientes - más de 100.000 - cuya experiencia y conocimientos enriquecen nuestra labor del día a día.

A partir de su sabiduría, puedo desarrollar estrategias eficaces en pos de nuestra misión crítica: combatir el terrorismo, luchar contra la delincuencia, proteger nuestra comunidades y preservar el sueño estadounidense para ésta y futuras generaciones.

El Presidente ha repetidamente recordado a su Gabinete que no estamos aquí para marcar tiempo o jugar un poco de béisbol. En su lugar, nos ha instruido que jugáramos a lo grande, que jugáramos el gran inning, ejerciéramos un liderazgo audaz para un país mejor.

En el Departamento, hemos tenido la oportunidad de ayudar a nuestro Presidente a hacer del sueño estadounidense una realidad para más ciudadanos. No pretendo quedarme esperando como Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Durante el ejercicio de mi cargo, espero aprovechar la gran fuerza y tradición del Departamento de Justicia para hacer la diferencia.

Los contribuyentes estadounidenses merecen nada menos que eso. Merecen saber que sabemos lo que estamos haciendo. ¿Les estamos proporcionando un retorno sobre su inversión? ¿Sus familias están más seguras? ¿Sus vecinos se sienten más protegidos? ¿Están todos recibiendo igualdad de protección de acuerdo con la ley? ¿Su gobierno asume responsabilidad?

* * *

El 11 de septiembre nos proporcionó a todos - especialmente aquellos en el servicio público - un propósito común. Desde que el primer avión chocó contra la Torre Norte, hemos luchado con un enemigo de extremistas violentos, sin ningún miedo de utilizar el terror para intimidar y amenazar a los Estados Unidos. No creo que hayan pretendido apenas matar a ciudadanos estadounidenses ese día. También tuvieron la intención de desmoralizarnos. Fue un ataque a nuestro valores y nuestro estilo de vida.

Se trata de un conflicto que va mucho más allá de balas y armas. Nuestros militares no podrán vencer solos. Una victoria requerirá los recursos y labor combinados de cada dependencia de nuestro gobierno.

El Presidente no demoró en concluir que los ataques del 11 de septiembre no fueron apenas un asunto penal. Sabía que el combate al terrorismo estaría en primer lugar en la lista de prioridades del gobierno federal, y sería la misión principal del Departamento de Justicia.

Ahora, tres años y medio más tarde, cada día nos aleja un poco más de las horribles memorias de edificios incendiados, ciudadanos aterrorizados y llamadas telefónicas para decir adiós. Por supuesto, es importante que todos vivamos nuestras vidas con la mayor normalidad posible; sin embargo, me preocupa que el impacto, la pena y la ira que todos sentimos se apague con el tiempo. Piensen en lo que cada uno de ustedes escribió o informó aquel día, y los días y semanas que siguieron al 11 de septiembre. Las historias que contaron. Las imágenes que describieron. Con el tiempo, es natural que dichas imágenes pierdan intensidad y cambien las prioridades. Sin embargo, no debemos olvidar jamás.

No existen dudas de que hemos tenido éxitos en nuestra guerra global contra el terrorismo.

¿Estamos más seguros como resultado de estos éxitos? Sí. Pero, ¿estamos completamente seguros? No.

Cada mañana, recibo un informe en el FBI sobre las amenazas terroristas actuales. Me reúno en la Oficina Ovalada con John Negroponte, Porter Goss, Bob Mueller y Mike Chertoff para analizar la información con el Presidente y el Vicepresiente.

Nosotros, en el Departamento, estamos constantemente en comunicación con nuestros compañeros interagencias, y dependencias estatales y locales, para compartir información y, así, mantener a los Estados Unidos fuera del peligro de ataques futuros. En mis discursos de los últimos tres meses, he advertido repetidamente sobre la complacencia. Permítanme asegurarles que, en el Departamento de Justicia, no hemos sido ni seremos complacientes. Es demasiado lo que está en juego.

