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Convulsiones febriles

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Contenido:

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Convulsión de gran mal
Convulsión de gran mal
Sistema nervioso central
Sistema nervioso central

Nombres alternativos    Volver al comienzo

Convulsión inducida por fiebre

Definición    Volver al comienzo

Es una convulsión en un niño que se desencadena por fiebre. Estas convulsiones ocurren en ausencia de una infección cerebral, de la médula espinal o de cualquier otra causa neurológica subyacente.

Causas, incidencia y factores de riesgo    Volver al comienzo

Aproximadamente del 3 al 5 % de los niños por lo demás sanos entre las edades de 9 meses a 5 años tendrán una convulsión causada por fiebre. Los niños pequeños son los más comúnmente afectados. Existe una tendencia a que las convulsiones febriles se presenten en las familias. La mayoría ocurre dentro de las primeras 24 horas de una enfermedad y no necesariamente cuando la fiebre está en su punto más alto. A menudo, la convulsión es el primer signo de fiebre.

La primera vez que se da una convulsión febril es generalmente uno de los momentos más aterradores para los padres y la mayoría de ellos tiene miedo de que el niño muera o sufra daño cerebral. Afortunadamente, las convulsiones febriles simples son inofensivas y no existe evidencia de que dichas convulsiones causen la muerte, lesiones cerebrales, epilepsia, retardo mental, disminución del IQ o problemas de aprendizaje.

La mayoría de las convulsiones febriles se desencadenan por fiebre de una infección respiratoria viral superior, infecciones del oído o roséola. La meningitis provoca menos del 0,1 % de las convulsiones febriles pero SIEMPRE se debe considerar, especialmente en niños menores de un año o aquellos que se ven enfermos aun cuando la fiebre ha bajado.

Una convulsión febril simple se detiene por sí sola entre unos segundos y 10 minutos, generalmente seguidos de un período corto de somnolencia o confusión. Generalmente no se necesitan medicamentos anticonvulsivos.

Una convulsión febril compleja es aquella que dura más de 15 minutos, sucede en una parte aislada del cuerpo o se repite durante la misma enfermedad.

Aproximadamente, un tercio de los niños que sufre una convulsión febril tendrá otra con fiebre posterior. De aquellos, la mitad tendrá una tercera convulsión. Pocos niños tienen más de tres convulsiones febriles en su vida.

Si existen antecedentes familiares y si la primera convulsión sucede antes de los 12 meses o si la convulsión sucede con una fiebre de menos de 39° C (102° F), es más probable que el niño esté en el grupo de los que sufrirá más de una convulsión febril.

Síntomas    Volver al comienzo

Una convulsión febril puede ser tan leve que simplemente se le volteen los ojos al niño o se le pongan rígidas las extremidades. Muy a menudo, la fiebre desencadena una convulsión completa que involucra todo el cuerpo.

Las convulsiones febriles pueden empezar con una contracción repentina y sostenida de los músculos en ambos lados del cuerpo del niño: generalmente, los músculos de la cara, tronco, brazos y piernas. El niño a menudo suelta un grito o quejido involuntario debido a la fuerza de la contracción muscular. La contracción continúa por lo que parecen segundos o decenas de segundos interminables. El niño caerá si está de pie y puede que se orine.

Es posible que vomite y puede morderse la lengua. Asimismo, es posible que no esté respirando y puede empezar a tornarse azul.

Finalmente, la contracción sostenida se interrumpe con momentos cortos y repetitivos de relajación y el cuerpo del niño comienza a sacudirse rítmicamente. El niño no responde a la voz de los padres.

Las convulsiones febriles se diferencian de los temblores o de la desorientación que también se observa con las fiebres, y los movimientos son los mismos de la convulsión tónico-clónica generalizada.

Signos y exámenes    Volver al comienzo

El médico puede diagnosticar una convulsión febril cuando se presenta una convulsión tónico-clónica generalizada en un niño con fiebre y sin antecedentes de trastornos convulsivos (epilepsia). En los bebés y los niños pequeños, es importante descartar otras causas para una convulsión que se dé por primera vez, especialmente meningitis.

