Dos años después, otro análisis de chip de gen reveló un tercer subtipo de linfoma de célula B grande difusa. También produjo otro avance: Los investigadores encontraron 17 genes que estaban fuertemente relacionados con la supervivencia. Los científicos crearon una fórmula para pronosticar la respuesta a la quimioterapia en base a los patrones de expresión de estos 17 genes. Esta fórmula dividió a los pacientes con linfoma de célula B en cuatro grupos. Dos de los grupos tuvieron tasas de supervivencia de alrededor de un 72 por ciento 5 años después del diagnóstico. El tercer grupo tuvo una tasa de supervivencia de 34 por ciento y el cuarto grupo tuvo una tasa de supervivencia de 15 por ciento. La fórmula pronosticadora de los 17 genes fue mejor que cualquier otro método actual en la identificación de pacientes con el peor pronóstico. Una identificación como esta es importante ya que si los pacientes a los que se les pronostique pobres resultados pueden ser identificados correctamente en una etapa temprana de tratamiento, ellos pueden recibir terapias más agresivas inmediatamente en lugar de tener que esperar hasta que las terapias estándares fallen.
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