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Office of the Press Secretary
23 de febrero de 2004

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE A LA ASOCIACIÓN DE GOBERNADORES REPUBLICANOS (REPUBLICAN GOVERNORS ASSOCIATION)
Washington Convention Center
Washington, D.C.

7:18 P.M. EST

EL PRESIDENTE: Gracias. Siempre es un honor darles la bienvenida a mis compañeros los gobernadores a Washington, D.C. Soy un orgulloso ex miembro de la RGA. Y esta noche me enorgullece darles la bienvenida a los miembros nuevos de nuestra organización -- Olene, Ernie, Haley y Arnold. (Aplausos.) El gobernador de California es nuevo en el mundo de la política, por lo que aún está acostumbrándose a las cámaras y las luces. (Risas.) Solía pensar que el gobernador más interesante era el de Florida. (Risas y aplausos.)

El más distinguido ex miembro de la RGA es el predecesor del Gobernador Schwarzenegger y un predecesor mío. El Presidente Ronald Reagan celebró su 93er cumpleaños este mes. (Aplausos). y esta noche deseamos que Nancy y su familia sepan que estamos pensando en este gran estadounidense. El liderazgo de Ronald Reagan reavivó la economía de los Estados Unidos, renovó la fuerza de los Estados Unidos y aumentó la confianza de los Estados Unidos. Y ese espíritu de optimismo y fe en los valores estadounidense fundamentales es el espíritu que llevaremos a la victoria en noviembre del 2004. (Aplausos.)

Me casé bien. (Risas.) Es un gran honor para mí. (aplausos.) Aprecio que hayas venido esta noche, Laura. Es una gran Primera Dama para nuestro país. Estoy realmente orgulloso de la labor que está realizando. (Aplausos.)

Quiero darle las gracias a mi amigo, Bob Taft, por ser el presidente de este digno grupo. Aprecio que Kenny Guinn de Nevada sea el vicepresidente. Le agradezco al Gobernador Mitt Romney de Massachusetts por ofrecer esta recepción. Quiero darles las gracias a todos los otros gobernadores republicanos que están aquí. Me enorgullece llamarlos amigo.

Quiero darles las gracias a todos ustedes que están aquí para apoyar a estos gobernadores. Tienen un gran impacto en sus estados. Aportan tanto optimismo y esperanza. (Aplausos.) Aprecio a los miembros de mi Gabinete que están presentes.

También quiero reconocer a un hombre que no está aquí. el Vicepresidente Dick Cheney pasó el día haciendo campaña en Minneapolis y Wichita, pero recientemente concluyó otra tarea importante. Una vez más lo puse a cargo de mi comité de búsqueda de vicepresidente. (Risas.) Me dice que ha examinado a todos los candidatos y ha hecho la misma recomendación que la vez pasada. (Risas y aplausos.) En realidad, yo tomé la decisión y he evaluado a este hombre. No tiene par y me enorgullece tener a Dick Cheney de mi lado. (Aplausos.)

Nos reunimos durante la temporada de elecciones presidenciales preliminares. Estamos siendo testigos de una tendencia obvia: parece que hay un ganador en las elecciones preliminares republicanas. (Risas y aplausos.) La campaña de designación del otro partido aún se efectúa. Los candidatos son un grupo interesante, con opiniones diversas: A favor de los recortes tributarios y en contra de ellos. A favor del NAFTA y en contra del NAFTA. A favor de la Patriot Act, y en contra de la Patriot Act. A favor de liberar Iraq y opuestos a ello. Y ese es apenas un Senador de Massachusetts. (Risas y aplausos.)

El otro partido no ha terminado de seleccionar a su candidato. Sin embargo, esto es cierto: En noviembre, los votantes van a tener una decisión obvia. Es una decisión entre mantener la desgravación fiscal que está llevando la economía hacia delante o volver a darle la carga de impuestos más altos al pueblo estadounidense. Es una decisión entre un Estados Unidos que lidera al mundo con fuerza y confianza o un Estados Unidos incierto ante el peligro. El pueblo estadounidense decidirá entre las dos visiones de gobierno: un gobierno que fomenta la propiedad y las oportunidades y la responsabilidad, o un gobierno que toma su dinero y toma sus decisiones.

