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Mis Estados Unidos: El significado de Estados Unidos

Kelly McWilliams

Instantáneas de Estados Unidos

ÍNDICE
Acerca de este número
Mis Estados Unidos
Mis Estados Unidos: Está bien salirse de las líneas
Mis Estados Unidos: Relato de un aviador
Mis Estados Unidos: La ciudad y el sueño
Mis Estados Unidos: El nuevo mundo
Mis Estados Unidos: El significado de Estados Unidos
Pluralismo y democracia
El tapiz cultural de Estados Unidos
Cinco estadounidenses con empuje
Iconos de Estados Unidos
Breve gira por Estados Unidos
Vídeo Vídeo icon
Instantáneas de Estados Unidos
Bibliography
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Kelly McWilliams
Foto cedida por Kelly McWilliams

Kelly McWilliams se crió en Los Ángeles, California, y en Phoenix, Arizona, antes de asistir a la escuela secundaria Walnut Hill, una institución de internado femenino para el estudio de las artes en Massachusetts. En 2004 publicó Doormat, su primera novela para jóvenes. El año próximo ingresará en la Universidad de Brown, en Providence, Rhode Island, donde tiene previsto seguir estudiando literatura.

Soy una joven de California que se cruzó el continente hasta llegar a Boston. Aquí, en la costa del este, todo es totalmente diferente de lo que yo conocía; culturalmente, como paisaje y como hogar y, sin embargo, lo reconozco como estadounidense. A menudo imagino los más de 4.500 kilómetros que hay entre mi primer hogar y el nuevo, la increíble vastedad, los campos, las ciudades del oeste, las montañas, las minas, las viviendas ricas y pobres, el millón de voces diferentes, los diferentes idiomas, y sé que todo eso también es estadounidense.

¿Qué es Estados Unidos? Yo misma la denomino mi hogar, aunque sé que no siempre es así para todos. No siempre fue un hogar, ni siquiera para mis antepasados. Porque soy mulata, mezcla de negro y blanco. Sé que Estados Unidos es un país tan maleable como el oro que puede ser nuestro, si las palabras lo acuñan con suficiente fuerza. Frederick Douglass, el famoso abolicionista y esclavo fugitivo, y además un escritor al que siempre adoraré, utilizó sus palabras para convertir en su hogar a nuestro país, que primero había sido su prisión. Porque las palabras aquí son poderosas y porque nuestra constitución exige que no sean silenciadas, soy escritora. Soy estadounidense.

Ya he trazado una cruz en la arena, en lugar de mi nombre, para señalar que esta tierra, con lo imperfecta que ha sido o puede ser, es la tierra en la que trabajaré hasta que mis huesos se conviertan en polvo. La historia nos llama a trabajar para hacer que la tierra rinda las verdades en las que se apoyan las almas humanas: libertad, oportunidad y el derecho de luchar, incluso contra los errores de nuestro propio país. No temo por Estados Unidos, mientras sepa que nosotros, como ciudadanos, estamos escuchando.

En fechas recientes me he preguntado por qué más estadounidenses no protestan contra las injusticias, por qué hay silencio, aunque sólo sea por un momento. Pero siempre empieza el retumbo en la tierra, las noticias mismas se plantean un nuevo reto para imprimir y comenzamos a dar cuenta de nuestra parte en la historia. En este momento, la gente con conciencia empieza a denunciar abiertamente la injusticia en que hemos incurrido en el extranjero. La bahía de Guantánamo marcará para nosotros un periodo aciago como país. Las políticas internacionales en las que, personalmente, no puedo creer, desafían mi optimismo. Pero me acuerdo de que el pueblo es el poeta de esta nación. Él se ocupará de que nuestro país siempre se despierte de sus pesadillas.

Frederick Douglass escribió no sólo con el propósito de cambiar Estados Unidos para nuestro pueblo, sino también porque lo amaba. No se marchó a Canadá, como hicieron muchos esclavos. Se quedó en la costa del este, cerca de Boston, donde vivo yo ahora, y viajó difundiendo las palabras que escribía, arrojándolas como semillas que echaron raíces. Siguiendo su ejemplo, creo con todo corazón, con todo lo joven e insostenible que pueda ser, que Estados Unidos puede ser hecho y rehecho para adecuarse a su pueblo. Está dispuesto. Espera. Y mientras esto siga siendo verdad, seré estadounidense.

Jacqueline Morais Easley >>>>

Instantáneas de Estados Unidos

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente los puntos de vista ni las políticas del gobierno de Estados Unidos.

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