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Martes, 5 de agosto de 2008
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Red de piratería informática al detalle fue acusada de robar y distribuir números de tarjetas de crédito y débito de importantes comercios detallistas de EE.UU.

Más de 40 millones de números de tarjetas de débito y de crédito fueron robados

BOSTON – Once presuntos delincuentes asociados a la piratería informática de nueve empresas detallistas importantes de EE.UU. y el robo y la venta de más de 40 millones de números de tarjetas de débito y de crédito han sido acusados de numerosos delitos, incluidos conspiración, intrusión de computadoras, fraude y robo de identidad, anunciaron hoy el Secretario de Justicia de los Estados Unidos Michael B. Mukasey, el Fiscal Federal para el Distrito de Massachusetts Michael J. Sullivan, la Fiscal Federal para el Distrito Sur de California Karen P. Hewitt, el Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York Benton J. Campbell y el Director del Servicio Secreto de EE.UU. Mark Sullivan. Se cree que el ardid es el mayor caso de piratería informática y robo de identidad ya enjuiciado por el Departamento de Justicia.

Tres de los demandados son ciudadanos estadounidenses, uno es de Estonia, tres de Ucrania, dos de la República Popular de la China y uno es de Belarús. Uno de los individuos es únicamente conocido por su alias en Internet y se desconoce su lugar de origen.

En una acusación formal emitida el 5 de agosto de 2008 por un gran jurado federal en Boston, Albert "Segvec" González, de Miami, fue acusado de fraude de informática, fraude telegráfico, fraude de dispositivo de acceso, robo de identidad agravado y conspiración por su papel en el ardid. También se dieron a conocer denuncias penales hoy en Boston de cargos contra Christopher Scott y Damon Patrick Toey, ambos de Miami.

La acusación formal de Boston alega que, en el transcurso de la conspiración sofisticada, González y sus coconspiradores obtuvieron números de tarjetas de crédito y débito al realizar "wardriving" (búsqueda de accesos inalámbricos desde un vehículo en movimiento) y piratería informática en las redes de informática de importantes empresas detallistas, incluidas TJX Companies, BJ’s Wholesale Club, OfficeMax, Boston Market, Barnes & Noble, Sports Authority, Forever 21 y DSW. Una vez dentro de las redes, instalaron programas del tipo "sniffer" (rastreador) que capturan números de tarjetas, así como información de cuentas y contraseñas, al recorrer las redes de procesamiento de tarjetas de crédito y débito de las empresas detallistas.

La acusación formal alega que, después de haber recabado los datos, los conspiradores ocultaron los datos en servidores de informática cifrados que contrataban en Europa Oriental y en los Estados Unidos. Se alega que vendieron algunos de los números de tarjetas de crédito y débito por Internet a otros delincuentes en los Estados Unidos y Europa Oriental. Los números robados eran utilizados a través de la inclusión de los números codificados en las cintas magnéticas de tarjetas en blanco. Luego, los demandados utilizaron estas tarjetas para retirar decenas de miles de dólares a la vez de cajeros automáticos. Se alega que González y otros pudieron ocultar y lavar el producto de su fraude a través del uso anónimo de monedas basadas en Internet, tanto en los Estados Unidos como en el exterior, y al canalizar fondos a través de cuentas bancarias en Europa Oriental.

González había sido arrestado con anterioridad por el Servicio Secreto en 2003 por fraude de dispositivo de acceso. En el transcurso de esta investigación, el Servicio Secreto descubrió que González, quien trabajaba como informante confidencial de la agencia, tenía participación delictiva en el caso. Debido al porte y el alcance de su actividad delictiva, González enfrenta una pena máxima de prisión perpetua, si se le condena por todos los cargos alegados en la acusación formal de Boston.