Le presentaré estas alternativas directamente al pueblo estadounidense en una campaña enérgica. Espero la contienda con interés. (Aplausos.) Contamos con un historial de logros históricos. Y lo más importante, tenemos una visión positiva para los años venideros, para ganar la guerra contra el terrorismo, para extender la paz y la libertad, y crear puestos de trabajo y oportunidades aquí en el país. No dejaremos duda alguna sobre nuestra posición y ganaremos nuestro segundo mandato en noviembre. (Aplausos.)

Los últimos tres años nos han traído verdaderos desafíos. Hemos aportado soluciones serias y el liderazgo firme que exigen estos tiempos de cambios extraordinarios. Asumimos el mando con una economía camino a la recesión. Ofrecimos recortes tributarios históricos y los gastos del consumidor y la inversión resultantes ayudaron a volver a hacer que nuestra economía creciera, para que la gente pudiese ser contratada nuevamente. Durante una época en que la competencia no sólo está al otro extremo de la ciudad, sino más allá de las fronteras y en los continentes, los productivos trabajadores de los Estados Unidos han hecho que esta economía sea la de mayor crecimiento entre las grandes naciones industrializadas. (Aplausos.)

Tuvimos que enfrentar los crímenes empresariales que le costaron puestos y ahorros a la gente, por lo que aprobamos las reformas empresariales más estrictas desde Franklin Roosevelt y dejamos en claro que no toleraremos la falta de honradez en los directorios de los Estados Unidos. (Aplausos.)

Vimos llegar la guerra y el dolor una calmada mañana de septiembre, y desde ese día hasta hoy, hemos perseguido a los terroristas en todo el mundo. Hemos capturado o matado a muchos de los líderes clave de la red al-Qaida, y el resto de ellos saben que les seguimos la pista. No existe cueva ni hueco suficientemente profundo para esconderlos. (Aplausos.)

Enfrentamos los peligros del terrorismo patrocinado por gobiernos y la diseminación de armas de destrucción masiva. Hemos utilizado el poder de este país para terminar para siempre con dos de los regímenes más violentos y peligrosos en la Tierra. Más de 50 millones de personas en Afganistán e Iraq reclaman los derechos y la dignidad de los hombres y mujeres libres -- y Estados Unidos ha tenido el orgullo, una vez más, de dirigir los ejércitos de liberación. (Aplausos.)

Cuando Dick Cheney y yo vinimos a Washington, descubrimos que las fuerzas armadas tenían fondos insuficientes y no eran apreciadas lo suficiente. Por lo que aumentamos el presupuesto de defensa para darles a nuestros hombres y mujeres las herramientas y la capacitación que necesitan para ganar la guerra contra el terrorismo. Y hoy, nadie en el mundo puede cuestionar las aptitudes, la fuerza ni el espíritu de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. (Aplausos.)

Nos enteramos el 11 de septiembre que nuestro territorio nacional ya no está protegido por los vastos océanos. Por lo que reorganizamos nuestro gobierno y creamos el Departamento de Seguridad del Territorio Nacional para proteger los puertos y las fronteras, y para proteger más al pueblo estadounidense.

Cuando asumimos el cargo, la gente en esta ciudad se había acostumbrado a la parálisis; los problemas antiguos eran utilizados para lograr puntos; los antiguos problemas eran politizados, debatidos y simplemente pasados de un año a otro. No vinimos aquí a la capital de la nación para hacer las cosas al estilo de Washington. Optamos por liderar y alcanzar logros. (Aplausos.) Aprobamos reformas importantes para mejorar los estándares en las escuelas públicas. Aprobamos reformas en Medicare para otorgar medicamentos recetados y opciones a nuestros ancianos. Estamos mostrando que con objetivos ambiciosos y principios claros, uno puede poner de lado las antiguas discrepancias y alcanzar logros para todos los ciudadanos estadounidenses.

Es la labor del Presidente enfrentar los problemas, no pasárselos a los Presidentes futuros y las generaciones futuras. (Aplausos.) Es la labor del Presidente aprovechar las oportunidades y no dejar que se desvanezcan. Un Presidente debe tomar decisiones difíciles y cumplir con sus promesas. Y es así como continuaré liderando a nuestro país. (Aplausos.)

Grandes sucesos dependerán de estas elecciones. El hombre que se siente en la Oficina Oval dictará el curso de la guerra contra el terrorismo y la dirección de nuestra economía. La seguridad y prosperidad de los Estados Unidos están en juego. Nuestro curso es claro.

