Riesgo para pacientes sin historial de toxicomanía
Para los pacientes sin historial de toxicomanía, el uso de opioides para
controlar el dolor causado por el cáncer casi nunca provoca problemas
significativos de abuso o adicción. Los pacientes y algunos profesionales de la
salud continúan teniendo un miedo infundado a que los opioides para controlar el
dolor producido por el cáncer se vuelvan adictivos, cuando el tratamiento
deficiente del dolor es un problema más grave.
Antes se asumía que muchos problemas de adicción tenían su origen en el uso de
fármacos recetados para el dolor. Sin embargo, las personas con cáncer suelen
poder tomar opioides para controlar su dolor sin sufrir problemas significativos,
por lo cual se deben volver a evaluar los riesgos y los beneficios de los
tratamientos a largo plazo con opioides para el dolor crónico no relacionado con
el cáncer. En tres estudios de más de 24000 pacientes sin historiales de adicción
a las drogas que estaban recibiendo tratamiento contra el dolor producido por
quemaduras, el dolor de cabeza y otros, sólo se descubrió a 7 que abusaron de los
opioides.
También se indica que la euforia que sienten los adictos a los fármacos no se da
en los pacientes que toman los mismos medicamentos para controlar el dolor. De
hecho, los pacientes que toman opioides de forma terapéutica suelen sentirse
deprimidos en lugar de eufóricos, lo cual reduce el riesgo de que se vuelvan
adictos al medicamento.
En general, las pruebas indican que en los pacientes que no tienen historiales de
toxicomanía o drogadicción, relaciones con toxicómanos, o problemas psicológicos,
el uso de la terapia con opioides para controlar el dolor crónico conlleva un
riesgo muy bajo de provocar toxicomanía o adicción a los fármacos, sobre todo en
los pacientes de más edad que nunca han abusado de las drogas.
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