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Nombres alternativos Volver al comienzo
Paso incontrolable de heces; Pérdida del control intestinal; Incontinencia fecal; Incontinencia de los intestinosDefinición Volver al comienzo
Es la pérdida del control de las evacuaciones que da como resultado el paso involuntario de las heces. Esto puede ir desde una pequeña filtración ocasional de heces con el paso de gases hasta una pérdida completa del control de las deposiciones.
La incontinencia urinaria, un tema aparte, es la incapacidad de controlar el paso de la orina.
Consideraciones generales Volver al comienzo
Entre las personas mayores de 65 años, las mujeres suelen ser las que con mayor frecuencia experimentan incontinencia intestinal, con una tasa de 13 de cada 1.000 mujeres que informan sobre pérdida del control de las evacuaciones.
La causa más común de la incontinencia intestinal, irónicamente, es el estreñimiento, el cual hace que los músculos del ano e intestinos se estiren y debiliten (el ano es la abertura a través de la cual las heces salen del cuerpo). Estos músculos debilitados impiden que el esfínter rectal pueda cerrarse fuertemente, ocasionando así escapes de heces (el recto conecta con el ano). Asimismo, los músculos intestinales debilitados retrasan el tiempo de tránsito de las heces, dificultando el paso de éstas y empeorando aún más el estreñimiento.
El estiramiento crónico de los músculos anales e intestinales también puede disminuir la respuesta de los nervios del ano y del recto a la presencia de heces en este último
La capacidad de retener las heces y mantener la continencia exige de una función normal del recto, ano y sistema nervioso. Además, la persona debe tener la capacidad física y psicológica de reconocer y responder en forma apropiada a la urgencia de defecar.
Los problemas de incontinencia deben informarse al médico, pues ésta no es una situación irremediable. El tratamiento adecuado puede ayudar a la mayoría de las personas y, con frecuencia, el problema se puede erradicar por completo.
Causas comunes Volver al comienzo
Cuidados en el hogar Volver al comienzo
El tratamiento de la incontinencia intestinal debe comenzar con la identificación de la causa. Hay algunas formas de ayudar a lograr una función intestinal normal y fortalecer los músculos rectales.
MEDICAMENTOS
En las personas que sufren de incontinencia debido a la diarrea, se pueden utilizar medicamentos para controlarla, lo cual puede corregir la incontinencia intestinal. La loperamida (Imodio) tiene propiedades antidiarreicas y mejora la condición del músculo rectal.
Otros medicamentos antidiarreicos que pueden utilizarse son los medicamentos colinérgicos (belladona o atropina), los cuales disminuyen las secreciones intestinales y la motilidad intestinal. Los derivados del opio (elixir paregórico o codeína) incrementan el tono muscular y disminuyen la motilidad intestinal, y el difenoxilato (Lomotil) disminuye la motilidad intestinal y retrasa los movimientos de las heces a través de los intestinos.
Otros de los medicamentos utilizados para controlar la incontinencia intestinal son aquellos que reducen el contenido de agua en las heces (carbón activado o Kaopectate), protegen el revestimiento de los intestinos de la irritación (Amphogel o Pepto-Bismol) o absorben los líquidos y añaden volumen a las heces (Metamucil).
EVALUACIÓN DE LOS MEDICAMENTOS
Es recomendable revisar con el médico todos los medicamentos que se estén tomando, pues existen algunos que pueden ocasionar o incrementar la frecuencia de la incontinencia intestinal, especialmente en las personas mayores. Estos medicamentos abarcan:
CIRUGÍA
Las personas que experimentan incontinencia intestinal a pesar del tratamiento médico pueden requerir una intervención quirúrgica para corregir el problema. La selección del tipo de cirugía se basa en la causa de la incontinencia y de la condición general de la persona.
REPARACIÓN DEL ESFÍNTER RECTAL
La reparación del esfínter se realiza en personas con un esfínter (anillo muscular) rectal que no funciona bien, producto de una lesión o de la edad. Este procedimiento consiste en volver a unir los músculos rectales para tensionar el esfínter e incrementar la capacidad del ano.
TRASPLANTE DEL MÚSCULO RECTO INTERNO
Los trasplantes del músculo recto interno se han realizado para restaurar el control intestinal en personas que han perdido la función nerviosa del esfínter rectal. Este músculo se toma de la cara interna del muslo y se utiliza para rodear el esfínter, proporcionándole así tono muscular.
ESFÍNTER INTESTINAL ARTIFICIAL
A algunos pacientes se les puede tratar la afección con un esfínter intestinal artificial, el cual consta de tres partes: un manguito de presión que se ajusta alrededor del ano, un globo regulador de presión y una bomba que infla el manguito de presión.
