Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados para el Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales para el Discurso del Primer Aniversario

WASHINGTON, D.C.
15 de febrero de 2006 - 11:00 AM

Buenos días.

Hace apenas poco más de un año, me encontraba aquí mismo, en el Gran Vestíbulo, presentándome después de haber prestado juramento como Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Mi respeto y admiración por los hombres y mujeres dedicados que sirven en este Departamento ha crecido aún más. Me siento orgulloso de ustedes cada día, y les agradezco sus esfuerzos constantes en nombre del pueblo de los Estados Unidos.

Cuando reflexiono sobre el trabajo que hacemos juntos - y el papel importante del Departamento de Justicia en asuntos que tienen impacto sobre nuestra sociedad - recuerdo que somos los representantes del sueño estadounidense.

El año pasado, saludé a los nuevos ciudadanos en una ceremonia de juramento en Nueva York, y les prometí que trabajaría arduamente para proteger su derecho recién adquirido de votar.

Viajé a Irak para agradecer a los hombres y mujeres de nuestros servicios armados, y di la bienvenida a los miembros del Departamento de Justicia que regresaban después de ayudar a establecer un sistema judicial nuevo a partir de las cenizas de la dictadura.

Visité el Ad Max, donde observé a los terroristas que bombardearon el World Trade Center en 1993 y otros malhechores que el Departamento de Justicia ha ayudado a retirar de la sociedad, y luego vi al día siguiente como los terroristas atacaban nuevamente, esta vez a los subterráneos y autobuses de Londres.

Conocí a víctimas de la violencia doméstica en la inauguración de un Centro de Justicia Familiar en Saint Louis - un centro que ayudará a otras víctimas a encontrar asistencia durante sus momentos de mayor necesidad.

Con mi esposa, Rebecca, visité el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados y escuché historias de terror sobre familias cuyos hijos fueron secuestrados. Más tarde anuncié una mayor participación del Departamento de Justicia en el sistema de advertencia AMBER Alert para ayudar a encontrar a los niños secuestrados más rápidamente.

El sueño estadounidense se trata de vivir y prosperar en una sociedad segura, lícita y prometedora. Y se trata de un sueño que, por muchos años, ha contado con la protección, en gran parte, de acciones y actividades de mujeres y hombres como ustedes.

Durante varias generaciones, este Departamento se puso de pie cuando el pueblo de los Estados Unidos más necesitaba un defensor de la justicia. El Departamento de Justicia caminó de brazos dados con estudiantes negros que deseaban estudiar en una universidad pública en el sur. Y cada vez que la historia hizo un llamado al Departamento para que tratara de los asuntos fundamentales del día, el magnífico grupo de agentes, investigadores, abogados y fiscales respondió inhibiendo a líderes de la mafia o desmantelando carteles colombianos de drogas que estaban intoxicando a nuestros hijos.

Actualmente, nos ha sido pasada la carga de la responsabilidad. Como Secretario de Justicia de los Estados Unidos, me encuentro haciendo preguntas importantes sobre nuestro momento en la historia:

¿Estamos haciendo todo lo posible para evitar otro ataque terrorista? ¿Son más seguros nuestros vecindarios? ¿Menos personas participan en la vida destructiva de las drogas y las pandillas? ¿El Internet es seguro para nuestros niños? ¿Estamos teniendo éxito en la eliminación de la discriminación ilegal? ¿Nuestras instituciones públicas y privadas funcionan de manera íntegra?

Estas son las preguntas que uso para medir nuestro progreso.

Mi objetivo es simple: Proteger las oportunidades del sueño estadounidense para todos los estadounidenses y para las generaciones futuras. Cumplir con esta responsabilidad es una tarea de porte que requerirá mucho esfuerzo. Y sé muy bien que no puedo hacerlo solo; necesito la ayuda de todos ustedes.

Por lo tanto, hoy estoy definiendo un conjunto de prioridades e iniciativas que servirán de orientación para nuestro trabajo para el año que viene. Este plan nos permitirá continuar con el progreso que ustedes han ayudado a lograr, en particular, cuatro años sin otro ataque terrorista en nuestro país y un índice de delitos violentos que es el más bajo de las últimas tres décadas.

