Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales en la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas

Las Vegas, Nevada
31 de marzo de 2006

Buenas tardes.

Es un placer estar aquí con ustedes hoy. Deseo felicitar a los ganadores de los Premios José Martí.

Es un gran honor para estos premiados el ser asociados a alguien como José Martí. José Martí luchó - y acabó por sacrificar su vida - por las creencias profundas en la fuerza fundamental de la libertad y la grandeza del espíritu humano. Su ejemplo es bueno para todos los escritores, reporteros, productores, editores y otros miembros de los medios que tienen un papel vital como protectores de esos mismos valores en nuestra gran Nación.

Yo, también, me dedico a proteger esas creencias. Como el primer Secretario de Justicia de los EE.UU. hispano, y un producto del sueño estadounidense, se me recuerda constantemente mi papel como representante de los sueños y oportunidades que todos esperamos de los Estados Unidos.

Creo que el sueño estadounidense se trata de vivir y prosperar en una sociedad segura, lícita y prometedora. Y se trata de un sueño que, por muchos años, ha contado con la protección, en gran parte, de acciones y actividades del Departamento de Justicia. Por lo tanto, soy plenamente conciente de las preguntas que se me hacen: ¿Estamos haciendo todo lo posible para evitar otro ataque terrorista? ¿Son más seguros nuestros vecindarios? ¿Menos personas participan en la vida destructiva de las drogas y las pandillas? ¿Estamos teniendo éxito en la eliminación de la discriminación ilegal? ¿Nuestra sociedad es abierta y acogedora en lo que se refiere al sueño del inmigrante?

En el Departamento de Justicia, formulamos estas preguntas como una manera de medir nuestra labor. Trabajamos cada día para proteger el sueño estadounidense para cada ciudadano y generaciones futuras.

Y si bien la historia será quien en definitiva juzgará nuestro éxito, creo que estamos logrando progresos en una serie de asuntos importantes, incluidos la lucha contra el terrorismo; el combate al delito violento, al tráfico de drogas y a los delitos cibernéticos; la protección de los derechos civiles; y asegurar que nuestras instituciones públicas y privadas operen con integridad. He concentrado al Departamento en estos objetivos estratégicos; sin embargo, deseo hablarles hoy sobre tres áreas de preocupación principal para los hispanos de todo el país: las pandillas violentas, los derechos civiles y la inmigración.

***

Todo ciudadano de los Estados Unidos merece vivir libre del temor al delito violento. Permanece nuestra concentración en reducir los delitos con arma de fuego y liberar a las comunidades del dominio de la violencia de pandillas.

En demasiadas comunidades, especialmente entre los hispanos, los jóvenes eligen participar en una pandilla en lugar de jugar en un equipo de béisbol juvenil o hacerse miembros de los boy scouts. Pero es una opción insensata... no existe futuro en ser miembro de una pandilla. Las pandillas hacen añicos los sueños de aquellos que sucumben a sus promesas falsas y destruyen a prácticamente cualquiera que se les cruce.

Recientemente, anuncié una importante iniciativa nueva para combatir las pandillas en todo el país. Y esta mañana, estuve en Los Ángeles con el Alcalde Villaraigosa para anunciar que su ciudad es una de las seis áreas que participará en un proyecto piloto para la dedicación de recursos antipandilla de maneras nuevas e imaginativas. Además de L.A., este programa ayudará a combatir la actividad de pandillas en Cleveland; Dallas-Fort Worth; Milwaukee; Tampa; y el "Corredor 222 [dos-veintidós]" que se extiende de Easton a Lancaster, Pensilvania, cerca de Filadelfia.

Este programa nuevo se centrará en tres áreas: prevención, coacción dirigida y reincorporación de presos a la sociedad.

Comenzaremos con la prevención; trabajaremos en resolver los factores personales, familiares y comunitarios que hacen que los jóvenes elijan convertirse en delincuentes juveniles y optar por las pandillas en lugar de alternativas mejores, más seguras y productivas. El encarcelar a un miembro de pandilla puede hacer que la comunidad local sea más segura; sin embargo, en muchos casos significa que hemos perdido la batalla para el futuro de esa persona. Debemos salvar a nuestros jóvenes antes de eso. Cuanto más éxito tengamos en esta área, menos serán las personas que tendremos que enjuiciar por actividad violenta en el futuro.

