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Complicaciones gastrointestinales (PDQ®)     
Actualizado: 08/24/2006
Versión Paciente
Índice

Introducción
Descripción
Estreñimiento
Descripción y causas
Evaluación del estreñimiento
Tratamiento
Retención fecal
Descripción y causas
Evaluación de la retención fecal
Tratamiento de la retención fecal
Obstrucción intestinal
Descripción y causas
Evaluación de la obstrucción intestinal
Tratamiento de la obstrucción intestinal aguda
Tratamiento de la obstrucción intestinal crónica, maligna
Diarrea
Causas
Evaluación
Tratamiento
Enteritis por radiación
        Causas y síntomas
        Evaluación de la enteritis por radiación
        Tratamiento de la enteritis aguda por radiación
        Tratamiento de la enteritis crónica por radiación
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Modificaciones a este sumario (08/24/2006)
Preguntas u opiniones sobre este sumario
Descripción del PDQ

Introducción

Este sumario para pacientes sobre las complicaciones gastrointestinales ha sido adaptado de un sumario escrito para profesionales de la salud por expertos en cáncer. La presente información así como otra información verídica sobre el tratamiento del cáncer, exámenes de detección, prevención, cuidados médicos de apoyo y estudios clínicos en curso, se encuentran a su disposición en el Instituto Nacional del Cáncer. Las complicaciones gastrointestinales como estreñimiento, retención fecal, obstrucción intestinal, diarrea y enteritis por radiación son problemas comunes de los pacientes con cáncer, cuyas causas comprenden el propio cáncer o el tratamiento del cáncer. Este breve sumario describe las diferencias entre el estreñimiento, la retención fecal, la obstrucción intestinal, la diarrea y la enteritis por radiación y su tratamiento. El tratamiento de los niños es diferente al de los adultos. El médico indicará los tratamientos según la edad del niño y el diagnóstico.

Descripción

El estreñimiento consiste en la evacuación lenta de las heces (deposición o residuos corporales) a través del intestino grueso, que determina evacuaciones poco frecuentes de materia fecal seca y dura. Cuanto más tiempo se requiere para que las heces avancen por el intestino grueso, se absorbe más líquido y las heces se tornan más secas y duras.

La inactividad, la inmovilidad o las dificultades físicas y sociales (por ejemplo, no disponer de baños o que su ubicación sea inconveniente) pueden empeorar el estreñimiento. La depresión y la ansiedad causadas por el tratamiento o el dolor del cáncer también pueden llevar al estreñimiento. Las causas más comunes del estreñimiento son no beber líquidos en cantidades suficientes y tomar medicamentos para el dolor.

Si bien el estreñimiento es incómodo y molesto, la retención fecal (acumulación de materia fecal seca, dura en el recto o colon) puede poner en peligro su vida. Los pacientes que padecen de retención fecal tal vez no presenten síntomas en el tubo digestivo. En cambio, pueden padecer trastornos circulatorios, cardiacos o respiratorios. Si no se detecta la retención fecal, los signos y los síntomas empeorarán y el paciente puede morir.

La obstrucción intestinal es el bloqueo parcial o total del intestino delgado o el intestino grueso por un proceso diferente al de la retención fecal. Las obstrucciones intestinales se clasifican según el tipo de obstrucción, la manera en que ocurrió la obstrucción y dónde se encuentra localizada. Los tumores que crecen dentro o fuera de los intestinos, así como el tejido cicatrizal que se forma después de la cirugía pueden afectar la función intestinal y producir la obstrucción parcial o total. Los pacientes que tienen una colostomía son especialmente vulnerables a padecer estreñimiento, lo que puede conducir a la obstrucción intestinal.

La diarrea puede presentarse en cualquier momento durante el tratamiento del cáncer. Si bien la diarrea se presenta con menor frecuencia que el estreñimiento, sus efectos pueden ser física y emocionalmente devastadores para los pacientes que padecen de cáncer. La diarrea puede causar:

  • Modificaciones de los hábitos alimentarios.
  • Pérdida de líquidos corporales.
  • Desequilibrios químicos en la sangre.
  • Deficiencias en la función física.
  • Cansancio excesivo.
  • Problemas cutáneos.
  • Disminución de la actividad física.
  • Problemas que pueden poner en peligro la vida de algunos pacientes.

La diarrea es un aumento anormal en la cantidad de líquidos en las heces que dura por más de cuatro días pero menos de dos semanas. Puede describirse también como un aumento anormal de la cantidad de líquido en las heces y la deposición de más de tres heces no formadas durante un período de 24 horas. Se considera que la diarrea es un problema a largo plazo cuando dura más de dos meses.