El Presidente constantemente nos desafía a que busquemos áreas en las que podamos mejorar nuestras capacidades.

Recientemente, la Comisión de Armas de Destrucción Masiva entregó su informe al Presidente. El mismo incluía recomendaciones para la optimización de la eficacia de nuestra comunidad de inteligencia, incluyendo una reorganización del FBI y la creación de una división de seguridad nacional dentro de la Justicia Principal. Estamos considerando estas ideas, y otras, con mucho cuidado, para asegurar que seamos lo más eficaces y eficientes posible.

Inclusive, antes de dichas recomendaciones, pedí una revisión exhaustiva de nuestra labor de contraterrorismo, para ver si estábamos asignando personas y recursos adecuadamente para cumplir con nuestras prioridades. Pronto tendré los resultados de esta revisión, así como las opiniones del Departamento con relación a las recomendaciones de la Comisión WMD - y, entonces, estaremos en posición de proporcionar recomendaciones al Presidente.

Debido a que la amenaza sigue allí, debemos continuar proporcionando al orden público las herramientas que necesita para la lucha contra nuestros enemigos terroristas - y una de esas herramientas es la Ley PATRIOTA. A lo largo de las últimas semanas, yo - y otros en el Departamento - he atestiguado ante el Congreso sobre la importancia y la eficacia de dichas atribuciones. Y los Fiscales Federales de todo el país han compartido historias sobre la utilidad de la Ley desde las primeras líneas de la guerra al terrorismo - tanto con el Congreso como en foros públicos.

Todo esto es parte de nuestro empeño en concentrarnos en los hechos. Es por eso que hemos desclasificado información sobre la frecuencia con la que hemos utilizado algunas de las atribuciones de la Ley. El Departamento a refutado muchos conceptos equivocados. No ha habido una única violación verificada de derechos civiles o libertades civiles en la historia de tres años y medio de la Ley PATRIOTA.

Muchos de los poderes sólo pueden ejercerse con el permiso de un Juez Federal, y muchas de las disposiciones que han sido llamadas de extraordinarias están disponibles hace mucho tiempo a los fiscales en casos penales.

Ahora, permítanme compartir con ustedes mis opiniones sobre las libertades civiles y el derecho a la privacidad. Como todo ciudadano estadounidense, valoro estos principios importantes. Son valores que se encuentran en lo más profundo de lo que significa vivir en libertad. Y asumo el compromiso de preservar estos derechos en todo lo que hagamos en el Departamento.

Es por eso que he hecho lo posible por mantener una mentalidad abierta y he estado dispuesto a escuchar a las personas que tengan ideas que aclararán o fortalecerán la ley. Por lo tanto, aquí estoy. Conversemos. Discutamos los hechos. Lo que no aceptaré son cambios en nuestras leyes que harían de los Estados Unidos un país menos seguro contra el terrorismo y crimen.

Podemos proteger nuestras libertades civiles y nuestros ciudadanos contra el terrorismo - y lo haremos. Uno no excluye al otro.

***

Inclusive, al mismo tiempo que nosotros, en el Departamento, nos hemos concentrado en el terrorismo como nuestra prioridad principal, hemos continuado nuestro énfasis tradicional en el combate a la delincuencia y la protección de nuestras comunidades.

Hay varias amenazas específicas a las comunidades estadounidenses a las que me gustaría dar énfasis especial durante mi periodo como Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Enumeré estas prioridades durante mis primeras semanas en el cargo.

En primer lugar, debemos combatir las delitos violentos - especialmente aquellos que roban a nuestros hijos su futuro.

En segundo lugar, debemos combatir los delitos que rasgan los valores de nuestra sociedad - especialmente la obscenidad y el delito hediondo del tráfico humano.

Y, finalmente, debemos proteger los derechos de las víctimas de delitos.

