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Comunidades musulmanas
Los patrones de la inmigración musulmana
 
Por Jane I. Smith
Jane I. Smith es profesora de Estudios Islámicos y codirectora del Centro Macdonald para el Estudio del Islam y Relaciones Cristiano-Musulmanas en el Seminario de Hartford en Hartford, Connecticut. Es coeditora de Muslim World, periódico dedicado al estudio del Islam y las relaciones cristiano-musulmanas. Entre sus publicaciones recientes figuran "Islam in America; "Islam and Christendom" en la Oxford History of Hisalam; "Muslim Communities in North America"; y "Mission to America: Five Islamic Communities in the United States".
 
Los patrones de la inmigración musulmana
Muchas familias sirias se establecieron en la ciudad de Nueva York a fines del siglo XIX. A la izquierda, este dibujo de W. Bengough describe la vida y las ocupaciones diarias en 1890 en la calle Washington del Bajo Manhattan, en un barrio de inmigrantes sirios de esa ciudad.(North Wind Picture Archives)
 
Patterns of Muslim Immigration
El presidente Lyndon B. Johnson firma una nueva ley de inmigración en Liberty Island, en el puerto de Nueva York, el 3 de octubre de 1965. (AP/WWP)
 
Patterns of Muslim Immigration
Para celebrar el viernes, estos refugiados albaneses étnicos se sientan en sus alfombras de oración y cumplen con los servicios musulmanes de oración fuera de su salón comedor en Fort Dix, Nueva Jersey, en mayo de 1999. (AP/WWP)

Los musulmanes que viven hoy en Estados Unidos representan gran cantidad de movimientos e identidades: inmigrantes y nativos, sunitas y shiítas, conservadores y liberales, ortodoxos y heterodoxos. Si bien es difícil determinar las cifras exactas del número de musulmanes que forman parte de la población actual de Estados Unidos, algo más de la mitad de ellos pertenecen a familias inmigrantes de primera, segunda o tercera generación.

Aun cuando había algunos musulmanes entre los esclavos africanos que fueron traídos a trabajar en las plantaciones del sur de Estados Unidos en los siglos XVIII y XIX, muy pocos de ellos conservaron su identidad islámica. Por eso la mayoría de los estudiosos del Islam concentra su atención en los inmigrantes musulmanes que llegaron a Occidente procedentes del Medio Oriente, hacia el final del siglo XIX. Esas migraciones musulmanas a Estados Unidos han tenido lugar en lo que se puede considerar una serie de períodos distinguibles, llamados a menudo "oleadas", aunque los historiadores no siempre están de acuerdo en cuanto a qué es una oleada.

Los primeros inmigrantes llegaron entre 1875 y 1912 de las áreas rurales de lo que hoy son Líbano, Siria, Jordania, la Autoridad Palestina e Israel. La región, conocida entonces como la Gran Siria, era gobernada por el Imperio Otomano. La mayoría de los hombres procedentes de esa región eran cristianos, aunque algunos pertenecían a grupos musulmanes. Varones económicamente motivados, solteros en su mayoría, trabajaban como obreros y mercaderes con la intención de quedarse sólo el tiempo necesario para ganar el dinero suficiente para llevar a sus familias de nuevo a su patria. Algunos huían de la conscripción en el ejército turco. Poco a poco empezaron a establecerse en la parte oriental de Estados Unidos, el Medio Oeste y a lo largo de la costa del Pacífico.

LA LEY ESTADOUNIDENSE Y LAS OLEADAS DE INMIGRACION

Después del fin de la Primera Guerra Mundial, la extinción del Imperio Otomano dio lugar a una segunda oleada de inmigración desde el Medio Oriente musulmán. Ese fue también el período del gobierno colonial occidental en el Medio Oriente, bajo el sistema de mandato creado para "gobernar" las tierras árabes. La guerra trajo consigo un grado tal de devastación en Líbano, que muchos tuvieron que huir sólo para sobrevivir. Un buen número de musulmanes decidió mudarse a Occidente, ahora por razones tanto políticas como económicas. Muchos vinieron a reunirse con parientes que habían llegado con anterioridad y ya estaban establecidos en Estados Unidos.