También hoy, se revelaron acusaciones formales en San Diego contra el participante en el ardid de Maksym "Maksik" Yastremskiy, de Kharkov, Ucrania, y Aleksandr "Jonny Hell" Suvorov, de Sillamae, Estonia. Las acusaciones formales acusan a los demandados de delitos asociados a la venta de información robada de tarjetas de crédito que González y otros obtuvieron ilegalmente, así como datos adicionales de tarjetas de crédito robados. Se acusa a Suvorov de conspiración para poseer dispositivos de acceso no autorizados, posesión de dispositivos de acceso no autorizado, tráfico en dispositivos de acceso no autorizados, robo de identidad, robo de identidad agravado, y de auxiliar y amparar. Se acusa a Yastremskiy de tráfico en dispositivos de acceso no autorizados, robo de identidad, robo de identidad agravado y conspiración para lavar instrumentos monetarios. La acusación formal también incluye un alegato de confiscación.

Además, también se reveló en San Diego hoy una acusación formal contra Hung-Ming Chiu y Zhi Zhi Wang, ambos de la República Popular de la China, y una persona sólo conocida por su alias en Internet, "Delpiero". Chiu, Wang y Delpiero fueron acusados de conspiración para poseer dispositivos de acceso no autorizado, tráfico en dispositivos de acceso no autorizados, tráfico en dispositivos de acceso falsificados, posesión de dispositivos de acceso no autorizados, robo de identidad agravado, y de auxiliar y amparar. También en San Diego, Sergey Pavolvich, de Belarús, y Dzmitry Burak y Sergey Storchak, ambos de Ucrania, fueron acusados en una demanda penal de conspiración para realizar tráfico en dispositivos de acceso no autorizados. Se cree que todos son ciudadanos extranjeros que viven fuera de los Estados Unidos.

Los cargos de San Diego alegan que Yastremskiy, Suvorov, Chiu, Wang, Delpiero, Pavolvich, Burak y Storchak operaban una red internacional de distribución de tarjetas de crédito y débito robadas con operaciones desde Ucrania, Belarús, Estonia, la República Popular de la China, Filipinas y Tailandia. Las acusaciones formales alegan que cada uno de los demandados vendió información de tarjetas de crédito y débito robada por ganancias personales. Por ejemplo, la acusación formal contra Yastremskiy alega que recibió ganancias superiores a 11 millones de dólares por sus actividades delictivas. Estas acusaciones formales y demandas son el resultado de una investigación encubierta de tres años de duración realizada por la Oficina Local de San Diego del Servicio Secreto de EE.UU.

En mayo de 2008, González, Suvorov y Yastremskiy también fueron acusados en una acusación formal relacionada en el Distrito Este de Nueva York. Los cargos de Nueva York alegan que el trío realizó un ardid sofisticado para piratear redes de informática de la cadena de restaurantes Dave & Buster, y robó números de tarjetas de crédito y débito de por lo menos 11 locales. Específicamente, la acusación formal alega que los demandados obtuvieron acceso no autorizado a terminales de caja registradora e instalaron en cada restaurante un paquete rastreador, o sea, un código de informática diseñado para capturar comunicaciones en una red de informática. El paquete rastreador fue configurado para capturar números de tarjetas de crédito y débito al ser procesada esta información por los restaurantes. En uno de los establecimientos, el paquete rastreador capturó datos de aproximadamente 5,000 tarjetas de crédito y débito, provocando pérdidas de por lo menos 600,000 dólares a las instituciones financieras que emitieron las tarjetas de crédito y débito.

González se encuentra actualmente detenido aguardando su juicio por los cargos de Nueva York. Con base en los cargos de San Diego, autoridades turcas aprehendieron a Yastremskiy en julio de 2007 en Turquía, cuando se encontraba en el país en vacaciones. Se encuentra detenido desde entonces en Turquía, aguardando la resolución de cargos turcos asociados; los Estados Unidos han presentado una solicitud formal para su extradición. A pedido del Departamento de Justicia, Suvorov fue aprehendido por la Policía Federal de Alemania en Frankfurt en marzo de 2008, por los cargos de San Diego, cuando se encontraba en el país en vacaciones. Actualmente, se encuentra detenido a la espera de la resolución del proceso de extradición.

