Es una infección de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal (meninges) causada por la bacteria H. influenzae.

La Haemophilus influenza tipo B (Hib) es un tipo de bacteria que no debe confundirse con la gripe o influenza, una infección de las vías respiratorias altas causada por el virus de la gripe.

Antes de que existiera la vacuna contra la Hib, la Haemophilus influenzae era la causa principal de meningitis bacteriana en niños menores de cinco años. La enfermedad ataca de forma característica un rango de edad comprendido entre el primer mes de vida y los 4 años, con una incidencia máxima entre los 6 y 9 meses. Desde la introducción de la vacuna en los Estados Unidos, la H. influenzae ahora se presenta en menos de 2 de cada 100.000 niños y todavía causa entre el 5 y el 10% de los casos de meningitis bacteriana en adultos.

Este tipo de meningitis puede seguir a una infección de las vías respiratorias altas y puede desarrollarse lenta o rápidamente. La infección se extiende rápidamente desde las vías respiratorias hacia la circulación sanguínea y finalmente hacia las meninges. En esta última parte, las bacterias producen infección e inflamación, causando un trastorno serio y algunas veces la muerte.

Los factores de riesgo abarcan antecedentes recientes de otitis media (infección del oído), sinusitis (infección de los senos paranasales), faringitis (irritación de la garganta), otra infección de las vías respiratorias altas o antecedentes familiares de parientes con una infección por H. influenzae. A estos factores se le suman la permanencia en determinados sitios como guarderías. Otro factor de riesgo importante es la raza, por ejemplo, se ha visto que el porcentaje de casos en aborígenes estadounidenses es 3 veces mayor que en el resto de la población.

• Irritabilidad, alimentación deficiente en bebés
• Fiebre (en niños pequeños la temperatura realmente puede estar por debajo de lo normal)
• Dolor de cabeza intenso (en niños mayores)
• Náuseas y vómitos
• Rigidez o dolor en el cuello al flexionarlo
• Dolor en la espalda al flexionar el cuello hacia adelante y aproximar el mentón al pecho (en niños mayores)
• Posturas inusuales del cuerpo
• Sensibilidad a la luz

Para cualquier paciente con meningitis, es importante llevar a cabo una punción lumbar (punción en la columna), donde se toma una muestra de líquido cefalorraquídeo (conocido como LCR) para su respectivo análisis.

Otros signos y exámenes abarcan:

• Abultamiento de las fontanelas (puntos blandos en la cabeza del bebé)
• Opistótonos (yacer acostado con la espalda arqueada y con la cabeza, espalda y mentón hacia arriba)
• Convulsiones
• Circulación (flujo de sangre a través del cuerpo) deficiente
• Cambios en el estado mental (como irritabilidad, disminución del nivel de conciencia, coma)
• Alto conteo de glóbulos blancos en la sangre
• LCR que muestra aumento del número de glóbulos blancos
• Cultivo de LCR que muestra bacterias
• Serología (anticuerpos en la sangre) que muestra exposición reciente a Hemophilus influenzae
• Hemocultivo con proliferación de H. influenzae

El tratamiento con antibióticos se tiene que iniciar tan pronto como se sospeche el diagnóstico de esta enfermedad. La meningitis por Hemophilus influenzae se debe tratar con antibióticos intravenosos. Además, se pueden utilizar corticosteroides, especialmente en niños, con el objeto de reducir la pérdida de la audición, una de las complicaciones comunes de la meningitis en esa población.

El resultado probable es alentador con el tratamiento oportuno, sin embargo, la tasa de mortalidad alcanza del 3 al 5% de los casos.

Cerca del 20% de los pacientes pueden presentar cierto grado de pérdida de la audición. Algunos sufrirán daño cerebral que puede llevar a convulsiones, retardo mental, hidrocefalia ("agua en el cerebro"), trastornos del aprendizaje, anomalías en el habla y en el desarrollo del lenguaje, al igual que problemas de comportamiento.

Si una persona experimenta cualquiera de los síntomas de H. influenzae o si se notan estos síntomas en un niño, se debe buscar asistencia médica o acudir al centro de emergencias, dado que la meningitis puede convertirse rápidamente en una afección potencialmente mortal.

Para la protección del público general (lactancia y primera infancia):

• Están disponibles diversos tipos de vacunas Hib para niños de por lo menos dos meses de edad.
• La vacunación contra Hib para bebés y niños es recomendada por la Academia Estadounidense de Pediatría (AmericanAcademy of Pediatrics), los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health) y muchas otras entidades de salud.

Para la prevención posterior a la exposición de casos conocidos de meningitis o infección por H. influenzae:

• Se recomienda que todos los contactos familiares de individuos con este tipo de meningitis que no estén vacunados inicien la quimioprofilaxis (terapia de medicamentos para prevenir la infección) tan pronto como sea posible.
• Se le debe consultar al médico acerca de este tratamiento durante la visita inicial de diagnóstico.