Factores que afectan la función sexual en pacientes con cáncer
Factores relacionados con la cirugía
Cáncer de seno
Cáncer colorrectal
Cáncer de próstata
Otros tumores pélvicos
Factores relacionados con la quimioterapia
Factores relacionados con la radioterapia
Factores relacionados con el tratamiento hormonal
Factores psicológicos
Tanto los factores físicos como los psicológicos contribuyen a la aparición de
disfunciones sexuales. Entre los primeros se encuentran la pérdida del
funcionamiento sexual por los efectos del tratamiento del cáncer, la fatiga y el
dolor. La cirugía, la quimioterapia y la radioterapia pueden tener un impacto
físico directo en la función sexual. Otros factores que pueden contribuir a la
disfunción sexual son los medicamentos contra el dolor, la depresión, los
sentimientos de culpabilidad por las creencias erróneas sobre el origen del
cáncer, los cambios en la imagen corporal después de la cirugía y el estrés
originado por las relaciones personales. Aunque el envejecimiento a menudo se
asocia con una disminución en el deseo sexual y el desempeño, el sexo puede ser
importante para la calidad de vida de la persona mayor y la pérdida de la función
sexual puede ser angustiante.
Factores relacionados con la cirugía
La cirugía puede afectar directamente el funcionamiento sexual. Entre los
factores que ayudan a predecir cuál será la función sexual de un paciente después
de una cirugía están la edad, el desempeño sexual y la función de la vejiga antes
de la cirugía, la localización del tumor y su tamaño, y la cantidad de tejido
extraído durante la operación. Las cirugías que afectan el funcionamiento sexual
son las del cáncer de seno, el cáncer colorrectal, el cáncer de próstata y de
otros tumores localizados dentro de la pelvis.
Cáncer de seno
La función sexual después de la cirugía de cáncer de seno ha sido materia de
mucha investigación. Los procedimientos para salvar o reconstruir el seno parecen
tener poco efecto en la función sexual, comparados con aquellos en donde se
extirpa todo el seno. Las mujeres que han sido sometidas a cirugía para salvar el
seno tienen más probabilidad de seguir disfrutando de las caricias en esa parte
del cuerpo, pero no afecta la frecuencia con la que la mujer tiene relaciones
sexuales, la facilidad para tener un orgasmo ni el experimentar satisfacción
sexual completa.
Sin embargo, el haber tenido una mastectomía se ha vinculado a una falta de interés sexual. La quimioterapia se ha vinculado a problemas con la función sexual.
Cáncer colorrectal
Las disfunciones de la vejiga y los problemas en el desempeño sexual son
complicaciones comunes que provoca la cirugía del cáncer rectal. La causa
principal de los problemas con la erección, la eyaculación y el orgasmo son las
lesiones en los nervios de la cavidad pélvica. Es posible que se dañen durante la
cirugía cuando se cortan o cuando se reduce su suministro sanguíneo.
Cáncer de próstata
Las nuevas técnicas quirúrgicas de prostatectomía radical (extirpación completa
de la próstata) que no afectan los nervios, están teniendo gran acogida porque su
éxito para preservar la función eréctil es mucho mayor que el que se logra con la
radioterapia para el cáncer de próstata. Se requiere un seguimiento a largo plazo
para comparar los efectos de la cirugía con los de la radioterapia. La
recuperación de la función eréctil casi siempre ocurre luego de un año de la
prostatectomía radical. Los efectos de la radioterapia en la función eréctil son
más lentos, y es necesario esperar hasta dos y tres años después del tratamiento
para recuperarla. La causa de la pérdida en la función eréctil es diferente en la
cirugía y en la radioterapia. La prostatectomía radical lesiona los nervios que
hacen que los vasos sanguíneos se abran para dejar entrar la sangre en el pene.
En algún momento, el tejido no recibe suficiente oxígeno, las células mueren y se
forma tejido cicatricial que interfiere con la función eréctil. Parece ser que la
radioterapia daña las arterias que abastecen de sangre al pene.
