El Informe Anual a la Nación indica que las tasas de mortalidad por cáncer continúan declinando: los avances en el tratamiento del cáncer varían según el tipo de cáncer
Las organizaciones oncológicas más importantes de la nación informan que el
riesgo de los estadounidenses de morir de cáncer continúa disminuyendo y que la
tasa de incidencia se mantiene estable. El "Informe Anual a la Nación sobre el
Estado del Cáncer, 1975-2002", publicado en la edición del 5 de octubre de
2005, de la revista del Instituto Nacional del Cáncer (Journal of the Nacional
Cancer Institute)*, señala que las tasas de mortalidad de todos los tipos de
cánceres combinados se redujeron en 1,1 por ciento anualmente de 1993 a 2002.
Según los autores del informe, la baja en las tasas de mortalidad refleja el
progreso en la prevención, detección temprana y tratamiento; sin embargo, no
todos los segmentos de la población estadounidense se han beneficiado
igualmente de estos avances, lo cual ha sido resaltado en un análisis de las
tendencias de tratamiento.
Publicado por primera vez en 1998, el "Informe Anual a la Nación" es el
resultado de una colaboración entre el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), que
forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Asociación Estadounidense del
Cáncer (ACS) y la Asociación Norteamericana de Registros Centrales del Cáncer
(North American Association of Central Cancer Registries, NAACCR). Este informe
provee información actualizada sobre las tasas y las tendencias de cáncer en
los Estados Unidos.
Según dijo el director del NCI, doctor Andrew C. von Eschenbach, "Estas cifras
reflejan la tendencia de reducción en la mortalidad del cáncer que ha
prevalecido durante nueve años. Esto solamente puede representar buenas
noticias para los millones de sobrevivientes del cáncer que se han beneficiado
de la investigación reciente y avances de tratamientos, y confirma la
expectativa que nosotros llegaremos a un día en que nadie tenga que sufrir o
morir de cáncer".
Las tasas de mortalidad de todos los tipos de cánceres combinados se redujeron
en 1,5 por ciento anualmente de 1993 a 2002 en los hombres, comparadas con una
reducción de 0,8 por ciento en las mujeres de 1992 a 2002**. El cáncer de
pulmón es la causa principal de muerte tanto en hombres como en mujeres. Las
tasas de mortalidad se redujeron en 12 de los 15 tipos de cáncer más comunes
entre los hombres y en 9 de los 15 más comunes entre las mujeres.
"La reducción en las tasas de mortalidad de muchos cánceres en los hombres
asociados con el consumo de tabaco representa un triunfo importante, pero
incompleto, de la salud pública en el siglo XXI", dijo el doctor John R.
Seffrin, director ejecutivo de la ACS. "Estas tendencias resaltan la
importancia de los programas para el control del tabaquismo en los Estados
Unidos, así como las medidas para combatir el aumento en el consumo de tabaco
en otras partes del mundo, particularmente en los países en vías de
desarrollo".
En general, las tasas de incidencia de cáncer (la tasa en la que se
diagnostican nuevos casos de cáncer) en ambos sexos se han mantenido estables
desde 1992. Las tasas de incidencia se mantuvieron estables en los hombres de
1995 a 2002 y aumentaron 0,3 por ciento anualmente en las mujeres de 1987 a
2002. El aumento constante en todas las tasas de incidencia en las mujeres
puede atribuirse al aumento en las tasas de cáncer de seno y seis otros tipos
de cáncer: linfoma no Hodgkin, melanoma, cáncer de tiroides, leucemia, cáncer
de vejiga y riñón. Sin embargo, de acuerdo a datos más recientes de 1998 a
2002, las tasas de incidencia de cáncer de pulmón en las mujeres han empezado a
estabilizarse después de haber aumentado por muchos años, lo que es una buena
noticia. Los cambios en incidencia en general pueden depender de los cambios en
la prevalencia de los factores de riesgo y en los cambios de las prácticas de
detección como resultado de la introducción o aumento en el uso de exámenes
selectivos de detección y técnicas de diagnóstico.
El informe de este año resalta patrones de atención para pacientes con cáncer.
Los autores señalan que una estrategia para reducir la mortalidad y mejorar la
supervivencia del cáncer es garantizar que servicios de tratamiento con base en
la evidencia científica estén disponibles y sean accesibles. Al llevar a cabo
este análisis, los autores tomaron en cuenta datos de estudios sobre patrones
de atención médica del NCI [lo que complementa la información recopilada
rutinariamente por el programa SEER (Surveillance, Epidemiology, and End
Results), con datos más detallados sobre los patrones de tratamiento] y los
bancos de datos SEER-Medicare (que conectan los registros de datos de SEER con
los datos de reclamos de MEDICARE para evaluar el historial de tratamiento de
las personas con más de 65 años de edad), además de otros recursos. Utilizando
esta información, ellos evaluaron si la atención médica basada en la evidencia
fue distribuida en forma uniforme a las diferentes poblaciones y con qué
rapidez los cambios en los lineamientos con base en la evidencia científica
resultaron en cambios en la atención oncológica.
