Cada célula, cuando se divide, genera dos células nuevas idénticas. Por lo cual, cuando una célula adquiere una mutación, transfiere esa mutación a su progenie durante el crecimiento y la división celulares. Debido a que las células con mutaciones ligadas al cáncer tienen la tendencia a proliferar más que las células normales, los candidatos celulares para las mutaciones adicionales crecen en número. Las mutaciones continúan acumulándose y son copiadas a las células descendientes. Si una célula finalmente adquiere suficientes mutaciones para convertirse en cancerosa, se derivarán de esa célula transformada individual, subsecuentes células cancerosas. Por lo tanto, todos los tumores son clonales, lo que significa que ellos se originan de una célula madre individual, ya sea que esa primera célula mutante fuera de origen de línea germinal o de origen somático.
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