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Leucemia mieloide aguda infantil/otras malignidades mieloides: Tratamiento (PDQ®)
Versión PacienteVersión Profesional De SaludIn EnglishActualizado: 09/19/2008



Propósito de este sumario del PDQ







Información general






Clasificación de los cánceres mieloides pediátricos






Información sobre los estadios






Aspectos generales del tratamiento para la leucemia mieloide aguda






Tratamiento de la leucemia mieloide aguda recién diagnosticada






Terapia posremisión para la leucemia mieloide aguda






Leucemia promielocítica aguda






Niños con síndrome de Down






Síndromes mielodisplásicos






Leucemia mielomonocítica juvenil






Leucemia mielógena crónica






Leucemia mieloide aguda infantil recidivante






Supervivencia y secuela adversa tardía






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Leucemias mieloides en niños

El Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) provee los sumarios de tratamiento con información oncológica pediátrica del PDQ como un servicio público para aumentar el grado de accesibilidad de información con base científica entre el personal sanitario, pacientes y el público en general.

El cáncer es poco común en los niños y adolescentes. Los niños y adolescentes con cáncer deben ser referidos a centros médicos que cuenten con un personal médico multidisciplinario de especialistas en cáncer con amplia experiencia en el tratamiento de los cánceres que aparecen durante la niñez y la adolescencia. Dicho personal debe tener un enfoque que incorpore la pericia del médico de cabecera, subespecialistas en cirugía pediátrica, radiooncólogos y hematólogos pediatras, especialistas en rehabilitación, especialistas en enfermería pediátrica, trabajadores sociales y otros, con el fin de asegurarse de que los pacientes reciban el tratamiento, apoyo terapéutico y rehabilitación que determinen una calidad de vida y supervivencia óptima. (Para obtener información específica sobre los cuidados médicos de apoyo para niños y adolescentes con cáncer, consultar los sumarios del PDQ sobre el Cuidado médico de apoyo.)

Las pautas para los centros de cáncer pediátrico y su función en el tratamiento del paciente pediátrico con cáncer han sido delineados por la Academia Estadounidense de Pediatría.[1] En estos centros oncológicos pediátricos, se llevan acabo ensayos clínicos para la mayoría de los cánceres que se presentan en niños y adolescentes, y a la mayoría de los pacientes o familiares se les ofrece la oportunidad de participar en estos ensayos. Estos ensayos clínicos para niños y adolescentes están diseñados generalmente para comparar lo que se considera una terapia potencialmente mejor con la terapia que se considera estándar. La mayor parte del progreso alcanzado en la identificación de terapias curativas para el cáncer infantil, se ha logrado a través de ensayos clínicos. Para mayor información en inglés sobre ensayos clínicos en curso, consulte el portal de Internet del NCI.

En décadas recientes, se ha notado un dramático mejoramiento en la supervivencia de niños y adolescentes con cáncer. Los supervivientes de cáncer tanto niños como adolescentes, necesitan un seguimiento cercano ya que los efectos secundarios de la terapia anticáncer podrían persistir o desarrollar meses o años después del tratamiento. (Consultar el sumario del PDQ sobre los Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez para recibir información específica sobre la incidencia, tipo y monitoreo de los efectos tardíos en niños y adolescentes supervivientes de cáncer.)

Leucemias mieloides en niños

Las leucemias mieloides en la niñez representan un espectro de neoplasias malignas hematopoyéticas. Más del 90% de las leucemias mieloides son agudas y las restantes incluyen los trastornos mieloproliferativos crónicos o subagudos como la leucemia mielógena crónica (LMC) y la leucemia mielomonocítica juvenil (LMMJ). Los síndromes mielodisplásicos son poco comunes en la niñez.

La leucemia mieloide aguda (LMA) se define como un trastorno clonal ocasionado por una transformación maligna de una célula madre autorrenovable, derivada de la médula ósea o progenitor, la cual demuestra una disminución en la tasa de autodestrucción y también en la diferenciación aberrante. Estos acontecimientos conllevan un aumento en la acumulación en la médula ósea y otros órganos debido a estas células mieloides malignas. Para llamarse aguda, la médula ósea generalmente debe de incluir más de 20% blastocitos leucémicos, con algunas excepciones según se observó en las siguientes secciones.