"Día a día estamos ganando la batalla contra el cáncer ya que más personas que
nunca se hacen exámenes selectivos de detección y reciben tratamientos
necesarios para vivir una vida sana y productiva", dijo la directora del CDC,
doctora Julie Gerberding. "Sin embargo, existen brechas y oportunidades que se
dejan pasar, de manera que necesitamos continuar haciendo todo lo que esté a
nuestro alcance para asegurar que las personas se hagan los exámenes selectivos
de detección y tengan acceso a tratamiento, sin tener en cuenta la edad, raza o
ubicación geográfica".
En lo que se refiere al cáncer de seno, los datos sobre las tendencias en el
tratamiento de la enfermedad en una etapa temprana señalan que la proporción de
las mujeres diagnosticadas con cáncer de seno en etapas I y II (etapa temprana)
que se sometieron a una cirugía conservadora del seno con tratamiento de
radiación aumentó substancialmente durante la década de los 90. Este cambio se
debe a los lineamientos con base en la evidencia científica que sostienen que
la cirugía conservadora del seno, seguida de terapia de radiación, puede ser
preferible a la mastectomía, porque provee niveles similares de supervivencia y
preserva el seno.
Los autores también incluyen sus conclusiones de otro estudio sobre el uso de
la quimioterapia y la radioterapia para mujeres con cáncer de seno en etapa
temprana. Para las mujeres con enfermedad positiva de ganglios linfáticos, la
administración de quimioterapia con agentes múltiples, junto con tamoxifeno
(una terapia hormonal) para aquellas con tumores positivos receptores de
estrógeno, ha sido recomendada por los Institutos Nacionales de la Salud desde
1985. Según este estudio, de 1987 a 2000, la proporción de mujeres que han
recibido quimioterapia y tamoxifeno ha aumentado substancialmente. Sin embargo,
el uso de varias terapias simultáneamente permaneció relativamente bajo entre
las mujeres de 65 años de edad o más, quienes más probablemente recibían
tamoxifeno únicamente.
Con relación al cáncer colorrectal, los autores indican que el usar
quimioterapia adyuvante (tratamiento adicional después de la cirugía inicial)
para pacientes con cáncer de colon en etapa III aumentó rápidamente de 1987 a
1995. Sin embargo, la administración de esta terapia fue desigual entre grupos
según la edad, con tasas de tratamiento mucho más bajas en los pacientes de 65
años de edad o más. Asimismo, se enfatizó también que el número de pacientes
que recibieron tratamiento disminuyó con el aumento en el número de afecciones
médicas preexistentes, pero la posibilidad de recibir terapia adyuvante
disminuyó con la edad aun después de tomar en cuenta otras afecciones médicas.
Para los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas avanzado, los
lineamientos con base en evidencia científica recomiendan que la quimioterapia
pudiera resultar beneficiosa para los pacientes que están suficientemente sanos
para soportar el tratamiento. Un análisis indica que, entre los pacientes de 65
años de edad o más diagnosticados con este tipo de cáncer de pulmón de 1991 a
1993, únicamente un 22 por ciento fue tratado con quimioterapia. Un estudio de
pacientes diagnosticados en 1996 también encontró bajos niveles de tratamiento
entre pacientes de 65 años de edad o más. Sin embargo, estudios más recientes
han encontrado que las tendencias de usar quimioterapia fueron aumentando a
finales de la década de los noventa entre los pacientes con etapa avanzada de
cáncer de pulmón de células no pequeñas.
A diferencia del cáncer de seno y de pulmón, el tratamiento de cáncer de
próstata es más complejo. La tendencia más sobresaliente en el tratamiento del
cáncer de próstata entre 1986 y 1999 fue la decreciente proporción de casos a
los cuales se les asignó espera vigilante, castración quirúrgica o química, o
terapia de privación hormonal como tratamiento primario. Tratamientos más
agresivos, incluso técnicas más nuevas de radiación, empezaron a ser utilizados
con más frecuencia. Sin embargo, se encontró que los hombres de raza negra
recibían tratamientos substancialmente menos agresivos que los hombres de raza
blanca.
El informe concluye que existen variaciones geográficas importantes en los
patrones de tratamiento, pero que la mayor parte del tratamiento de cáncer
contemporáneo es consistente con las Declaraciones para Generar Consenso de los
NIH basadas en la evidencia científica (http://consensus.nih.gov/), las cuales
son consideradas como la "norma de oro" de recomendaciones de cuidados médicos.
