LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA
(Extractos del documento de 1776, en el cual las colonias norteamericanas proclamaron su independencia de Gran Bretaña)
Cuando en el curso de los Acontecimientos humanos se hace necesario que un Pueblo disuelva los vínculos políticos
que lo han unido a otro y asuma entre las Naciones de la Tierra el puesto de independencia e igualdad al que le dan derecho tanto las Leyes de la Naturaleza como el Dios de esa misma naturaleza, el decoroso respeto para con el juicio del resto de la humanidad exige que ellos declaren las causas que los han conducido a tal separación.
Sostenemos como verdades evidentes por sí mismas que todos los hombres son creados iguales, que a todos les confiere el Creador ciertos Derechos inalienables entre los que se encuentran la Vida, la Libertad y la Búsqueda de la Felicidad. [Sostenemos] que para garantizar esos Derechos, los Hombres instituyen Gobiernos cuyos justos poderes provienen del consentimiento de los gobernados. Que siempre que cualquier Forma de Gobierno tienda a destruir esos objetivos, el Pueblo tiene Derecho de reformarla o abolirla, y de instituir un nuevo Gobierno que esté fundado en tales principios y a organizar sus poderes en forma tal que, a juicio de ellos mismos, sea el más apto para garantizar su Seguridad y Felicidad. La Sensatez nos aconseja efectivamente que, por motivos leves y transitorios, no se cambie a Gobiernos que fueron establecidos largo tiempo atrás; y en efecto la experiencia nos ha enseñado que el ser humano está más dispuesto a sufrir mientras sus males sean tolerables, que a hacer cambios mediante la abolición de prácticas a las cuales ya se ha acostumbrado. Sin embargo, cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, que invariablemente persiguen el mismo Objetivo, demuestran el designio de someter a un pueblo al despotismo absoluto, éste está en su derecho, en su deber, de derrocar a ese Gobierno y proveer nuevas garantías para su seguridad futura. Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas Colonias y tal es ahora la necesidad que las obliga a reformar su anterior Sistema de Gobierno....
Por lo tanto, nosotros, los Representantes de Estados Unidos, reunidos en un Congreso General, apelando ante el Juez Supremo del Universo la rectitud de nuestras intenciones
y en nombre y por Autoridad del noble Pueblo de estas Colonias, proclamamos solemnemente y declaramos que estas Colonias Unidas son, y por Derecho deben ser, Estados Libres e Independientes.... Y para respaldar esta Declaración, con firme confianza en la protección de la Divina Providencia, empeñamos mutuamente nuestra Vida, nuestra Fortuna y nuestro sagrado Honor.
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