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Jueves, 11 de septiembre de 2008
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Dos médicos de Miami se declaran culpables y admiten haber ordenado 6.8 millones de dólares de tratamientos de infusión para el VIH innecesarios

WASHINGTON – Los médicos de Miami Carlos Contreras y Ramón Pichardo se declararon culpables de defraudar al programa Medicare con un ardid fraudulento de infusiones para pacientes con VIH por 6.8 millones de dólares, anunciaron el Secretario de Justicia Auxiliar Interino Matthew Friedrich de la División de lo Penal y el Fiscal Federal R. Alexander Acosta del Distrito Sur de Florida.

Contreras, 60, se declaró culpable de conspiración para cometer fraude de atención médica ante el Juez Federal de Distrito Federico Moreno en Miami. En su declaración de culpabilidad, Contreras admitió que era propietario de una clínica de Miami CNC Medical Inc. (CNC), la cual alegaba especializarse en el tratamiento de pacientes con VIH positivo. Desde noviembre de 2002 y hasta abril de 2004, Contreras admitió que conspiró con terceros para presentar aproximadamente 6.8 millones de dólares en facturas fraudulentas a Medicare; que firmó documentos que contenían información falsa sobre tratamientos supuestamente realizados en pacientes con VIH positivo; y que aprobó los tratamientos médicamente innecesarios en CNC. Contreras también admitió que la clínica recibió aproximadamente 4.2 millones de dólares del programa Medicare como resultado de su conducta y la de sus coconspiradores.

Asimismo, Contreras admitió que firmó un contrato, aproximadamente en noviembre de 2002, con Carlos Benítez, Luis Benítez, Thomas McKenzie, Pichardo y otros para que CNC operara como clínica fraudulenta de infusión para el VIH. Contreras admitió que los hermanos Benítez remitían a beneficiarios de Medicare con VIH positivo a la clínica, proveían personal para que trabajara en la clínica y transportaban pacientes a CNC, a cambio de una participación sustancial en las ganancias de CNC. Contreras sabía que los pacientes remitidos a CNC por los Benítez recibían comisiones ilícitas a cambio de visitar la clínica y permitir que sus nombres fueran usados para facturar al programa Medicare. Contreras admitió que acordó aprobar reclamos de infusión para el VIH caros y médicamente innecesarios en la clínica, y falsificar registros médicos.

Pichardo, 58, también se declaró culpable ante el Juez Federal de Distrito Federico Moreno de un cargo de conspiración para cometer fraude de atención médica. Pichardo admitió en su declaración de culpabilidad que trabajó como médico en CNC, y conspiró con Carlos y Luis Benítez, McKenzie, Contreras y otros para asistir en la operación de CNC como clínica fraudulenta de infusión para el VIH. Asimismo, Pichardo admitió que él y Contreras ordenaron numerosos tratamientos de infusión para el VIH innecesarios y costos, con la finalidad de defraudar a Medicare, en lugar de proveer servicios médicos legítimos.

En un caso relacionado, Carlos y Luis Benítez, su hermano José Benítez y McKenzie, fueron acusados formalmente el 11 de junio de 2008 por su papel en un ardid de fraude y lavado de dinero asociado con infusiones a pacientes con VIH con un valor de 110 millones de dólares. La acusación formal alega que Carlos, Luis y José Benítez fueron los autores intelectuales de un gigantesco fraude de infusión para VIH en todo el sur de Florida con al menos 11 clínicas y que habían lavado las ganancias de sus delitos. De acuerdo con la acusación formal, Carlos y Luis Benítez eran los verdaderos propietarios de CNC. Los tres hermanos Benítez se encuentran fugitivos, mientras que McKenzie está siendo detenido actualmente, a la espera de su enjuiciamiento el 14 de octubre de 2008.

Estuvieron a cargo de la acusación en los casos los Abogados Litigantes Hank Bond Walther y John K. Neal de la Sección de Fraude de la División de lo Penal, y Constantine Lizas de la Sección de Confiscación de Bienes y Lavado de Dinero de la División de lo Penal. El caso fue investigado por a Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos y el Buró Federal de Investigaciones [Federal Bureau of Investigation (FBI)]. La demanda fue entablada como parte de la Fuerza de Ataque al Fraude contra Medicare, supervisada por el Jefe Adjunto Kirk Ogrosky de la Sección de Fraude de la División de lo Penal y el Fiscal Federal Acosta del Distrito Sur de Florida. Los fiscales federales han emitido 82 acusaciones formales en 82 casos con 142 demandados en el sur de Florida desde que las investigaciones se iniciaron durante el periodo de las operaciones de la fuerza de ataque entre marzo y octubre de 2007. En conjunto, estos demandados facturaran fraudulentamente al programa Medicare más de 492 millones de dólares.

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