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INDICE
Introducción
Entrevista con:
Muhannad Eshaiker
Principios democráticos
Rubar Sandi
Crecimiento económico
Mohammed Al Faour
Fuerzas armadas
Aiham Alsammarae
Principios democráticos
Ilham Al-Sarraf
Ayuda humanitaria
Azzam Alwash
Medio ambiente
Hatem Mukhlis
Principios democráticos
Tanya Gilly
Corrupción
John Kanno
Infraestructura
Hamid Ali Alkifaey
Libertad de prensa
Mahmoud Thamer
Salud pública
Conclusión
Laith Kubba
 
EL DEBER CON EL FUTURO:
Plan de los iraquíes libres para un nuevo Iraq

Rubar Sandi
presidente y ejecutivo en jefe de la compañia internacional
CorporateBank Business Group
 
Una muchacha iraquí se cubre la cabeza para protegerse del
calor en un mercado local de Bagdad.
Una muchacha iraquí se cubre la cabeza para protegerse del calor en un mercado local de Bagdad, en septiembre de 2002. (Amr Nabil, AP/WWP)
« Mi enfoque consiste en cómo crear empleos --a partir de mi experiencia en países en desarrollo--; abarca cosas tales como las garantías de crédito para mujeres y empresas pequeñas, de modo que puedan ir al banco sabiendo que una agencia de garantía de crédito se hace responsable del riesgo. »

He trabajado en muchos países en desarrollo y he visto el impacto de la prosperidad económica sobre la gente; por eso siempre enfoco mi atención en lo que va a pasar "al día siguiente".

Si la gente ve que al día siguiente hay seguridad, que se han atenuado los controles y hay más libertad, que dispone de agua limpia, electricidad y que también hay salud y educación para sus hijos, entonces todos se sentirán contentos y dirán que la mejoría resultante en sus vidas es palpable.

Por eso he tratado de trazar un mapa de caminos para reformar y reconstruir Iraq en lo económico, lo social y lo político. Lo he visto en ambos sentidos, en términos de la seguridad nacional de este país --soy estadounidense y mis hijos nacieron aquí-- y también tomando en cuenta el bienestar del pueblo iraquí. A mi juicio, es una fórmula que no puede fallar. Todos los caminos tienen que ser como una calle de dos sentidos: es preciso que podamos circular por ellos tanto de ida como de regreso.

Un cargador iraquí acarrea sacos de trigo comprados en
Turquía para venderlos en Bagdad.
Un cargador iraquí acarrea sacos de trigo comprados en Turquía para venderlos en Bagdad, en julio de 2001. (Jassim Mohammed, AP/WWP)
 
Trabajadores de la refinería de petróleo Dura, en las afueras de Bagdad.
Trabajadores de la refinería de petróleo Dura, en las afueras de Bagdad, en febrero de 2003. A las reservas estimadas de petróleo de Iraq sólo las superan las de Arabia Saudita. Expertos del grupo Iraquíes Libres buscan la forma de mejorar la obsolescente infraestructura de la industria de Iraq y de diversificar a la vez la economía del país. (Jerome Delay, AP/WWP)

En mis viajes, la gente me pregunta qué opino acerca del futuro y yo les digo que sí, que apoyo por completo al presidente Bush porque él no va a atacar a Iraq, sino liberar a Iraq. El no iniciará una guerra, sino le pondrá fin a una guerra que lleva ya 20 años. En los últimos 20 años no ha habido nada más que guerra y miseria. Por eso queremos detener esa guerra. La libertad nunca cuesta barato. Ahora mismo la gente está muriendo en Iraq todos los días.

En cuanto a mí, no he conocido ese tipo de sufrimiento, pero fui víctima de la guerra. Participé en dos guerras contra Saddam Hussein, en 1974 y 1991. Sin embargo, no me concedo a mí mismo la autoridad de ir a administrar Iraq. Me daré la autoridad de contribuir y ayudar a Iraq, pero no de decidir por el país.

No sé cuál es la mentalidad iraquí, y el mayor reto es lidiar con la psicología del terror: 34 años bajo una dictadura. El otro desafío es que los iraquíes ya se han habituado a los "lujos" del programa de "petróleo por alimentos" y se han acostumbrado a que otros les distribuyan las cosas. Hablé con varias personas al respecto y pude palpar una brecha en su percepción. A estas alturas, el 70 por ciento de la población sólo ha conocido a un líder: Saddam Hussein. Imaginen la situación. Son la generación de Saddam. Eso sólo se podrá enmendar con tiempo, con mucho tiempo y paciencia.