Una nueva ley de inmigración estadounidense, aprobada en 1924, no tardó en contener esa segunda oleada de inmigración al instituir el "sistema de cuotas según el origen nacional", que impuso límites a la inmigración de acuerdo con el origen nacional de la población nacida en el extranjero que había en Estados Unidos en 1890 (más tarde se adoptó el año 1920). Con este sistema, la afluencia de musulmanes a este país se redujo a un mínimo en la década de 1930. En ese período, la inmigración se limitaba en gran parte a parientes de gente que ya residía en Estados Unidos, pues dicho sistema les daba preferencia. Muchos de esos residentes ya habían empezado a comprender de que sus sueños de volver a su patria tal vez no se realizarían, y que necesitaban el apoyo y la estructura que su familia les brindaba.

El tercer período de inmigración identificable, de 1947 a 1960, marcó un nuevo aumento del número de musulmanes que llegaron a Estados Unidos, esta vez de países mucho más lejanos que el Medio Oriente. En la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1953 ya se había revisado la fórmula de la cuota asignada a cada país de origen. La ley se basaba en los porcentajes de la población estadounidense en este país en 1920 y los inmigrantes de aquella época provenían sobre todo de Europa Occidental. Sin embargo, los musulmanes empezaron a llegar de otras regiones del mundo, como Europa Oriental (sobre todo de Yugoslavia y Albania) y de la Unión Soviética; unos cuantos emigraron de la India y Pakistán a raíz de la división del subcontinente en 1947. Así como muchos de los primeros inmigrantes musulmanes se habían mudado a regiones tanto rurales como urbanas de este país, los que llegaron con esta tercera oleada tendían a ser de origen urbano y casi siempre establecían su residencia en ciudades importantes como Nueva York y Chicago. Algunos eran miembros de familias de la antigua élite de sus países. En general, eran más occidentalizados y más educados que sus predecesores, y llegaron con la esperanza de recibir más educación y capacitación técnica en Estados Unidos.

La cuarta y más reciente oleada de inmigración musulmana llegó después de 1965, el año en que el presidente Lyndon Johnson patrocinó un proyecto de ley de inmigración que rechazó el antiguo sistema de cuotas basadas en el origen nacional. En el nuevo sistema se dio preferencia a los familiares de residentes en Estados Unidos y a quienes tenían las destrezas ocupacionales que se juzgaba necesarias en este país. La nueva ley señaló un nuevo rumbo en la historia estadounidense, pues hizo posible por primera vez, desde el inicio del siglo XX, que a alguien se le permitiera entrar al país sin tomar en cuenta su origen nacional. A partir de 1965, la inmigración procedente de Europa Occidental empezó a disminuir notablemente y se produjo el aumento correspondiente en el número de personas que venían del Medio Oriente y Asia. En esta época, más de la mitad de los inmigrantes llegados a Estados Unidos desde esas regiones eran musulmanes.

Así pues, hasta las últimas décadas del siglo XX, la mayoría de los musulmanes decidían venir a Estados Unidos para mejorar su economía o su educación, pero algunos de los que emigraron después de la Primera Guerra Mundial lo hicieron debido a la turbulencia política. Pues bien, la inestabilidad política en los países de origen ha sido un motivo principal de gran parte de la inmigración musulmana reciente en Estados Unidos. Algunos de los eventos específicos que han traído a Occidente a inmigrantes y refugiados en busca de escape y asilo son: la derrota militar de los estados árabes por los israelíes en 1967 y la guerra civil en Líbano y su secuela.

La revolución iraní y el ascenso al poder del ayatollah Khomeini en 1979, seguidos de una guerra exhaustiva entre Irán e Iraq que duró casi un decenio, hicieron que algunos iraníes emigraran hacia el oeste. Muchos se han establecido en Estados Unidos y un buen número de ellos se ha reubicado en California. Se estima que ahora hay casi un millón de iraníes en Estados Unidos. Desde la ocupación de Kuwait por Iraq y la Guerra del Golfo Pérsico, un gran número de curdos ha venido a este país. Otros recién llegados a causa de conflictos políticos y la guerra civil son musulmanes de Somalia, Sudán y otras naciones de Africa, de Afganistán, o bien refugiados musulmanes que huyen de la depuración étnica en la ex Yugoslavia.