La enteritis por radiación es una afección en la cual se hincha e inflama el recubrimiento del intestino durante o después de la radioterapia aplicada en el abdomen, la pelvis o el recto. Tanto el intestino grueso como el delgado son muy sensibles a la radiación. Cuanta más alta es la dosis de radiación, mayor es el daño al tejido normal del intestino. Gran parte de los tumores en el abdomen y la pelvis necesitan dosis altas de radiación y casi todos los pacientes tratados con radiación aplicada en el abdomen, la pelvis o el recto presentarán signos de enteritis aguda.

Los síntomas agudos se manifiestan durante el primer ciclo de la radioterapia y hasta ocho semanas después. La enteritis crónica por radiación puede aparecer meses o años después de terminar la radioterapia o puede comenzar como enteritis aguda y continuar después que el tratamiento termina. Sólo 5% a 15% de las personas tratadas con radiación aplicada en el abdomen presentarán problemas crónicos. Varios factores afectan la duración de la enteritis y su gravedad:

  • La dosis de radiación administrada.
  • El tamaño del tumor y el grado de diseminación.
  • La cantidad de intestino normal tratado.
  • Si la quimioterapia se administró al mismo tiempo que la radioterapia.
  • Si se usaron implantes de radiación.
  • Si el paciente padece presión arterial alta, diabetes, enfermedad pélvica inflamatoria, nutrición deficiente o si fue sometido a cirugía del abdomen o la pelvis. Estos trastornos pueden disminuir el flujo de sangre hacia la pared intestinal y afectar las evacuaciones, con lo que aumenta la posibilidad de un traumatismo por radiación.

Estreñimiento



Descripción y causas

Los factores comunes que pueden producir estreñimiento en las personas sanas incluyen un régimen alimentario con bajo contenido de fibras, no ir al baño inmediatamente cuando surge la necesidad, el consumo excesivo de laxantes y enemas, no beber suficientes líquidos y hacer poco ejercicio. En las personas con cáncer, el estreñimiento puede ser un síntoma del cáncer, un resultado del crecimiento de un tumor o un resultado del tratamiento del cáncer. El estreñimiento puede ser también un efecto secundario de medicamentos para el cáncer o el dolor del cáncer, y puede manifestarse a raíz de otros cambios en el cuerpo (insuficiencia de los órganos, capacidad disminuida para trasladarse y depresión). Otras causas del estreñimiento comprenden la deshidratación y el consumo deficiente de alimentos. El cáncer, su tratamiento, el envejecimiento y el deterioro de la salud pueden contribuir al estreñimiento.

Las causas más específicas del estreñimiento que dan lugar a la retención intestinal incluyen los siguientes aspectos:

Régimen alimentario

  • Cantidad insuficiente de alimentos con alto contenido de fibras en el régimen alimentario.
  • Consumo de cantidades insuficientes de agua u otros líquidos.

Modificación de los hábitos intestinales

  • Ignorar repetidamente la necesidad de defecar.
  • Tomar demasiados laxantes y enemas.

Inmovilidad o falta de ejercicio

  • Traumatismo de la médula espinal, compresión de la médula espinal, fracturas de huesos, cansancio, debilidad, períodos prolongados de permanencia en cama.
  • Incapacidad para tolerar movimientos y ejercicios debido a problemas respiratorios o cardiacos.

Medicamentos

  • Tratamientos con quimioterapia.
  • Medicamentos contra el dolor.
  • Medicamentos contra la ansiedad y la depresión.
  • Antiácidos estomacales.
  • Diuréticos.
  • Suplementos vitamínicos tales como hierro y calcio.
  • Medicamentos para dormir.
  • Anestesia general.

Trastornos intestinales

  • Colon irritable.
  • Diverticulitis.
  • Tumor.

Los trastornos musculares y nerviosos (el daño neurológico puede conducir a la pérdida del tono muscular en el intestino)

  • Tumores cerebrales.
  • Compresión de la médula espinal a raíz de un tumor u otra lesión de la médula espinal.
  • Derrame cerebral u otros trastornos que producen debilidad muscular o de movimiento.
  • Debilidad del músculo del diafragma o de los músculos abdominales que hace difícil la respiración profunda y el empuje para provocar un movimiento intestinal.

Trastornos del metabolismo corporal

  • Secreción insuficiente de la glándula tiroidea.
  • Aumento en la concentración de calcio en la sangre.
  • Concentraciones bajas de potasio o sodio en la sangre.
  • Diabetes con disfunción nerviosa.

Factores ambientales

  • Necesitar ayuda para usar el baño.
  • Encontrarse en ambientes extraños o en una atmósfera de apuro.
  • Vivir en calor extremo, lo cual resulta en la deshidratación.
  • Tener que usar una chata o palangana movible.
  • Falta de privacidad.
Evaluación del estreñimiento

Los antecedentes médicos y un examen físico pueden identificar las causas del estreñimiento. El examen puede incluir un examen digital del recto (el médico inserta en el recto un dedo con un guante lubricado para determinar si hay retención fecal) o un análisis para determinar la presencia de sangre en las heces. Si se sospecha que existe cáncer, puede realizarse un examen completo del recto y el colon mediante la inserción de una sonda iluminada a través del ano y dentro del colon. Se pueden formular las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál es su modelo normal para las evacuaciones? ¿Con qué frecuencia tiene una evacuación? ¿Cuándo y cuánto?