Este esfínter artificial se implanta quirúrgicamente alrededor del esfínter anal y el manguito de presión permanece inflado para mantener la continencia. La persona evacua al desinflar el manguito de presión, el cual se infla de forma automática a los 10 minutos.
DESVIACIÓN FECAL
Algunas veces se lleva a cabo una desviación fecal para las personas que no se pueden beneficiar de otras terapias. El intestino grueso es dirigido hacia una abertura en la pared abdominal y las heces pasan a través de esta abertura hacia una bolsa especial, llamada bolsa colectora o dispositivo de ostomía, que la persona debe usar siempre para recoger las heces.
DIETA
La incontinencia intestinal suele ser el resultado de una disminución de la capacidad del esfínter rectal para manejar grandes cantidades de heces líquidas y, a menudo, con sólo modificar la dieta se puede prevenir este problema.
Se debe eliminar el consumo de alcohol y de cafeína, pues pueden causar diarrea y, por ende, incontinencia en algunas personas. Además, hay personas que no pueden digerir la lactosa, un azúcar que se encuentra en la mayoría de los productos lácteos, por lo que desarrollan diarrea intensa al consumir este tipo de alimentos. Se ha demostrado que ciertos aditivos alimenticios, como la nuez moscada y el sorbitol, ocasionan diarrea en personas susceptibles.
Agregando volumen a la dieta, se le puede dar más consistencia a las heces y disminuir su cantidad. Ciertos alimentos, como el arroz, el banano, el yogur y los quesos ayudan a darle más consistencia a las heces. De igual manera, un aumento del consumo de fibra (30 gramos diarios) proveniente de granos integrales y del salvado puede ayudar a agregar volumen a la dieta. Asimismo, los productos que contienen psyllium o ispágula, como el Metamucil, también pueden utilizarse para dar volumen a las heces.
La alimentación con fórmula por medio de sonda suele causar diarrea e incontinencia intestinal, en cuyo caso se debe consultar con un médico o un dietista. Es posible que haya que modificar la frecuencia de la alimentación o agregar agentes formadores de masa a la fórmula.
RETENCIÓN FECAL
El estreñimiento o la retención fecal pueden contribuir también a la incontinencia fecal. La pérdida del tono rectal puede ocasionar una filtración de heces líquidas y acuosas alrededor de la retención fecal. Por lo general, una vez generada una retención fecal, es poco lo que se logra con el uso de laxantes y enemas. Es este caso, el médico inserta uno o dos dedos en el recto y rompe la masa en fragmentos que puedan ser expulsados.
Se deben tomar medidas para evitar futuras retenciones fecales y se recomienda agregar fibra a la dieta para ayudar a formar heces normales. Además, un consumo adecuado de líquidos y suficiente ejercicio pueden ayudar a mejorar la consistencia normal de las heces.
OTRAS TERAPIAS
Cuando una persona sufre de incontinencia fecal frecuente, se pueden utilizar dispositivos para la recolección de heces especiales de uso externo, con el fin de contener las heces y proteger la piel de lesiones. Estos dispositivos constan de en una bolsa drenable unida a una oblea adhesiva, la cual tiene un orificio en el centro que se ajusta al orificio anal.
La mayoría de las personas que sufren de incontinencia intestinal ocasionada por falta de control del esfínter o por disminución de la capacidad de reconocer la urgencia de defecar pueden beneficiarse de un programa de reentrenamiento intestinal y de terapias de ejercicios encaminadas a restaurar el tono muscular normal.
Se debe tener un cuidado especial en el mantenimiento del control de las evacuaciones en personas cuya capacidad para reconocer la necesidad de defecar se ha deteriorado o que tienen problemas de movilización, que no les permiten utilizar las instalaciones sanitarias de forma segura e independiente. A estas personas se les debe ayudar a usar el sanitario después de las comidas y cuando expresan su necesidad de ir al sanitario se debe reaccionar rápida y oportunamente, pues si sus necesidades no reciben respuesta, pueden desarrollar un patrón de refuerzo negativo. En este caso, la necesidad de defecar ya no está asociada con las acciones apropiadas. Ver también seguridad en el inodoro.
Se debe llamar al médico si Volver al comienzo
Lo que se puede esperar en el consultorio médico Volver al comienzo
El médico realizará un examen físico enfocándose en el área estomacal y el recto. Igualmente llevará a cabo un tacto rectal y anal, insertando un dedo lubricado en el recto para evaluar el tono del esfínter, los reflejos anales y verificar cualquier anomalía del área rectal.
Las preguntas de la historia clínica que documentan una incontinencia intestinal en detalle pueden ser:
Los exámenes de diagnóstico pueden ser, entre otros:
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Página actualizada: 26 septiembre 2008 |