Es una infección de la piel y de la cubierta que rodea el cartílago, el tejido grueso que forma el contorno distintivo de la nariz y las orejas. Este padecimiento afecta con más frecuencia el oído externo.

Todo cartílago tiene una capa de tejido delgado alrededor denominada pericondrio, que ayuda a suministrar nutrientes al cartílago. La bacteria que más comúnmente causa la pericondritis se denomina Pseudomonas aeruginosa.

La pericondritis es usualmente ocasionada por lesión del oído debido a una cirugía, perforación del oído (especialmente perforación del cartílago) o por deportes de contacto. En la actualidad, la perforación del oído (piercing ) a través del cartílago es probablemente el factor de riesgo más significativo.

La pericondritis puede ocasionar un daño severo en el oído si ésta progresa hasta convertirse en condritis, una infección general del cartílago.

El síntoma más común de esta infección es el dolor y enrojecimiento del oído. Inicialmente, la infección tiene aspecto de celulitis (una infección de la piel), pero progresa rápidamente hasta comprometer el pericondrio.

El enrojecimiento generalmente rodea un área de lesión, como una cortadura o una raspadura. También es posible que se presente fiebre y, en casos más graves, supuración de la herida.

El diagnóstico de la pericondritis se hace usualmente sobre la base de la historia clínica y el examen físico. Si existen antecedentes de traumatismo en el oído y éste presenta enrojecimiento y alta sensibilidad, entonces el diagnóstico es posiblemente una pericondritis. Igualmente, se puede presentar un cambio anormal en la forma del oído.

El tratamiento consiste en la administración de antibióticos ya sea en forma oral o directamente en el torrente sanguíneo a través de una vía intravenosa. Si hay acumulación de pus, entonces puede ser necesario realizar una cirugía para drenarlo y para extirpar cualquier tipo de piel o de cartílago que haya muerto.

Si el diagnóstico se realiza rápidamente y se inicia una terapia con antibióticos, se espera una recuperación completa. En casos más avanzados, en los cuales la infección compromete el cartílago del oído (condritis), es posible que se presente la muerte de una parte del oído y que sea necesario realizar una extirpación quirúrgica de dicha parte. Esto puede generar la necesidad de una cirugía plástica reconstructiva para restaurar la forma normal del oído.

La complicación principal de esta infección es su diseminación al cartílago del oído, lo cual podría requerir la extirpación de la parte dañada y una posible cirugía cosmética para restaurarla.

Se debe buscar una evaluación médica si se presenta un trauma en el oído (un rasguño, un golpe o una perforación), seguido de dolor y enrojecimiento en la parte rígida. Es posible que se deba iniciar una terapia con antibióticos.

La mejor manera de prevenir esta infección es evitar perforar el oído a través del cartílago (no del lóbulo de la oreja). Debido a que esta práctica se ha vuelto tan popular, se ha presentado un aumento significativo en los casos de pericondritis y de condritis.