***

La delincuencia no es algo que sucede apenas…del otro lado del río, en el centro, o apenas en la pantalla cinematográfica. La violencia de pandillas, la explotación sexual, la pornografía infantil, la esclavitud humana…estas cosas pueden ser difíciles de imaginar; sin embargo, ocurren en ciudades y vecindarios - de Houston a Boston, y en pueblitos o esquinas urbanas.

Nuestra labor con estos problemas continúa, y cada uno seguirá siendo un área de concentración especial para el Departamento en los meses y años próximos. Ya hemos realizado progresos mensurables en estas áreas. El mérito de estos éxitos es compartido entre la fuerza laboral dedicada del Departamento y nuestros compañeros en el ámbito federal, estatal y local.

La tasa de delitos violentos ha caído significativamente en los últimos cuatro años, gracias a la labor de las fuerzas del orden público y el éxito de programas como la iniciativa Proyecto Vecindarios Seguros del Presidente. Las comunidades de todo el país están más seguras hoy de lo que han estado en tres décadas.

El Proyecto Vecindarios Seguros ha sido un récord de éxito y ha producido aumentos impresionantes de dos cifras en el enjuiciamiento de violaciones asociadas a armas de fuego.

Dependemos de información local y asociados locales para combatir la delincuencia local. El policial de ronda, el sheriff del condado y el investigador de siempre - ellos entienden lo que está sucediendo en sus pueblos y ciudades…y saben qué se debe hacer para detenerlo.

Sabemos que, mientras haya delincuencia en nuestras calles, no estaremos lo suficientemente seguros. Podemos mejorar eso. Por lo tanto, hemos aplicado las estrategias pioneras del Proyecto Vecindarios Seguros a otros programas importantes de lucha contra la delincuencia, tal como los Equipos de Impacto para Delitos Violentos.

En mis primeras semanas en el cargo, extendimos la iniciativa de Equipos de Impacto para Delitos Violentos a cinco ciudades adicionales: Hartford, Camden, Houston, Fresno y Nueva Orleans. Actualmente, es operativo en 20 ciudades del país.

Estos equipos de respuesta rápida tienen como objetivo las zonas de mayor incidencia de violencia e identifican a los peores delincuentes de la comunidad. Luego, combinan los recursos de las fuerzas del orden público federal estatal y local para investigar y procesar los delitos violentos - especialmente los asociados a armas de fuego.

Muchas comunidades tienen matones o pandillas callejeras que atemorizan a la gente en sus propios vecindarios. Los policiales de calle, los líderes comunitarios y los padres preocupados los conocen. El objetivo de los Equipos de Impacto para Delitos Violentos es retirar estos tipos malos de la calle, y recuperar el vecindario para los ciudadanos que respeten la ley.

Sabemos que este programa funciona. El año pasado, el Departamento lanzó quince Equipos de Impacto para Delitos Violentos en ciudades del país. Se sintieron los efectos de inmediato - y estos equipos especializados en la lucha contra la delincuencia encerraron a algunos de los delincuentes más violentos.

En Baltimore, detuvimos a traficantes de drogas. En Richmond, detuvimos a 23 miembros de la pandilla violenta Broad Rock Boys. En Miami, confiscamos más de 750.000 unidades de municiones. En cada una de las ciudades, la historia era la misma: Los delitos asociados a armas de fuego acarrean sentencias largas de prisión.

Ahora, también estamos preparados para aplicar los métodos comprobados del programa Proyecto Vecindarios Seguros para combatir la amenaza invasiva de la violencia de pandillas.

Vemos la necesidad imperiosa de acción inmediata. Demasiados padres saben lo que significa que un hijo cambie ser miembro de la biblioteca por ser miembro de una pandilla…saben lo que significa elegir la vestimenta distintiva de una pandilla en lugar de una camiseta de la "Little League". Debemos proporcionar mejores alternativas a nuestros hijos. Es evidente que las pandillas se han convertido en una amenaza cada vez más mortal para nuestros vecindarios. Esta amenaza está robando a nuestras comunidades futuros empleados y futuros líderes.