Durante decenios, diversos tipos de pugnas en la India y Pakistán han inducido a mucha gente del subcontinente a buscar un ambiente más tranquilo en Occidente. Inglaterra y Estados Unidos han sido destinos muy populares. A pesar de que los emigrantes de Pakistán, la India y Bangladesh representaron casi siempre una pequeña parte de la inmigración musulmana a Estados Unidos en el siglo XX, sus filas se han engrosado mucho en los últimos decenios y tal vez ya rebasaron la cifra de un millón. Los musulmanes pakistaníes e indios, muchos de los cuales son profesionales competentes, tales como médicos e ingenieros, han desempeñado un papel importante en el desarrollo de grupos políticos islámicos en este país y en el liderazgo no religioso de las comunidades de las mezquitas. Hoy va en aumento el número de musulmanes que llegan de naciones como Indonesia y Malasia; muchos de esos inmigrantes están muy bien capacitados y asumen a menudo posiciones de liderazgo en el Islam estadounidense.

UNA COMUNIDAD COMPLEJA

Los musulmanes árabes, tanto sunitas como shiítas, todavía son una porción importante de la comunidad islámica en Estados Unidos. Cada día es más común que ellos sean profesionales muy bien preparados y exitosos, y que incluso encabecen el desarrollo de un Islam estadounidense trasnacional y de etnias múltiples. Además, turcos, europeos orientales, y emigrados de muchas naciones de Africa, como Ghana, Kenia, Senegal, Uganda, Camerún, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Tanzania y varias más, son miembros muy visibles de la compleja comunidad que conforma el umma estadounidense. Los inmigrantes musulmanes no sólo buscan la forma de relacionarse entre sí y trabajar juntos con eficacia, sino también encaran el problema de cómo alternar con los miembros de los diversos grupos musulmanes afroestadounidenses. A los inmigrantes africanos recientes, la mezcla de religión y etnia les parece a veces demasiado compleja.

En los primeros días de la inmigración árabe a Estados Unidos, a principios del siglo pasado, muchos musulmanes - lo mismo que los inmigrantes de primera generación de todas las nacionalidades - aprovecharon la oportunidad de prosperar en empleos modestos, ya sea como trabajadores migratorios, pequeños comerciantes o mineros. Muchos musulmanes árabes trabajaron como vendedores ambulantes porque eso no requería un gran dominio del idioma, capacitación o capital. Otros trabajaron en grupos de jornaleros, como los que ayudaron a la rápida expansión de los ferrocarriles en el Oeste. Cuando las mujeres musulmanas vinieron a reunirse con los inmigrantes varones que ya estaban en este país, a menudo hallaron empleos en talleres y fábricas donde trabajaban largas horas en condiciones muy difíciles. Los primeros años no fueron fáciles para los musulmanes en Estados Unidos; muchos sufrieron la soledad, la pobreza y el desconocimiento del inglés, además de la falta de parientes y correligionarios.

Sin embargo, al cabo del tiempo, un número cada vez mayor de musulmanes comprendió poco a poco que el regreso a su patria ya no era una opción real y empezaron a establecerse en el contexto norteamericano. En una u otra forma se casaron: los jóvenes que no hallaban una novia musulmana, la mandaban traer de su país de origen o, en ciertos casos, se casaban fuera de su religión. Así empezaron a buscar trabajo en empresas de tipo más permanente, confiando a menudo en sus destrezas tradicionales, y fundaron restaurantes, cafés, pastelerías y tiendas de comestibles. Aprendieron inglés, empezaron a adquirir más independencia económica y buscaron a otros musulmanes para formar comunidades en las que pudieran impartir educación religiosa a sus hijos.

