¿Cómo se diagnostica la anemia?
La anemia se diagnostica mediante la historia
clínica del paciente, la exploración física y ciertas
pruebas de laboratorio. El médico puede usar estos métodos para
determinar la causa, la gravedad y el tratamiento del tipo específico de
anemia que usted tenga. Es posible que la anemia entre leve y moderada no tenga
síntomas o que éstos sean muy leves. De hecho, a menudo la anemia
se descubre por casualidad en pruebas de sangre que se toman para otras
enfermedades.
Historia clínica y antecedentes
familiares
Es posible que el médico le haga preguntas
detalladas sobre muchos síntomas frecuentes en la anemia, entre ellos el
cansancio y la debilidad. Tal vez le pregunte si ha tenido una enfermedad o
problema de salud que pueda causar anemia, y si está tomando medicinas
que puedan causar anemia. También puede preguntarle sobre su
alimentación y si tiene familiares con anemia o con antecedentes de esta
enfermedad.
Exploración física
El médico le hará una
exploración física para determinar qué tan grave es la
anemia e investigar las posibles causas. Esta exploración puede
consistir en oírle el corazón en busca de latidos rápidos
o irregulares, oírle los pulmones en busca de respiraciones
rápidas o irregulares, o palparle el abdomen para ver el tamaño
del hígado y del bazo. También puede hacerle un examen
pélvico o rectal para buscar fuentes comunes de pérdida de
sangre.
Pruebas y procedimientos diagnósticos
El médico puede ordenar diversas pruebas o
procedimientos para determinar el tipo y gravedad de la anemia que usted tiene.
Por lo general, la primera prueba que se usa para diagnosticar la anemia es un
hemograma. El hemograma (cuadro hemático) sirve para conocer varias
cosas sobre la sangre de una persona, por ejemplo:
- La concentración de hemoglobina. La
hemoglobina es la proteína rica en hierro que se encuentra dentro de los
glóbulos rojos y que transporta el oxígeno por el cuerpo. Los
valores normales de hemoglobina entre la población general están
entre 11 g/dL y
15 g/dL. Si la concentración de hemoglobina es
baja, la persona tiene anemia.
- El hematocrito. El hematocrito mide el porcentaje
de la sangre que está compuesto por glóbulos rojos. Los valores
normales del hematocrito entre la población general están entre
32% y 43%. Un hematocrito bajo es otro signo de anemia.
Estos valores normales pueden ser más bajos
en ciertas poblaciones raciales y étnicas. El médico puede
explicarle los resultados de sus pruebas.
El hemograma (cuadro hemático) también
determina:
- El número de glóbulos rojos en la
sangre. Si la cifra de glóbulos rojos es demasiado baja, la persona
tiene anemia. Las cifras bajas de glóbulos rojos se observan por lo
general con una concentración baja de hemoglobina, con un hematocrito
bajo o con ambas cosas.
- El número de glóbulos blancos en la
sangre. Los glóbulos blancos participan en la lucha contra las
infecciones.
- El número de plaquetas en la sangre. Las
plaquetas son pequeños fragmentos de células que intervienen en
la coagulación de la sangre.
- El tamaño de los glóbulos rojos. El
volumen corpuscular medio mide el tamaño de los glóbulos rojos.
En la anemia ferropénica (anemia por deficiencia de hierro), los
glóbulos rojos son, por lo general, más pequeños que lo
normal. Esto se conoce como microcitosis.
Si los resultados del hemograma (cuadro
hemático) confirman que usted tiene anemia, el médico puede
pedirle que se haga pruebas adicionales para averiguar la causa y gravedad de
la misma, y para determinar el tratamiento correcto. Entre estas pruebas pueden
estar:
- Electroforesis de hemoglobina. Esta prueba
evalúa los diferentes tipos de hemoglobina que hay en la sangre. La
electroforesis de hemoglobina se usa para diagnosticar tipos de anemia causados
por la presencia de hemoglobina anormal en los glóbulos rojos.
- Recuento de reticulocitos. Los reticulocitos son
glóbulos rojos jóvenes. Esta prueba mide la cantidad de
glóbulos rojos nuevos que hay en la sangre. Se usa para determinar si la
médula ósea está produciendo glóbulos rojos a la
velocidad adecuada. Un recuento mayor que el normal indica por lo general que
ha habido una pérdida de sangre o que los glóbulos rojos se han
destruido antes de terminar su vida normal de 120 días. Un recuento
menor que el normal indica una disminución en la producción de
glóbulos rojos en la médula ósea. Las personas que tienen
anemia perniciosa (anemia por deficiencia de vitamina B12) tienen
concentraciones bajas de reticulocitos.
Para determinar la concentración de hierro en
la sangre y el cuerpo se pueden usar varias pruebas, como el hierro
sérico, la ferritina sérica, la concentración de
transferrina y la capacidad total de fijación del hierro. Como la anemia
tiene muchas causas, el médico puede solicitar pruebas para enfermedades
como la insuficiencia renal (insuficiencia de los riñones), el
envenenamiento por plomo en niños y algunas deficiencias de vitaminas
(B12, ácido fólico).
Si el médico sospecha que usted tiene anemia
por sangrado interno del estómago o los intestinos, se pueden hacer
varias pruebas para descubrir el origen del sangrado. Tal vez le hagan una
prueba en el consultorio del médico para ver si tiene sangre en la
materia fecal. El médico puede darle un kit para que recoja una muestra
en casa. Además le dirá que lleve la muestra al consultorio o que
la envíe a un laboratorio.
Si se halla sangre en la materia fecal se pueden
hacer otras pruebas para hallar el origen del sangrado. Una de esas pruebas es
la endoscopia, en la que se usa un tubo provisto de una cámara diminuta
para ver el revestimiento interno del aparato digestivo.
Es posible que el médico quiera hacer un
aspirado o biopsia de médula ósea. La biopsia de médula
ósea es un procedimiento quirúrgico menor que se usa para retirar
una pequeña cantidad de tejido de la médula ósea. El
aspirado o la biopsia de médula ósea determinan si la
médula ósea está sana y está produciendo
suficientes células de la sangre. En el aspirado de médula
ósea el médico retira una cantidad pequeña de
líquido de la médula ósea a través de una aguja.
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