Es por eso que estamos fortaleciendo la labor de nuestra Nación en el combate de la violencia de pandillas y la reducción de la delincuencia. Recientemente, he establecido el Comité de Coordinación Antipandilla del Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Este grupo asesorará al Departamento sobre cómo podemos utilizar mejor nuestros recursos para recuperar comunidades, cuadra por cuadra, de las garras de las pandillas.

He pedido a cada Fiscal Federal que nombre un coordinador antipandilla, y prepare e implemente una estrategia exhaustiva que abarque todo el distrito - en conferencia con los líderes locales - para coordinar la actividad antipandilla en toda su extensión.

También hemos tomado nuevos pasos para mantener a las comunidades a salvo de predadores sexuales. Como padre de hijos en edad escolar, esto es una preocupación especial para mí. El delincuente sexual silencioso puede ser tan peligroso como los miembros notorios de una pandilla de vecindario.

Hoy, me complace anunciar que antes de fin de año, el Departamento lanzará un Registro Nacional de Delincuentes Sexuales en Internet que abarcará todo el país y en el que se podrán realizar búsquedas.

Nombres como Jessica Lunsford y Megan Kanka ponen en relieve la importancia de esta nueva tecnología. Sus sonrisas - borradas para siempre por delincuentes sexuales - son un recordatorio constante de que debemos mantener informados y activos a los padres y comunidades.

El Registro Nacional de Delincuentes Sexuales proporcionará un acceso único a registros de los 48 estados que los poseen. Y trabajaremos con los dos estados restantes, para asegurar que todos puedan aprovechar este importante sistema de notificación pública. Con esta tecnología, cada ciudadano y funcionario del orden público podrá buscar la más reciente información para la identidad y ubicación de delincuentes sexuales conocidos.

Nuestro objetivo es que 20 estados estén en el aire y disponibles para búsquedas públicas dentro de 60 días - y el resto en línea este otoño.

Hace unos días, firmé una regla final que ayudará al Departamento prevenir la explotación infantil en materiales pornográficos. La regla exige que productores de pornografía verifiquen que sus actores no sean menores, y establece un sistema de inspección federal detallado para asegurar que los productores mantengan registros adecuados - y para mantener a los niños fuera de materiales pornográficos.

Al aclarar - y fortalecer - las reglas asociadas a la pornografía infantil, estamos tomando medidas para proteger a los más vulnerables contra la explotación sexual.

Otra prioridad que he enumerado es el enjuiciamiento agresivo y eficaz de aquellos que creen, vendan y distribuyan obscenidades. Me comprometo enérgicamente a asegurar el derecho de la libertad de expresión. Sin embargo, la Corte Suprema ha resuelto que la Primera Enmienda no protege materiales obscenos.

Este mes, tomamos acción con relación a esta prioridad cuando anunciamos la formación de un Grupo de Trabajo de Enjuiciamiento de Obscenidades. Este Grupo de Trabajo contará con nuestros mejores y más brillantes hombres y mujeres: Fiscales con experiencia y conocimientos no sólo en procesos por obscenidad, sino también por crimen organizado, lavado de dinero y delitos de informática.

Como mencioné cuando recién había asumido mi función, uno de los delitos más perturbadores en nuestro mundo de hoy es esclavitud moderna del tráfico humano. Estamos realizando progresos con relación al pedido del Presidente Bush de combatir este mal moral.

Trágicamente, las víctimas del tráfico humano suelen ser personas sin voz propia ni nadie que las defienda. En general, son extranjeras, muchas de ellas mujeres y niños, contrabandeadas al país. Las víctimas, quienes vienen en búsqueda del sueño estadounidense, son mantenidas en cautiverio, sin derecho a nada que se parezca al respeto o la dignidad humana.

Si piensan que algo así sólo podría existir en el exterior, en algún país del tercer mundo, están equivocados. No solo ocurre aquí, en nuestro país, este mal terrible, sino que puede ocurrir en la casa de al lado.