La LMC representa el trastorno mieloproliferativo crónico más común en la niñez pero aún solo comprende cerca de un 5% de la leucemia mieloide en la niñez. A pesar de que la LMC se ha diagnosticado en niños más jóvenes, la mayoría de los pacientes tienen 6 años de edad o más. La LMC se considera una panmielopatía clonal la cual incluye todos los linajes de las células hematopoyéticas. Aunque el recuento de glóbulos blancos (GB) puede resultar extremadamente elevado, la médula ósea no muestra un número alto de blastocitos leucémicos durante la fase crónica de esta enfermedad. La LMC está casi siempre caracterizada por la presencia del cromosoma Filadelfia, un desplazamiento entre los cromosomas 9 y 22 (es decir t[9;22]). Otros síndromes mieloproliferativos crónicos como la policitemia vera y la trombocitosis esencial son extremadamente poco comunes en los niños.

La LMMJ es ocasionada por la transformación maligna de una célula madre hematopoyética primitiva o progenitora y representa el síndrome mieloproliferativo más común observado en niños menores. La LMMJ se caracteriza clínicamente al presentarse principalmente en niños de 2 años de edad o menores, quienes generalmente presentan hepatoesplenomegalia, linfadenopatía, fiebre y erupción cutánea junto a un recuento elevado de GB y un número elevado de monocitos en el torrente sanguíneo. Además, a menudo los pacientes tienen una concentración de hemoglobina F elevada, hipersensibilidad de las células leucémicas al factor estimulador de colonias de granulocitos y monosomía 7. Hay informes de que en algunos pacientes de LMMJ con mutaciones RAS especificas, se han presentado mutaciones espontáneas.[2]

El trastorno mieloproliferativo transitorio (TMT) (también conocido como leucemia transitoria) que se ha observado en lactantes con el síndrome de Down representa una expansión clonal de mieloblastos que pueden resultar difícil de distinguir de la LMA. Lo más importante a notar es que el TMT retrocede de manera espontánea en la mayoría de los casos dentro de los tres primeros meses de vida. Los blastocitos del TMT son generalmente megacarioblásticos y tienen mutaciones distintivas que comprenden el gen GATA1.[3,4] El TMT se puede presentar en lactantes fenotípicamente normales con mosaicismo genético en la médula ósea para la trisomía 21. Mientras que el TMT generalmente no se caracteriza por anomalías citogenéticas a parte de la trisomía 21, la presencia de hallazgos citogenéticos adicionales podría implicar un aumento en el riesgo de desarrollar LMA más tarde.[5] Aproximadamente un 20% de los lactantes con el síndrome de Down y TMT, eventualmente desarrollan LMA, con la mayoría de casos diagnosticados dentro de los 3 primeros meses de vida.[4,5] En 10% a 20% de los niños afectados se presenta muerte temprana debido a complicaciones relacionadas con TMT.[5,6] Los lactantes con organomegalia progresiva, efusiones viscerales y pruebas de laboratorio que muestran disfunción hepática progresiva están particularmente en alto riesgo de mortalidad temprana.[5]

Los síndromes mielodisplásicos en niños representan a un grupo heterogéneo de trastornos caracterizados por hematopoyesis ineficaz, deterioro en la maduración de los progenitores mieloides, citopenias y cambios morfológicos displásicos. A pesar que la mayoría de los pacientes tienen médulas óseas normocelulares o hipercelulares sin un número elevado de blastocitos leucémicos, algunos pacientes pueden presentar una médula ósea muy hipocelular, haciendo que la distinción con la anemia aplástica sea difícil.

