Economía y comercio | Crecimiento económico mediante mercados abiertos

06 octubre 2008

Proyecto de rescate financiero impulsa la esperanza al firmarlo Bush

En un segundo intento, la Cámara de Representantes aprueba el controvertido plan

 
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, firma el proyecto de ley de rescate aprobado en su segundo intento.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, firma el proyecto de ley de rescate aprobado en su segundo intento.

Washington — El presidente sancionó con su firma un proyecto de rescate financiero de 700.000 millones de dólares en el plazo de unas horas después de que fuera aprobado por la Cámara de Representantes.

La Cámara autorevocó su decisión el 3 de octubre y aprobó una versión revisada del rescate montante a 700.000 millones de dólares que había rechazado cuatro días antes.

Por 263 votos a favor  frente a 171 en contra, la Cámara aprobó el proyecto concebido para estabilizar los sistemas financieros estadounidense y mundial, descongelando los mercados de crédito congelados e impidiendo la quiebra de los bancos importantes. El Senado endosó el proyecto el 1 de octubre, luego de añadirle algunas disposiciones nuevas a la versión rechazada por la Cámara, incluyó un aumento temporal en el monto de los depósitos bancarios asegurados por el gobierno, medidas de recorte de impuestos y unas pocas cláusulas no relacionadas con lo anterior.

Antes de firmar el proyecto, el presidente Bush aplaudió al Congreso por completarlo oportunamente.

“Le hemos demostrado al mundo que los Estados Unidos de América estabilizarán nuestros mercados financieros y mantendrán una función de líderes en la economía mundial”, dijo.

Algunos legisladores, economistas del sector privado y otros opositores al controvertido plan, argumentaron que fue apresurado y mal concebido y arriesga demasiado dinero de los contribuyentes para ayudar a personas irresponsables de Wall Street.

Pero la administración, la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos), líderes congresionales y otros de los partidarios del plan respondieron que las consecuencias de la falta de acción o la demora podrían ser un derrumbe y una depresión financiera mundiales.

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS LEGISLADORES SE SINCRONIZAN

Las provisiones agregadas por el Senado fueron en su mayoría bien recibidas por la Cámara cuyos miembros fueron presionados por la Casa Blanca, los candidatos presidenciales, los votantes, las organizaciones empresariales y otros grupos, los cuales consideraban el plan esencial para la seguridad financiera de Estados Unidos. Tal vez el factor más importante que contribuyó a cambiar el sentir de los legisladores fueron las sombrías noticias económicas que siguieron a la negativa de la Cámara a aprobar el proyecto: una fuerte baja en el mercado de valores, pruebas anecdóticas de las dificultades de los consumidores para obtener crédito y datos recientes sobre continua pérdida de empleos. Esos acontecimientos, combinados con la perspectiva de un derrumbe financiero y una depresión mundiales, movieron a muchos de los que se oponían a que cambiaran sus votos de “no” a “sí”, incluso si les preocupaban los fundamentos del plan.

“Nos quedamos sin opciones, y estábamos de espaldas contra la pared”, dijo el representante republicano Zach Wamp durante el debate del 3 de octubre en el pleno de la Cámara, que precedió a la votación.

Corredores de la bolsa de Nueva York observan la aprobación de la ley de rescate financiero en la Cámara de Representantes.
Corredores de la bolsa de Nueva York observan la aprobación de la ley de rescate financiero en la Cámara de Representantes.

Todavía tienen que elaborarse los detalles del complicado plan y su aplicación, que acarrea algunos peligros, y ello llevará tiempo.

El secretario de Hacienda Henry M. Paulson Jr, que sometió al Congreso el plan de rescate inicial, lo reconoció cuando dijo: “Para aliviar la tensión en nuestro sistema financiero, no hay una solución que les venga bien a todos”.

“Cada situación será diferente, y debemos aplicar estos nuevos programas con una estrategia que nos permita adaptarnos a las circunstancias y condiciones cambiantes, y atraer capital privado”, manifestó.

Pero cualquiera que sea la estrategia que escoja Hacienda, el plan, que es la mayor intervención del gobierno en los mercados financieros desde la Gran Depresión de la década de 1930, tendrá probablemente un impacto en la economía estadounidense. El programa de rescate financiero dará nueva forma a la industria financiera y las relacionadas con ella junto con una reforma reglamentaria integral que Paulson ha propuesto para ser considerada por el próximo Congreso, opinan los analistas. (Véase ¿Qué medidas tomará EE.UU. para prevenir otra crisis financiera?)

Algunos legisladores y economistas del sector privado advierten que el paquete no resolverá todos los problemas de los mercados financieros ni librará pronto de su depresión a la economía estadounidense.

Pero los que apoyan el plan esperan que sea “un  paso esencial para estabilizar nuestros mercados financieros y asegurar una corriente ininterrumpida de crédito a familias y empresas”, como lo planteara el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

La nueva ley pide que el gobierno actúe como comprador de última instancia para las hipotecas sobre las viviendas y los llamados “valores tóxicos” mantenidos por instituciones que luchan por sobrevivir, incluso algunos bancos extranjeros, y como proveedor de capital fresco a las instituciones financieras cuya quiebra podría poner en peligro el sistema financiero. Los valores respaldados por hipotecas y de otro tipo perdieron gran parte de su valor cuando centenares de miles de estadounidenses dejaron de pagar sus préstamos de vivienda en meses recientes.

Los redactores del plan elaborado conjuntamente por el Departamento de Hacienda, con el apoyo de la Reserva Federal, esperan hacer arrancar a los mercados de crédito, de modo que las empresas puedan contraer préstamos y crecer, suba el precio de los valores y los inversionistas privados se sientan lo bastante confiados como para volver a entrar en el mercado.

El plan, tanto en su forma original como final, contiene varias opciones para que el gobierno recupere el dinero empleado en pagar por la compra de activos tóxicos y, posiblemente, pueda obtener alguna ganancia. Si, al cabo de cinco años, el gobierno determina que el programa ha perdido dinero, le pediría a la industria financiera que cubra el déficit proyectado.

Como resultado, una sección de investigación del Congreso calcula que el “costo neto (para el gobierno) será probablemente substancialmente inferior a 700.000 millones de dólares”.

Los textos completos de las declaraciones de Bush, Paulson y Bernanke están disponibles, en inglés, en los sitios Web respectivos de la Casa Blanca, el Departamento de Hacienda y la Reserva Federal.

Un resumen del proyecto del Senado, un análisis del mismo y el texto completo (PDF, en inglés) pueden obtenerse en el sitio en la Web de la Comisión de Banca del Senado.

Marcar página con:    ¿Qué es esto?