  • ¿Cuándo fue su ultima evacuación? ¿Cómo fue (cuánto fue, fue duro o blanda, de qué color)? ¿Había sangre?


  • ¿Le ha dolido el estómago o ha sufrido retortijones náuseas, vómitos, dolor, gas o sensación de que el recto estaba lleno?


  • ¿Usa laxantes o enemas con regularidad? ¿Qué hace normalmente para remediar el estreñimiento? ¿Obtiene buenos resultados?


  • ¿Qué tipo de alimentos consume? ¿Qué tipo de líquidos bebe diariamente y cuánto?


  • ¿Qué medicamentos está tomando? ¿Qué dosis y cuántas unidades?


  • ¿El estreñimiento es un cambio reciente en sus hábitos normales?


  • ¿Cuántas veces por día tiene gases?


Tratamiento

El tratamiento del estreñimiento incluye la prevención (si fuera posible), la eliminación de las causas probables y el consumo limitado de laxantes. Las sugerencias para el plan de tratamiento del paciente pueden incluir lo siguiente:

  • Tomar nota de todas las evacuaciones.


  • Aumentar la ingestión de líquidos y beber ocho vasos de 8 onzas de líquido por día (los pacientes que tienen problemas renales o cardíacos tal vez necesiten limitar la cantidad de líquidos).


  • Realizar ejercicios regularmente, inclusive ejercicios abdominales en la cama o trasladarse de la cama a una silla si el paciente no puede caminar.


  • Aumentar la cantidad de fibra en el régimen alimentario mediante el consumo de mayor cantidad de frutas (uvas pasas, ciruelas, duraznos y manzanas), verduras (zapallo, brócoli, zanahorias y apio), y cereales integrales, panes y salvado. Los pacientes deben beber más líquidos cuando aumentan las fibras en el régimen alimentario o, de lo contrario, padecerán de estreñimiento. Los pacientes que han tenido una obstrucción intestinal o se sometieron a cirugía de los intestinos (por ejemplo, una colostomía) no deben consumir alimentos con alto contenido de fibras.


  • Beber una bebida tibia o caliente aproximadamente media hora antes de la hora habitual en la que el paciente evacua los intestinos.


  • Ofrecer privacidad y un momento de tranquilidad cuando el paciente necesita tener una evaluación intestinal.


  • Ayudar al paciente a llegar al inodoro o proporcione una palangana movible en vez de una chata.


  • Tomar solo medicamentos recetados por el médico.


  • No utilizar supositorios o enemas a menos que sean indicados por el médico. En el caso de algunos pacientes con cáncer, estos tratamientos pueden provocar hemorragia, infección y otros efectos secundarios nocivos.


Retención fecal



Descripción y causas

Hay cinco factores principales pueden producir la retención fecal:

  1. Analgésicos opioides.
  2. Inactividad durante un período prolongado de tiempo.
  3. Modificaciones en el régimen alimentario.
  4. Enfermedad mental.
  5. Consumo de laxantes durante mucho tiempo.

    El consumo sistemático de laxantes para aliviar el estreñimiento es lo que más ayuda a padecer de estreñimiento y retención fecal. El uso repetido de laxantes en dosis cada vez más altas disminuye la capacidad del colon para indicar la necesidad de una evacuación. (Consultar las causas de estreñimiento que pueden producir la retención fecal en la sección sobre Estreñimiento.)

Los pacientes con retención fecal pueden presentar síntomas similares a los que padecen los pacientes con estreñimiento, o pueden padecer de dolor de espalda (la retención fecal presiona sobre los nervios sacros) o problemas de vejiga (la retención fecal presiona sobre los uréteres, la vejiga o la uretra). El abdomen del paciente puede aumentar de tamaño, lo que causa dificultades para respirar, latidos rápidos, mareos y presión arterial baja. Otros síntomas pueden incluir diarrea explosiva (al moverse la materia fecal alrededor de la retención), evacuación de heces al toser, náuseas, vómitos, dolor de estómago y deshidratación. Los pacientes que padecen de retención fecal pueden volverse muy confundidos y desorientados con latidos rápidos, sudor, fiebre y presión arterial alta o baja.

Evaluación de la retención fecal

Para determinar si existe retención fecal, el médico formulará preguntas similares a aquellas formuladas en la sección sobre Evaluación del estreñimiento, y realizará un examen físico para determinar si el paciente padece de retención fecal. El examen también puede incluir la toma de radiografías del abdomen o el tórax, análisis de sangre y un electrocardiograma (una prueba que muestra la actividad del corazón).

