Es una cirugía para corregir defectos congénitos que involucran el recto y el ano. Este defecto impide que salga algo o ninguna cantidad de heces fuera del recto.

Ver: ano imperforado

Con esta cirugía se repara el defecto, de tal forma que las heces puedan salir a través del recto. Si el bebé no tiene ningún orificio anal, se necesita una cirugía de emergencia.

El procedimiento se hace bajo anestesia general, lo que significa que el paciente permanece dormido y sin sentir dolor durante el mismo.

La cirugía depende del tipo de defecto del ano imperforado.

En caso de un defecto de tipo alto, el cirujano generalmente crea una abertura temporal para el colon en el abdomen, lo cual se denomina colostomía. Se deja que el bebé crezca durante varios meses antes de intentar reparaciones más complejas.

La cirugía para un ano imperforado de tipo bajo implica cerrar cualquier abertura pequeña similar a un tubo (fístula), creando un orificio anal y poniendo el saco rectal dentro de éste.

En caso de otras reparaciones anales conexas, el cirujano hace una incisión en el abdomen y libera el colon de las estructuras cercanas, lo cual permite reubicarlo. Luego, se hace una incisión en el área anal para empujar el saco rectal hacia abajo hasta su lugar y se crea un orificio anal. Durante este procedimiento, se puede cerrar una colostomía o se puede dejar en su lugar durante unos cuantos meses más y cerrarse en una etapa posterior.

Un desafío mayor para estas reparaciones es encontrar, utilizar o crear estructuras musculares y nerviosas cercanas, de tal manera que el niño pueda evacuar normalmente.

La cirugía se lleva a cabo para reparar un ano imperforado.

Los riesgos de cualquier anestesia son:

• Reacciones a los medicamentos
• Problemas para respirar

• Sangrado
• Infección

• Daño a los músculos que soportan la pelvis
• Daño a la uretra (el conducto que saca la orina de la vejiga)
• Parálisis temporal del intestino (íleo paralítico)

La mayoría de las malformaciones anorrectales pueden corregirse exitosamente con cirugía y en la mayoría de los casos, los pacientes recuperan la función intestinal normal. El pronóstico a largo plazo es excelente si el paciente no tiene otros problemas pélvicos.

Es posible que el niño deba permanecer hospitalizado por varios días. El médico utilizará un instrumento para dilatar (estirar) el nuevo ano con el fin de mejorar el tono muscular y prevenir el estrechamiento; es necesario continuar esto durante varios meses. Durante toda su niñez, se recomienda el uso de ablandadores de heces y una dieta rica en fibra.