eJournal USA: Agenda de la Política Exterior de los EUA

Medidas legislativas contra las armas de destrucción en masa

Richard Lugar

La ecuación nuclear de hoy

Indice
Sobre este tema
Estados Unidos está firmemente comprometido con el TNP
El control de las armas más peligrosas del mundo
Cómo fortalecer el TNP
Medidas legislativas contra las armas de destrucción en masa
Terrorismo nuclear: ¿armas para vender o armas para comprar?
Libia renuncia a las armas de destrucción en masa
Después de Irán: mantener pacífica la energía nuclear
Corea del Norte, un estado al margen de la ley internacional y fuera del ámbito del TNP
Nuevos actores en el escenario: A.Q. Khan y el mercado negro nuclear
No con un gemido: imágenes de destrucción masiva en la ficción y el cine
Agáchate y cúbrete
Bibliografía (en inglés)
Sitios en la Internet (en inglés)
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Una excavadora con gigantescas tijeras
Foto de arriba: Una excavadora con gigantescas tijeras corta el 2 de febrero de 2001 la proa de un bombardero estratégico Tu-160 en una base aérea ucraniana a unos 320 kilómetros de la capital, Kiev. La eliminación del último Tu-160 fue llevada a cabo según los términos del Programa Cooperativo Estadounidense-Ucraniano de Reducción de la Amenaza. (Efrem Lukatsky, AP Wide World Photos)

El mundo está inundado de armas y materiales nucleares, químicos y biológicos, afirma el senador estadounidense Richard Lugar, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. El senador Lugar es autor de tres leyes que dieron inicio y después expandieron las gestiones estadounidenses para ayudar a la ex Unión Soviética a "salvaguardar y desmantelar sus enormes reservas de armas nucleares, químicas y biológicas, así como sus medios de transporte y los materiales relacionados". Pero afirma que es necesario hacer más "para controlar el peligro de las armas biológicas y químicas" en el mundo y para abordar numerosas otras cuestiones de proliferación nuclear — entre ellas las armas tácticas rusas de corto alcance, las reservas de combustible gastado de reactores, la falta de acuerdos nucleares con India y Pakistán, y la necesidad de que las compañías estadounidenses y europeas provean "empleos sostenibles en el sector privado" a científicos que de otra manera podrían verse "tentados a encontrar trabajo ayudando a otros a adquirir armas peligrosas".

Richard Lugar, senador republicano del estado de Indiana, ha representado este estado ininterrumpidamente desde 1976 y es el senador estadounidense de mayor antigüedad en la historia de Indiana.

En su reciente cumbre en Bratislava, el presidente Bush y el presidente ruso Vladimir Putin acordaron concluir a más tardar en 2008 las mejoras cooperativas en la seguridad de las instalaciones de almacenamiento de ojivas — y materiales — nucleares de Rusia. Esta fecha límite, nueva y acelerada, es un acontecimiento bienvenido que subraya la importancia de terminar con la proliferación de las armas de destrucción en masa (ADM).

A partir de la caída de la Unión Soviética, la proliferación de las ADM ha sido el principal reto en lo que respecta a la seguridad nacional de Estados Unidos. Lamentablemente, fueron pocos los que han reconocido este hecho. En la década de 1990, la amenaza del terrorismo nuclear apenas se mencionó en las encuestas de opinión pública y, tan reciente como en la elección presidencial de 2000, ninguno de los candidatos de los partidos políticos ha declarado claramente su postura en cuanto a las estrategias sobre el terrorismo o la no proliferación nucleares.

Un historial impresionante

Hairline rule

A pesar de los obstáculos, la Ley Nunn-Lugar ha contribuido grandemente a la no proliferación. Hasta hoy, el programa ha desactivado o destruido

  • 6.564 ojivas nucleares
  • 568 misiles balísticos intercontinentales (ICBM)
  • 477 silos de ICBM
  • 17 lanzamisiles ICBM móviles
  • 142 bombarderos
  • 761 misiles tierra-aire
  • 420 lanzamisiles en submarinos
  • 543 misiles lanzados desde submarinos
  • 28 submarinos nucleares y
  • 194 túneles de ensayos nucleares

Además

  • 260 toneladas de material fisionable fueron sometidas a mejoras de seguridad completas o rápidas
  • unos 60 lugares de acopio de ojivas nucleares fueron sometidos a mejoras en lo que respecta a la seguridad
  • 208 toneladas métricas de uranio altamente enriquecido fueron transformadas en uranio escasamente enriquecido
  • Los Centros Internacionales de Ciencia y Tecnología en Rusia y Ucrania, cuyo principal patrocinador es Estados Unidos, han contratado a 58.000 científicos anteriormente dedicados a las armas, para que realicen trabajos pacíficos
  • El Programa Internacional de Prevención de la Proliferación ha financiado 750 proyectos en que había involucrados 14.000 científicos en armas y creado aproximadamente 580 nuevos empleos de alta tecnología con fines pacíficos
  • Ucrania, Belarús y Kazajstán son países sin armas nucleares como resultado de los esfuerzos cooperativos conforme al programa Nunn-Lugar

Ante esta gran apatía, la Ley Nunn-Lugar, que yo coauspicié con el entonces senador Sam Nunn en 1991, ha exigido una vigilancia constante para obtener financiación y apoyo para proteger los materiales nucleares de la era soviética.

