Causa y prevención
Al estudiar un gran número de mujeres en todo el mundo, los
investigadores han identificado ciertos
factores de riesgo que aumentan las
posibilidades de que las células en el cérvix o cuello uterino se
vuelvan anormales o cancerosas. Piensan que, en muchos casos, el cáncer
cervical se desarrolla cuando dos o más factores de riesgo actúan
juntos.
La investigación ha mostrado que las mujeres que empezaron a tener
relaciones sexuales a una edad temprana, especialmente antes de los 16
años de edad y las mujeres que han tenido muchas parejas sexuales tienen
un riesgo mayor de desarrollar cáncer cervical. Las mujeres
también tienen un riesgo mayor si sus parejas empezaron a tener
relaciones sexuales a una edad joven, han tenido muchas parejas sexuales o han
sido parejas de mujeres que tuvieron cáncer de cérvix.
Los científicos no saben exactamente por qué las prácticas
sexuales de las mujeres y de sus parejas afectan el riesgo de desarrollar
cáncer cervical. Sin embargo, la investigación sugiere que
algunos virus transmitidos sexualmente pueden causar que las células del
cérvix empiecen las series de cambios que pueden llevar al
cáncer. Las mujeres que han tenido muchas parejas sexuales o cuyas
parejas han tenido muchas parejas sexuales pueden tener un riesgo mayor de
cáncer del cuello uterino al menos en parte, porque ellas tienen
más probabilidad de contraer un virus transmitido sexualmente.
Los científicos están estudiando los efectos del
virus del papiloma humano (VPH)
transmitido sexualmente. Algunos virus del papiloma humano transmitidos
sexualmente causan verrugas genitales (condiloma
acuminado). Además, los científicos
piensan que algunos de estos virus pueden causar el crecimiento de
células anormales en el cérvix y pueden jugar un papel en el
desarrollo de cáncer. Los científicos han encontrado que las
mujeres que tienen VPH o cuyas parejas tienen VPH tienen un riesgo mayor que el
promedio de desarrollar cáncer cervical. Sin embargo, la mayoría
de las mujeres que tienen la infección por el VPH no desarrollan
cáncer de cérvix y el virus no está presente en todas las
mujeres que tienen esta enfermedad. Por estas razones, se piensa que otros
factores actúan junto con los virus del papiloma humano. Por ejemplo, el
herpesvirus genital también
puede tener un papel. Se necesita más investigación para saber el
papel exacto de estos virus y cómo actúan junto con otros
factores en el desarrollo de cáncer cervical.
El fumar también aumenta el riesgo de cáncer de cérvix,
aunque no es claro exactamente cómo o por qué. El riesgo parece
que aumenta con el número de cigarrillos que fuma una mujer cada
día y con el número de años que ella ha fumado.
Las mujeres cuyas madres recibieron el fármaco
dietilestilbestrol (DES) durante el
embarazo para prevenir la pérdida del mismo, también tienen un
riesgo mayor. (Este fármaco se usó con este fin casi desde 1940
hasta 1970). Se ha encontrado un tipo raro de cáncer vaginal y cervical
en un número pequeño de mujeres cuyas madres usaron el DES.
Varios informes sugieren que las mujeres cuyo sistema inmune está
debilitado tienen más probabilidad que otras de desarrollar
cáncer cervical. Por ejemplo, las mujeres que tienen el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH), el cual causa el SIDA, tienen un riesgo mayor.
También, las pacientes que han recibido transplantes de órganos y
que reciben fármacos para suprimir el sistema inmune con el fin de
impedir el rechazo del nuevo órgano, tienen más probabilidad que
otras de desarrollar lesiones precancerosas.
Algunos investigadores piensan que hay un riesgo mayor de cáncer de
cérvix en las mujeres que usan anticonceptivos orales (la
píldora). Sin embargo, los científicos no han encontrado que la
píldora cause directamente el cáncer de cérvix. Esta
relación es difícil de probar porque los dos factores principales
de riesgo de cáncer de cérvix: relaciones sexuales a una edad
temprana y múltiples parejas sexuales, pueden ser más comunes
entre las mujeres que usan la píldora que entre las que no lo hacen. No
obstante, las etiquetas de los anticonceptivos orales advierten de este posible
riesgo y aconsejan a las mujeres que los usan hacerse pruebas de Pap cada
año.
Algunas investigaciones han mostrado que la vitamina A puede desempeñar un
papel en detener o prevenir los cambios cancerosos en las células como
las que están en la superficie del cérvix o cuello del
útero. La investigación ulterior con preparaciones de vitamina A
puede ayudar a los científicos a aprender más acerca de la
prevención del cáncer de cérvix.
Actualmente, la detección temprana y el tratamiento del tejido
precanceroso siguen siendo las formas más efectivas de prevenir el
cáncer de cérvix. Las mujeres deben hablar con su médico
sobre un programa apropiado de exámenes. La recomendación del
médico se basará en tales factores como la edad de la mujer, el
historial médico y los factores de riesgo.
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