Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales en la 18° Conferencia Anual sobre Delitos contra Menores

Dallas, Texas
21 de agosto de 2006

Buenos días. Siempre es un placer venir a Texas y estoy particularmente feliz de estar aquí para hablar de un tema que me toca profundamente, que es la protección de nuestros niños.

La detención de sospechosos de terrorismo hace casi dos semanas en el Reino Unido nos recordó que si bien han pasado cinco años desde el ataque a los Estados Unidos el 11 de septiembre, seguimos estando en una guerra contra el terrorismo. Todos los integrantes de la comunidad de las fuerzas del orden público estamos dedicados a esta labor de protección de nuestro estilo de vida, nuestros valores y el imperio de la ley.

¿Por qué luchamos?

Luchamos por nuestros hijos, para que puedan disfrutar la promesa de los Estados Unidos. Luchamos por su inocencia y sus sueños. Es una lucha por nuestro futuro.

Y por más que los estadounidenses elijan aceptarlo o no, tenemos por delante una lucha similar por nuestros niños. La lucha contra el terrorismo sigue siendo la mayor prioridad del Departamento de Justicia. Pero la verdad es que nuestros niños corren un riesgo sustancial de ser dañados por un predador sexual. Para afrontar esta amenaza a los Estados Unidos, debemos erguirnos juntos como soldados en el ejército de la compasión llamado a armas por el Presidente Bush.

Creo que todos los presentes aquí hoy – incluso quienes no son padres – consideran que es verdad que tenemos una vocación y estamos embarcados en una misión para proteger a nuestros niños. Esta es nuestra responsabilidad. . . nuestra motivación. . . nuestro objetivo diario.

Lamentablemente, el objetivo diario de otras personas es oscuro y siniestro. Dañar a nuestros niños, aprovecharse de su inocencia, es el objetivo de los predadores sexuales.

No se equivoquen, esta es una guerra.

Es una realidad devastadora enterarse que todos los días se aborda sexualmente a niños en línea.

Todos los días.

Todos los días, estos delincuentes están a la búsqueda de niños a quien herir. Todos los días, visitan salas de chat donde nuestros niños piensan que están seguros. Todos los días, miran pornografía infantil con la esperanza de realizar esos actos enfermizos ellos mismos y quizás documentar sus delitos para poder alardear al respecto con otros depravados.

La única respuesta posible a sus horrendas ambiciones es responder con una mayor perseverancia:

Todos los días, debemos volver a dedicarnos a investigar, atrapar y enjuiciar a estos individuos depravados.

Todos los días, debemos educar a los niños y padres sobre la amenaza.

Y todos los días, debemos hablarles a nuestros propios hijos sobre lo que ven, escuchan y las personas con las que se comunican a través del Internet.

El Internet ha dificultado aún más la responsabilidad global de proteger a nuestros niños. Si bien quizás sea la mayor invención de nuestra generación, esta herramienta lamentablemente también ha brindado elementos que los delincuentes adoran: un manto de anonimato, comunicaciones veloces y acceso global a víctimas potenciales. El Internet le ha brindado a los pedófilos salas ocultas, sombras oscuras y rutas de escape ilimitadas. Ha hecho que resulte difícil encontrar al delincuente, pero sumamente fácil ver el delito.

El Internet también les permite jactarse de sus delitos, y crear un campo de competencia enfermizo para ver quién logra producir las fotos o videos de violación o abuso sexual más impensables. En sus mentes perversas, cuanto más jóvenes, mejor.

La mayoría de las imágenes actuales de pornografía infantil exhiben abuso sexual real de menores reales. Cada imagen documenta literalmente una escena de delito. Estas no son solo fotos o videos "pornográficos". Son imágenes gráficas de abuso sexual y físico de niños inocentes, a veces incluso bebés. Necesitamos lograr que el público—así como las autoridades gubernamentales—empiece a encarar el tema como corresponde. Es algo brutal, es hediondo y es criminal.

El desafío que enfrentamos en el ciberespacio fue subrayado por una nueva encuesta nacional, divulgada en las últimas semanas, llevada a cabo por investigadores de la Universidad de New Hampshire para el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados. El estudio reveló que un tercio de todos los niños de entre 10 y 17 años que utilizan el Internet estuvieron expuestos a material sexual no deseado. La mayoría de este material era extremadamente gráfico.

Pero había algunas buenas noticias en el estudio. Determinó que ha habido una disminución en la cantidad de niños que han recibido ofertas sexuales en línea. Uno de cada siete niños encuestados en esta ocasión habían recibido una oferta sexual en línea, lo que constituye una mejora del seis por ciento con respecto a la última encuesta, llevada a cabo hace cinco años, en la que uno de cada cinco niños había recibido este tipo de propuestas. Esto seguramente signifique que padres e hijos están concienciándose más sobre los peligros que existen en línea y siendo más responsables en la manera en la que utilizan el Internet.

De todos modos, tenemos mucho trabajo por delante. Uno de cada siete niños recibiendo ofertas es demasiado porque ningún niño debería recibirlas.

