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Linfedema (PDQ®)
Versión Paciente   Versión Profesional De Salud   In English   Actualizado: 08/01/2008



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Atención de la enfermedad

Prevención
Tratamiento
        Prendas de compresión
        Tratamiento con medicamentos
        Alimentación
        Manejo del dolor
        Complicaciones
Aspectos psicosociales



Prevención

Es importante identificar temprano al paciente que corre el riesgo de desarrollar linfedema, seguirlo de cerca y enseñarle a cuidarse. Es más probable que el paciente contraiga un linfedema si no sigue un régimen alimenticio adecuado, presenta sobrepeso, lleva una vida inactiva o sufre de otros problemas médicos. Para detectar el linfedema en sus comienzos, se deben examinar los siguientes aspectos:

  • Comparación del peso actual con el peso ideal.
  • Medidas de piernas y brazos.
  • Concentración de proteínas en la sangre.
  • Capacidad de realizar las actividades de la vida cotidiana.
  • Antecedentes de edema, radioterapia o cirugía previas.
  • Cualquier otro trastorno médico, como diabetes, presión alta, enfermedad renal o cardiaca, o flebitis (inflamación de las venas).

Es importante que el paciente conozca su enfermedad y el riesgo de contraer linfedema. Cuando el sistema linfático no drena bien a causa de una operación para extraer los ganglios linfáticos o por la administración de radioterapia, puede suceder que el brazo o la pierna afectada sea más susceptible de contraer una infección grave. Inclusive una infección pequeña puede causar un linfedema grave. Se debe enseñar a los pacientes acerca del cuidado de los brazos, las piernas y la piel después de la cirugía o la radiación (véase más abajo Notas para enseñar a los pacientes sobre la prevención y el control del linfedema). Es importante que los pacientes tomen precauciones para prevenir lesiones e infecciones en el brazo o pierna afectada, ya que el linfedema puede presentarse hasta 30 años o más después de la cirugía. Los pacientes con cáncer de mama que siguen las instrucciones sobre el cuidado de la piel y los ejercicios apropiados después de una mastectomía corren menos riesgo de contraer linfedema.

El drenaje linfático mejora con el ejercicio; por lo tanto, el ejercicio es importante para prevenir el linfedema. Las pacientes de cáncer de mama que se hayan sometido a una mastectomía deben hacer ejercicios para los brazos y las manos según se les indique. Los pacientes que se hayan sometido a una operación que afecta el drenaje de los ganglios linfáticos de la pelvis deben hacer ejercicios para las piernas y los pies según se les indique. El médico decide el momento en que el paciente debe empezar sus ejercicios después de la operación. Los fisiatras (médicos especializados en medicina física y rehabilitación) deben diseñar un programa de ejercicios individualizados para el paciente.

Cuando el linfedema se descubre temprano, se logra una mejor recuperación; en consecuencia, se debe enseñar a los pacientes a reconocer los primeros signos de edema y comunicar a su doctor cualquiera de los siguientes síntomas:

  • Sensación de tirantez en los brazos o las piernas.
  • Anillos o zapatos que aprietan.
  • Debilidad en los brazos o piernas.
  • Dolor, achaques o pesadez en el brazo o la pierna.
  • Enrojecimiento, hinchazón o signos de infección.

Notas para enseñar a los pacientes sobre la prevención y el control del linfedema

  1. Mantener el brazo o la pierna elevada por encima del nivel del corazón, siempre que sea posible. Evitar los movimientos circulares rápidos de brazos y piernas para que no se acumule sangre en la parte inferior de las extremidades.