Lamentablemente, siempre habrá la necesidad de coacción. Por lo tanto, la segunda parte del programa proporcionará subsidios para ayudar a las fuerzas del orden público estatales y locales a atacar a los miembros de pandillas más significativos y violentos, y encerrarlos para que ya no puedan ser una amenaza a sus comunidades. La participación federal suele ser más eficaz...podemos imponer sentencias más rigorosas de las que están disponibles a través de las leyes estatales. Además, el encarcelamiento es más disuasivo cuando se muda a los miembros de pandillas de la zona de conforto de las instalaciones de detención locales y estatales a un establecimiento federal.

Por último, deseamos asegurar que los transgresores que se reincorporen a la sociedad no regresen a las actividades violentas. Esta nueva iniciativa promoverá la asistencia de reincorporados por mentores e incluye todo, desde el alojamiento de transición y la colocación en empleos hasta el tratamiento para abuso de sustancias y de salud mental. Cuando transgresores obtienen una segunda oportunidad de dejar de lado las armas ilegales y la violencia, tenemos la responsabilidad de armarlos con las destrezas y el apoyo que necesitan para vivir el sueño estadounidense.

***

Hace cuarenta años, el color de la piel de uno era un obstáculo tan grande para el sueño estadounidense como las pandillas violentas. Mi madre me ha recordado que, en su tiempo de vida, ella y su familia eran obligados a usar la puerta trasera de un restaurante en lugar de la puerta delantera debido a su raza, y recientemente ella entró por la puerta delantera de la Casa Blanca para conocer al Presidente de los Estados Unidos. Claramente, hemos progresado. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en la promoción de los derechos civiles de todos los ciudadanos de los Estados Unidos, en particular, el derecho a votar.

Hace dos semanas, estuve en Chicago para anunciar la divulgación de un informe que detalla la labor del Departamento de Justicia para acabar con el mal pernicioso del tráfico de personas - uno de los principales problemas de derechos civiles de nuestro día.

El informe cuenta la historia humana dolorosa de hombres y mujeres jóvenes, muchos de ellos hispanos, que son contrabandeados a los Estados Unidos y vendidos como sirvientes domésticos o trabajadores del campo, encerrados en fábricas esclavizantes, o forzados a trabajar como prostitutas y esclavos sexuales.

Estas historias son muy conocidas para aquellos de ustedes que informan sobre este delito vil y degradante. Me perturbó especialmente oír una historia de mi estado natal de Texas. Un grupo de mujeres mexicanas fueron llevadas a Texas a través de la frontera por contrabandistas de extranjeros y colocadas en "abrigos seguros". Mientras los contrabandistas intentaban extorsionar más dinero de las familias de las víctimas, obligaban a las jóvenes a cocinar y limpiar durante el día, y las violaban y golpeaban brutalmente de noche.

Cuando dos de las mujeres intentaron escapar, el líder de la pandilla ordenó que las mataran. Las desnudaron, la pandilla entera las violó y las dejaron por muertas en una zanja de canal al costado de una carretera de Texas. Milagrosamente, una familia vecina las encontró, obtuvo ayuda para las jóvenes, quienes pudieron asistir a las fuerzas del orden público y fiscales a rescatar a las demás víctimas y colocar a los delincuentes detrás de rejas.

Debido a mis antepasados, quienes vinieron a los Estados Unidos en búsqueda de una oportunidad, me horrorizan especialmente los traficantes que atraen a sus víctimas a nuestro país con promesas de una vida mejor. No hay lugar en nuestra sociedad compasiva para esos vendedores ambulantes de sueños no cumplidos. El Presidente Bush ha prometido su apoyo a esta labor, y yo he hecho de proteger los derechos civiles una de mis prioridades más altas en el Departamento de Justicia.

***

Como muchos de ustedes saben, el sueño estadounidense es, de muchas maneras, un sueño de inmigrantes nada distinto al que vivieron muchas personas en esta sala y nuestros antepasados que vinieron a los Estados Unidos para encontrar la libertad y la oportunidad.

