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Viernes, 20 de junio de 2008
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Segundo hombre de Texas sentenciado a 16 meses en prisión por contrabando de tortugas marinas en extinción

WASHINGTON – Oscar Cueva, de McAllen, Texas, fue sentenciado hoy en el Tribunal Federal de Distrito en Denver a 16 meses de prisión por su participación en la venta y contrabando de tortugas marinas y otras pieles exóticas y productos de piel a los Estados Unidos, desde México, anunció hoy el Departamento de Justicia.

Después de cumplir su sentencia de prisión, Cueva deberá cumplir tres años de libertad bajo supervisión y tiene la opción de pagar 5,000 dólares a un programa específico de concienciación sobre tortugas marinas, cumplir con 350 horas de servicio comunitario en beneficio de un programa de conservación de tortugas marinas, o participar en un anuncio de servicio público sobre los peligros y consecuencias del contrabando de tortugas marinas.

Cueva y otros diez fueron acusados formalmente en Denver en agosto de 2007, después de una investigación encubierta con varios años de duración denominada Operación Central, realizada por la División de Operaciones Especiales del Servicio de Peces y Vida Silvestre U.S. Fish and Wildlife Service (FWS)]. Cueva y otros seis acusados fueron arrestados en Texas y Colorado el 6 de septiembre de 2007. Los siete se han declarado culpables. Los ciudadanos mexicanos Carlos Leal Barragán y Esteban López Estrada, quienes contrabandearon pieles de tortuga marina, botas y otros productos fabricados con especies en extinción, fueron sentenciados a 16 meses y 24 meses de prisión, respectivamente. El comerciante de botas de Texas, Jorge Caraveo, quien contrabandeó botas y pieles de tortuga marina, junto con centenares de botas exóticas adicionales, fue sentenciado a 18 meses en prisión. Los ciudadanos chinos Fu Yiner y Wang Hong, quienes contrabandearon artículos hechos con partes de caparazón de tortuga marina, incluidos púas para guitarra y arcos para violín, fueron sentenciados a 138 días y 167 días en prisión, respectivamente. El ciudadano mexicano Martín Villegas Terrones aún no ha sido sentenciado.

Cueva se declaró culpable el 18 de enero de 2008, a conspiración para cometer contrabando y lavado de dinero. Según el acuerdo de declaración de culpabilidad, Cueva operó un negocio en McAllen llamado La Cueva Western Wear durante los años 1996-2000, a través del cual compraba y vendía pieles exóticas, entre ellas, de tortugas marinas, caimanes, avestruces y lagartos; botas y cinturones manufacturados con esas pieles; y vendía las pieles, botas y cinturones a clientes de los Estados Unidos. Cueva cruzaba la frontera entre Reynosa, México, y El Paso, Texas, diariamente, y frecuentemente ocultó calzado y pieles de animales exóticos en su vehículo. En Reynosa, Cueva recibía pieles exóticas y productos de piel de codemandados en México para su importación clandestina a los Estados Unidos. Cueva recibía "honorarios de paso" como pago por sus actividades de contrabando.

De acuerdo con el acuerdo de declaración de culpabilidad en el caso, durante la parte encubierta de la investigación, Cueva contrabandeó aproximadamente 200 pieles de tortuga marina, 40 pares de botas de piel de tortuga marina y 100 pares de botas hechas de otras pieles exóticas que requerían inspección y permisos. Además, Cueva contrabandeó centenares de pares de botas hechas de pieles exóticas entre 1996 y 2000 para venderlas a través de su negocio.

En la audiencia de emisión de sentencia, el tribunal encontró que el justo valor en el mercado de las pieles y centenares de pares de botas y zapatos contrabandeados por Cueva durante los últimos años era superior a 200,000 dólares. La investigación del caso contó con la colaboración entre autoridades estadounidenses y mexicanas, incluido el Departamento de Justicia de EE.UU., el FWS, la Procuraduría General de la República (PGR) de México y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) de México. Las autoridades mexicanas confiscaron muchos centenares de artículos de tortuga marina y vida silvestre y realizaron una serie de arrestos relacionados en diversas áreas de México durante septiembre de 2007, como parte de una iniciativa coordinada con las fuerzas del orden público de EE.UU.

"Esta red de contrabando explotaba el exterminio ilegal de innumerables tortugas en extinción por sus pieles, todo por ganancias. Ahora, Oscar Cueva cumplirá una sentencia de prisión por sus acciones", dijo Ronald J. Tenpas, Secretario de Justicia Auxiliar de la División de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Departamento de Justicia. "El gobierno de EE.UU. seguirá trabajando en conjunto con México y otros para acabar con la explotación ilegal de nuestra vida silvestre y recursos naturales".

"Los responsables por exterminar tortugas marinas por sus pieles y huesos serán responsabilizados", dijo Troy Eid, Fiscal Federal para el Distrito de Colorado.

Existen siete especies conocidas de tortugas marinas. Cinco de las siete especies son consideradas "en peligro de extinción" bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción de EE.UU. A veces se mata ilegalmente a las tortugas marinas para obtener su caparazón, carne, piel y huevos, los cuales tienen valor comercial. El comercio internacional de todas las partes de tortugas marinas para fines comerciales está prohibido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora en Extinción, también conocida como el tratado CITES [Convention on International Trade in Endangered Species], un tratado multilateral en el cual participan los Estados Unidos, la China y aproximadamente otros 170 países. La ley de los Estados Unidos exige que la fauna silvestre que ingrese a los EE.UU. esté claramente marcada y sea declarada a autoridades aduaneras o de fauna silvestre al ingresar, exige permisos para el comercio o manipulación de muchas especies de fauna silvestre, y prohíbe el comercio de especies en extinción, incluidas todas las tortugas marinas.

Seis de las siete especies de tortugas marinas habitan en aguas mexicanas y anidan en las playas de dicho país. Todo acto de matar tortugas marinas, tomar sus huevos y vender productos de tortugas marinas es ilegal en México desde 1990. Campañas públicas e iniciativas populares han informado extensamente al público sobre estas restricciones. Sin embargo, el acopio ilegal de huevos de tortuga marina, y la caza de animales por su carne, piel y caparazones, siguen siendo una de las principales amenazas a su supervivencia. Se utilizan los productos de tortuga marina para alimento, vestimenta y decoración. Las tortugas marinas son animales que crecen lentamente y maduran en forma tardía. Alrededor del uno por ciento de su cría llega a adulto, lo cual hace que los adultos reproductores sean ecológicamente importantes para la población. La exterminación ilegal de un adulto por su piel, carne o caparazón representa el mismo perjuicio para la población que tomar muchos miles de huevos.

Este enjuiciamiento es el resultado de una investigación conducida por la División de Operaciones Especiales del Servicio de Peces y Vida Silvestre [Fish and Wildlife Service (FWS)], encabezada por el Agente Especial George Morrison. Están a cargo de la acusación en el caso la Fiscal Federal Auxiliar Linda McMahan del Distrito de Colorado y el Abogado Litigante Principal Robert S. Anderson y Abogado Litigante Colin L. Black de la Sección de Delitos Ambientales del Departamento de Justicia.

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