El acto de dormir se presenta en múltiples estados y su ciclo incluye períodos sin que la persona sueñe, en los que puede haber sueño ligero o sueño profundo, con períodos ocasionales en los que la persona sueña en forma activa (sueño con movimiento rápido de los ojos REM). Este ciclo se repite varias veces durante la noche.

CAMBIOS CON EL ENVEJECIMIENTO

Con la edad, los patrones del sueño tienden a cambiar. La mayoría de las personas encuentran que el proceso de envejecimiento los lleva a tener dificultades para dormirse y que se despiertan con más frecuencia.

El tiempo total de sueño permanece igual o disminuye un poquito (6,5 a 7 horas por noche) y puede ser más difícil quedarse dormido. La transición entre el acto de dormir y despertarse con frecuencia es abrupta, lo cual le da a las personas mayores la sensación de tener un "sueño más ligero" comparado cómo dormían cuando eran jóvenes.

La persona gasta menor cantidad de tiempo en un período de sueño profundo durante el cual no sueña. Las personas mayores se despiertan en promedio 3 a 4 veces cada noche, con aumento de las veces en que recuerda haber estado despierto.

El hecho de despertarse está relacionado con un menor período de tiempo de sueño profundo y factores como la necesidad de ir a orinar (nicturia), ansiedad e incomodidad y dolor asociado con enfermedades crónicas.

EFECTO DE LOS CAMBIOS

La dificultad para dormir es un problema molesto, pero rara vez peligroso. Debido a que el sueño es más liviano y los momentos en que la persona se despierta son más frecuentes, las personas mayores pueden sentirse privadas de sueño, aun cuando el tiempo total empleado para dormir no haya cambiado.

La pérdida del sueño puede finalmente ocasionar confusión y otros cambios mentales, condición que se puede tratar, con la consecuente disminución de los síntomas, cuando la persona logra dormir lo suficiente. Los problemas del sueño también son un síntoma común de depresión, de tal manera que la persona debe ser evaluada y tratada por esta condición si ésta está causando el problema.

PROBLEMAS COMUNES

• El insomnio es uno de los problemas más comunes para las personas de edad avanzada.
• Se pueden presentar otros trastornos del sueño como por ejemplo narcolepsia o hipersomnia.
• La apnea del sueño, que consiste en el cese de la respiración por un tiempo durante el sueño, puede generar problemas severos.

PREVENCIÓN

Las personas de edad avanzada responden de una manera diferente a los medicamentos en comparación con los adultos jóvenes, así que es muy importante consultar con un médico antes de tomar medicamentos para dormir. En lo posible, estos medicamentos se deben evitar. Sin embargo, los medicamentos utilizados en el tratamiento de la depresión pueden ser de mucha ayuda si esta condición contribuye a la causa de los problemas de sueño, ya que la mayoría de los antidepresivos no ocasionan los problemas asociados con los medicamentos para dormir.

Algunas veces un antihistamínico suave es más efectivo que una "píldora para dormir" para aliviar el insomnio a corto plazo.

Los medicamentos para dormir (como las benzodiazepinas) se deben tomar únicamente si se han recetado y sólo durante un período de tiempo corto, ya que algunos causan dependencia (no poder funcionar si no se toma la droga) o adicción (uso compulsivo a pesar de las consecuencias adversas) en algunos casos. Otros se acumulan en el cuerpo y se pueden desarrollar efectos tóxicos si se toman por mucho tiempo. Se pueden presentar efectos secundarios como confusión, delirio, caídas y otros.

La persona puede adoptar medidas para estimular el sueño como:

• Hacer ejercicio moderado en las tardes.
• No tomar estimulantes como la cafeína (que se encuentra en el café, el té, las bebidas colas, etc.) durante al menos 3 ó 4 horas antes de acostarse.
• Un refrigerio ligero a la hora de ir a la cama puede ser de gran ayuda. A este respecto, muchas personas encuentran que la leche tibia aumenta la somnolencia, dado que contiene un aminoácido natural similar a un sedante.
• También se recomienda acostarse a la misma hora todas las noches y despertarse a la misma hora en las mañanas.
• Evitar en lo posible hacer siesta durante el día.
• Utilizar la cama solamente para dormir o para la actividad sexual.

En caso de no conciliar el sueño después de 20 minutos se recomienda levantarse, realizar una actividad en silencio como leer o escuchar música y cuando la persona sienta sueño de nuevo, regresar a la cama e intentarlo de nuevo. Si esto no da resultado en 20 minutos, se debe repetir nuevamente.

El hecho de ingerir alcohol a la hora de acostarse puede hacer que las personas se sientan somnolientas, pero es mejor evitarlo, debido a que puede aumentar las veces en que la persona se despierta tarde en la noche.

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