"Por lo que sabemos, éste es el caso de robo de identidad más grande y más complejo ya enjuiciado en este país", dijo el Secretario de Justicia de los Estados Unidos Mukasey. "El mismo destaca la labor del Departamento de Justicia de combatir este delito perjudicial y demuestra que, con la cooperación de nuestros asociados de las fuerzas del orden público en todo el mundo, podemos identificar, acusar y aprehender hasta a los piratas de informática internacionales más sofisticados".

"Si bien la tecnología ha facilitado enormemente nuestras vidas, también ha creado nuevas vulnerabilidades. Este caso demuestra claramente cómo las digitaciones en un teclado con fines delictivos pueden tener resultados costosos. Los consumidores, las empresas y los gobiernos de todo el mundo deben desarrollar más maneras de proteger nuestra información confidencial personal y comercial y detectar a quienes, ya sea aquí o en el exterior, conspiren para explotar la tecnología por ganancias delictivas", dijo el Fiscal Federal Michael J. Sullivan.

"Estos enjuiciamientos demuestran que, a través de un compromiso coordinado, el Servicio Secreto de los Estados Unidos y el Departamento de Justicia penetrarán y enjuiciarán a organizaciones de piratas, donde sea que se encuentren y sin importar lo sofisticadas que sean. La Fiscalía Federal para el Distrito Sur de California se complace especialmente de que el trabajo de la oficina local de San Diego del Servicio Secreto haya contribuido para una labor sin precedentes para desmantelar esta empresa delictiva internacional", dijo Karen P. Hewitt, Fiscal Federal para el Distrito Sur de California.

"La piratería informática y el robo de identidad representan riesgos graves para nuestra seguridad comercial, personal y financiera", dijo el Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York Benton J. Campbell. "Los piratas informáticos que penetren nuestro país desde el exterior no encontrarán refugio contra la justicia penal de EE.UU."

"La tecnología ha cambiado para siempre la manera en que se conducen los negocios comerciales, y prácticamente ha borrado las fronteras", dijo el Director del Servicio Secreto de EE.UU. Mark Sullivan. "Si bien estos progresos y la naturaleza global de los delitos cibernéticos siguen teniendo profundo impacto en nuestras investigaciones de delitos financieros, este caso demuestra cómo la combinación de recursos de las fuerzas del orden público en todo el mundo transmite un claro mensaje a los delincuentes de que se los buscará y enjuiciará, independientemente de donde vivan".

"La División de Investigaciones Penales de Servicios de Impuestos Internos recomienda cargos en numerosos tipos de delitos financieros", dijo la Jefa de Investigaciones Penales de Servicios de Impuestos Internos [Internal Revenue Service Criminal Investigation (IRS-CI)] Eileen Mayer. "La acusación formal de hoy es el resultado de una fuerte asociación de las fuerzas del orden público que reúne las destrezas necesarias para seguir la actividad delictiva desde el espacio cibernético a cuentas bancarias. Asumimos un compromiso con la labor del gobierno de detener este tipo de actividad corruptiva".

Están a cargo de la acusación en estos casos el Fiscal Federal Auxiliar Stephen Heymann del Distrito de Massachusetts, el Fiscal Federal Auxiliar Orlando Gutiérrez del Distrito Sur de California, el Fiscal Federal Auxiliar Will Campos del Distrito Este de Nueva York, y el Consejero Principal Kimberly Kiefer Peretti, y los Abogados Litigantes Jenny Ellickson y Evan Williams de la Sección de Delitos de Informática y Propiedad Intelectual de la División de lo Penal. La Oficina de Asuntos Internacionales de la División de lo Penal proporcionó asistencia amplia relacionada con asuntos de extradición. Todos estos casos están siendo investigados por el Servicio Secreto de EE.UU. El IRS-CI proporcionó importante asistencia en investigaciones en el caso de Boston.

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