Ahora, ustedes y yo tenemos la oportunidad de luchar juntos como equipo para lograr un éxito aún mayor, un éxito basado en el papel histórico del Departamento de Justicia en la protección del sueño estadounidense.

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Nuestra nación es más segura hoy; sin embargo, al Qaeda sigue siendo letal. El segundo de Osama bin Laden, Ayman al-Zawahiri, dijo hace apenas algunas semanas que el pueblo de los Estados Unidos está, paso a citar, “destinado a un futuro coloreado por la sangre, el humo de explosiones y las sombras del terror”.

Nuestro enemigo busca destruir la promesa estadounidense de la libertad y la prosperidad, y obstaculizar la paz y el progreso. Nuestra responsabilidad más importante es la protección de nuestros conciudadanos y detener al terrorismo es nuestra más alta prioridad.

Una manera de hacerlo es a través de enjuiciamientos exitosos. Tuvimos docenas de condenas en casos asociados al terrorismo el año pasado apenas, incluido Zacarious Moussaoui por su papel en un complot para chocar aviones contra edificios, y Ali Al-Timimi en el caso del “Jihad de Virginia”.

Este año, trabajaremos para evitar otro ataque manteniéndonos en la ofensiva, trabajando arduamente para detectar los planes del enemigo, llevando a la justicia a agentes conocidos e incrementando nuestro esfuerzos por desbaratar su capacidad de utilizar a nuestra sociedad abierta como una invitación al ataque. Debo agregar que esperamos seguir contando con la asistencia de la Ley Patriota de los Estados Unidos, la cual el Congreso está en posición de renovar. Entonces podremos erguir la nueva División Nacional de Seguridad para coordinar mejor nuestra labor contra el terrorismo.

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Además de luchar contra el terrorismo, el Departamento de Justicia se concentrará en cinco áreas prioritarias en el próximo año: delitos violentos; tráfico de drogas; crímenes cibernéticos; derechos civiles y corrupción pública y empresarial.

Estas prioridades no son nuevas. Son indicadores fundamentales del sueño estadounidense. Esta tampoco es una lista completa. Sin embargo, trabajaremos en estas áreas porque nuestro éxito es vital para la salud de dicho sueño en el siglo XXI.

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Todo ciudadano de los Estados Unidos merece vivir libre del temor al delito violento. Permanece nuestra concentración en reducir los delitos con arma de fuego y liberar a las comunidades del dominio de la violencia de pandillas.

Los efectos de la violencia y la actividad de pandillas resuenan más allá de las personas, más allá de un único autor o única víctima. Cuando se asesina a un joven, la comunidad entera siente la pérdida. Cuando se viola a una joven, el vecindario entero es víctima de la violación.

Sin embargo, nuestra labor de combate al delito también resuena; se sienten sus efectos mucho más allá de la sala del tribunal o la celda de la prisión. El colocar a miembros de pandillas detrás de las barras significa madres y padres que no necesitan instalar rejas en sus ventanas y puertas, o limitar dónde sus hijos pueden caminar o jugar. El encerrar a transgresores violentos significa que estamos liberando a nuestras comunidades para que puedan vivir el sueño estadounidense.

Estamos reduciendo el delito con armas de fuego en todo el país a través del programa Proyecto Vecindarios Seguros del Presidente. En los últimos cinco años, aumentaron los enjuiciamientos federales por delitos con armas de juego casi un 73 por ciento, y prácticamente todos los delincuentes involucrados cumplen sentencias en la prisión. A lo largo del mismo periodo, el índice de delitos violentos ha caído a su nivel más bajo en 30 años. Tiene sentido. Que el delito con armas de fuego equivalga a sentencias largas es bueno para la comunidad.

Como parte del Proyecto Vecindarios Seguros, hemos establecido Equipos de Impacto al Delito Violento en 22 ciudades y agregaremos más este año. Estos equipos fueron creados para identificar a los peores transgresores de la comunidad, trabajar juntos con autoridades locales para retirar a los malos de la calle y devolver el vecindario a ciudadanos respetuosos de la ley. Esta labor complementa el trabajo de 128 Fuerzas de Trabajo para Calles Seguras encabezadas por la FBI y dedicadas a la coacción antipandilla.