Durante los próximos cuatro años, mantendremos a nuestros enemigos en fuga y extenderemos las fronteras de la libertad. Durante los próximos cuatro años, ayudaremos a más estadounidenses a encontrar sus oportunidades en una economía cambiante. Durante los próximos cuatro años, defenderemos los valores que nos hacen un país bueno y decente. (Aplausos.) Nuestros opositores no han ofrecido mucho en términos de estrategias para ganar la guerra ni políticas para hacer que nuestra economía crezca. Hasta ahora, todo lo que escuchamos es muchísima amargura e ira partidista. La ira no es un plan de gobierno para el futuro de los Estados Unidos. (Aplausos.) Estamos encargándonos de los asuntos importantes con firmeza y resolución y determinación, y estaremos listos a liderar esta nación durante los próximos cuatro años. (Aplausos.)

Un asunto importante para toda familia en Estados Unidos es la carga de impuestos federales. Con la mayor desgravación fiscal desde que Ronald Reagan fue Presidente, hemos dejado más dinero en manos de aquellos que lo ganaron. Al ahorrar y gastar e invertir y ayudar a crear puestos nuevos, el pueblo estadounidense ha utilizado su dinero mucho mejor que lo habría hecho el gobierno federal. (Aplausos.)

Nuestros opositores tienen su propio plan para estos recortes tributarios: planean deshacerse de ellos. Utilizarán ese dinero para expandir el gobierno federal. Tengo una idea mejor: Para hacer que esta economía siga creciendo, aplicaremos la austeridad fiscal en Washington, D.C. Para hacer que esta economía siga adelante, los recortes tributarios deben ser permanentes. (Aplausos.)

Debemos hacer más para hacer que esta economía siga creciendo. Necesitamos proteger a los dueños de pequeñas empresas y los empleados de las demandas frívolas y la regulación innecesaria. Necesitamos controlar los costos de atención de la salud al aprobar las reformas a la responsabilidad médica. Nadie ha sido curado jamás con una demanda frívola. (Aplausos.) Necesitamos aprobar una ley sensata de energía, para modernizar nuestro sistema eléctrico y hacer que Estados Unidos dependa menos de las fuentes extranjeras de petróleo. (Aplausos.)

Nuestros opositores hablan de la creación de puestos de trabajo, pero están en contra de cada una de esas medidas para crear puestos. Las palabras huecas sobre empleos no harán que se contrate a persona alguna. La manera de crear puestos es nuestro plan de gobierno a favor del crecimiento, a favor del empresario, a favor del dueño de la pequeña empresa. (Aplausos.)

Esta economía nuestra está pasando por una época de desafíos y cambios. En la nueva economía, muchos trabajadores cambian de trabajo varias veces o comienzan sus negocios propios o trabajan desde sus casas como contratistas. A menudo carecen de pensiones o de atención médica proporcionados por sus trabajos. Muchos han tenido que aprender aptitudes nuevas. Es nuestra responsabilidad ayudar a la gente a adquirir los conocimientos y la seguridad para ganar un buen sueldo y anhelar su jubilación.

Todas las aptitudes comienzan con la educación. Mi gobierno ha hecho de la educación una prioridad. Aprobamos la Ley para Que Ningún Niño Se Quede Atrás (No Child Left Behind Act). (aplausos). aprobamos No Child Left Behind Act, una ley buena que está resultando en estándares más altos y responsabilidad en todas las escuelas públicas de los Estados Unidos. (Aplausos.) Tenemos un plan para ayudar a los estudiantes de secundaria que se quedan rezagados en la lectura y las matemáticas. Tenemos un plan para ayudar a las instituciones comunitarias de enseñanza superior a capacitar a los trabajadores para las industrias que están creando la mayoría de los puestos nuevos. Estamos firmemente comprometidos a la educación porque creemos que todos en los Estados Unidos deben tener una oportunidad de aprender y tener éxito, y de hacer realidad la gran promesa de nuestro país.