"El valor de los registros de cáncer para la investigación sobre la población
es inmensurable". Por medio del enlace con otros bancos de datos, obtenemos
información sobre cómo conseguir tratamientos efectivos para la población en
general que tendrán un impacto en la supervivencia y mortalidad", señaló la
doctora Holly L. Howe, directora de la NAACCR.
Los autores también analizaron las disparidades raciales y étnicas con relación
al cáncer. De 1992 a 2002, los cánceres de próstata, pulmón, de colon y de
recto en los hombres; y los cánceres de seno, de colon y de recto, y pulmón en
las mujeres, continúan siendo los responsables de las más altas tasas de
incidencia y mortalidad en cada grupo racial y étnico. Las tasas de incidencia
de cáncer de pulmón y próstata disminuyeron entre los hombres de todas las
poblaciones, mientras que la tasa de incidencia de cáncer colorrectal disminuyó
únicamente entre los hombres de raza blanca. Entre las mujeres, las tasas de
incidencia de cáncer de seno aumentaron entre las mujeres asiáticas habitantes
de las islas del Pacífico, disminuyeron entre las indígenas americanas y
nativas de Alaska y se mantuvieron estables entre otras mujeres. Las tasas de
incidencia de cáncer colorrectal disminuyeron solamente entre las mujeres de
raza blanca. Las diferencias en las tasas de incidencia y mortalidad de cáncer
persisten, especialmente entre los hombres de raza negra, quienes tienen una
tasa de incidencia mayor en un 25 por ciento y una tasa de mortalidad mayor en
un 43 por ciento que los hombres blancos en todos los tipos de cánceres
combinados.
Los autores enfatizan que al llegar a todos los segmentos de la población con
servicios de prevención, detección temprana y tratamiento de alta calidad se
podría reducir la incidencia y mortalidad del cáncer aún más, y que la
vigilancia de la diseminación de los avances en el tratamiento del cáncer es un
aspecto importante para asegurar, de manera uniforme, normas elevadas de
cuidados médicos.
* El informe fue publicado el 5 de octubre de 2005 en la revista del Instituto Nacional del Cáncer (Journal of the National Cancer Institute): "Informe Anual a la Nación sobre el Estado del Cáncer, 1975-2002, presenta las tendencias de tratamiento de cáncer basadas en la población," (Vol. 97, Número 19, Págs. 1407-1427). Los autores del informe de este año son: Brenda K. Edwards, Ph.D. (NCI), Martin Brown, Ph.D. (NCI), Phyllis A. Wingo, Ph.D. (CDC), Holly L. Howe, Ph.D. (NAACCR), Elizabeth Ward, Ph.D. (ACS), Lynn A.G. Ries, M.S. (NCI), Deborah Schrag, M.D., (Memorial Sloan-Kettering), Patricia M. Jamison (CDC), Ahmedin Jemal, Ph.D. (ACS), Xiaocheng Wu, M.D. (NAACCR), Carol Friedman, (CDC), Linda Harlan, Ph.D. (NCI), Joan Warren, Ph.D. (NCI), Robert N. Anderson, Ph.D. (CDC) y Linda Pickle, Ph.D. (NCI).
** Períodos de tiempo para las tasas entre hombres y mujeres (y también para las comparaciones entre grupos étnicos y raciales) no son equivalentes debido a la metodología estadística.Ver, por favor, la pregunta #16 del documento de preguntas y respuestas para una explicación detallada.
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Para obtener información adicional sobre este informe, visite los siguientes
sitios de Internet:
Para ver el informe completo, visite la revista del Instituto Nacional del
Cáncer en Internet (Journal of the National Cancer
Institute): http://jncicancerspectrum.oupjournals.org/. Información adicional
sobre micromapas, intervalos de confianza sobre las tasas y otros materiales,
visite http://jncicancerspectrum.oupjournals.org/jnci/content/vol97/issue19.
Para obtener las preguntas y respuestas de este informe, visite
http://www.nci.nih.gov/newscenter/pressreleases/ReportNation2005QandASpanish
ACS: http://www.cancer.org
CDC: División de Prevención y Control del Cáncer: http://www.cdc.gov/cancer
CDC: Informe de mortalidad del Centro Nacional de Estadísticas de Salud
(National Center for Health Statistics)
http://www.cdc.gov/nchs/about/major/dvs/mortdata.htm
NAACCR: http://www.naaccr.org/
NCI: http://www.cancer.gov y la página de Internet de SEER
http://www.seer.cancer.gov. Haga clic en el icono "Informe a la Nación
1975-2002".
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