Hemos adoptado una posición agresiva contra el tráfico humano. En 2004, el Departamento creó más de 20 grupos de trabajo antitráfico en todo el país. Su trabajo, combinado con nuestra labor en curso, ha logrado un aumento de la cantidad de procesos judiciales e investigaciones.

Estos números deben aumentar aún más cuando los estados individuales se unan a la lucha. Increíblemente, en muchos estados, este acto horrible no es un delito. Es por eso que he contactado a más de 350 gobernadores y legisladores estatales en todo el país, incentivándolos a que promulguen la ley-modelo antitráfico del Departamento en sus estados, a fin de ayudarnos a combatir esta práctica aberrante del tráfico humano.

Mientras que esta labor - y otras realizadas por el Departamento - se concentra en investigar y procesar a los delincuentes, también hemos tratado de mejorar nuestra labor en favor de la víctimas del delitos.

Las condenas y sentencias son importantes. También resulta esencial que defendamos los derechos de las víctimas y les prestemos asistencia durante su recuperación.

Imagine que la persona más importante en su vida es víctima de un delito violento. Querrán cuidarla, protegerla y ayudarla a lograr la recuperación plena - tanto físicamente como emocionalmente.

Somos conscientes de que tenemos una responsabilidad especial hacia las víctimas de delitos en el Departamento de Justicia. Debemos esforzarnos por ser un compañero más en el camino a la recuperación - para cada víctima de delito.

Hace unos días, el Departamento adoptó directrices nuevas para la asistencia a víctimas y testigos. Reconocemos que, para muchas víctimas, parte del proceso de recuperación consiste en tener un papel activo en el acompañamiento del caso de la persona que la victimizó. Estas nuevas políticas garantizan que el Departamento respete los derechos de las víctimas mientras procesa a los sospechosos. Y aseguran que proporcionemos información y servicios a aquellos que los necesiten, a fin de minimizar su sufrimiento.

Finalmente, por ser de tanto interés actual, deseo decir algunas palabras sobre los jueces. Para seguir brindando justicia a las víctimas, necesitamos jueces en nuestros tribunales. Se trata de una prioridad que comparto con el Presidente y el pueblo de los Estados Unidos. Necesitamos un poder judicial federal compuesto por hombres y mujeres de integridad, buena reputación y excelencia profesional. Como Consejero de la Casa Blanca, he recomendado cada una de las siguientes personas al Presidente. incluyendo a mi gran amiga y ex compañera, la Jueza Priscilla Owen – quien sería un excelente magistrado en el 5º Circuito. Sé que la Jueza Owen, Jueza Janice Rogers Brown, y cada uno de los candidatos del Presidente es un jurista que cree en la interpretación estricta y leal de la ley.

Cada uno de los candidatos del Presiente Bush merece un voto en pro o en contra.

***

Éstos son apenas unos de los pocos asuntos que preocupan. Empezamos bien; sin embargo, es apenas el comienzo.

Los hombres y mujeres del Departamento de Justicia saben que no podemos echarnos a dormir sobre nuestros laureles.

Sabemos que cada día es una oportunidad para mejorar nuestra seguridad, ampliar nuestra libertad, proteger la oportunidad y lograr la justicia para todos.

Llegamos al trabajo cada mañana sabiendo que nuestros hombros cargan con el peso de esta responsabilidad - y el privilegio de servir al pueblo de los Estados Unidos.

Esos hombros son fuertes, resistentes y están dispuestos a persistir…para que la luz duradera de la justicia - y los rayos del sueño estadounidense - continúen a brillar sobre todos aquellos en búsqueda de su bendición.

Nuevamente, gracias por la acogida. Que Dios bendiga a ustedes y sus familias, que siga dándoles sabiduría en sus comunicaciones, y que siga bendiciendo a los Estados Unidos de América.

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