Estaba con el Presidente esta semana cuando dio la bienvenida a un grupo de ciudadanos recién naturalizados. Les habló sobre las oportunidades y responsabilidades que acompañan a la ciudadanía. Y reiteró su visión de una política de reforma de inmigración exhaustiva que se base en las leyes y refleje nuestro deseo profundo de ser una Nación compasiva y decente.

Como Secretario de Justicia de los Estados Unidos, soy responsable por hacer valer la ley. Una estrategia de inmigración razonable debe incluir la coacción, especialmente la coacción creada para evitar que terroristas y delincuentes entren a nuestro país, así como proporcionar oportunidades legales para que inmigrantes puedan venir en búsqueda de sus sueños, ocupando puestos que no puedan ser ocupados por trabajadores estadounidenses.

El Presidente ha definido tres elementos críticos para su política de inmigración: mejorar la seguridad a lo largo de nuestras fronteras, fortalecer la coacción asociada a la inmigración dentro de nuestro país, y proporcionar opciones legales para las personas que deseen quedarse en los Estados Unidos temporalmente para trabajar. Lo he oído decir muchas veces: "Los valores de la familia no desaparecen al llegar al Río Grande".

Sin embargo, en un mundo pos 11 de septiembre, debemos saber quién está entrando a nuestro país y por qué. Hemos trabajado arduamente para proteger nuestros aeropuertos y puertos; hemos implementado la infraestructura necesaria para compartir información sobre amenazas con más eficiencia; sin embargo, la seguridad de nuestros ciudadanos también depende de nuestra capacidad de controlar la frontera. Y lo haremos.

Mucho del debate asociado a la inmigración se centra en el pedido del Presidente de un Programa del Trabajador Temporal como una forma de unir a trabajadores dispuestos con empleadores dispuestos...especialmente para tareas que los ciudadanos de los Estados Unidos no están dispuestos a realizar. Esto no debe confundirse con amnistía, la cual el Presidente ha rechazado enérgicamente por considerarla injusta y poco prudente.

Como Secretario de Justicia de los Estados Unidos, entiendo que, con un programa del trabajador temporal, menos personas intentarán entrar ilegalmente a nuestro país para trabajar...y eso significa que nuestra labor de coacción puede concentrarse en terroristas y otros delincuentes que busquen entrar a nuestro país, no para trabajar, sino para perjudicar a nuestra Nación a través de actividades terroristas o delictivas.

Estados Unidos es el país más fantástico del mundo. En Los Ángeles, hablé sobre como apenas en este país un hispano puede ser el alcalde de una de las principales ciudades o la mayor autoridad de las fuerzas del orden público del lugar. Como estadounidense hispano, es importante para mí que el Presidente piense que los Estados Unidos deben reconocer y valorar nuestra diversidad y nuestro legado como nación de inmigrantes.

El Presidente entiende que esta es una discusión nacional importante. Desea que el Congreso tome acción en un plan de inmigración que tenga sentido para todos, que nos mantenga seguros y mantenga nuestra economía en crecimiento. Sin embargo, el Presidente desea que el debate sea digno, para honrar nuestras tradiciones y respetar las diferencias que hace tanto tiempo son parte del sueño estadounidense.

***

José Martí, consumido con los sueños de su patria, escribió:

Como cuerpos que ruedan por un plano inclinado, así las ideas justas, por sobre todo obstáculo y valla, llegan a logro. Será dado precipitar o estorbar su llegada; impedirla, jamás. Valoro todo lo que hacen para asegurar que las ideas justas lleguen a logro. Ya sea combatiendo pandillas, preservando los derechos civiles o elaborando un programa de inmigración exhaustivo, confío en que lograremos nuestros objetivos como los cuerpos que ruedan por un plano inclinado.

No lo haremos solos en el Departamento de Justicia o en el Gobierno de Bush. Necesitaremos asociados en todo el espectro político y todo el país: ciudadanos preocupados que quieren que las mismas esperanzas y oportunidades del sueño estadounidense estén disponibles para su hijos y nietos. Lo lograremos y lo lograremos juntos.

Gracias. Que Dios bendiga a ustedes y a sus familias, que siga iluminando sus informes y redacción, y que siga bendiciendo a los Estados Unidos de América.

###