Los ataques del 11 de septiembre de 2001, y las revelaciones subsiguientes acerca del terrorismo mundial, han cambiado todo eso. Durante la campaña presidencial de 2004, el presidente Bush y su principal contendiente, el senador John Kerry, pronunciaron discursos importantes en contra de la proliferación. En sus debates, concordaron en que el mayor peligro para nuestra seguridad nacional radica en que caigan armas de destrucción masiva en manos terroristas. El informe de la Comisión del 11/9, el grupo independiente que examinó los ataques del 11 de septiembre, señaló que "prevenir la proliferación [de armas de destrucción en masa] justifica un esfuerzo máximo" y que "[la Ley] Nunn-Lugar... necesita ahora expansión, mejoras y recursos".

Un cuarto capítulo

A principios de este año, presenté con este fin en el Congreso el cuarto capítulo de la legislación Nunn-Lugar. La iniciativa original, llamada oficialmente Programa Cooperativo de Reducción de la Amenaza, entró en vigor en 1993 y suministró fondos y experiencia estadounidenses para ayudar a la ex Unión Soviética a salvaguardar y desmantelar sus enormes reservas de armas nucleares, químicas y biológicas, así como sus medios de transporte y los materiales relacionados. En 1997, el senador Nunn y yo, junto con el senador Pete Domenici, de Nuevo México, presentamos la Ley de Defensa contra las Armas de Destrucción en Masa, la cual amplió el alcance de la Ley Nunn-Lugar en la otrora Unión Soviética y suministró experiencia en ADM a los responsables de dar la respuesta inicial en las ciudades estadounidenses.

En 2003, el presidente Bush firmó la Ley de Expansión de la legislación Nunn-Lugar, que autorizó que se aplicara la Ley Nunn-Lugar fuera de la ex Unión Soviética. Mi nuevo proyecto de ley permitirá una mayor flexibilidad para llevar a cabo proyectos conforme a la ley Nunn-Lugar fuera de la otrora Unión Soviética y eliminará las condiciones impuestas por el Congreso que han obstaculizado proyectos en los que el tiempo era un factor esencial. Debemos eliminar las formalidades burocráticas y la fricción dentro del gobierno federal que obstaculizan las respuestas rápidas a las oportunidades de no proliferación.

A pesar de estos logros y del éxito en Bratislava, hay mucho más por hacer. El mundo está inundado de armas y materiales nucleares, químicos y biológicos. Afortunadamente, la administración Bush está avanzando en varios frentes. En el terreno de la reducción cooperativa de la amenaza, el presupuesto del presidente para el año fiscal 2006 incluye 415,5 millones de dólares para la Ley Nunn-Lugar, un aumento de la cifra correspondiente al año fiscal 2005 y suficiente para llevar a cabo todas las actividades programadas.

Poco tiempo después de que el presupuesto solicitado fuera autorizado en febrero de 2005, los presidentes Bush y Putin anunciaron medidas importantes para una mayor cooperación en cuanto a aumentar la protección de las reservas nucleares rusas contra los terroristas. Este progreso subraya aun más la necesidad de expandir el programa Nunn-Lugar y de eliminar las condiciones y certificaciones impuestas por el Congreso, que han retrasado constantemente la puesta en práctica de sus esfuerzos.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, William Perry, izquierda y el ministro de Defensa ruso Pavel Grachev
El secretario de Defensa de Estados Unidos, William Perry, izquierda y el ministro de Defensa ruso Pavel Grachev, parados en un maizal cerca de Holden, Missouri, el 28 de octubre de 1995, observan el ascenso de un penacho de humo después de haber oprimido un botón que causó la implosión y destrucción de un silo subterráneo de misiles Minuteman II. El suceso simbolizó el final de la Guerra Fría. (Cliff Schiappa, AP Wide World Photos)

Aprovechar la oportunidad

A pesar de que la atención internacional ha estado recientemente concentrada en los programas nucleares de Corea del Norte y de Irán, debemos aprovechar esta oportunidad para contener las amenazas de las armas biológicas y químicas y lograr adelantos mayores en las siguientes áreas de proliferación nuclear:

  • Incluir en el programa Nunn-Lugar las armas nucleares tácticas de corto alcance de Rusia. A pesar de todo el éxito que hemos tenido en desactivar los misiles y las ojivas estratégicas intercontinentales de Rusia, Moscú hasta este momento ha rehusado discutir el tema de las armas tácticas, las que pueden ser más peligrosas aún.