Tratamiento de la retención fecal

La manera más común de aliviar la retención fecal es usar un enema para humedecer y ablandar la materia fecal. Los enemas deben administrarse muy cuidadosamente según las indicaciones del médico porque demasiados enemas pueden dañar los intestinos. Algunos pacientes pueden necesitar la extracción manual de las heces del recto, después de ablandarlas. También se pueden recetar supositorios de glicerina. Se debe evitar el uso de laxantes que estimulan el intestino y producen retortijones, porque pueden perjudicar aún más los intestinos.

Obstrucción intestinal



Descripción y causas

La obstrucción intestinal podría deberse a una estrechamiento de los intestinos por inflamación o lesión intestinal, tumores, tejido cicatrizal, hernias, retorcimiento de los intestinos o presión en los intestinos desde fuera del tracto intestinal. Puede ser también el resultado de factores que interfieren con la función de los músculos, los nervios y el flujo de la sangre hacia el intestino. La mayoría de las obstrucciones se presentan en el intestino delgado y generalmente se deben a tejido cicatrizal o hernias. El resto se presenta en el colon (intestino grueso) y generalmente se debe a tumores, retorcimiento del intestino o diverticulitis. La variación de los síntomas depende de que el problema radique en el intestino grueso o en el intestino delgado.

Los tipos más comunes de cáncer que provocan obstrucciones intestinales son los cánceres del colon, del estómago y de los ovarios. Otros tipos de cáncer, como el cáncer del pulmón y de la mama, y el melanoma, pueden diseminarse al abdomen y obstruir los intestinos. Los pacientes que han sido sometidos a cirugía o radiación abdominal tienen un riesgo más alto de padecer de obstrucciones intestinales. Las obstrucciones intestinales son más comunes durante las etapas avanzadas del cáncer.

Evaluación de la obstrucción intestinal

El médico realizará un examen físico para determinar si el paciente padece de dolor abdominal, vómitos, o movimientos de gases o heces en el intestino. Se pueden realizar análisis de sangre y orina para detectar cualquier desequilibrio de líquidos o de la química de la sangre o infección. También se pueden realizar radiografías abdominales y un enema de bario para encontrar la ubicación de la obstrucción intestinal.

Tratamiento de la obstrucción intestinal aguda

Los pacientes que presentan síntomas abdominales que continúan empeorando deben ser vigilados con frecuencia para detectar los primeros signos y síntomas de choque y obstrucción estrangulante de los intestinos o y prevenirlos. Se necesita el tratamiento médico para evitar el desequilibrio de líquidos y la química de la sangre y el choque.

Puede insertarse una sonda nasogástrica a través de la nariz y el esófago hacia el estómago o una sonda colorrectal a través del recto hacia el colon para aliviar la presión de una obstrucción intestinal parcial. La sonda nasogástrica o la sonda colorrectal pueden disminuir la hinchazón, extraer los líquidos y gases acumulados o reducir la necesidad de procedimientos quirúrgicos múltiples. No obstante, tal vez sea necesaria la cirugía si la obstrucción del intestino es total.

Tratamiento de la obstrucción intestinal crónica, maligna

Los pacientes que padecen de cáncer avanzado pueden sufrir una obstrucción intestinal crónica, que empeora y no puede extraerse con cirugía. A veces, el médico tal vez pueda insertar una sonda de metal extensible denominada cánula en el intestino a fin de abrir el área bloqueada.

Cuando no se puede realizar una cirugía o introducir una cánula, el médico puede insertar una sonda de gastrostomía a través de la pared del abdomen directamente en el estómago por medio de un procedimiento muy simple. La sonda de gastrostomía puede aliviar la acumulación de líquidos y aire en el estómago y permitir que los medicamentos y los líquidos se administren directamente al estómago a través de la sonda. También se puede colocar una bolsa de drenaje con una válvula junto a la sonda de gastrostomía. Cuando la válvula está abierta, el paciente puede comer o beber por la boca sin incomodidad alguna porque los alimentos drenan directamente a la bolsa. Esto permite al paciente degustar los alimentos y mantener la humedad de la boca. Se deben evitar los alimentos sólidos dado que pueden bloquear el tubo de la bolsa de drenaje.

Si la comodidad de un paciente no mejora con una cánula o una sonda de gastrostomía y el paciente no puede ingerir nada por la boca, el médico puede prescribir inyecciones o infusiones de medicamentos a fin de aliviar el dolor, las náuseas y los vómitos.

