Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales en la Conferencia de Ministros del Interior de la U.E. en Viena

Viena, Austria
5 de mayo de 2006

Gracias. Aprecio la oportunidad de iniciar el diálogo de hoy sobre nuestra lucha compartida para proteger la seguridad de nuestros ciudadanos frente a la amenaza continua del terrorismo global.

En primer lugar, deseo rendirle tributo al rol crucial de la Unión Europea y otras naciones reunidas aquí hoy en la lucha contra el terrorismo. Muchos de ustedes, y sus ciudadanos, han sufrido a manos de terroristas durante mucho más tiempo que los Estados Unidos. Y ese sufrimiento ha seguido en las calles de Londres, Madrid y muchísimos otros puntos y países que serían imposibles mencionar ahora. Ya sea que el acto se realice bajo la bandera de Al Qaeda, las Brigadas Rojas, el "IRA de la Continuidad", la ETA o de otros grupos, el fin es el mismo: violencia perpetua destinada a debilitar la democracia y el imperio de la ley.

Y en parte por la extensa experiencia de Europa en la lucha contra el terrorismo, comprendo la visión del terrorismo que tienen muchos de ustedes y sus ciudadanos como un asunto penal, del cual deben ocuparse exclusivamente sus sistemas de justicia penal... y muchos de ustedes poseen herramientas legales bien desarrolladas para lidiar con los terroristas.

Pero los ataques del 11 de septiembre enfrentaron a los Estados Unidos con un nuevo tipo de conflicto y un enemigo que ha probado ser capaz de generar bajas masivas en una escala que no se había contemplado anteriormente. Al enfrentar a un adversario muy peligroso, los Estados Unidos respondieron poniendo sobre la mesa todas nuestras herramientas para vencer la amenaza, incluyendo, cuando fuera apropiado, la acción militar.

No cabe duda de que existen casos en los que nuestro sistema de justicia penal es la manera adecuada de que los terroristas enfrenten la justicia y de proteger a los Estados Unidos. Aunque, como bien sabemos, los casos de terrorismo son difíciles de enjuiciar, hemos tenido éxito en nuestros tribunales. Sin embargo, también existen casos en los que la seguridad nacional de los Estados Unidos requiere una respuesta militar y los episodios de guerra correspondientes, como la detención de combatientes enemigos y el uso de comisiones militares. Por lo tanto, hemos encarado la lucha contra el enemigo terrorista en todos los frentes y hemos logrado avances. En el contexto de la justicia penal, hemos centrado al Departamento de Justicia, incluyendo la Oficina Federal de Investigación [Federal Bureau of Investigation (FBI)], en la lucha contra el terrorismo y hemos promulgado nuevas leyes, como la Ley PATRIOTA, que nos ayudan a investigar y enjuiciar crímenes relacionados con el terrorismo.

Pero también sabemos que nuestro enemigo es muy paciente – no solo quiere hacerle daño a los Estados Unidos, sino que también desea dañar a nuestros amigos y aliados. Hoy tenemos mayor seguridad, pero todavía no estamos seguros. Recurrimos a la Unión Europea y a las naciones reunidas hoy aquí para pedirles ayuda y apoyo. Observamos sus experiencias y lecciones aprendidas y estudiamos lo que hacen. Y lo que observamos es que nuestros sistemas son muy diferentes en algunos aspectos y que algunos de ustedes poseen herramientas legales para lidiar con el terrorismo con las que no cuenta el sistema de justicia penal de los Estados Unidos.

Por ejemplo, los países europeos han adoptado una serie de distintos regímenes de detención preventiva que no existen en los Estados Unidos. Algunas naciones han implementado "órdenes de control" que restringen la libertad de movimiento y comunicación de los sospechosos. En cambio, los fiscales en los Estados Unidos están mucho más limitados bajo nuestras leyes y nuestra Constitución.

