Es una infección en las uñas causada por un hongo.

El organismo normalmente alberga una variedad de microorganismos como bacterias y hongos, algunos de los cuales son beneficiosos para el cuerpo, mientras que otros se pueden multiplicar en forma rápida y causar infecciones. Los hongos pueden vivir en los tejidos muertos del cabello, las uñas y las capas cutáneas externas.

Las infecciones micóticas incluyen hongos tipo moho que causan:

• Pie de atleta
• Tiña inguinal
• Tiña
• Tiña de la cabeza

Entre las infecciones micóticas también se encuentran hongos levaduriformes, como la cándida e incluyen:

• Dermatitis del pañal
• Afta
• Candidiasis cutánea
• Algunos casos de erupciones genitales

Las infecciones micóticas de la uña se observan con más frecuencia en los adultos y generalmente están precedidas por infección micótica en los pies. Estas infecciones pueden ser muy difíciles de tratar y a menudo pueden reaparecer. Además, las uñas de los pies se afectan con mayor frecuencia que las de las manos.

Las personas que frecuentan piscinas públicas, gimnasios o duchas y quienes transpiran mucho, comúnmente presentan infecciones por tiña, debido a que los hongos que las causan prosperan en áreas húmedas y cálidas.

El riesgo de adquirir una infección micótica se incrementa por el uso de calzado apretado (cerrado), por tener la piel húmeda en forma prolongada y por lesiones leves en la piel o las uñas.

• Cambios en las uñas (en una o más) normalmente las de los pies.
  • Fragilidad
  • Decoloración
  • Pérdida de lustre y brillo
  • Engrosamiento
  • Distorsión de la forma de la uña
  • Desmoronamiento de la uña
  • Detritos atrapados debajo de las uñas
  • Aflojamiento (desprendimiento) de la uña

El médico hace el diagnóstico de una infección micótica sobre la base de la apariencia de las uñas.

El diagnóstico se puede confirmar al raspar la uña para realizar un cultivo o un examen bajo el microscopio con el fin de identificar el tipo de hongo.

El uso de cremas y ungüentos de venta libre por lo general no sirve para tratar esta afección.

Los medicamentos antimicóticos recetados que se toman por vía oral pueden ayudar a eliminar el hongo en aproximadamente el 50% de los pacientes. Sin embargo, estos medicamentos pueden causar efectos secundarios o interferir con otros medicamentos que el paciente esté tomando.

En algunos casos, el médico puede extirpar la uña. Las uñas crecen lentamente, de tal manera que aun si el tratamiento es efectivo, puede tomar hasta un año para que crezca en su lugar una uña nueva y más clara.

Las infecciones micóticas de la uña pueden ser difíciles de tratar y se pueden convertir en reservorio para los organismos micóticos, lo que permite su recurrencia en la piel o en las uñas. La infección se cura con el crecimiento de uñas nuevas no infectadas, pero la recurrencia es común incluso con un tratamiento exitoso.

• Daño permanente a las uñas
• Infecciones cutáneas secundarias, incluyendo paroniquia
• Infecciones micóticas recurrentes en las uñas o en otras partes del cuerpo

Se debe buscar asistencia médica, si se experimentan persistentes infecciones micóticas de la uña o si los dedos duelen, se enrojecen o drenan pus.

Una buena higiene y un buen estado general de salud ayudan a prevenir las infecciones micóticas, así como mantener la piel limpia y seca. También, se recomienda tener un cuidado adecuado con las uñas (ver Tratamiento). Se deben lavar y secar las manos minuciosamente luego de tener contacto con cualquier infección micótica.