Ha llegado el momento de capitalizar nuestro éxito con el Proyecto Vecindarios Seguros y volcar nuestra atención al problema de la violencia de pandillas.

En demasiadas comunidades, los jóvenes eligen participar en una pandilla en lugar de jugar en un equipo de béisbol infantil o hacerse miembros de los boy scouts. Las pandillas hacen añicos los sueños de aquellos que sucumben a sus promesas falsas y destruyen a prácticamente cualquiera que se les cruce. La estrategia que abarca todo el ámbito del Departamento y que anuncié el verano pasado está funcionando a todo trapo y he recibido planes exhaustivos de todas las Fiscalías Federales. Dichos planes contienen soluciones específicas para problemas de pandilla específicos; sin embargo, hay una cosa que es uniforme en todos los casos. Más del 90 por ciento de los Fiscales Federales ya utilizan alguna parte de su programa Proyecto Vecindarios Seguros para el combate a la violencia de pandillas. Queremos aprovechar dicho enfoque y utilizar las estrategias y asociaciones con las fuerzas del orden público estatales y locales iniciadas bajo el PSN para eliminar a las pandillas violentas en los Estados Unidos.

Asimismo, en las próximas semanas, el Departamento anunciará 10 millones de dólares para financiar los programas de reducción de delitos con armas de fuego del PSN y otros 30 millones de dólares para ampliar el PSN de modo que incluya nuevas y optimizadas labores antipandilla. Este dinero irá directamente a programas para aprovechar los resultados ya logrados en el ámbito local.

También me complace anunciar que lanzaremos un programa antipandilla nuevo en seis ciudades que nos ayudará a combatir parte de las peores y más violentas pandillas del país. Este programa nuevo se centrará en tres áreas: prevención, coacción dirigida y reincorporación de presos a la sociedad.

Comenzaremos con la prevención; trabajaremos en resolver los factores personales, familiares y comunitarios que hacen que los jóvenes elijan a las pandillas en lugar de alternativas mejores, más seguras y productivas. Cuanto más éxito tengamos en esta área, menos serán las personas que tendremos que enjuiciar por actividad violenta en el futuro.

Lamentablemente, siempre habrá la necesidad de coacción. Por lo tanto, la segunda parte del programa proporcionará subsidios para ayudar a las fuerzas del orden público a atacar a los miembros de pandillas más significativos y violentos, y encerrarlos para que ya no puedan ser una amenaza a sus comunidades.

Por último, deseamos asegurar que los transgresores que se reincorporen a la sociedad no regresen a las actividades violentas. Esta nueva iniciativa promoverá la asistencia de reincorporados por mentores e incluye todo, desde el alojamiento de transición y la colocación en empleos hasta el tratamiento para abuso de sustancias y de salud mental. También ampliaremos el programa Conexiones de Vida de la Oficina de Prisiones, el cual proporciona educación en destrezas para la vida en consonancia con la espiritualidad o fe de cada prisionero. Cuando transgresores obtienen una segunda oportunidad de dejar de lado las armas ilegales y la violencia, tenemos la responsabilidad de armarlos con las destrezas y el apoyo que necesitan para vivir el sueño estadounidense.

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Cuando hablamos de la violencia, especialmente en lo que se refiere a la seguridad de nuestros hijos, solemos temer lo que pueda sucederles al caminar a la escuela o jugar en un campo de fútbol o estar parados con amigos sobre una acera con mucho movimiento.

Sin embargo, en el mundo actual, nuestros hijos no están siempre seguros una vez que entraron a la casa. Pueden conectarse al Internet y exponerse a nuevas amenazas ocultas.

El Internet debe ser seguro para todos los estadounidenses, especialmente los niños. Es por eso que nos comprometimos a asegurar que haya menos lugares en Internet donde nuestros hijos estén en peligro. En el ámbito federal, estatal y local, las fuerzas del orden público ya se han concentrado en este problema creciente. Aquí, en el Departamento de Justicia, la Sección de Explotación y Obscenidad Infantiles, en su trabajo conjunto con fiscales y agencias de las fuerzas del orden público, ha incrementado las condenas en casos de delitos sexuales infantiles a lo largo del año pasado.