Asimismo, en muchos estados europeos, hace mucho que existe la práctica de establecer vigilancia electrónica sin una orden judicial, lo que no se considera que incompatible con el respeto adecuado a intereses de libertad y privacidad. En cambio, como saben, en los Estados Unidos ha habido un gran debate sobre si el Programa de Vigilancia de Terroristas violaba la Constitución de los EE.UU. o los derechos civiles dado que no se exigían órdenes judiciales. La respuesta a esa pregunta es "No" – el programa es totalmente constitucional y protege las libertades civiles. Sin embargo, el mero hecho de que se haya producido un debate refleja la diferencia de perspectiva entre los EE.UU. y Europa en cuanto a la vigilancia electrónica.

Lo mismo ocurre con la intersección de libertad de expresión y terrorismo: hace mucho que observadores vienen notando la diferencia entre el concepto estadounidense de libertad de expresión, que es más amplio, y el europeo, que es más estricto. En el contexto de la lucha contra el terrorismo, esto significa que países europeos pueden ir más allá y sancionar actos de expresión, lo que sería imposible en los Estados Unidos. Esto es relevante en nuestras discusiones sobre clausurar portales que reclutan extremistas religiosos de jihad.

Ahora, deseo aclarar que no estoy abogando que los Estados Unidos deban adoptar el modelo europeo en la lucha contra el terrorismo o viceversa. En cambio, solo deseo señalar que nuestras democracias han desarrollado estructuras gubernamentales diferentes para luchar contra el terrorismo de un modo que proteja los derechos en formas diferentes.

Pero estas diferencias no han impedido que trabajemos juntos. Todo lo contrario; en los últimos años, hemos logrado nuevos niveles de cooperación sin precedentes entre nuestros respectivos sistemas de justicia penal. Los primeros tratados de los EE:UU. con la Unión Europea tuvieron que ver con la extradición y la asistencia legal mutua.

Un área importante de cooperación que vale la pena destacar es la información compartida sobre sospechosos de terrorismo. Dado que los EE.UU. y la U.E. comparten principios y protecciones fundamentales respecto de la privacidad, hemos podido concretar acuerdos para compartir información con Europol. Hemos podido trabajar con la U.E. para diseñar disposiciones de protección de la información para la Convención del Delito Cibernético del Consejo de Europa.

Además, podemos ampliar esta cooperación mediante el desarrollo de nuestra labor conjunta contra la delincuencia organizada. Cuando se acepta un soborno de un traficante de drogas o un traficante de personas, las consecuencias ya son lo suficientemente severas. Sin embargo, un soborno de alguien que trafica armas de destrucción masiva es potencialmente catastrófico. Además, los estados que no pueden hacer valer sus leyes penales contra la delincuencia organizada y la corrupción gubernamental son demasiado débiles como para combatir a los terroristas.

En el futuro, debemos ampliar aún más esta cooperación, con respeto hacia nuestros sistemas legales diferentes, y encontrar formas de extender esta cooperación a los otros países que la Presidencia de Austria ha congregado aquí hoy. Debemos poder compartir información de inteligencia importante, ya que resulta crucial para realizar un enjuiciamiento en otro país. Debemos desarrollar sistemas que permitan que nuestros respectivos países compartan información delicada sin temor de comprometer la seguridad nacional. Y debemos guardar información y tenerla a disposición para poder compartirla con otro país sin comprometer intereses legítimos de privacidad.

En resumen, el hecho de que las diversas naciones reunidas aquí posean diferentes medios de apoyar los ideales democráticos que compartimos no necesariamente significa que estemos — y de hecho no lo estamos — menos unidos en la lucha contra el terrorismo global. Como dijo el Alto Representante de la U.E. Javier Solana, "las acciones conjuntas para luchar contra el terrorismo internacional [son] una de las historias de éxito trasatlántico sin el merecido reconocimiento".

Y para que este éxito se incremente aún más, es crucial que mantengamos el dialogo que tenemos, superemos nuestras dificultades y reafirmemos los lazos que nos unen. Para todos nosotros es esencial prevalecer en esta lucha global. Únicamente a través de una asociación fuerte y continua entre los Estados Unidos, la Unión Europea y los países limítrofes podremos extinguir la amenaza terrorista.

Les agradezco una vez más por esta oportunidad de iniciar nuestro diálogo.

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