VIERNES, 29 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- Investigadores canadienses desafían la creencia generalizada de que las vacunas de la gripe protegen a las personas mayores de enfermedades potencialmente mortales como la neumonía.
Aunque los investigadores señalan que la vacuna sí protege contra ciertas cepas de la influenza, su beneficio total parece inflado por los llamados estudios observacionales que encontraron una reducción significativa en la "mortalidad por todo tipo de causas" entre pacientes mayores que recibieron la vacuna antigripal.
La nueva investigación aparecerá en la primera edición de septiembre de la American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, publicada por la American Thoracic Society.
Para el nuevo estudio, los investigadores incluyeron más de 700 personas "emparejadas" de 65 años o más. Una mitad fue vacunada contra la gripe mientras que la otra no. Tras compensar varios factores que según los investigadores no fueron tomados en cuenta o no estaban disponibles en los estudios anteriores, los autores del estudio concluyeron que cualquier beneficio de "mortalidad por todo tipo de causas, si existió en modo alguno, fue muy pequeño y poco significativo estadísticamente, además de que podría deberse simplemente a un artefacto del receptor saludable de la vacuna que no se pudo identificar".
"Aunque una reducción semejante en la mortalidad por todo tipo de causas hubiera sido impresionante, estos beneficios en la mortalidad son improbables. Los estudios anteriores midieron probablemente un beneficio que no estaba relacionado directamente con las vacunas en sí, sino con algo específico en los individuos que fueron vacunados, un beneficio asociado a un receptor saludable o a un sesgo en la fragilidad", dijo en un comunicado de prensa de la universidad Dean T. Eurich, epidemiólogo y profesor asistente de la Facultad de salud pública de la Universidad de Alberta.
El investigador principal del estudio, el Dr. Sumit Majumdar, profesor asociado en la facultad de medicina y odontología de la Universidad de Alberta señaló que "el efecto del receptor saludable se enmarca en lo que los médicos califican como pacientes 'buenos', pacientes bien informados sobre su salud, que hacen ejercicio con regularidad, que no fuman o dejan de fumar, que beben con moderación, que vigilan lo que comen, que asisten a una consulta periódica de control médico y pruebas de exploración, que toman sus medicamentos según las indicaciones y que se vacunan religiosamente cada año para preservar su salud. Estos atributos son casi imposibles de identificar en estudios a gran escala con bases de datos administrativas".
Los investigadores canadienses señalaron que su estudio tenía implicaciones amplias.
Por ejemplo, debido a que los estudios anteriores que mostraron reducciones en la mortalidad fueron erróneos, "esto pudo reprimir los esfuerzos de desarrollar nuevas y mejores vacunas para adultos mayores", señalaron los autores del estudio.
Y en lo que respecta a los legisladores, los esfuerzos dirigidos a "mejorar la calidad de la atención se deben orientar a donde existe evidencia, como el lavado de las manos, la vacunación de los niños y de los trabajadores de la atención de la salud", concluyeron los autores.
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Página actualizada: 02 septiembre 2008 |