Sin embargo, los números y las condenas no cuentan la historia completa. Una niña de diez años de edad puede leer un mensaje de correo electrónico, esperando abrir una foto de su abuela, y encontrase con imágenes obscenas o pornográficas. Un menor puede ingresar a una sala de chat esperando conversar con amigos o comunicarse con pares en otros estados o países y, sin querer, acabar siendo el blanco de un predador sexual.

Es por eso que me complace anunciar hoy una iniciativa de gran porte: El Proyecto Niñez Segura.

El objetivo del Proyecto Niñez Segura es evitar la explotación de nuestros niños a través del Internet, y limpiar este vecindario nuevo, de la misma manera en que trabajamos para reducir los delitos asociados a armas de fuego en las calles de nuestras ciudades. Lo haremos utilizando el mismo enfoque que el Proyecto Vecindarios Seguros, con coordinación sin precedentes de las fuerzas del orden público en todos los niveles.

Fiscales Federales, en asociación plena con Fuerzas de Tarea locales de Delitos en Internet contra Menores, reunirán a interesados de la comunidad y trabajarán en relación estrecha con los mismos en el desarrollo de un plan estratégico basado en las necesidades individuales de sus comunidades.

Luego, estas Fuerzas de Tarea del Proyecto Niñez Segura compartirán recursos e información para investigar y enjuiciar a más predadores sexuales y pornógrafos infantiles que nunca. Y coordinarán la búsqueda de las sentencias más estrictas posibles, para asegurar que estos delincuentes se mantengan lejos de nuestros hijos.

Esta labor también será coordinada con operaciones continuas en todo el país. Cuando la División de lo Penal o la FBI desmonta un sitio comercial en Internet o un servidor, por ejemplo, descubre centenas o miles de pistas que las Fuerzas de Tarea del Proyecto Niñez Segura pueden rastrear en sus propios distritos. A veces, este trabajo requiere técnicas especializadas, y el Proyecto Niñez Segura ayudará a facilitar la capacitación para oficiales y fiscales, con asistencia del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, el programa ICAC y otros.

Finalmente, debemos lograr la participación de los padres. Ellos son los más cercanos al problema y pueden ser una gran parte de la solución con apenas mirar por arriba de los hombros de sus hijos mientras navegan por el Internet. El Proyecto Vecindarios Seguros ayudará a la labor en curso a elevar la concienciación y equipar a padres e hijos con las herramientas e información que necesitan para ser usuarios responsables de Internet, para así poder explorar esta frontera sin límites por las oportunidades del sueño estadounidense.

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Mientras las tecnologías avanzadas ayudan a cultivar sueños nuevos, con demasiada frecuencia dichos sueños son borrados por los riesgos del abuso ilegal de drogas.

Ninguna comunidad prosperará plenamente si el uso de drogas es galopante. Es por eso que seguiremos dedicándonos a desmantelar organizaciones de tráfico de drogas y detener la propagación de las drogas ilegales.

Las piedras fundamentales del sueño estadounidense - una educación, un empleo, una familia - sufren la amenaza de aquellos a los que solo les importa estar en estado de euforia química. Y los abusadores de drogas arrastran a su amigos y familiares en su caída. Mientras tanto, organizaciones de gran escala, algunas tan sofisticadas como empresas legítimas, siguen lucrando a través de este comercio ilícito mientras nuestras comunidades pagan el precio.

Hay buenas noticias. El uso de drogas entre los jóvenes sigue en descenso. La mala noticia es que las drogas ilegales aún logran atravesar nuestras fronteras, inundar nuestras calles y terminar en las manos de los ciudadanos de nuestra nación, jóvenes y viejos.

El año pasado, detuvimos a los dos fundadores del Cartel de Cali y a dos ejes del tráfico de drogas afgano con vínculos con el Talibán. Y seguimos teniendo éxito en nuestra persecución de redes de drogas de alta prioridad. En 2005, desmantelamos seis de estas organizaciones y desbaratamos las operaciones de seis más. Pero aún hay más trabajo que hacer.

