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Codemandados sentenciados por sus papeles en red de tráfico sexual de ex luchador

WASHINGTON – Aimee Allen, 37, anteriormente de Cartersville, Ga., y ahora de Williamsville, N.Y., y Cedric Jackson, 41, de Atlanta, Ga., fueron sentenciados hoy en el Distrito Norte de Georgia por cargos de conspiración para realizar tráfico sexual, anunció hoy el Departamento de Justicia.

Allen fue sentenciada a 2 años, 10 meses en prisión, a ser seguidos de 3 años de libertad bajo supervisión, y a una multa de 1,500 dólares. Jackson fue sentenciado a 5 años en prisión, seguidos de 3 años de libertad bajo supervisión, y a una multa de 1,500 dólares. Allen y Jackson fueron condenados por estos cargos el 1° de mayo de 2006, cuando cada uno de ellos se declaró culpable de un cargo de conspiración para cometer esclavitud, tráfico sexual, trabajos forzados, tráfico con respecto a esclavitud y trabajos forzados y manipulación de testigos. Allen y Jackson admitieron haber conspirado con el ex luchador profesional Harrison "Hardbody" Norris Jr., para reclutar y forzar a varias mujeres a ejercer la prostitución y servidumbre doméstica.

De acuerdo con información presentada en el tribunal, Jackson admitió haber actuado como líder de la red en el área de Atlanta. Específicamente, Jackson admitió que él y Norris pagaban las fianzas de mujeres confiadas para que fueran liberadas de cárceles locales, y utilizaban dichas deudas para obligar a las mujeres a ejercer la prostitución para pagar sus deudas. Asimismo, Jackson admitió que proveyó dos mujeres al negocio de prostitución forzada de Norris. Una de las mujeres atestiguó, en el juicio contra Norris que, antes que Jackson la entregara a Norris, fue secuestrada, estrangulada y atacada sexualmente por Jackson.

Allen admitió que ella era el "líder de equipo" más leal de Norris. De acuerdo con Allen, desde 2001, la misma ayudó a Norris a reclutar mujeres, muchas de las cuales eran pobres, no tenían techo o estaban viciadas en drogas, para que ejercieran la prostitución, primero convenciéndolas de que Norris las ayudaría a convertirse en luchadoras. Allen daba al ardid de Norris un aura de respetabilidad, al decirles a las mujeres que ella era miembro de una compañía de luchadoras y que las mujeres también podrían serlo. Sin embargo, al reclutar estas víctimas, Allen sabía que las mujeres no se convertirían en luchadoras y que serían obligadas a ejercer la prostitución. En su papel de "líder de equipo", Allen supervisaba y monitorizaba a las víctimas atraídas con promesas falsas al domicilio de Norris, para asegurar que no se escaparan o dejaran de cumplir las reglas de Norris. De acuerdo con pruebas presentadas en el juicio, Allen agredió a una mujer a pedido de Norris e indujo a varias víctimas a ejercer actos sexuales comerciales, al amedrentarlas con cuentos sobre las repercusiones físicas que podrían sufrir por parte de Norris, si se negaban a hacer lo que se les ordenaba. Allen acabó por colaborar con el caso y atestiguó contra Norris en el juicio, describiendo su organización y cómo controlaba a mujeres a través del uso de la fuerza, amenazas de uso de fuerza, deudas y multas.

El 21 de noviembre de 2007, un jurado condenó al líder de la red de esta operación, Harrison "Hardbody" Norris Jr., por múltiples cargos de tráfico sexual y esclavitud. De acuerdo con pruebas presentadas en el juicio, Norris secuestró a algunas de sus víctimas y convenció a otras de que fueran a vivir con él, prometiendo entrenarlas para ser luchadoras profesionales. Testigos atestiguaron que Norris también obtenía víctimas de otros proxenetas (pimp), quienes "intercambiaban" mujeres con Norris. Cedric Jackson era uno de estos proxenetas (pimp) del cual Norris recibió dos mujeres. Una vez en el domicilio de Norris, se mantenía a las víctimas contra su voluntad, se las multaba, golpeaba, amenazaba con violencia y se las obligaba a ejercer la prostitución y servicios domésticos. El ardid de tráfico sexual de Norris funcionaba con la asistencia de "líderes de equipo", tales como Aimee Allen, Michelle Achuff y Leslie Smith, quienes se presentaban como luchadoras para reclutar víctimas, monitorizaban las víctimas para Norris y hacían obedecer las normas impuestas por Norris.

En el mismo tribunal hoy, Michelle Achuff, 25, de Lafayette, Tenn. y Leslie Smith, 22, de Macon, Ga., fueron sentenciadas a libertad condicional por realizar declaraciones falsas a agentes del Buró Federal de Investigaciones [Federal Bureau of Investigation (FBI)]. Estas dos mujeres, quienes ya se habían declarado culpables de estos delitos, también eran "líderes de equipo" en la organización de prostitución de Norris. Achuff y Smith reconocieron que brindaron información falsa sobre las actividades de Norris a agentes de las fuerzas del orden público federales, alegando que solo participaba en una empresa de luchadores legítima, con la finalidad de proteger a Norris. Estas mujeres también colaboraron con la investigación después de haberse declarado culpables.

"Con las sentencias de hoy, estos demandados han sido detenidos para que paguen por su participación en un ardid para explotar y abusar de numerosas jóvenes", dijo Grace Chung Becker, Secretaria de Justicia Auxiliar Interina de la División de Derechos Civiles de Departamento de Justicia. "El Departamento de Justicia seguirá trabajando incansablemente para asegurar que quienes cometan el delito horrible del tráfico sexual sean llevados ante la justicia".

El Fiscal Federal David E. Nahmias dijo sobre estas sentencias, "El tráfico humano es una forma de esclavitud de tiempos modernos que roba a las personas su libertad. Las cadenas del confinamiento suelen ser psicológicas y ocultas. Estas condenas y sentencias demuestran que quienes asistan a traficantes de personas - ya sea encontrando víctimas, transportando a víctimas contra su voluntad, asegurando que las víctimas no estén libres para irse - o intentando ocultar los delitos, también pueden enfrentar enjuiciamiento y sentencias en prisión".

Los enjuiciamientos de tráfico de personas como este son una de las principales prioridades del Departamento de Justicia. En los últimos siete años fiscales, la División de Derechos Civiles, en conjunto con Fiscalías Federales, ha logrado un aumento de más de siete veces en el número de demandas de tráfico de personas en comparación con los siete años anteriores. En el año fiscal 2007, el Departamento obtuvo un número récord de condenas en enjuiciamientos de tráfico de personas.

Este caso fue investigado por el FBI con la asistencia del Departamento de Policía de Smyrna y la Oficina del Alguacil del Condado de Bartow.

Estuvieron a cargo de la acusación en nombre del gobierno la abogada litigante Karima Maloney de la División de Derechos Civiles y la Fiscal Federal Auxiliar Susan Coppedge.

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