Son protuberancias o tumores no cancerosos en el oído.

Los quistes sebáceos son los quistes más comunes que se observan en el oído y son acumulaciones protuberantes, en forma de saco, de células cutáneas muertas y aceites producidos por las glándulas sebáceas en la piel.

Generalmente, se presentan detrás del oído, dentro del conducto auditivo externo o sobre el cuero cabelludo. La causa exacta se desconoce, pero los quistes pueden aparecer cuando la producción de aceites en la glándula sebácea es más rápida que la excreción de los mismos. Si los quistes dentro del conducto auditivo externo se infectan, son extremadamente dolorosos.

Los tumores óseos benignos del conducto auditivo externo (exostosis y osteomas) pueden ser causados por un crecimiento exagerado del hueso e igualmente la exposición repetitiva al agua fría puede aumentar el riesgo de desarrollo de tumores benignos en dicho conducto. Estos tumores pueden alcanzar tamaños lo suficientemente grandes como para obstruir este conducto, atrapar la cera allí e interferir con la audición.

Los síntomas de los quistes incluyen:

• Protuberancias pequeñas y suaves de la piel sobre o en la parte posterior o anterior del oído, las cuales generalmente no son dolorosas ni sensibles (a menos que estén infectadas)
• Los quistes en el conducto auditivo externo pueden ser extremadamente dolorosos

Los síntomas de los tumores benignos incluyen:

• Molestia en el oído
• Pérdida de la audición gradual en un oído debido a la obstrucción del conducto auditivo externo

Nota: puede ser asintomático.

Los tumores y quistes benignos se detectan generalmente durante un examen rutinario del oído, el cual puede incluir una audiometría (pruebas auditivas) y una timpanometría (prueba del oído medio). Cuando el médico ausculta el oído, puede observar quistes o tumores benignos dentro del conducto auditivo externo.

Esta enfermedad también puede alterar los resultados de los siguientes exámenes:

• Electronistagmografía
• Estimulación calórica

Si el quiste o el tumor no es doloroso y no interfiere con la audición, no se necesita de tratamiento, pero si un quiste se vuelve doloroso, es posible que esté infectado y que requiera tratamiento con antibióticos o extirpación del mismo.

Los tumores óseos benignos pueden aumentar progresivamente de tamaño y, en caso de ser dolorosos o interferir con la audición, pueden requerir extirpación quirúrgica.

Los quistes y tumores benignos del oído son, por lo general, de crecimiento lento y pueden desaparecer espontáneamente.

• Los quistes podrían infectarse
• La cera en el oído podría volverse impactada
• Se podría presentar pérdida de la audición si el tumor es grande

Se debe buscar asistencia médica si se presentan síntomas de un quiste o tumor benigno del oído y si se presenta molestia, dolor o pérdida de la audición.