WASHINGTON — El Departamento de Justicia anunció hoy que Neal Chapman Coombs, un residente de Hastings, Fla., de 50 años, se declaró culpable de un delito contra los derechos civiles motivado por cuestiones raciales que implicó la quema de una cruz.
En una información de un cargo presentada el 10 de agosto de 2006, Coombs fue acusado de intimidar a una familia afroestadounidense e interferir concientemente mientras negociaba para comprar una casa en Hastings, Fla., mediante el uso de la fuerza y el uso de fuego. En particular, la información alega que las acciones de Coombs estaban motivadas por la raza de la familia y que él quemó una cruz en una propiedad adyacente a la casa.
Hoy Coombs renunció a su derecho a una acusación formal en un tribunal abierto frente al Juez Federal de Primera Instancia Howard T. Snyder y se declaró culpable del delito contra los derechos civiles de acuerdo con lo establecido por un acuerdo escrito de declaración de culpabilidad. Coombs enfrenta una pena máxima de 10 años de prisión, una multa de 250,000 dólares, 3 años de libertad bajo supervisión y una evaluación especial de 100 dólares. "La quema de cruces sigue siendo un símbolo horrible de odio", dijo Wan J. Kim, Secretario de Justicia Auxiliar de la División de Derechos Civiles. "Todas las familias tienen el derecho a vivir donde deseen, sin ser molestadas por este tipo de amenazas racistas. Este enjuiciamiento envía un mensaje claro: no toleraremos esta conducta criminal".
"Nadie en nuestro país debería tener que sufrir el miedo y la intimidación provocadas por un acto de racismo tan cruel", dijo Paul I. Perez, Fiscal Federal para el Distrito Medio de Florida. "Seguiremos asegurándonos de que este tipo de conducta indignante sea investigada, enjuiciada y castigada".
"La investigación de violaciones a los Derechos Civiles sigue siendo una de las principales prioridades del Buró Federal de Investigaciones [Federal Bureau of Investigation (FBI)]", dijo Michael J. Folmar, Agente Especial a Cargo de la División del FBI en Jacksonville. "Como tal, el FBI investigará vigorosamente y buscará enjuiciar a los responsables de estos actos atroces de violencia, intimidación y racismo".
Según el acuerdo de declaración de culpabilidad, la tarde del 15 de enero de 2006, una familia afroestadounidense de cuatro personas estaba observando una casa a la venta en 9710 Crotty Avenue, Hastings, en el Condado de St. Johns. La familia estaba acompañada por su agente inmobiliario y su esposa. Los padres estaban negociando la compra de la casa.
Mientras los padres estaban mirando el interior de la casa con el agente inmobiliario, su hijo (que tenía 15 años) y su hija (que tenía 12 años) estaban sentados en la galería delantera de la casa con la esposa del agente inmobiliario. El hijo vio patos que pasaban volando y salió de la galería para mirarlos mejor. Caminó hasta el parque delantero, en donde vio al vecino de al lado, Neal Chapman Coombs, de pie en su parque delantero hablando fuerte, aparentemente a un hombre que pasaba por la casa. Coombs, que es de raza blanca, hizo un comentario sobre darles a los recién llegados "una cálida bienvenida". Además, Coombs hizo comentarios derogatorios sobre la familia del muchacho, como referirse a ellos como "negros" ("niggers").
En el parque delantero de Coombs había un conjunto de vigas de madera con forma de cruz. La cruz, que tenía aproximadamente seis pies de altura, daba hacia la casa que la familia estaba pensando comprar. Coombs roció la cruz con un líquido inflamable que tenía en una botella y la prendió fuego. Luego miró al muchacho y le dijo "no te quiero ver más por aquí, muchacho".
El hijo entró a la casa y les dijo a sus padres lo que había ocurrido. Toda la familia, el agente inmobiliario y su esposa fueron al patio delantero y miraron cómo la cruz se quemaba ante sus ojos. La madre del muchacho se alarmó y se asustó por las palabras y acciones de Coombs hacia su hijo, lo que hizo que no quisiera comprar o vivir en la casa que habían estado mirando. Tanto el padre como los hijos también se alarmaron por el incidente, lo que les provocó sensaciones de intimidación y desinterés en vivir en la casa. El caso fue investigado por el Buró Federal de Investigaciones. El caso fue enjuiciado por los Fiscales Federales Auxiliares Scott Morris y Andrew J. Kline de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia.
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