Mi gobierno comprende la importancia de la propiedad en nuestra sociedad. Hemos fijando un gran objetivo: Queremos que cada uno de los trabajadores en los Estados Unidos se convierta en ahorrista y dueño. Y tenemos un plan de gobierno para cumplir con este objetivo. Ayudaremos a más personas, de todos los orígenes, a que sean dueñas de casa y a que aumenten sus ahorros. Alentaremos a más personas a que sean dueñas de sus pequeñas empresas. Ayudaremos a más personas a que sean dueñas de sus propios planes de atención médica. Queremos que los trabajadores más jóvenes sean dueños y administren su propia jubilación conforme al Seguridad Social, para que algún día, cada trabajador pueda tener la seguridad de una cuenta personal. Cuando las personas tengan activos seguros que puedan llamar propios, adquieren independencia y seguridad y dignidad, y más control sobre su futuro. Creo tanto en la propiedad privada, que deseo que todos en los Estados Unidos la tengan. (Aplausos.)

En asunto tras asunto, el pueblo estadounidense tiene una opción obvia. Nuestros opositores están contra las cuentas personales de jubilación, contra poner a los pacientes a cargo de Medicare, contra la desgravación fiscal. Parecen oponerse a cada idea que les da a los estadounidenses más autoridad y más opciones y más control de sus vidas. Los escucharemos hacer muchísimas promesas durante los próximos ocho meses, y escuchen con atención porque existe un tema: Cada promesa aumentará el poder que tienen los políticos y los burócratas con respecto a sus ingresos, su jubilación, su atención médica y su vida. Esa es la misma mentalidad de siempre de Washington: dan órdenes y uno paga las cuentas. (Aplausos.) Les tengo una noticia: Estados Unidos ha puesto de lado esa manera de pensar y no daremos marcha atrás. (Aplausos.)

Confío en las personas, no en los políticos de Washington, para que tomen las mejores decisiones sobre su propio dinero, su propia riqueza, su propia jubilación y sus propias vidas.

Nuestro futuro también depende del liderazgo de los Estados Unidos en este mundo. El impulso de la libertad en nuestra época es mucho, pero aún enfrentamos desafíos graves. Al-Qaida está herida, pero no desbaratada. Los terroristas están poniendo a prueba nuestra libertad en Afganistán e Iraq. Los regímenes en Corea del Norte e Irán están desafiando la paz. Las medidas y las decisiones que tomemos en este decenio tendrán consecuencias durante mucho tiempo en este siglo. Si Estados Unidos muestra debilidad e incertidumbre, el mundo se dejará llevar hacia la tragedia. Eso no sucederá durante mi mando. (Aplausos.) Esta nación es fuerte y segura de la causa de la libertad -- y nadie, sea amigo o enemigo, pone en duda hoy la palabra de los Estados Unidos. (Aplausos.)

Estados Unidos y nuestros aliados le dieron un ultimátum al régimen terrorista en Afganistán. El Talibán optó por el desafío y el Talibán ya no está en el poder. (Aplausos.) Estados Unidos y nuestros aliados le dieron un ultimátum al régimen terrorista en Iraq. El dictador optó por el desafío y ahora el dictador se sienta en una celda de prisión. (Aplausos.)

El 11 de septiembre de 2001 nos enseñó una lección de la que no me he olvidado. Estados Unidos debe hacerles frente a las amenazas antes de que se han realidad totalmente. En Iraq, mi gobierno examinó los datos de inteligencia y vio un peligro. Los miembros del Congreso examinaron los datos de inteligencia y vieron un peligro. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas examinó los datos de inteligencia y vio un peligro. El gobierno y el Congreso previo examinaron los datos de inteligencia e hicieron un cambio en el régimen en Iraq parte de la política de nuestro país. Todos conocíamos bien los antecedentes de Sadam. Libró una guerra agresiva contra países vecinos y aspiró a dominar el Oriente Medio. Desarrolló vínculos con los terroristas. Construyó armas de destrucción masiva. Escondió dichas armas. Utilizó las armas químicas contra los iraquíes e iraníes.

En el 2002, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigió una vez más que se diera cuentas cabales del programa de armamentos de Sadam Hussein. Como lo había hecho durante más de un década, Sadam Hussein rehusó acceder. Por lo que teníamos una decisión que tomar: Ya sea aceptar la palabra de un loco o tomar medidas para defender a los Estados Unidos y al mundo. Al enfrentar dicha decisión, yo siempre defenderé a los Estados Unidos. (Aplausos.)

