En los niños que
tienen un alto riesgo de verse expuestos a plomo, una simple prueba de sangre puede
prevenir toda una vida afectada por el daño irreversible causado por el envenenamiento
con Plomo.
Uno de los factores de riesgo más
importantes es la edad de la casa en la que viven los niños. Más del 80 por ciento de
las casas construidas antes de 1978 en Estados Unidos tienen pintura con plomo. Entre más
vieja es la casa, mayores son las posibilidades de que tengan pinturas hechas con plomo y
mayor también la concentración del plomo.
Según cálculos recientes de los CDC, 890
mil niños de entre 1 y 5 años tienen niveles elevados de plomo en la sangre. Más de una
quinta parte de los niños afro-americanos que viven en casas construidas antes de 1946
tienen un nivel elevado de plomo en la sangre. Estas cifras reflejan las principales
fuentes de riesgo: pintura vieja en los hogares, polvo y tierra contaminados con el plomo
de la pintura vieja y con la gasolina que en algún tiempo tenía plomo.
El envenenamiento por plomo puede causar
problemas de aprendizaje, de comportamiento y, a niveles muy altos, puede causar ataques
epilépticos, un estado de coma e inclusive la muerte.
Los niños entre 12 y 36 meses de edad con
frecuencia se meten la mano en la boca, así de que si han estado gateando y hay plomo en
sus hogares, la posibilidad de que ingieran plomo es mayor que la de niños que ya
caminan.
Para más información, consulte a su
pediatra o llame a la Centro Nacional de Información sobre el Plomo a la línea
telefónica gratuita
1-800-LEAD-FYI (1-800-5323-394) |