Y esta última encuesta mostró que no habido una disminución en las ofertas sexuales en línea más agresivas, en las cuales los pedófilos más depravados de hecho intentan tener un contacto personal con un niño.

Lo que me lleva a mi primer punto: todos los días. Todos los días, intentan dañar a nuestros niños y todos los días debemos trabajar para detenerlos.

El inquietante mensaje de que estos actos criminales contra niños ocurren todos los días en los Estados Unidos ha sido repetido con efectividad en los Anuncios de Servicio Público del Consejo Publicitario sobre este tema.

Me complace anunciar hoy que el Departamento de Justicia se asoció con el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados [National Center for Missing and Exploited Children (NCMEC)]y el Consejo Publicitario en una nueva serie de Anuncios de Servicio Público [Public Service Announcement (PSA)].

Esta nueva campaña de PSA se sumará al gran trabajo ya realizado por el NCMEC y el Consejo Publicitario para generar conciencia sobre los peligros de la explotación sexual de niños en línea y para ayudar a padres y niños a protegerse de predadores sexuales en línea.

Con campañas publicitarias como estas, seguiremos aumentando la visibilidad de estos temas y al mismo tiempo informaremos a adolescentes y padres sobre los riesgos en línea. La nueva serie de PSA será distribuida a principios de 2007 y estamos orgullosos de asociarnos con el NCMEC y el Consejo Publicitario en esta importante iniciativa.

También quiero hablar de la labor que realizamos en el Departamento de Justicia, junto con todos ustedes, para proteger a nuestros niños, pero creo que es importante mencionar, en primer lugar, algunas de las víctimas por las que luchamos. Ya que, a fin de cuentas, luchamos para prevenir delitos futuros, pero lo hacemos de parte de quienes ya han sufrido muchísimo.

Luchamos por la niña de nueve años que fue víctima de abuso sexual cometido por un consejero de campamento de un hotel durante vacaciones familiares. En el estado de shock, dolor y confusión que sufría por lo que le había ocurrido, temía que su padres podrían quererla menos por lo que había ocurrido.

Luchamos por el honor de Jessica Lunsford, quien fue violada, envuelta en bolsas de plástico, enterrada viva, con un delfín de peluche en los brazos, sola, abandonada para morir asfixiada cuando solo tenía nueve años.

Luchamos por Jetseta Gage, quien tenía 10 años cuando un amigo de la familia la secuestró, la llevó a una casa rodante abandonada al sudoeste de la Ciudad de Iowa, la violó y la mató.

Sabemos que no podemos revivir a Jessica o Jetseta, pero podemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para proteger a todo niño inocente... hoy y todos los días a partir de hoy.

Repito, nuestro mayor objetivo es la prevención.

Porque un menor abusado sexualmente lleva una cicatriz tan profunda que toda la justicia del mundo no podría borrarla por completo. Para ellos, las cosas nunca se arreglan - nunca. En ningún momento podremos decir, "ya pasó".

Como oficial de las fuerzas del orden público, y como padre, estoy dedicado a prevenir estos horrendos delitos. Sé que todos ustedes se sienten de la misma manera. Queremos poder decirles a los niños de los Estados Unidos, nuestros niños, "están a salvo".

***

La Ley de Protección y Seguridad Infantil Adam Walsh de 2006, firmada por el Presidente en julio, nos ayudará a mantener a salvo a nuestros niños mediante la prevención de estos delitos. Esta ley exige registros estrictos de delincuentes sexuales. Aumenta las penas y nos ayuda a mantener a los delincuentes sexuales lejos de nuestros hijos, inclusive después de haber sido liberados de la prisión.

Además, quiero mencionar específicamente dos cosas que esta legislación histórica hizo para reforzar la labor que realizamos en el Departamento de Justicia para proteger a los niños:

Primero, la nueva ley establece la Oficina de Sentencia, Control, Detención, Registro y Supervisión de Delincuentes Sexuales [Sentencing, Monitoring, Apprehending, Registering and Tracking Office (SMART)] y le asigna diversas funciones importantes respecto del registro de delincuentes sexuales. La Oficina SMART estará encabezada por un Director designado por el Presidente. Actualmente trabajamos para establecer esta Oficina, la cual será vital para nuestra labor constante para proteger a los niños.

Segundo, al "Proyecto Niñez Segura" del Departamento de Justicia, lanzado a principios de este año, también se le otorgó autoridad legal a través de la ley Adam Walsh. Como todos saben, es el elemento central de las iniciativas del Departamento para proteger a los niños de los Estados Unidos.

Quiero discutir brevemente el Proyecto Niñez Segura. Creo que la campaña para proteger a nuestros niños es como una sólida banqueta de tres patas: una pata es la contribución federal encabezada por Fiscales Federales; otra son las fuerzas del orden público estatales y locales, incluyendo el extraordinario trabajo de las fuerzas de tarea de Delitos en Internet contra Menores para los Programas de la Oficina de Justicia del Departamento; y la tercera son las organizaciones no gubernamentales, como el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, sin el cual no tendríamos a la Línea Abierta Cibernética y a los defensores de víctimas.