Otros habrían decidido lo contrario. Ahora concuerdan que el mundo se encuentra en mejor estado con Sadam Hussein fuera del poder; simplemente sabían que no estaban de acuerdo con derrocar a Sadam. (Risas.) Quizá esperaban que perdiera las próximas elecciones de Iraq. (Risas y aplausos.) Le mostramos al dictador y al mundo que observaba, que hablábamos en serio. Debido a que nuestra coalición actuó, las cámaras de tortura de Sadam están cerradas. Debido a que actuamos, el Oriente Medio es más pacífico. Debido a que actuamos, los programas de armamentos de Iraq han terminado para siempre. Debido a que actuamos, las naciones como Libia han oído el mensaje

y renunciaron a sus programas de armas. Debido a que actuamos, un ejemplo de democracia surge en el corazón del Oriente Medio. Debido a que actuamos, el mundo está más libre y Estados Unidos está más protegido. (Aplausos.)

Aún enfrentamos a matones y terroristas en Iraq que prefieren matar a inocentes que aceptar el avance de la libertad. Saben que un Iraq libre sería una victoria importante en la causa del terrorismo. Este grupo de asesinos está tratando de hacer que la voluntad de Estados Unidos y el mundo civilizado flaquee. No nos conocen muy bien. Estados Unidos nunca será intimidado por matones ni asesinos. (Aplausos.)

Atacamos a los terroristas enérgicamente en Iraq, venciéndolos allá para que no tengamos que enfrentarlos en nuestro propio país. Estamos haciendo un llamado a otras naciones para que ayuden a Iraq a forjar una sociedad libre, lo que nos hará a todos más seguros. Estamos de lado del pueblo iraquí mientras asume su propia defensa y se encamina hacia la autonomía. Esas no son tareas fáciles, pero son tareas esenciales. Terminaremos lo que comenzamos y ganaremos esta importante victoria en la guerra contra el terrorismo. (Aplausos.)

Con respecto a la seguridad nacional, los estadounidenses tienen la opción más obvia. Nuestros opositores dicen que aprueban las medidas audaces en el mundo, pero sólo si ningún otro gobierno está en desacuerdo. Yo favorezco la acción unida. Y también lo hacen los 34 aliados de la coalición que tenemos ahora mismo en Iraq. Pero Estados Unidos nunca debe dejar que los líderes de otros gobiernos tomen las decisiones de seguridad nacional de los Estados Unidos. (Aplausos.)

Algunos de nuestros opositores dudan que la guerra contra el terrorismo realmente sea una guerra. Ven el terrorismo más como un crimen - un problema a solucionarse con la aplicación de la ley y las actas de acusación. Nuestra nación siguió esa estrategia después de que el World Trade Center fue atacado con explosivos en el 1993. El asunto se manejó en los tribunales y se pensó que se había resuelto. Pero los terroristas aún se capacitaban en Afganistán, conspiraban en otros países y trazaban sus planes más ambiciosos. Tras el caos y la masacre del 11 de septiembre, no es suficiente entregarles documentos legales a nuestros enemigos. Con dichos ataques, los terroristas y sus partidarios le declararon la guerra a los Estados Unidos -- y la guerra es lo que consiguieron. (Aplausos.)

Los hombres y mujeres que libran la guerra y que han visto al enemigo entienden lo que está en juego. El año pasado, en una carta a casa desde el teatro de Iraq, un ayudante médico de la Marina llamado Lonnie Lewis escribió lo siguiente: "Tenemos que hacernos recordar lo que representa este país: la vida, libertad y justicia para todos. Para preservar dichos derechos, debemos detener la amenaza del terrorismo". La carta del ayudante médico Lewis concluye así: "Mi familia viene primero. Mi país es donde vive. Lo defenderé".

Esta es la calidad de las personas que defienden a los Estados Unidos. Contamos con ellos. El pueblo de Iraq y la gente en todo el Medio Oriente dependen de ellos. Y les aseguro, damas y caballeros, que la causa de la libertad está en buenas manos. (Aplausos.)

Esta nación es próspera y fuerte. Sin embargo necesitamos recordar las fuentes de la grandeza de los Estados Unidos. Somos fuertes porque amamos la libertad. Estados Unidos tiene una responsabilidad especial que cumplir, porque somos el hogar y los defensores de la libertad. Creemos que la libertad es la necesidad y la esperanza más profunda de todo corazón humano. Creemos que la libertad es el futuro de cada nación y sabemos que la libertad no es el obsequio de los Estados Unidos al mundo; es el obsequio de Dios Todopoderoso a cada hombre y mujer en este mundo. (Aplausos.)