En una convulsión febril típica, el examen generalmente no muestra anomalías diferentes a la enfermedad que ocasiona la fiebre. Por lo general, no se justifica la realización de todos los exámenes complementarios que se hacen normalmente en caso de una convulsión como EEG, TC de la cabeza y punción lumbar (punción raquídea).

Sin embargo, la afección del niño debe cumplir criterios médicos estrictos como los siguientes si se quieren evitar estos exámenes:

Es probable que no se requieran estudios adicionales si se satisfacen todos estos criterios.

Tratamiento    Volver al comienzo

Se debe dejar al niño en el suelo durante la convulsión. Se le puede poner una cobija debajo si el suelo es duro. Solo se le debe mover si está en un lugar de peligro. Se deben quitar los objetos que puedan hacerle daño y soltarle cualquier prenda de vestir que le quede ajustada, especialmente alrededor del cuello. Si es posible, se le debe abrir o sacar la ropa de la cintura para arriba. Si vomita o si se le acumula saliva o mucosidad en la boca, darle la vuelta para que esté acostado de lado o boca abajo. Esto es importante también si parece que la lengua está obstaculizando la respiración.

NO se debe intentar meterle nada en la boca para prevenir que se muerda la lengua, ya que esto aumenta el riesgo de lesiones; ni tampoco intentar refrenar al niño ni detener los movimientos de la convulsión.

Se debe enfocar la atención en intentar bajar la fiebre. Se debe tratar de insertar acetaminofén dentro del recto del niño y NO intentar darle nada a través de la boca. Se le pueden poner paños frescos en la frente y cuello y pasarle una esponja por el cuerpo con agua tibia (no fría). El agua fría o el alcohol pueden empeorar la fiebre. Después de que termine la convulsión y el niño esté despierto, se le da una dosis normal de ibuprofeno o acetaminofén (paracetamol).

Después de la convulsión, el paso más importante es identificar la causa de la fiebre.

Expectativas (pronóstico)    Volver al comienzo

La mayoría de los niños superan las convulsiones febriles antes de los 5 años de edad.

Un número pequeño de niños que han tenido convulsiones febriles crecen y desarrollan epilepsia, pero no debido a estas convulsiones. Los niños que desarrollarán epilepsia de todas maneras algunas veces tendrán sus primeras convulsiones durante un episodio de fiebre y éstas generalmente son prolongadas y complejas.

Problemas neurológicos previos y antecedentes epilépticos en la familia también hacen que la futura epilepsia sea más común. La cantidad de convulsiones febriles no tiene relación con una epilepsia futura.

Complicaciones    Volver al comienzo

Situaciones que requieren asistencia médica    Volver al comienzo

Prevención    Volver al comienzo

Debido a que las convulsiones febriles se pueden presentar como la primera señal de alguna enfermedad, su prevención a menudo no es posible. Una convulsión febril inicial o recurrente no indica que el niño está siendo atendido inapropiadamente.

Ocasionalmente, un médico prescribirá diazepam para prevenir o tratar convulsiones febriles recurrentes. Sin embargo, los padres tienen que admitir que ningún medicamento es completamente efectivo para prevenir este tipo de convulsiones.

Referencias    Volver al comienzo

Leung AK, Robson WL. Febrile seizures. J Pediatr Health Care. 2007 Jul-Aug;21(4):250-5.

Warren CR. Evaluation and management of febrile seizures in the out-of-hospital and emergency department settings. Ann Emerg Med. 2003; 41(2): 215-222.

Jankowiak J. Seizures in children with fever: Generally good outcome. Neurology. 2003; 60(2): E1-2.

Actualizado: 7/27/2007

Versión en inglés revisada por: Daniel Rauch, M.D., FAAP., Director, Pediatric Hospitalist Program, New York University School of Medicine, New York, NY. Review provided by VeriMed Healthcare Network.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

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