Mi enfoque consiste en cómo crear empleos --a partir de mi experiencia en países en desarrollo--; abarca cosas tales como las garantías de crédito para mujeres y empresas pequeñas, de modo que puedan ir al banco sabiendo que una agencia de garantía de crédito se hace responsable del riesgo. Así es como se puede lograr que la gente se vuelva empresaria y que el capital se incremente.

Un estudio realizado en Egipto demostró que los bienes de los pobres superaban 55 veces el total de la inversión y el financiamiento en el país, con inclusión del Canal de Suez y la Presa de Asuán. Dicho de otro modo, a los pobres les corresponde la amortización más alta de la deuda. Así, con este enfoque de abajo hacia arriba, podemos ofrecer préstamos modestos o "microcréditos" a las empresas pequeñas para hacer de ellas la columna vertebral de la economía. Al mismo tiempo, crearemos las instituciones apropiadas: banca, leyes, buen gobierno y protección para los accionistas. Después, más adelante, podremos iniciar la privatización de una parte de la industria, lo cual ayudará al crecimiento del capital y de los empleos.

Niños trabajan al lado de hombres en una zapatería de Bagdad
Estos niños trabajan al lado de hombres en una zapatería de Bagdad, en diciembre de 1998. Según la ley, los niños iraquíes deben asistir a la escuela hasta los 15 años de edad, pero la ley no se ha podido cumplir a causa de la ruinosa economía de Iraq (Peter Dejong, AP/WWP)

He alentado a compañías japonesas y estadounidenses a que inviertan en Iraq, ya sea en manufactura o en alta y baja tecnología, porque así se creará un gran número de empleos, como ocurrió en la década de 1960 cuando Japón invirtió en Corea.

Creo que Iraq tiene muchas ventajas. El petróleo es una de ellas, pero, en el caso de ese producto, el precio cae cuando la producción se eleva. Y ahora, en los próximos ocho a diez años, se necesitarán entre 30.000 y 40.000 millones de dólares de inversión en infraestructura. Con esto, la deuda aumentará en otros 40.000 millones de dólares. Pero Iraq tiene recursos humanos, cuenta con una de las fuerzas de trabajo mejor capacitadas y más educadas.

También hay otros activos, como el turismo y la industria de servicios. Esta última industria representa casi el 75 por ciento de la economía de cualquier país. Iraq tiene grandes activos culturales y turísticos --islámicos y cristianos-- en todo su territorio, además de algunos de los sitios históricos más antiguos del mundo.

Así pues, estamos en el proceso de desarrollar lo que hemos llamado el Plan Fénix, diseñado para Iraq, que recibe el nombre del ave árabe mítica que renacía de las cenizas. Además, en ese plan contamos con el recurso de garantía de créditos, el Banco Iraquí de Desarrollo y Reconstrucción, y el programa de garantía de seguros. La estabilidad, el imperio de la ley, las buenas leyes de inversión y un ambiente que estimule la inversión. Es un plan de diez años. El Banco Iraquí de Desarrollo se basa en algo que ya se hizo en otros países en menor escala.

Las garantías de crédito aglutinan a todas las partes. No es necesario disponer de grandes sumas de dinero en efectivo. Hay menos riesgo y menos posibilidad de fracaso. Lo que veo es que la gente de negocios posee la pericia técnica, pero no tiene experiencia en la administración de dinero. Los bancos no cuentan con la pericia técnica, pero saben de dinero y crédito. Así pues, lo que tenemos que hacer en realidad es acoplar a los dos y aumentar sus posibilidades de éxito.

Uno de mis argumentos es que no se combata a los mercados informales, sino que se les dé legitimidad por medio de incentivos tributarios, ya que es necesario aprovechar su espíritu empresarial. Hay que formar una asociación empresarial popular. Así los mercados informales serán incorporados; después de todo, aprendieron a sobrevivir y florecer bajo el régimen de Saddam. Podemos implementar en Iraq muchas de estas ideas. Por ejemplo, incorporar a las mujeres a la economía por medio de micropréstamos, tal vez de sólo 500 dólares por un par de máquinas de coser.

Todos los iraquíes deberán tener derecho de acceso a un recurso de crédito y a las subvenciones del gobierno. De ese modo se alentará a esas pequeñas empresas y a los empresarios en textiles, lavado en seco, construcción en pequeño o fabricación de piezas de repuesto. El gobierno deberá proporcionar al sector privado buenas políticas y un ambiente seguro, además de atraer la inversión privada del exterior: ése es el papel del gobierno.

Iraq es un país devastado, por lo cual esto requerirá algún tiempo. Tenemos que ser realistas en estas cosas. Yo soy un hombre de negocios, y los hombres de negocios no pueden ser soñadores. Mi padre solía decir: "El mayor riesgo en los negocios consiste en no asumir un riesgo calculado".

Mohammed Al Faour, ex oficial militar iraquí

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