  • Controlar los materiales nucleares en todo el mundo. La existencia de grandes cantidades de material para armas nucleares fuera de la otrora Unión Soviética representa una amenaza para la seguridad internacional. Debemos acelerar los actuales programas internacionales para eliminar los acopios del combustible gastado de los reactores y convertir los reactores experimentales a uranio escasamente enriquecido.

  • Concretar acuerdos nucleares con India y Pakistán. Estados Unidos debe hacer esfuerzos sostenidos para promover medidas de creación de confianza y apoyar los pasos alentadores que estos dos enemigos con armas nucleares ya han dado, asegurando al mismo tiempo su adherencia a las obligaciones contraídas bajo el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

  • Eliminar los obstáculos burocráticos estadounidenses y rusos con el fin de proteger los sitios vulnerables donde se encuentran las ojivas y el material fisionable. Para que ambas partes cumplan con las obligaciones contraídas en Bratislava, Rusia deberá dejar de negar el acceso a estos sitios y de rehusar la exención tributaria a las contribuciones de los países participantes, y deberá concretar tratados de protección contra responsabilidades civiles con los socios del G-8.

  • Lograr que más compañías estadounidenses y europeas empleen a los científicos especialistas en armas. Los decenas de miles de científicos que hemos empleado trabajan mayormente en empleos auspiciados o subsidiados por el gobierno. Debemos hacer que muchos más de estos hombres y mujeres pasen a ocupar empleos sostenibles del sector privado de modo que no estén tentados a encontrar trabajo ayudando a otros a adquirir armas peligrosas.

  • Una explosión de 100 toneladas de TNT cierra el último túnel remanente de una instalación de ensayos nucleares de la era soviética
    Una explosión de 100 toneladas de TNT cierra el último túnel remanente de una instalación de ensayos nucleares de la era soviética, en Semipalatinsk, Kazajstán, el 29 de julio de 2002. En primer plano, las banderas de Kazajstán y Estados Unidos ondean en una torre de comunicación por satélite. La explosión simbolizó la terminación de la era nuclear en Kazajstán. (Michael Rothbart, AP Wide World Photos)

  • Obtener la ratificación rusa del acuerdo general Nunn-Lugar. Este acuerdo, que sostiene a todas las gestiones estadounidenses de reducción de la amenaza en la ex Unión Soviética, debe ser extendido formalmente, pero el presidente Putin se ha negado hasta este momento a presentarlo a la Duma para su votación. Sin garantías que impidan que las autoridades rusas graven las contribuciones para la eliminación de las armas y protejan a los contratistas estadounidenses de responsabilidades civiles mientras llevan a cabo esta empresa peligrosa, el trabajo podría quedar paralizado.

  • Finalizar un acuerdo sobre la disposición del plutonio. En la cumbre de Bratislava, el problema de las responsabilidades siguió bloqueando los esfuerzos para destruir treinta y cuatro toneladas métricas de plutonio ruso, a pesar de un renovado esfuerzo estadounidense para resolver el asunto.

  • Aumentar el ritmo de las actividades conforme a la Asociación Mundial del G-8 contra la Proliferación de Armas y Materiales de Destrucción en Masa creada en 2002.

    Estados Unidos está cumpliendo con su promesa de proveer 10.000 millones de dólares durante diez años para la eliminación de las armas, pero nuestros asociados en esta comunidad de las principales democracias industriales tratan todavía de cumplir con su promesa equivalente. Lo que es todavía más importante, debemos concentrarnos en convertir lo prometido en proyectos.

    El momento oportuno para abordar estas amenazas no estará presente indefinidamente. Nuestros líderes políticos y los expertos en no proliferación deben actuar ahora para consolidar lo logrado en la reciente cumbre y trabajar con las autoridades rusas para abrir las últimas puertas cerradas al desmantelamiento de su programa de armas nucleares. Confío en que el Congreso hará su parte al aprobar el nuevo proyecto de ley Nunn-Lugar para eliminar los potenciales obstáculos al calendario de Bratislava. Debemos también examinar el mundo para identificar y crear oportunidades para desmantelar los programas peligrosos que existen fuera de la ex Unión Soviética. Solamente trabajando noche y día para encontrar y eliminar las armas de destrucción en masa podremos cumplir nuestras obligaciones de proteger al pueblo estadounidense y, de hecho, a los pueblos de todos los países.