Diarrea



Causas

En los pacientes con cáncer, la causa más común de la diarrea es el tratamiento del cáncer (quimioterapia, radioterapia, trasplante de médula ósea o cirugía). Entre otras causas de la diarrea están la terapia con antibióticos, la tensión y la ansiedad relacionadas con el diagnóstico y el tratamiento en marcha del cáncer y con la infección. La infección puede ser causada por virus, bacterias, hongos u otros microorganismos nocivos. La terapia con antibióticos puede producir inflamación del recubrimiento del intestino, lo cual suele impedir a menudo que la diarrea responda al tratamiento. Otras causas de diarrea en pacientes con cáncer incluyen:

  • El cáncer mismo.
  • Reacciones físicas al régimen de alimentación.
  • Problemas médicos y enfermedades distintas al cáncer.
  • El régimen de laxantes.
  • La retención intestinal con escape de las heces en torno al bloqueo.

La cirugía de estómago o de los intestinos puede afectar el funcionamiento intestinal normal y provocar diarrea. Algunos de los fármacos quimioterapéuticos causan diarrea porque afectan la manera en que se descomponen y absorben los nutrientes en intestino delgado. La radioterapia aplicada en el abdomen y la pelvis puede inflamar el intestino. Los pacientes pueden tener problemas para digerir los alimentos y pueden experimentar gases, hinchazón, retortijones y diarrea. Estos síntomas pueden durar de 8 a 12 semanas después de la administración de la terapia o pueden no presentarse durante meses o años. El tratamiento puede consistir en cambios en el régimen de alimentación, medicamentos o cirugía. A menudo, los pacientes tratados con radioterapia mientras reciben quimioterapia suelen padecer de diarrea grave. Tal vez no sea necesario hospitalizar al paciente, ya que una clínica ambulatoria o cuidados de enfermería domiciliaria pueden proporcionar los cuidados y tratamientos necesarios. Cada síntoma que el paciente presente debe ser evaluado para determinar si se deben recetar líquidos intravenosos o una medicación especial.

Los pacientes que reciben un trasplante de médula ósea de un donante pueden padecer de la enfermedad injerto-contra-huésped (EICH). Los síntomas estomacales e intestinales de la EICH incluyen náuseas y vómitos, dolor abdominal grave, retortijones y diarrea acuosa de color verde. Estos síntomas pueden presentarse de una semana a tres meses después del trasplante. Algunos pacientes pueden necesitar tratamiento a largo plazo y la administración de un régimen alimentario.

Evaluación

Dado que la diarrea puede poner en peligro la vida, es importante identificar la causa para iniciar el tratamiento tan pronto como sea posible. El médico puede formular las siguientes preguntas:

  • ¿Con qué frecuencia ha evacuado los intestinos en las últimas 24 horas?
  • ¿Cuándo fue su última evacuación intestinal? ¿Cómo fue (cantidad, consistencia dura o blanda, color)? ¿Había sangre en las heces?
  • ¿Se ha sentido mareado, extremadamente somnoliento o ha tenido algún tipo de retortijones, dolor de estómago, náuseas, vómitos, fiebre o hemorragia rectal?
  • ¿Qué ha comido? ¿Qué ha bebido y cuánto en las últimas 24 horas?
  • ¿Ha perdido peso recientemente? ¿Cuánto?
  • ¿Con qué frecuencia ha orinado en las últimas 24 horas?
  • ¿Qué medicamentos está tomando? ¿En qué dosis? ¿Con qué frecuencia?
  • ¿Ha viajado recientemente?

El médico también llevará a cabo un examen físico que debe incluir el control de la presión arterial, el pulso y las respiraciones; la evaluación de la piel y el tejido que recubre el interior de la boca para examinar la circulación sanguínea y la cantidad de líquidos en el tejido; examen del abdomen para determinar si presenta dolor, dolores cuando se lo palpa y ruidos intestinales, y un examen rectal en relación con la retención de las heces, y tomará muestras de las heces para determinar si hay sangre.

Se realiza un análisis de laboratorio de las heces para determinar la presencia de bacterias, infecciones micóticas o víricas. Se puede analizar la sangre y la orina con el propósito de detectar desequilibrios o infecciones en los líquidos y la química de la sangre.

En algunos casos se pueden tomar también radiografías abdominales para identificar obstrucción intestinal u otras anormalidades. En casos inusuales, se puede realizar un examen completo del recto y el colon con una sonda iluminada a través del ano y dentro del colon.

Tratamiento

El tratamiento de la diarrea comprende la identificación y el tratamiento de los problemas que la causan. Por ejemplo, la diarrea puede ser el resultado de la retención de las heces y de los medicamentos administrados para evitar el estreñimiento. El médico puede cambiar los medicamentos, el régimen alimentario y de consumo de líquidos. Las modificaciones en el régimen alimentario que contribuyen a disminuir la diarrea incluyen la ingestión de comidas pequeñas con frecuencia y evitar algunos de los siguientes alimentos:

  • Leche y productos lácteos.
  • Alimentos muy condimentados.
  • Alcohol.
  • Comidas y bebidas que contengan cafeína.
  • Algunos jugos de fruta.
  • Comidas y bebidas que causen gases.
  • Alimentos con alto contenido de fibras.
  • Alimentos con alto contenido de grasas.