No obstante, la vida en Estados Unidos rara vez fue fácil para los musulmanes. Se dice a menudo que ésta es "una nación de inmigrantes", un "crisol étnico" de todas las razas e identidades étnicas, pero sin duda existía el prejuicio racial, sobre todo en la época anterior al movimiento de los derechos civiles en los años 60.

Durante largos años, la reacción de muchos inmigrantes musulmanes consistió en tratar de ocultar su identidad religiosa y étnica, cambiar su nombre para que sonara más norteamericano y abstenerse de participar en sus propias prácticas rituales y de usar ropa que pudiera hacerlos parecer "diferentes" del ciudadano promedio. Poco a poco, a medida que la comunidad de inmigrantes musulmanes se hizo más numerosa, mucho más diversificada, mucho mejor educada y mucho más inteligible el conocimiento de sí misma, sus intentos de mezclarse con la sociedad estadounidense han cedido el sitio a discusiones más refinadas sobre la importancia de vivir en Estados Unidos, pero conservando al mismo tiempo el sentimiento de la cultura religiosa propia. Parte del contexto de esas discusiones tuvo su origen en la formación de comunidades musulmanas sunitas y shiítas en las zonas rurales y urbanas del país, y en años más recientes en las organizaciones islámicas nacionales que representan varias formas de asociación religiosa, política, profesional y social.

ESTABLECIDOS EN TODO EL TERRITORIO

Ya son pocos los lugares de Estados Unidos donde no es posible hallar musulmanes que viven, trabajan y envían a sus hijos a escuelas públicas; los recintos reconocibles del culto islámico (mezquitas, casas renovadas e incluso locales comerciales) son muy comunes.

Las primeras comunidades musulmanas de Estados Unidos se establecieron en el Medio Oeste. En Dakota del Norte, los musulmanes se organizaron para orar en los inicios del siglo XX; en Indiana se fundó un centro islámico allá en 1914; y en Cedar Rapids, Iowa, se alza la mezquita más antigua que aún está en servicio. Dearborn, Michigan, en las afueras de Detroit, ha sido por largo tiempo lugar de residencia de musulmanes, tanto sunitas como shiítas, llegados de muchas partes del Medio Oriente. A buen número de ellos los atrajo la oportunidad de trabajar en la planta de la Ford Motor Company y, una vez formada la comunidad, otros musulmanes han venido a reunirse con ellos. En conjunto con cristianos del Medio Oriente, estos musulmanes de Michigan conforman el asentamiento árabeestadounidense más numeroso del país.

Otras ciudades estadounidenses importantes se han destacado también como sitios favorables para los musulmanes que emigran a este país. Los astilleros de Quincy, Massachusetts, en las afueras de Boston, han dado empleo a los inmigrantes musulmanes desde las postrimerías del siglo XIX. El actual Centro Islámico de Nueva Inglaterra, que fue el sueño de un pequeño grupo de familias que se establecieron allí en los albores del siglo XX, es hoy un importante complejo de mezquitas que atiende a gente de negocios, maestros y otros profesionales, además de comerciantes y trabajadores fabriles.

El Islam ha estado presente y visible en la ciudad de Nueva York durante más de un siglo. Durante la mayor parte de su historia, Nueva York, la mayor ciudad de Estados Unidos, ha sido la sede de una rica variedad de grupos étnicos y en su población musulmana ha habido marinos mercantes, comerciantes, artistas del espectáculo, profesionales y dueños de empresas importantes. Los musulmanes de esta urbe representan un amplio espectro de nacionalidades de casi todos los países del mundo. La actividad de construcción de mezquitas ha florecido en Nueva York. Las organizaciones islámicas nacionales consideran esta ciudad como un lugar especialmente fructífero para ampliar sus actividades y por todas partes está surgiendo un gran número de escuelas islámicas, elementales y de alto nivel, y también tiendas y empresas de musulmanes.