Ninguna de nuestras iniciativas puede funcionar sola. Todas ellas deben implicar altos niveles de intercambio y coordinación. Y de eso se trata el Proyecto Niñez Segura.

Esta importante iniciativa promete más recursos federales, pero espero que su mayor logro sea un aumento en la colaboración y la cooperación.

Sé que ustedes son los expertos, así que deseo agradecerles por su gran trabajo y dedicación. Pero también les pido su colaboración, porque el Proyecto Niñez Segura se trata de unir a distintos expertos y una solidaridad compartida de compromiso hacia la protección de niños.

El Proyecto Niñez Segura tiene la meta de ser amplio: cubrir todo lo que ustedes hacen, desde investigaciones hasta enjuiciamientos, desde prevención hasta el trato de niños abusados o explotados. Pero no funcionará sin su ayuda.

El proyecto ya nos ha ayudado a identificar algunas tendencias y necesidades, lo que es muy bueno. Por ejemplo, muchos de ustedes nos dijeron que se necesitaba una mayor presencia federal en algunos estados y localidades a raíz de la escasez de leyes penales, esquemas de sentencias débiles o recursos inadecuados para brindar un castigo significativo a explotadores y abusadores de niños.

Por lo que si bien hacemos todo lo posible en el nivel federal y utilizamos las asociaciones en la mayor medida posible, también alentamos a las legislaturas estatales a analizar las leyes que poseen y endurecerlas si es necesario. La gran mayoría de los estados lo han hecho, y corresponde felicitar a los legisladores, pero las protecciones apropiadas no son universales, como debería ser.

Aliento a las legislaturas a analizar si los funcionarios y fiscales de su jurisdicción tienen suficiente poder de orden de comparecencia para casos de explotación infantil.

En estados donde todavía no es ley, la posesión de pornografía infantil – incluso sin la intención de distribuirla – debe ser declarada delito grave.

Y algunos estados deben aumentar las sentencias disponibles para determinados tipos de abuso y explotación.

Cuando se trata de fortalecer la ley estatal, debemos, una vez más, trabajar conjuntamente. Nuestra labor conjunta puede provocar un cambio positivo en las leyes estatales respecto de delitos de explotación sexual. Esto nos permitirá atacar de manera integral a los predadores sexuales, maximizando el castigo y la disuasión tanto en el nivel federal como el estatal en toda la Nación.

Nuestra lucha contra la proliferación de pornografía infantil y abuso de menores tampoco se detiene en nuestras fronteras. Requiere de una estrategia global. Esto nos obliga a prestarles atención a las leyes sobre explotación sexual infantil en otros países.

Muchos países tienen castigos increíblemente leves para delitos de pornografía infantil. Por ejemplo, en diversas naciones la producción de pornografía infantil es castigada con solo una multa o penas a prisión de menos de seis meses o un año. La posesión simple se castiga solamente con una multa. De la misma manera que necesitamos que algunos estados endurezcan sus leyes para castigar a los delincuentes sexuales de menores, debemos alentar a algunos legisladores extranjeros para que hagan lo mismo.

En el nivel de coacción, el Departamento de Justicia ya está involucrado activamente en la lucha de la pornografía infantil en todo el mundo. Participamos en grupos internacionales de coacción como la Interpol, enviamos al extranjero a agentes federales de las fuerzas del orden público del FBI y otras dependencias, y trabajamos codo a codo con oficiales extranjeros de las fuerzas del orden público para investigar y enjuiciar casos. Con muchos de ustedes, estamos comprometidos a librar esta batalla contra predadores de menores en todos los rincones del mundo.

*** Sé que todos lo que se encuentran en este salón hoy trabajan en enfoques duros e innovadores para la protección de niños, y deseo agradecerles otra vez por su labor y su colaboración. Cuanto más trabajemos juntos, protegeremos a más niños de los delitos que provocan heridas que nunca sanan.

Existe una red enorme y aterradora de delincuentes o posibles delincuentes que buscan dañar a nuestros niños. Sin embargo, nosotros también tenemos una red. Y nuestra red también es amplia. Se extiende de costa a costa, de ciudad en ciudad, e incluye a cada padre, cada escuela, cada comisaría, cada tribunal, cada defensor de víctimas y cada voluntario. Nuestra red, cuando se la usa con su mayor potencial, puede vencer a estos predadores que aplastan el alma de sus víctimas.

Juntos, podemos encerrar a estos pedófilos peligrosos, retirarlos de nuestras calles, nuestros vecindarios y del Internet.

Les agradezco por su dedicación a esta causa, y me complacerá seguir llevando a cabo esta lucha junto con ustedes. Solo soy un soldado en el ejército de compasión que mencioné antes. Pero pueden contar conmigo para acompañarlos, luchar hombro a hombro... con nuestras voces unidas como si fueran una.

Que Dios los bendiga y los guíe en su importante labor, y que siga bendiciendo a esta gran nación. Gracias.

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