En casos de diarrea moderada, un régimen alimentario que incluya bananas, arroz, manzanas y tostadas pueden disminuir la frecuencia de las deposiciones. Se debe recomendar a los pacientes que ingieran hasta tres cuartos de líquido por día, tales como agua, bebidas para actividades deportivas, caldo, té diluido y descafeinado, gaseosas sin cafeína, jugos claros y gelatina. En casos de diarrea grave, el paciente tal vez necesite la administración intravenosa de líquidos y otras formas de nutrición. (Consultar el sumario de PDQ sobre La nutrición en el tratamiento del cáncer 1.)

Para el tratamiento de la diarrea ocasionada por la enfermedad de injerto-contra-huésped (EICH), el médico puede recomendar un régimen de alimentación especial de cinco fases. Durante la fase 1, el paciente recibe líquidos por vía intravenosa y nada por vía oral para darle un descanso al intestino hasta que disminuya la diarrea. En la fase 2, el paciente puede comenzar a beber líquidos. Si el paciente puede tomar líquidos y la diarrea mejora, entonces puede pasar a la fase 3 y comer alimentos sólidos con bajo contenido de fibras, de grasas y de ácidos, que no irriten el estómago. En la fase 4, se le permite al paciente ingerir gradualmente alimentos comunes. Si el paciente puede consumir comidas regulares sin ningún episodio de diarrea, puede entonces empezar la fase 5, siguiendo su alimentación normal. Muchos pacientes pueden continuar teniendo problemas para digerir la leche y los productos lácteos.

Según la causa de la diarrea, el médico puede modificar el régimen de tratamiento con laxantes o recetar medicamentos que disminuyen la actividad intestinal y las secreciones de líquidos intestinales, y permiten que las sustancias nutritivas sean absorbidas en el intestino.

Enteritis por radiación

Causas y síntomas

La radioterapia interrumpe el crecimiento de las células que se multiplican rápidamente, como las células cancerosas. Dado que las células normales en el recubrimiento del intestino también se multiplican rápidamente, el tratamiento con radiación puede impedir el crecimiento de esas células, lo cual hace difícil que el tejido intestinal se repare. Cuando las células intestinales mueren y no son reemplazadas, se presentan problemas gastrointestinales durante los próximos días y semanas.

Enteritis aguda

Los pacientes con enteritis aguda pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Retortijones abdominales.
  • Deseos frecuentes de defecar.
  • Dolor rectal, hemorragia o secreción mucosa.
  • Diarrea acuosa.

Con la diarrea, el tracto intestinal no funciona normalmente y no se absorben bien nutrientes como la grasa, la lactosa, las sales biliares y la vitamina B12.

Los síntomas de la enteritis aguda suelen mejorar entre 2 a 3 semanas después de finalizar el tratamiento.

Enteritis crónica

Los pacientes con enteritis crónica pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Oleadas de dolor abdominal.
  • Diarrea con sangre.
  • Necesidad frecuente de defecar.
  • Heces grasas.
  • Pérdida de peso.
  • Náuseas.
  • Vómitos.

Los síntomas menos comunes de la enteritis crónica son la obstrucción intestinal, las perforaciones intestinales y la hemorragia rectal profusa.

Los síntomas suelen manifestarse entre 6 y 18 meses después del final de la radioterapia. Antes de determinar que estos síntomas son causados por la enteritis por radiación crónica, es necesario descartar la presencia de tumores recurrentes. Los antecedentes de radiación del paciente son importantes para establecer el diagnóstico correcto.

Evaluación de la enteritis por radiación

Se llevará a cabo un examen físico de los pacientes y se les harán preguntas sobre los siguientes aspectos:

  • Modelo usual de las evacuaciones intestinales.
  • Patrón de la diarrea, inclusive la fecha de inicio, la duración, la frecuencia, la cantidad y el tipo de heces, y otros síntomas (como gases, retortijones, inflamación, urgencia, hemorragia y dolor rectal).
  • La salud nutricional del paciente, incluyendo la altura y el peso, los hábitos alimenticios, cualquier cambio en los hábitos alimenticios, la cantidad de fibra en los alimentos que come habitualmente y los signos de deshidratación (como, por ejemplo, calidad pobre de la piel, aumento de la debilidad o sensación de mucho cansancio).
  • Nivel actual de estrés, capacidad de adaptación y cambios en el modo de vida a raíz de la enteritis.
Tratamiento de la enteritis aguda por radiación

El tratamiento de la enteritis aguda comprende el tratamiento de la diarrea, la pérdida de líquidos, la absorción deficiente y el dolor estomacal o rectal. Estos síntomas suelen mejorar con la administración de medicamentos, cambios en el régimen alimentario y descanso. Si los síntomas empeoran incluso con este tratamiento, tal vez se deba interrumpir el tratamiento del cáncer, al menos temporalmente.

