Es un trastorno caracterizado por anemia debido a la destrucción prematura de los glóbulos rojos por parte del sistema inmunitario.

La anemia hemolítica inmunitaria ocurre cuando se forman anticuerpos que actúan contra los glóbulos rojos del propio cuerpo. Los anticuerpos destruyen las células sanguíneas porque las reconocen como material extraño dentro del cuerpo y pueden adquirirse por una transfusión de sangre, por el embarazo (si el tipo de sangre del bebé es diferente al de la madre), como una complicación de otra enfermedad o por una reacción a medicamentos.

Si la causa de la formación de anticuerpos es una enfermedad o medicamentos, se le llama anemia hemolítica inmunitaria secundaria. La causa también puede ser desconocida, como en la anemia hemolítica autoinmunitaria idiopática, la cual es responsable de la mitad de todas las anemias hemolíticas inmunitarias. El comienzo de la enfermedad puede ser bastante rápido y muy grave o puede permanecer leve y no requerir un tratamiento específico. Los factores de riesgo se relacionan con las causas.

• Fatiga
• Color pálido o amarillo de la piel
• Dificultad respiratoria
• Frecuencia cardíaca rápida
• Orina turbia
• Agrandamiento del bazo

• Prueba de Coombs directa o indirecta positiva
• Niveles de bilirrubina elevados
• Nivel elevado de LDH (enzimas cuyos niveles se elevan como resultado del daño tisular)
• Haptoglobina sérica baja
• Hemoglobina en la orina
• Aumento en el conteo de reticulocitos absoluto
• Conteo de glóbulos rojos y hemoglobina bajo

El tratamiento con el esteroide prednisona es la primera terapia que se intenta, pero si ésta no mejora la afección, se puede considerar la posibilidad de practicar una esplenectomía (extirpación del bazo). Los tratamientos con medicamentos que inhiben el sistema inmunitario se suministran si la persona no responde a la prednisona y a la esplenectomía.

Las transfusiones sanguíneas, cuando se recomiendan para anemia severa, se administran con precaución, debido a la probabilidad de que la sangre pueda no ser compatible y esto pueda precipitar una reacción.

En la mayoría de las personas, los esteroides o la esplenectomía controlan la anemia, mientras que en otras, usualmente se logra un control parcial de ésta.

La muerte por anemia severa casi nunca ocurre. Se puede presentar una infección abrumadora como complicación del tratamiento con esteroides o la esplenectomía, ya que estos tratamientos reducen la capacidad del cuerpo para combatir la infección.

Se debe buscar asistencia médica si se presenta fatiga o dolor de pecho inexplicables o si hay presencia de signos de infección.

La detección de anticuerpos en sangre donada y en el receptor puede prevenir la anemia hemolítica relacionada con las transfusiones sanguíneas.