  2. Limpiar la piel del brazo o la pierna y humectar con loción.


  3. Evitar lesiones e infecciones en el brazo o la pierna.
    • Brazos:
      • Usar una máquina eléctrica para afeitarse.
      • Usar guantes para trabajar en el jardín y en la cocina.
      • Usar un dedal para coser.
      • Cuidarse las uñas; no cortar las cutículas.
    • Piernas:
      • Mantener los pies cubiertos cuando se está a la intemperie.
      • Mantener los pies secos y limpios; usar calcetines de algodón.
      • Cortar las uñas de los pies en línea recta; consultar con un podiatra cuando sea necesario para prevenir uñas encarnadas e infecciones.
    • Brazos o piernas:
      • Broncearse gradualmente; usar protector solar.
      • Limpiar los cortes en la piel con jabón y agua; después, usar pomada antibacteriana.
      • Usar vendas de gasa en lugar de cinta adhesiva; no apretar el vendaje de tal forma que corte la circulación.
      • Consultar con el médico en caso de cualquier erupción en la piel.
      • Evitar pincharse con agujas de cualquier tipo en la extremidad afectada.
      • Evitar el frío y el calor extremos, como compresas de hielo y almohadillas calientes.
      • Evitar el trabajo extenuante y prolongado de la extremidad afectada.


  4. Evite ejercer mucha presión sobre el brazo o la pierna.
    • No cruzar las piernas mientras se está sentado.
    • Usar joyas que no aprieten; usar ropas sin bandas apretadas.
    • Llevar la cartera de mano en el brazo que no está afectado.
    • No usar manguillos para tomar la presión sanguínea en el brazo afectado.
    • No usar vendajes elásticos ni medias con ligas apretadas.
    • No sentarse en la misma posición por más de 30 minutos.


  5. Estar pendiente de las señales de infección: enrojecimiento, dolor, ardor, hinchazón o fiebre. Llamar inmediatamente al médico si se presentan cualquiera de estos signos.


  6. Hacer los ejercicios indicados con regularidad, según las instrucciones del médico o el fisioterapueta.


  7. Mantener citas regulares de seguimiento con el médico.


  8. Revisar todas las áreas de las piernas y brazos diariamente en busca de cualquier signo de complicaciones:
    • Medir la circunferencia del brazo o la pierna a intervalos regulares, según las recomendaciones del médico o el fisioterapeuta.
    • Medir el brazo o la pierna, siempre en los mismos dos lugares.
    • Informar al médico si la extremidad crece repentinamente.


  9. La capacidad de sentir sensaciones como el contacto, la temperatura o el dolor en el brazo o la pierna afectada puede disminuir. Utilizar el miembro no afectado para probar la temperatura del agua para bañarse o cocinar.


Tratamiento

El linfedema se trata con métodos físicos y con medicamentos. Los métodos físicos consisten en mantener elevado el brazo o la pierna afectada; efectuar un drenaje linfático manual (que es una forma especializada de dar masaje muy suaves para ayudar a circular los fluidos desde el extremo del miembro hacia el tronco del cuerpo); usar vendajes o ropa hecha a la medida, como medias, que aplique una presión controlada alrededor del miembro afectado, y limpiar con cuidado la piel del miembro afectado para prevenir infecciones. El linfedema se puede tratar combinando varios de estos métodos físicos. Esto se conoce como fisioterapia (o terapia descongestiva compleja), que consiste en el tratamiento manual del linfedema, vendaje con presión, ejercicios individualizados y cuidado de la piel, seguido por un programa de mantenimiento. La terapia física compleja debe realizarse bajo la supervisión de un profesional entrenado en estas técnicas.

La cirugía para tratar el linfedema generalmente ocasiona complicaciones y muy raras veces se recomienda llevarla a cabo en los pacientes de cáncer.

Prendas de compresión

Cuando se usan prendas de vestir que aplican presión controlada, estas deben cubrir toda el área afectada por el edema. Por ejemplo, las medias que llegan solo a la rodilla tienden a apretar y bloquear los vasos linfáticos y venas si hay edema en el muslo. Es muy conveniente usar una bomba de presión que se envuelve en brazo o la pierna y aplica presión de forma intermitente lo cual puede resultar beneficioso; sin embargo, algunos médicos y fisioterapeutas piensan que estas bombas no son eficaces y que incluso pueden empeorar el edema. El manguito se infla y desinfla automáticamente de acuerdo con un ciclo controlado de tiempo. Se cree que esta acción de bombeo aumenta el movimiento de líquido en las venas y vasos linfáticos y evita que el líquido se acumule en el brazo o la pierna. Las bombas de presión se deben usar solamente bajo la supervisión de un profesional de la atención de la salud porque una presión externa alta puede dañar los vasos linfáticos cerca de la superficie de la piel.