Los medicamentos que se pueden recetar incluyen los antidiarreicos para interrumpir la diarrea, los opioides para aliviar el dolor y la espuma de esteroides para aliviar la inflamación y la irritación rectal. Si los pacientes con cáncer pancreático presentan diarrea durante la radioterapia, tal vez necesiten el reemplazo de las enzimas pancreáticas, porque el no tener una cantidad suficientes de esas enzimas puede producir diarrea.

Nutrición

La nutrición desempeña también una función en la enteritis aguda. Los intestinos dañados por la radioterapia tal vez no produzcan suficiente cantidad de ciertas enzimas necesarias para la digestión, en especial la lactasa, o tal vez no las produzcan. La lactasa es necesaria para la digestión de la leche y los productos lácteos. Un régimen alimenticio sin lactosa, con bajo contenido graso y bajo contenido de fibras puede contribuir a controlar los síntomas de la enteritis aguda.

Alimentos que se deben evitar:

  • La leche y los productos lácteos, con excepción del suero de la leche y el yogur. Los quesos procesados tal vez no ocasionen problemas porque durante el procesamiento se elimina la lactosa. Se pueden usar también los suplementos de batidos de leche sin lactosa, como Ensure.
  • Pan y cereal de salvado integral.
  • Nueces, semillas y coco.
  • Alimentos fritos o grasosos.
  • Fruta fresca y seca y algunos jugos de fruta (como el jugo de ciruelas secas).
  • Verduras crudas.
  • Pasteles pesados.
  • Palomitas de maíz, papas fritas y galletas saladas.
  • Especias y hierbas fuertes.
  • Chocolate, café, té y gaseosas con cafeína.
  • Alcohol y tabaco.

Alimentos permitidos:

  • Pescado, aves de corral y carne vacuna cocida, asada o al horno.
  • Bananas, puré de manzanas cocidas, manzanas peladas, y jugos de manzanas y uvas.
  • Plan blanco y tostadas.
  • Macarrones y fideos.
  • Papas asadas, hervidas o en puré.
  • Verduras cocidas suaves, como puntas de espárragos, habichuelas y judías verdes, zanahorias, espinaca y calabaza.
  • Queso procesados suaves, huevos, mantequilla de maní suave, suero de leche y yogur.

Sugerencias útiles:

  • Consumir los alimentos a temperatura ambiente.
  • Beber 3 litros de líquido por día (aproximadamente 12 vasos de 8 onzas).
  • Dejar que las bebidas carbonatadas pierdan su efervescencia antes de beberlas.
  • Agregar nuez moscada a los alimentos para ayudar a disminuir el movimiento del tracto gastrointestinal.
  • Comenzar un régimen alimentario con bajo contenido de fibras el primer día de la radioterapia.
Tratamiento de la enteritis crónica por radiación

El tratamiento de los síntomas de la enteritis crónica por radiación es igual al tratamiento de la enteritis aguda por radiación. La cirugía se usa para tratar el daño grave. Menos de 2% de los pacientes afectados necesitarán cirugía para controlar los síntomas.

Se pueden usar dos tipos de cirugía:

  • Derivación intestinal, que es procedimiento en el cual el médico crea una nueva vía para el flujo de los contenidos intestinales.
  • Extirpación completa de los intestinos enfermos.

Sin embargo, antes de llevar a cabo la cirugía, se debe considerar la salud general del paciente y la cantidad de tejido dañado, porque la cicatrización de las heridas suele ser lenta y tal vez sea necesaria la alimentación por sonda a largo plazo. Incluso después de la cirugía, muchos pacientes aún tienen síntomas.

Para bajar el riesgo de enteritis crónica por radiación, se usan diferentes métodos de tratamiento para disminuir el área expuesta a la radiación. Los pacientes se deben colocar en una posición que proteja al intestino delgado de la radiación lo más posible o se les puede que tengan la vejiga llena durante el tratamiento para ayudar a empujar al intestino delgado. Se puede ajustar la cantidad de radiación para suministrar cantidades más pequeñas de manera más pareja o cantidades más altas en áreas específicas. Si se somete a un paciente a cirugía, se pueden colocar marcadores en el lugar del tumor para ayudar a mostrar el área que se irradiará.

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Para obtener más información, las personas que residen en los Estados Unidos pueden llamar gratis al Servicio de Información del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237), de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 4:30 p.m. Las personas sordas o con dificultad para escuchar que tienen equipo de TTY, pueden llamar al 1-800-332-8615. La llamada es gratis y un especialista en información sobre el cáncer estará disponible para responder a sus preguntas.

