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Surtido de zarzamoras, fresas y arándanos frescos. Enlace a la información en inglés sobre la foto
El consumo de frutas, tales como aquellas mostradas en la foto de arriba, podría aumentar los niveles de antioxidantes en la sangre y conducir a un riesgo reducido de las enfermedades crónicas degenerativas.


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No todos los antioxidantes son creados iguales

Por Erin Peabody
12 de junio 2007

Se ha dicho que los antioxidantes atascan el envejecimiento, combaten enfermedades y hacen la guerra interna contra los radicales libres dañosos que aporrean nuestros cuerpos diariamente. ¿Pero qué tan bien funcionan los antioxidantes—esos compuestos poderosos que a menudo se encuentran en las frutas y verduras de colores ricos, tales como arándanos, zarzamoras y col roja—dentro del cuerpo humano?

Nutricionistas con el Servicio de Investigación Agrícola (ARS), la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU., recientemente enfrentaron esta pregunta. Sus hallazgos aparecen en el número actual de la revista 'Journal of the American College of Nutrition' (Revista del Colegio Americana de Nutrición).

Dirigido por Ronald Prior, un químico del ARS quien trabaja en el Centro de Nutrición de Niños de Arkansas en Little Rock, Arkansas, los investigadores investigaron cómo el consumo de diferentes frutas afectó los niveles de antioxidantes en unos voluntarios.

Ellos midieron la capacidad antioxidante (AOC por sus siglas en inglés) en la sangre de los voluntarios que acabaron de comer zarzamoras, cerezas, ciruelas secas, jugo de ciruela seca, uvas, kiwi o fresas.

Las series de estudios por ARS confirmaron lo que muchos expertos de antioxidantes siempre han sospechado: que los compuestos alimentarios que combaten los radicales libres son muy complejos, con algunos aparentemente más fáciles de absorber y utilizar que otros.

Por ejemplo, los investigadores descubrieron que a pesar de su contenido alto de antioxidantes, ciruelas no aumentaron los niveles de AOC en la sangre en los voluntarios. Según Prior, uno de los fitoquímicos principales en la ciruela es ácido clorogénico, un compuesto no fácilmente absorbido por el cuerpo humano.

Con el arándano silvestre, los voluntarios tuvieron que consumir una cantidad más grande que normal de esta fuente aclamada de antioxidantes para aumentar los niveles de AOC en la sangre. Un aumento evidente de AOC no se detectó hasta que los voluntarios consumieron por lo menos una media taza de las bayas.

El consumo de uvas y kiwi por los voluntarios causó aumentos evidentes de AOC en la sangre. Pero todavía no es claro cuáles de los compuestos son responsables de los niveles aumentados.

Alternativamente, cuando los voluntarios consumieron un batido conteniendo proteína, carbohidratos y grasa, con ningún antioxidante, sus niveles de antioxidante en la sangre disminuyeron.

Aunque investigaciones adicionales se necesitan para determinar si los niveles elevados de AOC en la sangre significan un riesgo más bajo de enfermedad degenerativa, el estudio actual del ARS es un paso importante en los intentos para establecer recomendaciones para el consumo de antioxidantes en la dieta.

[Tope]
     
Página modificada: 12/06/2007
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