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Huracanes y Tornados

Huracanes
Uno de los eventos más dramáticos, nocivos y potencialmente mortales que ocurren en este país son los huracanes.

Los huracanes son producto del océano tropical y la atmósfera. Alimentados por el calor del mar, son impulsados erráticamente por los vientos alisios del este y los vientos templados del oeste, así como por su propia energía. A medida que se aproximan a tierra, traen con ellos una marejada ciclónica de agua del océano a lo largo de las costas, vientos fuertes, tornados, lluvias torrenciales e inundaciones.

Cada año en promedio, diez tormentas tropicales se forman en el Océano Atlántico, el Mar Caribe o Golfo de México. Aproximadamente seis de éstas adquieren suficiente fuerza para convertirse en huracanes. Muchos de éstos permanecen en el océano con poco o ningún impacto en el territorio continental de Estados Unidos. Sin embargo, aproximadamente cinco huracanes azotan las costas de los Estados Unidos cada 3 años. De estos cinco, dos serán huracanes mayores que se clasifican como de categoría 3 o superior (cuya definición indica que tienen vientos por encima de las 111 millas por hora) en la Escala Saffir-Simpson. Estas tormentas pueden costar a nuestro país millones, si no miles de millones, de dólares en daños materiales.

Durante un huracán, las casas, negocios, edificios públicos e infraestructura pueden resultar dañados o destruidos por los fuertes vientos y el oleaje alto. Los escombros rompen ventanas y puertas, permitiendo así que los fuertes vientos y la lluvia entren en la casa. Las inundaciones repentinas pueden arrasar los caminos y puentes o los escombros bloquearlos. En tormentas extremas (como el Huracán Andrew), la fuerza del viento por sí sola puede causar una tremenda devastación, ya que los árboles y los cables de energía eléctrica se caen y los elementos débiles de las casas y edificios fallan. Y estas pérdidas no se limitan a las costas, sino que pueden extenderse a lo largo de cientos de millas tierras adentro, en las condiciones adecuadas.

Por fortuna, hay una variedad de medidas que pueden adoptarse - tanto a nivel individual como de la comunidad - para reducir la vulnerabilidad a los riesgos de un huracán. Medidas sencillas de construcción, como el uso de contraventanas sobre cristales expuestos, y la adición de correas para huracanes para sujetar el techo de una estructura a sus paredes y cimientos, han resultado altamente eficaces para disminuir los daños cuando se produce un huracán. Además, pueden aplicarse medidas de mitigación más complejas para reducir aún más la susceptibilidad de un inmueble. Por ejemplo, las casas y negocios costeros pueden elevarse para permitir que la marejada ciclónica costera pase debajo de los espacios residenciales y de trabajo.

Las comunidades pueden reducir aún más su vulnerabilidad a los huracanes mediante la adopción y cumplimientos de códigos de construcción resistente a vientos e inundaciones. Una planeación sensata del uso de la tierra también asegura que las estructuras no se construyan en las áreas de mayor riesgo.

Tornados

Aunque los tornados ocurren en muchas partes del mundo, estas fuerzas destructivas de la naturaleza se encuentran con mayor frecuencia en los Estados Unidos, al este de Montañas Rocallosas, durante los meses de primavera y verano. En un año típico, se reportan 800 tornados en toda la nación, que dan como resultado 80 muertes y más de 1,500 lesionados. Un tornado se define como una columna de aire que gira violentamente y se extiende desde una tormenta eléctrica hasta el suelo. Los tornados más violentos son capaces de generar una tremenda destrucción con velocidades del viento de 250 mph o más. La trayectoria de los daños puede ser superior a una milla de ancho y 50 millas de largo. Una vez un tornado en Broken Bow, Oklahoma, arrastró 30 millas el letrero de un motel y lo dejó caer en Arkansas.

Ejemplos de técnicas de mitigación

Los huracanes y tornados tienen en común características como vientos muy fuertes y daños asociados. Después del Huracán Andrew, un equipo de especialistas examinó las casas que habían sucumbido y las que sobrevivieron. Encontraron cuatro áreas donde deben verificarse puntos débiles: el techo, las ventanas, puertas y, si la tiene, la puerta de la cochera. La mayoría de los propietarios de casas pueden adoptar medidas para reducir la vulnerabilidad de las casas a los vientos fuertes. Otras deben realizarse por un constructor experto. Encontrará más información acerca de cómo preparar a su familia, casa o negocio para los huracanes y tornados en este sitio Web. También puede obtener más información en la oficina estatal de servicios de emergencia, la Oficina Regional de FEMA más cercana y la oficina local de la Cruz Roja Americana.

Last Updated: Monday, 25-Oct-2004 00:00:00 EDT
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