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Hay muchos lugares donde las personas pueden obtener materiales e información sobre tratamientos para el cáncer y servicios. Los hospitales pueden tener información sobre instituciones o regionales que ofrecen información sobre ayuda financiera, transporte de ida y vuelta para recibir tratamiento, atención en el hogar y sobre cómo abordar otros problemas relacionados con el tratamiento del cáncer.

Publicaciones

El NCI tiene folletos y otros materiales para pacientes, profesionales de la salud y el público en general. Estas publicaciones describen los diferentes tipos de cáncer, los métodos para tratarlo, pautas para hacerle frente e información sobre ensayos clínicos. Algunas publicaciones proveen información sobre las diferentes pruebas de detección del cáncer, sus causas y cómo prevenirlo, además de estadísticas e información sobre actividades de investigación llevadas a cabo en el NCI. Los materiales del NCI sobre estos y otros temas, se pueden solicitar en línea al Servicio de Localización de Publicaciones del Instituto Nacional del Cáncer 4 (National Cancer Institute Publications Locator) o imprimirse directamente. Estos materiales también se pueden solicitar con una llamada gratuita al Servicio de Información sobre el Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute's Cancer Information Service) al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237), TTY al 1-800-332-8615.

Modificaciones a este sumario (08/24/2006)

Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan en la medida en que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes hechos a este sumario a partir de la fecha arriba indicada.

Se introdujeron cambios editoriales en este sumario.

Preguntas u opiniones sobre este sumario

Si tiene preguntas o algún comentario sobre este sumario, por favor envíelas a través del formulario de opinión 5 disponible en nuestro portal de Internet, Cancer.gov/espanol.

Descripción del PDQ

El PDQ es una base de datos integral sobre el cáncer disponible en el portal de Internet del NCI.

El PDQ es una base de datos integral del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) que contiene información completa sobre el cáncer. La mayor parte de la información del PDQ está disponible en el portal de Internet del NCI 6. (Nota: La información contenida en este enlace solo está disponible en inglés.) El PDQ es uno de los servicios del NCI, el cual forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, que es el centro principal de investigación biomédica del gobierno federal.

El PDQ contiene sumarios con información sobre el cáncer.

La base de datos del PDQ contiene sumarios con la más reciente información publicada sobre la prevención, detección, genética, tratamiento, apoyo terapéutico y medicina complementaria y alternativa relacionada con el cáncer. La mayoría de los sumarios se encuentran en dos versiones. La versión para profesionales contiene información detallada, escrita en lenguaje técnico, y la versión para pacientes está escrita en lenguaje fácil de entender, no técnico. Ambas versiones proveen información actualizada y precisa sobre el cáncer.

Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer son redactados y revisados con regularidad por expertos en la materia.

Los Consejos de Redacción, compuestos por expertos en oncología y especialidades afines, son responsables de redactar y mantener los sumarios con información sobre el cáncer. Estos sumarios son revisados regularmente y se les incorporan cambios a medida que se obtiene nueva información. La fecha al final de cada sumario ("Fecha de la última modificación") indica la fecha del cambio más reciente.

El PDQ también contiene información sobre ensayos clínicos.

Un ensayo clínico es un estudio que trata de dar respuesta a ciertas preguntas de carácter científico, como por ejemplo si un medicamento es mejor que otro. Estos ensayos se basan en estudios anteriores y lo que se ha aprendido en el laboratorio. Cada ensayo ciertas preguntas científicas con el propósito de encontrar nuevos y mejores métodos para ayudar a los pacientes con cáncer. Algunos pacientes presentan síntomas ocasionados por el tratamiento del cáncer o por el cáncer en sí. Durante los ensayos clínicos de cuidados médicos de apoyo se obtiene información acerca de los efectos que pudiera provocar las nuevas formas de tratar los síntomas, su eficacia y los problemas que surjen después que ha terminado el tratamiento. Cuando estos experimentos demuestran que el nuevo tratamiento es mejor que el empleado hasta ese momento, este puede convertirse en el tratamiento "estándar". Los pacientes que presentan síntomas relacionados con el tratamiento de cáncer podrían considerar participar en un ensayo clínico.

El PDQ contiene un listado de ensayos clínicos disponibles en el portal de Internet del NCI 7. Tanto la versión para profesionales como para pacientes contiene descripciones de los ensayos. El PDQ cuenta también con una lista de oncólogos que participan en ensayos clínicos. Para mayor información llame al Servicio de Información sobre el Cáncer (1-800-4-CANCER; 1-800-422-6237; línea TTY para sordos 1-800-332-8615).



Lista de Enlaces

1http://cancer.gov/espanol/pdq/cuidados-medicos-apoyo/nutricion/patient
2https://cissecure.nci.nih.gov/livehelp/welcome.asp
3http://www.cancer.gov
4https://cissecure.nci.nih.gov/ncipubs
5http://www.cancer.gov/espanol/instituto/correo-electronico
6http://cancer.gov
7http://cancer.gov/clinical_trials