Existen factores genéticos de riesgo relacionados con el desarrollo de la LMA. Existe una tasa de concordancia alta de LMA en los gemelos idénticos, que se cree que se debe en gran medida al hecho de compartir la circulación y la incapacidad de un gemelo de rechazar las células leucémicas del otro gemelo.[7-9] Existe un riesgo de dos a cuatro veces más alto de que ambos gemelos fraternos padezcan leucemia, hasta los 6 años de edad. Después de esa edad, el riesgo no es significativamente mayor que el de la población en general.[10,11] El desarrollo de la LMA también se ha relacionado con una variedad de síndromes predisponentes que resultan de los desajustes o inestabilidades de los cromosomas, defectos en la reparación del ADN, alteraciones en el receptor de la citocina o la activación de las señales de las vías de transducción, así como una alteración de la síntesis de proteínas. (Ver la siguiente lista de síndromes genéticos heredados o adquiridos relacionados con los cánceres mieloides malignos.)

Lista de síndromes genéticos heredados o adquiridos relacionados con las neoplasias mieloides malignas

  • Síndromes heredados
    • Desajustes cromosómicos:
      • Síndrome de Down.
      • Síndrome de monosomía familiar 7.
    • Síndromes de inestabilidad cromosómica:
      • Anemia de Fanconi.
      • Disqueratosis congénita.
      • Síndrome de Bloom.
    • Síndrome de crecimiento y defectos de las vías de señalización de la supervivencia celular:
      • Neurofibromatosis tipo 1 (particularmente el desarrollo de LMMJ).
      • Síndrome de Noonans (particularmente el desarrollo de LMMJ).
      • Neutropenia congénita grave (síndrome de Kostmann).
      • Anemia de Diamond-Blackfan.
      • Trastorno plaquetario familiar con propensión a desarrollar LMA (TPF/LMA).
      • Trombocitopenia amegacariocítica congénita (CAMT, por sus siglas en inglés).
  • Síndromes adquiridos
    • Anemia plástica grave.
    • Hemoglobinuria nocturna paroxística.
    • Trombocitopenia amegacariocítica (CAMT).
    • Monosomía adquirida 7.

Bibliografía

  1. Guidelines for the pediatric cancer center and role of such centers in diagnosis and treatment. American Academy of Pediatrics Section Statement Section on Hematology/Oncology. Pediatrics 99 (1): 139-41, 1997.  [PUBMED Abstract]

  2. Matsuda K, Shimada A, Yoshida N, et al.: Spontaneous improvement of hematologic abnormalities in patients having juvenile myelomonocytic leukemia with specific RAS mutations. Blood 109 (12): 5477-80, 2007.  [PUBMED Abstract]

  3. Hitzler JK, Cheung J, Li Y, et al.: GATA1 mutations in transient leukemia and acute megakaryoblastic leukemia of Down syndrome. Blood 101 (11): 4301-4, 2003.  [PUBMED Abstract]

  4. Mundschau G, Gurbuxani S, Gamis AS, et al.: Mutagenesis of GATA1 is an initiating event in Down syndrome leukemogenesis. Blood 101 (11): 4298-300, 2003.  [PUBMED Abstract]

  5. Massey GV, Zipursky A, Chang MN, et al.: A prospective study of the natural history of transient leukemia (TL) in neonates with Down syndrome (DS): Children's Oncology Group (COG) study POG-9481. Blood 107 (12): 4606-13, 2006.  [PUBMED Abstract]

  6. Homans AC, Verissimo AM, Vlacha V: Transient abnormal myelopoiesis of infancy associated with trisomy 21. Am J Pediatr Hematol Oncol 15 (4): 392-9, 1993.  [PUBMED Abstract]

  7. Zuelzer WW, Cox DE: Genetic aspects of leukemia. Semin Hematol 6 (3): 228-49, 1969.  [PUBMED Abstract]

  8. Miller RW: Persons with exceptionally high risk of leukemia. Cancer Res 27 (12): 2420-3, 1967.  [PUBMED Abstract]

  9. Inskip PD, Harvey EB, Boice JD Jr, et al.: Incidence of childhood cancer in twins. Cancer Causes Control 2 (5): 315-24, 1991.  [PUBMED Abstract]

  10. Kurita S, Kamei Y, Ota K: Genetic studies on familial leukemia. Cancer 34 (4): 1098-101, 1974.  [PUBMED Abstract]

  11. Greaves M: Pre-natal origins of childhood leukemia. Rev Clin Exp Hematol 7 (3): 233-45, 2003.  [PUBMED Abstract]

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