La braquiterapia (radioterapia interna utilizando implantes radiactivos) se está utilizando más frecuentemente para tratar el cáncer de la próstata. Las funciones eyaculatorias y eréctiles se preservan mejor con braquiterapia sola que cuando se le agregan radiación externa o terapia hormonal. Con la braquiterapia, se puede presentar un daño a los nervios y los vasos sanguíneos causados por la radiación, y dosis más altas de radiación pueden causar más daño.
Otros tumores pélvicos
Los hombres sometidos a cirugía para extirpar la vejiga, el colon o el recto
pueden recuperar la función eréctil si se usan técnicas que no lesionan los
nervios. Los efectos secundarios en la actividad sexual ocasionados por la
radioterapia en tumores pélvicos son similares a los que se presentan después del
tratamiento del cáncer de próstata.
Las mujeres sometidas a cirugía para extirpar el útero, los ovarios, la vejiga u
otros órganos en el abdomen o la pelvis pueden padecer dolor y pérdida de la
función sexual dependiendo de la cantidad de tejido u órganos que se haya
retirado. La orientación y otros tratamientos médicos ayudan a estas pacientes a
recuperar la sensibilidad en la vagina y en las áreas genitales, lo que puede
hacerlas capaces de tener relaciones sexuales sin dolor y llegar al orgasmo.
Factores relacionados con la quimioterapia
La quimioterapia se asocia con la pérdida del deseo y la reducción en la
frecuencia de las relaciones sexuales en hombres y mujeres. Los efectos
secundarios comunes de la quimioterapia, como las náuseas, el vómito, la diarrea,
el estreñimiento, la mucositis, la pérdida o ganancia de peso, y la pérdida del
cabello, pueden afectar su imagen sexual y hacerlos sentir poco atractivos.
En las mujeres, la quimioterapia puede ocasionar sequedad vaginal, dolor en el
coito y dificultad para tener un orgasmo. En las mujeres de más edad puede
aumentar el riesgo de cáncer de ovario. La quimioterapia también puede causar una
pérdida súbita de producción de estrógeno en los ovarios, cuyas consecuencias
serán la pérdida de elasticidad, encogimiento y adelgazamiento de la vagina,
sequedad vaginal, sofocos, infecciones de las vías urinarias, cambios en el
estado de ánimo, fatiga e irritabilidad. Las mujeres jóvenes con cáncer de seno
a quienes se ha extirpado uno o ambos ovarios mediante cirugía pueden tener
síntomas relacionados con la pérdida de estrógeno. Estas pacientes experimentan
una gran cantidad de problemas por la preocupación que genera el tratamiento de
restitución de estrógenos, que aunque puede disminuir los síntomas, puede
provocar la reaparición del cáncer de seno. En el caso de mujeres con otros tipos
de cáncer, sin embargo, el tratamiento de restitución de estrógenos por lo
general ayuda a solucionar muchos problemas sexuales. Asimismo, en las pacientes
con la enfermedad del injerto contra el anfitrión (una enfermedad en donde se
produce un rechazo entre la médula ósea o las células germinales periféricas del
donante y el tejido de la persona que recibe el injerto) puede desarrollarse
tejido cicatricial y estrechamiento de la vagina después del transplante de
médula ósea o células germinales periféricas, lo que puede interferir con el
coito.
En el caso de los hombres, los problemas sexuales como la pérdida del deseo y la
disfunción eréctil son más comunes después de un transplante de médula ósea
debido a la enfermedad del injerto contra el anfitrión o la lesión en los
nervios. En ocasiones, la quimioterapia puede interferir con la producción de
testosterona en los testículos, por lo que será necesario un tratamiento de
restitución de esta hormona para recuperar la función sexual.
