Una fístula entero-enteral o enterocutánea es un trayecto anormal por el cual se filtra el contenido del estómago o del intestino (grueso o delgado) a otros órganos, usualmente a otras partes del intestino (entero-enteral) o hacia la piel (enterocutánea).

La mayoría de las fístulas entero-enterales o enterocutáneas son consecuencia de una cirugía; muy pocas de ellas son el resultado de un trauma, especialmente de traumas penetrantes como las heridas de bala o las puñaladas. Los procesos inflamatorios, como la infección o la enfermedad inflamatoria de los intestinos (enfermedad de Crohn), también pueden causar fístulas.

Las fístulas entero-enterales pueden ser asintomáticas, o dependiendo de los segmentos del intestino que estén conectados, pueden ocasionar diarrea, mala absorción de nutrientes y deshidratación. Las fístulas enterocutáneas ocasionan filtración de los contenidos intestinales a través de una abertura en la piel.

La anatomía de la fístula usualmente se delinea realizando un estudio con ingestión de un medio de contraste, en el cual el paciente ingiere un medio de contraste radiopaco y luego se toman radiografías. Si la fístula involucra el colon, se puede utilizar un enema de contraste que se administra a través del recto.

Usualmente se hace una TC del abdomen para determinar si un absceso o bolsa de infección separada de la pared abdominal están relacionados con la fístula.

Generalmente también se realiza un "fistulograma", un procedimiento en el cual se inyecta un medio de contraste radiopaco en la abertura de la piel de una fístula enterocutánea y luego se toman radiografías.

La mayoría de las fístulas sanan por sí mismas después de un período de semanas o meses. Dependiendo de la situación clínica, los pacientes pueden necesitar nutrición intravenosa y un tiempo sin alimentación oral para dar tiempo a que la fístula cierre. En algunos casos, es necesario hacer una intervención quirúrgica para extirpar la parte del intestino que presenta una fístula que no sana.

El pronóstico varía dependiendo de la causa, de la severidad de la fístula y de la condición general del paciente. En la mayoría de los casos, el pronóstico es excelente en personas que a excepción de esto son sanas.

Las fístulas pueden ocasionar desnutrición y deshidratación dependiendo de su ubicación en el intestino e igualmente pueden ser una fuente de infección y problemas cutáneos.

Se debe buscar asistencia médica si se presentan cambios significativos en la función normal del intestino, especialmente diarrea severa, o si se presenta algún tipo de filtración de líquido que parece provenir del intestino o del estómago o de algún lugar de la piel, en particular si recientemente se ha realizado una intervención quirúrgica del abdomen.