Tratamiento con medicamentos

Para tratar o prevenir las infecciones, se puede administrar antibióticos. Por lo general, otros tipos de medicamentos, como los diuréticos o los anticoagulantes, no son beneficiosos y pueden empeorar el problema.

Es importante determinar la causa precisa de la inflamación y tratarla correctamente. El edema, con frecuencia, lleva a una infección, que entonces cual aumenta el depósito de proteínas en los tejidos. Si se diagnostica una infección, se deben administrar los antibióticos adecuados. Deben descartarse los coágulos sanguíneos, ya que los masajes y otros métodos terapéuticos encaminados a promover el drenaje pueden hacer que los coágulos se muevan en el torrente sanguíneo y causar problemas cardiacos y pulmonares más serios. Si se detectan coágulos sanguíneos, se deben tratar con anticoagulantes.

La cumarina es un suplemento dietético que se ha estudiado como tratamiento para el linfedema. En los Estados Unidos de América, los suplementos dietéticos están reglamentados como los alimentos, no como fármacos. Los suplementos no requieren de la aprobación de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), antes de comercializarse. Debido a que no existen normas para la fabricación coherente, la dosificación o pureza, pueden existir diferencias considerables entre un lote de suplementos dietéticos y otro.

La cumarina se utilizó alguna vez en algunos suplementos alimenticios y medicamentos en los Estados Unidos. Cuando se descubrió que dañaba el hígado, se prohibió su uso a partir del decenio de 1950. La cumarina se vende en varios países pero su uso no ha sido aprobado en los Estados Unidos ni en el Canadá.

Alimentación

Se debe evaluar el estado nutricional del paciente y hacerle las recomendaciones necesarias. Se debe vigilar con frecuencia el peso corporal y las concentraciones de proteínas en la sangre y se debe animar a los pacientes a consumir alimentos ricos en proteínas.

Manejo del dolor

Los pacientes con linfedema pueden experimentar dolor a causa de la inflamación y la presión en los nervios, pérdida del tejido y la función musculares o tejidos cicatrizados que causan el acortamiento de los músculos y la reducción del movimiento de las articulaciones. El dolor puede tratarse con medicamentos, técnicas de relajación o estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET); sin embargo, el tratamiento más exitoso es reducir el linfedema.

Complicaciones

El edema puede impedir que los tejidos absorban los nutrientes y sean más propensos a sufrir lesiones si el miembro afectado permanece inmóvil por largos periodos de tiempo. Por lo tanto, los pacientes con linfedema deben ser observados para detectar áreas de deterioro en la piel, especialmente en las áreas con muy poco tejido entre la piel y el hueso (es decir, caderas, rodillas y codos).

Los problemas para vaciar la vejiga puede ser el resultado de un linfedema en el área de la pelvis o la ingle. Los pacientes con linfedema que también toman opioides pueden presentar problemas intestinales. Se debe vigilar regularmente el estado de la vejiga y los intestinos para prevenir cualquier signo de retención urinaria o estreñimiento.

Aspectos psicosociales

Como el linfedema causa desfiguración y a veces es doloroso y descapacitante, puede ocasionar problemas mentales, físicos o sexuales. Varios estudios han hecho notar que las mujeres que padecen de linfedema después del tratamiento del cáncer de la mama tienen mayores dificultades mentales físicas y sexuales que las que nunca lo padecen. Las tensiones adicionales relacionadas con el linfedema pueden interferir con su tratamiento que, a menudo, es doloroso, difícil y toma mucho tiempo.

Hacer frente al linfedema en el brazo después del tratamiento de cáncer de mama es especialmente difícil para los pacientes que cuentan con poco apoyo social. Algunos reaccionan apartándose de los demás. También es muy difícil para los pacientes lidiar con un linfedema doloroso. Los pacientes con linfedema pueden beneficiarse de orientación individual o grupal que brinde información sobre formas de prevenir el linfedema, la función del régimen alimenticio y el ejercicio, y los consejos sobre como escoger ropa cómoda y elegante, además de apoyo emocional.

Para mayor información, consultar los sumarios del PDQ sobre Adaptación normal y trastornos de adaptación y sobre Aspectos relacionados con la sexualidad y la reproducción.

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