Factores relacionados con la radioterapia
Al igual que con la quimioterapia, la radioterapia puede causar efectos
secundarios como fatiga, náuseas y vómito, diarrea, y otros síntomas que pueden
disminuir el deseo sexual. En las mujeres, la radioterapia de la pelvis puede
ocasionar cambios en el revestimiento de la vagina, que eventualmente resultarán
en un estrechamiento de la vagina y formación de tejido cicatricial. El resultado
es dolor en el coito, infertilidad y otros problemas sexuales a largo plazo. Las
mujeres deben comentar sus preocupaciones sobre estos efectos secundarios con su
médico y pedirle información sobre el uso de un dilatador vaginal.
En los hombres, la radioterapia puede causar problemas para alcanzar una erección
y mantenerla. No se sabe a ciencia cierta qué causa estos problemas después de la
radioterapia, pero se cree que puede ser por lesión en los nervios, obstrucción
en el abastecimiento sanguíneo al pene o disminución en los niveles de
testosterona. Los cambios sexuales se presentan de manera gradual durante un
periodo de seis meses a un año después del tratamiento. Quienes han tenido
disfunción eréctil antes del cáncer están en mayor riesgo de verse afectados por
problemas sexuales después del diagnóstico del cáncer y del tratamiento. Otros
factores de riesgo que contribuyen a que se presenten estos problemas en los
hombres son el tabaquismo, los antecedentes de enfermedades cardiacas, la
hipertensión y la diabetes.
Factores relacionados con el tratamiento hormonal
El tratamiento con hormonas para el cáncer de próstata puede reducir los niveles
hormonales normales y causar disminución del deseo sexual, disfunción eréctil y
problemas para lograr un orgasmo. Los hombres más jóvenes no siempre son
afectados por el mismo grado de disfunción sexual. Algunos centros de tratamiento
están experimentando con terapia hormonal diferida o intermitente para prevenir
los problemas sexuales. Todavía no se sabe si estos tratamientos modificados
afectarán la supervivencia a largo plazo de los hombres más jóvenes.
Los efectos del tamoxifeno en la sexualidad y el estado de ánimo de las mujeres
con cáncer de seno todavía no se comprenden con claridad.
Factores psicológicos
Los pacientes que se recuperan de cáncer a menudo se sienten ansiosos o culpables
de que su actividad sexual previa haya originado el mal. Algunos creen que la
actividad sexual puede hacer que el cáncer vuelva a aparecer o creen que pueden
contagiar a su pareja. Es importante charlar sobre estos sentimientos y
preocupaciones con un profesional de la salud. Las creencias erróneas pueden
corregirse para asegurar a los pacientes que el cáncer no puede contagiarse
mediante las relaciones sexuales.
La pérdida del deseo sexual y una disminución en el placer son síntomas comunes
de la depresión. Esta enfermedad es más común en pacientes con cáncer que en la
población saludable. Es importante que los pacientes expresen sus sentimientos
con el médico para que los asesore. Recibir tratamiento para la depresión puede
ayudar a aliviar los problemas sexuales. (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre la Depresión.)
Los tratamientos para el cáncer pueden ocasionar cambios físicos que afecten la
forma como una persona se ve a sí misma físicamente. Esta imagen puede hacer que
un hombre o una mujer se sientan poco atractivos sexualmente. Es importante que
el paciente hable sobre estos sentimientos y preocupaciones con un profesional de
la salud. Los pacientes pueden aprender a manejar estos problemas de manera
positiva.
El estrés que produce recibir el diagnóstico de cáncer y la necesidad de
tratamiento empeora los problemas que ya existen en las parejas. Las relaciones
sexuales también pueden verse afectadas. Los pacientes que no tienen una relación
de compromiso pueden dejar de buscar citas por el temor a ser rechazados por una
posible pareja cuando se entere de sus antecedentes de cáncer. Uno de los
factores más importantes en la adaptación posterior al tratamiento de cáncer es
el sentimiento que tienen los pacientes sobre su sexualidad después de ser
diagnosticados con cáncer. Si su actitud era positiva antes del diagnóstico, es
muy probable que reanuden su actividad sexual después del tratamiento.
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