Sello del Departamento de Justicia
Comentarios del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto Gonzales
en la Cena de entrega de Premios del Consejo Nacional de La Raza
8 de marzo de 2005

Muchas gracias, Janet.

Es un placer estar aquí esta noche entre amigos. Deseo agradecer al presidente Murguia y al Consejo Directivo por brindarme esta oportunidad de estar aquí.

Janet y yo tenemos mucho en común actualmente. Los dos hemos ascendido recientemente.

A los dos se nos ha dado la oportunidad de conducir instituciones distinguidas. Estamos entre los pocos afortunados que tienen el desafío y el privilegio de poder procurar justicia para quienes sufren injusticias, darles voz a los que no tienen voz y asegurarles un futuro de oportunidades y esperanza a nuestro pueblo y a la nación.

No es un mal trabajo cuando se puede conseguirlo.

Hace sólo tres semanas, en la ceremonia de jura al asumir mi nuevo cargo en el Departamento de Justicia, tenía muchas personas a quienes agradecer, pero poco tiempo para hacerlo. De modo que, prudentemente, me limité a las personas que estaban en el estrado conmigo: mi madre, mi esposa y el Presidente de los Estados Unidos.

Sin embargo, también debo agradecer a esta organización por el apoyo a mi nominación como Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Con los años, La Raza y la administración Bush no han estado siempre de acuerdo en todos los temas. Pero nos hemos mantenido juntos, firmes en nuestro compromiso por ampliar y profundizar las oportunidades para los estadounidenses hispanos. Me siento honrado y agradecido por el apoyo de grupos como La Raza. Y el futuro que veo desde el lugar privilegiado que ustedes me brindaron está lleno de mayores perspectivas de logros y oportunidades. Veo un futuro en el que se cumplen los sueños de un gran pueblo y la promesa de una gran nación.

Esta noche el Consejo Nacional de La Raza condecora a quienes están construyendo este futuro. El senador Chris Dodd y el congresista Chris Cannon son estadistas en el sentido más puro de la palabra. No comparten nuestra herencia, pero comparten nuestros valores.

Junto con el Centro Llano Grande, que también será homenajeado esta noche, el senador Dodd y el congresista Cannon han trabajado sin descanso para darles a los estadounidenses hispanos lo que más desean: una oportunidad de alcanzar el éxito.

Cuando hablo con personas de todo el país, a veces les cuento que dentro de la comunidad hispana hay una plegaria que es común a todos. "Denme la oportunidad de probar de que soy capaz". Éste es el sueño compartido de todos los que creen en la promesa de Estados Unidos. Y cumplir este sueño es la responsabilidad compartida de todos los que se han beneficiado con las oportunidades y la prosperidad de esta nación.

Desde que el presidente Bush me nombró Secretario de Justicia de los Estados Unidos, he pensado mucho sobre lo que significa procurar justicia en Estados Unidos.

Dondequiera que la justicia sea nuestro objetivo, desde luchar la guerra al terrorismo hasta combatir el crimen violento y hacer cumplir los derechos civiles, nuestra misión es clara: ampliar las oportunidades mediante la ampliación de las libertades y la protección de una justicia equitativa para todos. Cuando trabajamos para defender la nación, para reducir los crímenes violentos, para defender los derechos de las víctimas de los crímenes y para mejorar la administración de nuestras leyes de inmigración, trabajamos para darle a todos los estadounidenses una posibilidad justa de cumplir el sueño estadounidense.

Damas y caballeros, yo he vivido el sueño estadounidense. Muchos de ustedes han vivido el sueño estadounidense. Nuestros pensamientos y nuestras plegarias esta noche deben estar con aquellos que no lo han hecho.

Ésta, creo, es la responsabilidad del Departamento de Justicia: defender la promesa que brinda Estados Unidos de sus enemigos, tanto extranjeros como domésticos. La esencia de esta promesa, lo que hace que esta Nación sea única en el mundo, es que se extiende a todos nosotros. No son sólo mis esperanzas o las esperanzas de ustedes las que están reflejadas en las palabras de la Declaración de Independencia No son simplemente mis derechos y los derechos de ustedes los que están protegidos por el texto de la Constitución y garantizados por nuestras leyes. Las esperanzas y los sueños de todos nosotros descansan en estos documentos. Para mí, eso es lo que significa el Departamento de Justicia y es lo que mantendré en mente todos los días mientras trabajo para nuestra Nación.

En 2003 se anunció con bombos y platillos que los hispanos se habían convertido en el grupo minoritario más grande de Estados Unidos. Algunos de mis amigos hispanos se sintieron contentos por esta noticia, pero yo vi un desafío aún mayor. Si permitimos que las drogas, las pandillas y el crimen destruyan nuestras comunidades, si injustamente le negamos la protección de nuestra Nación a los extranjeros que cumplen con las leyes y que buscan asilo, si no preparamos a nuestros hijos para poder competir en la economía globalizada, no se desarrollará el potencial de liderazgo de nuestra comunidad. Peor aún, habremos negado la promesa de Estados Unidos a una nueva generación de estadounidenses hispanos.

Éste es el desafío que comparto con ustedes hoy. Éste es el sueño que sé que podemos cumplir. Gracias por haberme invitado aquí esta noche. Mis felicitaciones a los que reciben su premio. Rezo a Dios para que los bendiga a ustedes y a sus familias, que siga iluminando sus decisiones y que siga bendiciendo a los Estados Unidos de América.

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