Otra de las primeras sedes de los inmigrantes musulmanes fue Chicago, Illinois, donde algunos dicen que el número de residentes musulmanes a principios del siglo XX era mayor que en ninguna otra ciudad de Estados Unidos. Los musulmanes que hoy viven en Chicago provienen del Medio Oriente, la India, el centro y el sur de Asia y muchas otras partes del mundo. Se dedican a promover su fe, brindan una gama de servicios a la comunidad islámica y actúan tanto entre sí como con los no musulmanes. Más de 40 grupos de musulmanes se han establecido en Chicago y su área metropolitana.

Asimismo, los musulmanes de las ciudades de Los Angeles y San Francisco, en California, han hallado en ellas un clima grato donde pueden prosperar. También ellos representan a la mayoría de las áreas originales del mundo musulmán y, hoy día, incluyen a afganos, somalíes y ciudadanos de otros países de Africa. El Centro Islámico del Sur de California es una de las entidades musulmanas más grandes de Estados Unidos y su personal está bien capacitado y es muy conocido por sus escritos y liderazgo comunitario. Las impresionantes instalaciones materiales de ese centro proveen virtualmente todos los servicios que la comunidad de inmigrantes musulmanes puede llegar a necesitar.

Los inmigrantes musulmanes modernos siguen enfrentando desafíos como residentes en Estados Unidos y tratan de resolverlos en muy diversas formas. Los temas de identidad, ocupación, vestido y aculturación son de especial importancia para muchos musulmanes en este país. Otros problemas importantes son las relaciones entre grupos musulmanes racial y étnicamente diferentes, y también con otros musulmanes estadounidenses; cómo y dónde impartir una educación islámica a sus hijos; y cómo determinar las funciones y oportunidades apropiadas para las mujeres. Muchos pasan de una fase en que estaban disociados de la corriente principal de la vida estadounidense a una participación más activa en la arena política y social. Tal parece que los musulmanes de Estados Unidos entran ahora en otra etapa de su identidad en la cual ese tipo de problemas se enfrentan y resuelven de maneras nuevas y creativas. El resultado puede ser que esté en vías de surgir un Islam en verdad estadounidense, entretejido en la trama de muchas identidades nacionales, raciales y étnicas.

 

Origen Etnico de los Musulmanes: Afronorteamericanos 30%; europeos 2%; otros 5%; árabes 25%; africanos 3%; Asia del Sur y Central 33%; Asia Sudoriental 2%. (Gráfica basada en información del Instituto de Investigaciones Religiosas de Hartford)

CIFRAS POBLACIONALES

Es muy difícil estimar el número preciso de musulmanes que viven hoy en Estados Unidos. Los musulmanes tienden a citar una cifra un poco más alta de la que dan los estudiosos y demógrafos no musulmanes. El total estimado varía mucho: desde cerca de dos millones según un estudio hasta tantos como siete millones.

Hay varias razones para esta discrepancia en los estimados. Primera, en virtud de que la Constitución de Estados Unidos ordena la separación de la Iglesia y el Estado que se refleja en las leyes del país, en los formularios de encuesta de la Oficina del Censo de este país no se pregunta la religión del encuestado. Tampoco el Servicio de Inmigración de Estados Unidos compila información sobre la religión de los inmigrantes. Muchas mezquitas de Estados Unidos no tienen una política formal acerca de sus miembros y rara vez llevan cuentas precisas del número de fieles que asiste a ellas.

En palabras del especialista en religión Martin Marty, de la Universidad de Chicago, "en esos recuentos se ha llegado a depender de dos fuentes. Una de ellas se basa en que el encuestador pregunte a la hora del almuerzo: `¿Cuál es su preferencia religiosa?'. La otra fuente son los líderes religiosos, tanto a nivel local como nacional. La gente que responde a entrevistas telefónicas puede tener todo tipo de motivos para decir que forma parte de este o aquel grupo, o de ninguno de ellos. Y la gente que informa cuál es el tamaño de su congregación, denominación y seguidores tiene también gran variedad de motivos".

El resultado final es que no hay un recuento oficial de musulmanes en Estados Unidos ni existe una cifra que sea comúnmente aceptada por todos los que han estudiado el tema.

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