Al hablar con Fiscales Federales y oficiales de las fuerzas del orden público, escucho lo mismo una y otra vez: la metanfetamina está destruyendo vidas y causando daños colaterales en nuestras comunidades.

Las fuerzas del orden público han hecho un buen trabajo al cerrar los laboratorios de metanfetamina pequeños aquí, en los Estados Unidos - operaciones peligrosas en sótanos y hogares suburbanos. El año pasado, anunciamos los resultados de la Operación Wildfire, la que permitió más de 400 detenciones y desmanteló más de 50 laboratorios. En el proceso, agentes rescataron a 30 niños de hogares infestados con metanfetamina.

Ahora, debemos ampliar nuestra labor y apuntar hacia los súper laboratorios fuera de nuestras fronteras. La metanfetamina se fabrica en grandes cantidades en México; sin embargo, el producto terminado vuelve a los Estados Unidos a través de rutas de tráfico ilegal de drogas.

El año venidero, seguiremos combatiendo la producción de metanfetamina aquí, en nuestro país. Y trabajaremos en conjunto con nuestros asociados internacionales para eliminar la producción en el extranjero y el tráfico de metanfetamina y las sustancias utilizadas para fabricar esta droga que crea una adicción tan fuerte.

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Hace cuarenta años, el color de la piel de uno era un obstáculo tan grande para el sueño estadounidense como las pandillas violentas, los predadores sexuales y los traficantes de drogas actuales. Es mucho lo que hemos logrado desde aquella época de racismo patrocinado por el estado; sin embargo, debemos seguir protegiendo los derechos civiles que son fundamentales para las oportunidades que tanto apreciamos en este país. Como el primer Secretario de Justicia de los Estados Unidos hispano, me preocupa en forma personal esta lucha, así como le preocupa al Presidente Bush. Todos los ciudadanos de los Estados Unidos deben tener la misma oportunidad de cumplir con sus sueños a través del empleo, de un hogar para sus familias, del voto por sus representantes y de una vida libre de temor y servidumbre. Seguiremos combatiendo agresivamente la discriminación donde sea que se encuentre.

La División de Derechos Civiles ha tenido niveles récord de coacción para proteger el derecho al voto, asegurar que los discapacitados puedan tener participación plena en sus comunidades y proporcionar el más alto nivel de atención para personas institucionalizadas.

Y estamos trabajando enérgicamente para detener a uno de los males más perniciosos: el tráfico de personas. Sucede con mayor frecuencia de lo que ustedes se imaginan, aquí, en los Estados Unidos. La División de Derechos Civiles está tomando medidas enérgicas contra los traficantes de personas que compran y venden mujeres jóvenes y niñas, obligándolas a trabajar como esclavas sexuales y prostitutas. Podemos estar orgullosos de un aumento de más del 300% en enjuiciamientos asociados al tráfico de personas durante este Gobierno.

El año venidero, duplicaremos estos éxitos y mucho más. El derecho al voto es fundamental para el sueño estadounidense. Por lo tanto, presionaremos para que se reautorice la Ley de Derechos Electorales, una de las piezas más significativas de legislación de derechos civiles en nuestra historia.

También renovaremos nuestro compromiso con la vivienda justa, otro elemento clave del sueño estadounidense. Ayudaremos a abrir puertas para personas mientras buscan su vivienda. No permitiremos que la discriminación sea el pestillo del sueño de la vivienda segura para la familia. Con ese propósito, me complace anunciar la Operación Hogar Dulce Hogar, la que dará nueva concentración al programa de pruebas de la Ley de la Vivienda Justa de la División de Derechos Civiles y lo ampliará.

Investigaremos a los sospechosos de transgresiones con visitas de prueba diseñadas para exponer las prácticas discriminatorias. A lo largo de los próximos dos años, el número de estas pruebas llegará a niveles sin precedentes, asegurando los derechos de todos los ciudadanos de los Estados Unidos la justicia en la obtención de la vivienda.

Debido a las luchas de mis padres y abuelos, me importan profundamente los derechos civiles actuales en los Estados Unidos; me importa la familia afroestadounidense a la que se le niega el derecho al voto o la pareja mexicana americana que no consigue una vivienda decente. Me importa que se aplique la ley a todos por igual, para que todos tengan la misma oportunidad de vivir el sueño estadounidense.