También sabemos que el mayor atributo de este país radica en los corazones y las almas de nuestros ciudadanos. Somos fuertes debido a los valores con los que tratamos de vivir: valentía y compasión, reverencia e integridad. Somos fuertes debido a las instituciones que contribuyen a darnos un sentido y propósito: las familias y las escuelas y las congregaciones religiosas. Estos valores e instituciones son fundamentales para nuestras vidas y merecen el respeto de nuestro gobierno. (Aplausos.)

Creemos en el tratamiento equitativo de los grupos basados en la fe, para que puedan recibir apoyo federal en sus obras de compasión y consuelo. No permitiremos la discriminación por el gobierno contra las personas de fe. (Aplausos.)

Creemos en las reformas a la asistencia pública que requieren el trabajo y afianzan el matrimonio, las cuales han ayudado a millones de estadounidenses a encontrar la independencia y la dignidad. No permitiremos ningún intento de debilitar dichas reformas y hacer que las personas regresen a una vida de dependencia.

Creemos en una cultura de vida en que cada una de las personas tiene valor y cada una de las personas tiene importancia. No permitiremos que se trate la vida como un producto con el que se puede experimentar o explotar o clonar.

Creemos en la confirmación de jueces que interpretan las leyes de manera estricta y fiel. No permitiremos que los jueces menoscaben la democracia al legislar desde la magistratura y tratar de reformular la cultura por medio de las órdenes de la corte. (Aplausos.)

Y creemos en una cultura de responsabilidad en los Estados Unidos. Estamos cambiando la cultura de los Estados Unidos de una que dice, "si te hace sentir bien, hazlo," y "si tienes un problema, échale la culpa a otro", a una cultura en que cada uno de nosotros entiende que somos responsables por las decisiones que tomamos. Si uno tiene la dicha de ser madre o padre, es responsable por amar a su hijo con todo su corazón. Si le preocupa la calidad de la educación en la comunidad en que vive, es responsable por hacer algo al respecto. Si es un CEO en los Estados Unidos, es responsable por decirles la verdad a sus accionistas y sus empleados. Y en esta nueva sociedad de responsabilidad, cada uno de nosotros es responsable por amar a nuestro prójimo como nos gustaría ser amados. (Aplausos.)

Para todos los estadounidenses, estos años de nuestra historia siempre destacarán. Hay épocas tranquilas en la vida de una nación, cuando se espera poco de los líderes. Esta no es una tal época. Ustedes y yo vivimos un periodo en que hay mucho en juego y los desafíos son difíciles, las decisiones son obvias y la resolución es necesaria.

Ninguno de nosotros olvidará jamás la semana en que una era llegó a su fin y otra se inició. El 14 de septiembre del 2001, me paré sobre las ruinas de las Torres Gemelas. Recuerdo mucho ese día. Los trabajadores con cascos gritaban, "Lo que sea necesario". Un hombre señaló hacia mí y dijo, "No me defraude". Como todos lo hicimos ese día, esos hombres y mujeres que buscaban entre los escombros se lo tomaron a mal. Yo lo tomé a mal. Tengo una responsabilidad que continúa. Nunca aflojaré al llevar la justicia a nuestros enemigos. Defenderé a los Estados Unidos, tome lo que tome. (Aplausos.)

En estos tiempos, también he sido testigo del carácter de esta nación. No hace mucho, algunas personas cuestionaban el carácter estadounidense, nuestra capacidad de enfrentar desafíos graves, de servir una causa superior a los intereses propios. Pero los estadounidenses han respondido. He visto la valentía desinteresada de nuestros soldados. He visto el heroísmo de los estadounidenses ante el peligro. He visto el espíritu renovado de servicio y compasión en nuestro país. Todos vimos a nuestra nación unirse con un propósito común cuando más importaba.

Necesitaremos todas estas cualidades para el trabajo por delante. Tenemos una guerra que ganar y el mundo cuenta con nosotros para que seamos los líderes en la causa de la libertad. Tenemos el deber de diseminar la compasión y las oportunidades a todas las regiones de los Estados Unidos.

Esta es la labor que la historia nos ha dado. La recibimos con gusto. Y sabemos que para los Estados Unidos de Norteamérica, los mejores días aún están por delante.

Que Dios los bendiga. Gracias a todos. (Aplausos.)

END 8:00 P.M. EST