*** Millones de personas vienen a los Estados Unidos cada año en búsqueda de ese sueño debido a los derechos y libertades que hemos garantizado por generaciones. Y nuestro gobierno y economía son la envidia de miles de millones más porque tenemos sistemas abiertos, honestos, justos y confiables.

La integridad en el gobierno y los negocios es esencial para que los Estados Unidos sean un país fuerte, y los contribuyentes e inversores merecen nada menos. Es por eso que luchamos por preservar la integridad de nuestras instituciones públicas y empresas.

El sueño estadounidense es, de muchas maneras, un sueño económico en el que muchos tienen la esperanza de abrir una empresa, construir un hogar, mejorar su comunidad o invertir para un futuro mejor. En algunas áreas del mundo, esos sueños solo se pueden cumplir con sobornos, coimas y coerción. Pero aquí, nuestro singular compromiso con el imperio de la ley permite que ciudadanos comunes cuenten con la honestidad y la integridad de autoridades gubernamentales, ejecutivos de empresas y otros titulares de la confianza pública, y esperen de ellos dicha honestidad e integridad.

Tras el huracán Katrina, hemos visto lo mejor y lo peor de nuestra sociedad abierta: millones de contribuciones de caridad, así como miles de casos de fraude y corrupción revelados por la Fuerza de Tarea del Huracán Katrina.

En todos los niveles - federal, estatal y local - estamos reforzando las leyes que protegen a la integridad de nuestro gobierno e instituciones empresariales. Les he dicho a los fiscales que tengan un principio en mente: Nadie está por arriba de la ley; ningún consejero municipal, ningún presidente de empresa, miembro del Congreso o autoridad gubernamental. No permitiremos que las autoridades públicas hagan mal uso de su cargo y malgasten dólares de impuestos. Y responsabilizaremos a los ejecutivos de empresas por su obligación para con los accionistas.

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Esta lista de prioridades no es exclusiva. Tenemos otras responsabilidades que no son menos importantes para el sueño estadounidense.

El hacer valer nuestras leyes de inmigración nos ayudará a seguir siendo una sociedad abierta y acogedora, al tomar medidas enérgicas contra la actividad y legal y cerrar nuestras fronteras a delincuentes y terroristas.

La abogacía por un sistema de condenación estricto y justo dará efectividad a nuestros objetivos de coacción, mejorará nuestra labor de disuasión y asegurará que cada estadounidense reciba tratamiento justo ante la justicia.

La protección de la propiedad intelectual ayudará a preservar la seguridad económica de nuestra nación y nuestra ventaja competitiva en el mundo.

Y seguiremos abogando enérgicamente por recursos adecuados para poder cumplir con nuestros objetivos. Con los recursos que obtengamos, trabajaremos mejor, de manera más inteligente y eficiente, todos rasgos distintivos del buen gobierno y buen servicio público.

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Confío en que para esta época el año que viene, estaré aquí parado, anunciando que hemos logrado grandes progresos en estas prioridades e iniciativas. La medida de nuestro éxito depende de ustedes. Todos estaremos orgullosos si podemos mirar hacia tras al año 2006 como un año en el que más personas que nunca pudieron alcanzar el sueño estadounidense.

Antes de ser confirmado como Secretario de Justicia de los Estados Unidos, acompañé al Presidente Bush en uno de sus discursos. Preparándose para bajar del podio, me miró y me preguntó: “¿Está listo?” Sabía a qué se refería y qué esperaba de mí...y les hago la misma pregunta a cada uno de ustedes. ¿Están listos?

Muchos de nosotros hemos vivido el sueño estadounidense. Hemos aprovechado al máximo las oportunidades logradas por miembros del Departamento de Justicia, quienes se sentaron en estos mismos asientos y trabajaron arduamente durante su momento en la historia. Nuestra representación de la promesa de los Estados Unidos será un homenaje a su labor y escribirá la historia de esta generación.

Estoy ansioso por trabajar con ustedes en el futuro en servicio al pueblo de los Estados Unidos y en la búsqueda del sueño estadounidense.

Muchas gracias.

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